El fenómeno de Nollywood
"Contamos nuestras propias historias”
La industria cinematográfica de Nigeria, considerada actualmente la tercera más grande del mundo después de Hollywood y de “Bollywood”, en la India, es única en su categoría.
Apodada Nollywood, esta industria se caracteriza por su prolífica producción de películas de presupuesto ínfimo, grabadas con cámaras digitales, producidas directamente en formato DVD-video y vendidas directamente a los consumidores por dos o tres dólares. Durante 15 años, y en gran medida haciendo caso omiso del mundo del cine externo, Nollywood ha alimentado un apetito insaciable en el país más populoso de África por películas locales hechas por nigerianos sobre nigerianos. El mercado está en expansión, a medida que la popularidad de las películas se difunde por África, y satisface la necesidad de contenidos de entretenimiento de bajo coste de las emisoras locales de televisión y de las audiencias.
Es una industria que ha podido ver la luz gracias a una tecnología digital accesible, impelida por la ingenuidad, la inventiva y el agudo sentido comercial de la población de Nigeria. El proceso de producción de una película promedio de video con frecuencia no llega a los dos meses, desde la elección del reparto a la distribución. Las películas se graban en unas condiciones que los profesionales de otros lugares considerarían imposibles, con presupuestos tan reducidos como de 15.000 dólares estadounidenses. Puede esperarse que de una película se vendan alrededor de 50.000 copias, o varios cientos de miles si se trata de un éxito. El rendimiento de la inversión atrae a la industria a más aspirantes cada vez, que en la actualidad es uno de los principales empleadores en determinadas zonas del país.
La película de Chris Obi-Rapu Living in Bondage, estrenada en 1992, tiene el reconocimiento general de haber desencadenado el renacimiento de la moribunda industria del largometraje del país a partir de sus cenizas. El barato formato en video de la película y la audaz narración de un melodrama familiar con unas dosis de magia negra, hizo de ella un exitazo, y aportó la fórmula de gran éxito para las películas que le siguieron.
Revolución popular
El fenómeno de Nollywood ha empezado a captar la atención de los entendidos en medios de comunicación y cine: “la energía en bruto de las películas, y la agilidad con que se graban y venden, es una especie de revolución creativa popular en un continente donde se han contado historias durante generaciones pero raramente se han pasado al cine”, escribía Neely Tucker en el Washington Post, inspirado por la proyección en una sala estadounidense de una película nigeriana, Behind Closed Doors. La propia industria se ha convertido en argumento de las películas. This Is Nollywood, película de Franco Sacchi y Robert Caputo, sigue las peripecias del director Bond Emerja durante la grabación de un largometraje de acción en nueve días, armado solamente de una cámara digital y dos focos.
Con todo, las propias películas siguen siendo en gran medida desconocidas para el público de fuera de África. Entre las pocas que han llegado a ser más conocidas se encuentra Osuofia in London, protagonizada por el actor cómico Nkem Owoh, en la que se satirizan las diferencias culturales entre el Reino Unido y Nigeria. Ezra, del director Newton Aduaka, ha obtenido este año el primer premio del Festival Panafricano de Cine y Televisión de Uagadugú (FESPACO), celebrado en Burkina Faso. Pero de momento son pocas las que superan el umbral de calidad necesario para presentarse en los principales festivales internacionales. Y su descripción franca de temas populares, como la religión, la brujería, la moralidad o la venganza, no hace concesiones a los gustos y expectativas de los Estados Unidos o de Europa. “Contamos nuestras propias historias”, explica la actriz Genevieve Nnaji, que saltó a la categoría de superestrella a través de éxitos como Blood Sisters y What Women Want. “Esta es la razón por la que muchos africanos pueden sintonizar con ellas, entenderlas, reírse con ellas y extraer enseñanzas. Por tanto, la industria cumple una función importante en nuestras vidas”.
La industria desde dentro – Madu Chikwendu |
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“Le modèle Nollywood est facile à comprendre. Il s’agit d’un système de production fondé sur l’utilisation de matériel vidéo numérique. Les films sont produits directement au format DVD pour la vente et la location. C’est un système très mobile et très efficace. Le système de distribution est lui aussi très informel. Les DVD sont copiés à des milliers d’exemplaires avant d’être distribués toutes les deux semaines, un lundi, sur les grands marchés de gros de Lagos, Kanu et Onitsha. Environ 90 nouveaux films sortent chaque mois, pour un total de plus de 1000 par an.” Il ne s’agit pas d’un seul NollywoodMadu Chikwendu es una destacada figura en la industria cinematográfica nigeriana. Director y productor cinematográfico, preside la Asociación de Productores Cinematográficos de Nigeria y es el representante regional para África occidental de la Federación Panafricana de Cineastas (FEPACI). En una entrevista realizada en marzo durante la visita de un equipo de expertos de la OMPI en derecho de autor y sensibilización, describe el funcionamiento de la industria y las cuestiones con las que se está lidiando. Los extractos que siguen a continuación se basan en ese relato. “El modelo de Nollywood es muy fácil de entender. Se trata de un sistema de producción basado en el uso de equipos digitales de video. Las películas van directamente al formato DVD para la venta y alquiler. Es muy dinámico y muy eficiente. El sistema de distribución está también muy poco estructurado. Los DVD se copian por miles y luego se distribuyen un lunes cada dos semanas en grandes mercados mayoristas de Lagos, Kanu y Onitsha. Cada mes se publican unas 90 películas nuevas, es decir más de 1000 al año". Nollywood no es uno sólo“Existe una idea falsa sobre Nollywood. Realmente no es una única industria, sino cuatro. La parte que conoce el mundo es la industria anglófona, que tiene su centro de producción en Lagos y está dominada por la población del sudeste de Nigeria. Si bien el idioma que utilizan es el inglés, las historias de estas películas reflejan la ideología del pueblo igbo de la región." “La segunda industria es mucho más antigua, y consiste en las películas indígenas en lengua yoruba. Esto puede remontarse a la industria del largometraje nigeriano de las décadas de 1960 y 1970, hasta la época del bajón económico, que hizo que no pudiera seguir haciéndose frente a la producción de largometrajes y se comenzasen a hacer videos en su lugar. “Después tenemos otra industria en el norte del país, en manos de la población hausa. Ésta de nuevo es diferente. Tiene un montón de influencias islámicas y está influida también por el estilo de las películas de Bollywood, con gran cantidad de canciones y bailes. También hay focos de menor producción, como en el sur en torno al Delta del Níger. Asimismo hay industrias indígenas, que se realizan principalmente en lengua edo." “Cada una de estas industrias cuenta con sus propias asociaciones de profesionales del sector, de manera que están un tanto polarizadas a lo largo de las líneas étnicas, lo cual resulta un poco lamentable. Sin embargo, existen algunos puntos de encuentro, como el Consejo Cinematográfico de Nigeria, en el que están representadas las diferentes regiones con vistas a regular la industria y ejercer presión sobre el gobierno.” Piratería transnacional “Las películas nigerianas están siendo pirateadas por todas partes y a nadie parece importarle. Quizá algunos de los demás países africanos que no tienen producción propia de películas sientan que la protección de la propiedad intelectual es algo que no les atañe. Piensan que la industria nigeriana es la reina y que no necesita el dinero. Tenemos la obligación de promover centros de producción en diferentes zonas de África, lo cual será una forma de proteger también nuestra propia propiedad intelectual. “Dentro de la propia Nigeria, el alquiler ilegal es la mayor forma de piratería. Existen 40.000 videoclubes, que sencillamente compran los DVD y los alquilan sin pagar nada a los titulares de los derechos de autor. Hemos hecho peticiones al gobierno al respecto y la Comisión de Derechos de Autor está en este momento estableciendo un sistema de pago de regalías." “Sin embargo, el problema va más allá de la Comisión de Derechos de Autor. Algunas de las formas principales de piratería que sufrimos no son locales. Están todas las emisiones ilegales de películas nigerianas por parte de emisoras de televisión de otros países africanos, que simplemente compran una copia de una película en una tienda y luego la pasan en sus emisoras. También está la piratería masiva de nuestras películas en Internet. Conocemos más de 1.500 sitios donde se piratean productos nigerianos, entre los que hay sitios radicados en los Estados Unidos, el Reino Unido y Europa, y en países desarrollados que disponen de mecanismos de observancia pero que no nos aplican. En los Estados Unidos siempre están hablando de la piratería de sus películas. Pero nadie menciona la piratería de las películas nigerianas. Queremos que el mundo empiece a comprender las consecuencias más generales. Estamos tratando de evaluar el nivel de las pérdidas." “Ser creador en África puede resultar muy frustrante. Éste es el motivo por el que me he orientado más hacia el sector de la distribución. Pero la piratería no acabará con nuestra industria. Los nigerianos son demasiado resueltos, demasiado enérgicos como para dejar que esto suceda. Ahora estamos concentrándonos en tratar de conceder licencias de contenidos de Nollywood en todo el mundo.” Remerciements: Extrait d'un l'interview filmé par l'OMPI: Carole Croella (), Simon Ouedraogo (), Jean-François Arrou-Vignod et Nicholas Hopkins Hall () |
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