Balance de la relación entre innovación y crecimiento económico
Por Tobias Boyd, División de Comunicaciones, OMPI
Recientemente la OMPI publicó el Informe Mundial de Propiedad Intelectual 2015 – Innovación revolucionaria y crecimiento económico, un estudio pormenorizado de los vínculos entre innovación, propiedad intelectual y rendimiento económico. Carsten Fink, Economista Jefe (foto en Flickr) , nos explica qué hace que algunas innovaciones sean revolucionarias y por qué la era del crecimiento rápido del nivel de vida quizá esté llegando a su fin.
¿Qué significa “innovación revolucionaria”? ¿No es acaso toda innovación revolucionaria por definición?
Todas las innovaciones son novedosas, pero algunas son más importantes que otras, pues aportan un cambio más decisivo. Con innovaciones revolucionarias nos referimos a aquellas que tienen realmente una repercusión transformadora en la economía y la sociedad, en particular las que conducen a un crecimiento económico significativo.
El crecimiento es un tema fascinante. En los países desarrollados, tendemos a pensar que el crecimiento es lo normal. A veces se producen recesiones, pero la mayoría de años registran un aumento del total de la producción económica. Prevemos que casi todo el tiempo el PIB va a crecer, porque eso es lo que ha sucedido en la mayor parte de nuestra vida.
Ahora bien, si abrimos el diafragma y examinamos los datos de crecimiento económico de varios siglos, el resultado es muy distinto. Para la mayoría de la gente en la mayoría de las sociedades en toda la historia de la humanidad, el crecimiento ha sido estancado o muy gradual, en el mejor de los casos. Las cosas solo cambiaron realmente con la primera revolución industrial, en el siglo xviii. Gracias a la industrialización, las economías más desarrolladas empezaron a registrar tasas medias de crecimiento anual de más del 1%, y éstas aumentaron a más del 2% anual tras la Segunda Guerra Mundial.
¿Fueron innovaciones revolucionarias las que causaron ese inusitado elevado crecimiento?
Está claro que formaron parte de la causa. Muchas innovaciones estuvieron asociadas al proceso de industrialización. Por ejemplo, las mejoras en la agricultura la hicieron más productiva, lo que liberó a las personas para ir a trabajar en la industria, mientras que el desarrollo del transporte ferroviario revolucionó las cadenas de suministro, abrió nuevos mercados y estimuló la demanda. Por descontado, desde entonces se han producido muchas otras transformaciones.
Dicho esto, desde una perspectiva económica, es difícil establecer un nexo de causalidad. La relación entre la innovación y el crecimiento es compleja y multifacética. Se trata de un vínculo recíproco: la innovación permite el crecimiento, pero el crecimiento también es necesario para la inversión y la demanda que conducen a la innovación.
En el Informe Mundial de Propiedad Intelectual 2015 se exploran algunas de las complejidades de esta relación. Se examinan los tipos de condiciones que pueden fomentar las innovaciones revolucionarias y cómo éstas contribuyen al crecimiento. Además –algo que es muy importante para la OMPI– en el informe se estudia el papel de la propiedad intelectual en el desarrollo y la divulgación de las innovaciones revolucionarias.
Ha tenido que ser difícil estudiar estos asuntos. ¿Cómo han procedido?
Con este tipo de investigaciones uno ya sabe que no va a encontrar la respuesta definitiva, pues se trata de asuntos demasiado profundos, amplios y diversos. Lo mejor que se puede hacer es formular preguntas, conceptos e ideas con el mayor rigor posible para fomentar un debate fundamentado.
Con ese objetivo en mente, decidimos basar nuestro análisis en estudios de caso. Si bien los estudios de caso no permiten extraer generalizaciones, sí permiten ahondar realmente en los detalles, incluso examinar datos muy variados y fiables sobre patentes de la Base de Datos Estadísticos de la OMPI y de otras fuentes.
Decidimos elegir tres innovaciones que se han considerado en el pasado de forma generalizada como revolucionarias –la aviación, los antibióticos y los semiconductores– y tres tecnologías en desarrollo que a menudo se citan como posibles innovaciones revolucionarias: la impresión tridimensional, la nanotecnología y la robótica. Establecimos el perfil del “ecosistema” subyacente al desarrollo de cada una de estas tecnologías, evaluamos su contribución pasada o potencial al crecimiento económico y examinamos el papel que desempeñaban en el sistema de propiedad intelectual.
¿Y qué descubrieron?
Si bien no pretendíamos elaborar la teoría definitiva en la materia, sí nos topamos con interesantes revelaciones. Existen paralelismos llamativos entre los casos estudiados. Un elemento que destaca por encima de los demás es la importancia de que el gobierno impulse la inversión hacia una multitud de innovaciones revolucionarias. Tanto la aviación como los antibióticos y los semiconductores se beneficiaron del gasto del gobierno en investigación y de la medidas adoptadas para alentar su pronta implantación. Y recientemente el papel de los gobiernos ha sido fundamental para facilitar la investigación en la impresión tridimensional, la nanotecnología y la robótica, entre otros.
También son cruciales las relaciones entre las organizaciones de investigación científica y las empresas. Por ejemplo, en las primeras décadas de la aviación, Alemania fue el líder mundial porque su industria contaba con una sólida base científica. De hecho, muchos de los primeros entusiastas de la aeronáutica eran físicos de formación. Y todas las indicaciones sugieren que la experiencia científica es incluso más importante en la innovación contemporánea. Las universidades y los institutos de investigación representan una apabullante proporción de las patentes relacionadas con la impresión tridimensional, la nanotecnología y la robótica, las tres innovaciones potencialmente revolucionarias que hemos estudiado.
¿Han extraído alguna conclusión destacable en relación con la propiedad intelectual?
En general, hemos encontrado pruebas de que el sistema de propiedad intelectual ha fomentado la innovación. Además, no hemos hallado pistas que indiquen que un gran número de solicitudes de patente en impresión tridimensional, nanotecnología o robótica hayan conducido a un aumento de litigios sobre patentes o cualquier otro tipo de conflicto sobre derechos de propiedad intelectual.
Nuestros estudios también documentan la importancia del intercambio de conocimientos para que las innovaciones prosperen. En ocasiones se trata de un intercambio gratuito. Por ejemplo, existen nutridas comunidades de código abierto en el campo de la impresión tridimensional o de la robótica. Sin embargo, los enfoques de protección de la materia también revisten importancia, como lo demuestra la frecuencia de las licencias recíprocas en patentes de semiconductores. En general, el sistema de propiedad intelectual permite el intercambio de conocimientos proporcionando un instrumento flexible para que los innovadores puedan decidir qué tecnologías desean compartir, con quién y bajo qué condiciones.
Habida cuenta de los paralelismos entre el pasado y el presente, ¿tiene una certeza razonable de que las tres innovaciones potencialmente revolucionarias que ha estudiado puedan generar crecimiento económico?
Lamentablemente, es ahí donde las cosas se complican. En principio, la respuesta tendría que ser afirmativa. Debería haber un gran margen de crecimiento en la economía mundial. Se ha registrado una drástica caída de la pobreza a escala mundial en los últimos decenios, principalmente gracias al rápido desarrollo de China y la India, pero es obvio que muchos países todavía no se han desarrollado económicamente y que muchísimas personas siguen siendo pobres. Por lo tanto, hay todavía margen para el desarrollo. Y está claro que algunas de las innovaciones actualmente en curso –incluidas las tres que hemos estudiado– tienen un potencial asombroso.
No obstante, el crecimiento no se puede dar por sentado. Como he dicho antes, el crecimiento del que gozamos después de la Segunda Guerra Mundial fue tan espectacular como excepcional. Tal vez descubramos en el futuro que fue una anomalía histórica. Desde el inicio de la crisis financiera mundial en 2007-2008, el crecimiento ha sido sistemáticamente decepcionante, y algunos economistas hoy aseguran que un crecimiento bajo o nulo es “lo normal a partir de ahora”. Eso es a lo que se refería Larry Summers, el que fuera Secretario del Tesoro (ministro de finanzas) de los Estados Unidos, cuando formuló la famosa advertencia del “estancamiento secular”.
A mi modo de ver, la conclusión es la siguiente: incluso si invertimos en innovación, no podemos estar seguros de que volveremos a las tasas de crecimiento de los últimos 50 años. Ahora bien, si los gobiernos y las empresas dejan de invertir, está claro que esa etapa se habrá terminado definitivamente.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.