Artesanías de Colombia
Cerca de un millón de colombianos viven de forma directa o indirecta del sector de la artesanía, particularmente dinámico en el país. Este sector, que contribuye notablemente a la economía nacional, cuenta con unos 350.000 artesanos, de los cuales aproximadamente el 60% procede de zonas rurales y de comunidades indígenas, y el 65% son mujeres. La riqueza y la diversidad de la artesanía colombiana fueron objeto de una exposición sin precedentes en la sede de la OMPI del 25 de septiembre al 12 de octubre, que organizaron de forma conjunta la OMPI y el Gobierno de Colombia.
Las piezas expuestas procedían de la colección de Artesanías de Colombia, entidad gubernamental dedicada al fomento y el desarrollo del sector artesanal en el país. El Gobierno colombiano anima a los artesanos a servirse del sistema de propiedad intelectual para proteger sus creaciones y obtener una remuneración equitativa por sus esfuerzos, así como para preservar el patrimonio nacional del país para las generaciones futuras.
Al inaugurar la exposición, la Sra. Clemencia Forero Ucros, Embajadora y Representante Permanente de Colombia ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, describió la artesanía colombiana como la máxima representación de la cultura, la idiosincrasia y el folclore del país. Asimismo, resaltó la importancia para un país como Colombia de "trabajar en estrecha colaboración con la OMPI para proteger sus expresiones culturales".
En la exposición pudieron admirarse piezas de joyería, plata, cestería, tapicería, y cerámica, así como máscaras de madera y artículos tejidos a mano, confeccionados en diversas regiones y por numerosos grupos indígenas. Debido a la falta de espacio, sólo pudieron mostrarse ejemplos de tres de estas formas artesanales tradicionales.
Sombrero de caña flecha, diseñado por Olga Piedrahita, mostrado en el desfile de moda Identidad Colombia. (Photo Artesanías de Colombia)
El patrimonio de los zenúes
El sombrero "vueltiao", uno de los símbolos más conocidos y populares de Colombia, es la pieza de artesanía colombiana por excelencia. Los sombreros son obra de los indígenas zenúes, que emplean colores, diseños y técnicas de tejido tradicionales que se remontan a más de mil años. Los zenúes aplican un complejo método tradicional para transformar la fibra natural de caña flecha en unas fibras blancas y negras que, a continuación, tejen formando dibujos que representan elementos totémicos de la cultura zenú. Estos tienen nombres tradicionales, como el corazón del abanico, la flor del cocodrilo, etc. Hoy en día, los zenúes emplean estas técnicas tradicionales para elaborar toda una gama de artículos para la casa.
El tejido de la araña
Un diseño wayúu en una hamaca tejida a mano en el más puro estilo tradicional.(Photo OMPI/Mercedes Martínez Dozal)
Las mujeres de la comunidad indígena wayúu, de la península de La Guajira, en la frontera entre Colombia y Venezuela, aseguran que fue Waleker (la araña) quien les enseñó a tejer. Los secretos de sus técnicas de tejido tradicionales forman parte de los ritos de iniciación a los que se someten las adolescentes al hacerse mujeres. Los intrincados kanás (diseños) tejidos a mano son una manifestación ancestral del arte wayúu y representan elementos presentes en la estructura matriarcal de su sociedad, su entorno y su vida diaria.
Barniz de Pasto – la resina del mopa-mopa
Barniz de Pasto (Photo Artesanías de Colombia)
La comunidad indígena del Departamento de Nariño (Colombia) desarrolló una técnica para extraer la resina del árbol mopa-mopa, que calientan y tiñen con tintes vegetales para obtener finas láminas. A continuación, aplican estas laminillas a la superficie de objetos de madera, componiendo bellos dibujos. Esta técnica milenaria, conocida como Barniz de Pasto, se ha conservado hasta nuestros días y se usa para realizar modernos dibujos en bandejas y platos, jarrones, cajas y otros objetos. Esta técnica requiere una gran habilidad, ya que los fragmentos coloreados deben colocarse cuidadosamente en la superficie de madera para dar la consistencia y el tono deseados a los dibujos.
Caballo y jinete, Eduardo Sandoval (Photo Artesanías de Colombia)
La cerámica de La Chamba
Caballo y jinete es una pieza de cerámica negra realizada por Eduardo Sandoval mediante las técnicas tradicionales de la comunidad de La Chamba, que él aprendió de su abuelo. Los alfareros de La Chamba confeccionan piezas de cerámica negra o roja, que pulen frotándolas con ágatas y cantos rodados. El Sr. Sandoval aprendió estas técnicas de niño; después, estudió bellas artes, pintura y escultura. Recibe regularmente arcilla de La Chamba en su estudio de Bogotá y combina las técnicas aprendidas en su juventud con su formación académica para crear obras únicas, que le han valido el reconocimiento local.
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