Intercambio transfronterizo de libros accesibles – tan sencillo como contar hasta 3
Por Margaret Williams, directora de Content and Access, Centre for Equitable Library Access (CELA), y Margaret McGrory, vicepresidenta del Canadian National Institute for the Blind (CNIB), Toronto (Canadá)
El Tratado de Marrakech para facilitar el acceso a las obras publicadas a las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso (“el Tratado de Marrakech”) entró en vigor el 30 de septiembre de 2016, dando paso a una nueva era en el acceso a la información para las personas con discapacidades.
El Tratado promete contribuir a poner fin al “hambre mundial de libros” para las personas que no pueden leer los textos impresos de forma tradicional debido a una discapacidad (llamadas “beneficiarios” en el Tratado). Tan solo un porcentaje muy reducido de las obras publicadas está disponible en formatos que pueden leer. Para cambiar esta situación, el Tratado permite la creación y el intercambio transfronterizo de libros accesibles sin ánimo de lucro y sin el permiso de los titulares de derechos. El intercambio transfronterizo es fundamental para evitar que se dupliquen los esfuerzos y los costos cuando dos o más “entidades autorizadas” –gobiernos u organizaciones sin ánimo de lucro al servicio de los beneficiarios– hacen accesible la misma obra en lugar de aumentar el número total de obras disponibles.
Puesta en práctica de la teoría de Marrakech
Los beneficiarios y las entidades autorizadas de los países que han ratificado el Tratado de Marrakech, o se han adherido a él, ya pueden centrarse en aplicar sus disposiciones. ¿Cómo saber qué obras están disponibles en otros formatos, en otros países? ¿Cómo obtenerlas? ¿Cómo poner a disposición las que hemos producido? ¿Cómo cumplir las condiciones del Tratado tal y como fue incorporado en las legislaciones nacionales sin aumentar la carga administrativa?
En este artículo compartimos la experiencia de una entidad autorizada, el CNIB (Canadian National Institute for the Blind), con el servicio de libros del Consorcio de Libros Accesibles (ABC) que ha trabajado con partes interesadas para crear una infraestructura técnica y procesos operativos que responden a esas preguntas. El servicio de libros del ABC también es conocido por el nombre de su proyecto piloto, el servicio TIGAR. Analizamos lo que el servicio ofrece, su valor para nosotros y su futuro potencial, así como el modo de comenzar.
El CNIB es el mayor productor de libros en formatos alternativos en el Canadá. Desde 2014, el CNIB ha permitido el acceso a su colección a aproximadamente tres millones de canadienses con dificultad para acceder al texto impreso a través del Centre for Equitable Library Access (CELA) y de sus cerca de 2.000 bibliotecas públicas afiliadas. El CELA es responsable de la colección heredada del CNIB y selecciona nuevas obras a partir de diferentes fuentes, entre ellas el servicio de libros del ABC.
El servicio de libros del ABC
En pocas palabras, el servicio de libros del ABC permite a una entidad autorizada de un país encontrar y obtener libros accesibles producidos por una entidad autorizada de otro país, y proporcionárselos a los beneficiarios de su propia jurisdicción.
El servicio, siguiendo los principios del Tratado de Marrakech, también se encarga del intercambio transfronterizo entre países que aún no han ratificado o no se han adherido al Tratado, así como de los intercambios híbridos entre países que se han adherido y otros que no lo han hecho. En estos casos, es necesario obtener el permiso de los titulares de derechos.
Para apoyar este proceso, el servicio de libros del ABC consta de:
- un catálogo compartido de libros en formato accesible producido por los participantes;
- un sistema de gestión de los permisos y un servicio de solicitud;
- un servicio seguro para la solicitud, carga y descarga de archivos; y
- un sistema de presentación de informes para las estadísticas de utilización.
El servicio es totalmente digital y, a diferencia de los préstamos entre bibliotecas que implican el envío de artículos físicos a todo el mundo y pueden tardar semanas o meses, permite que una entidad autorizada añada un libro a su propio depósito y lo distribuya inmediatamente, de conformidad con las prácticas locales, mediante una descarga segura a un dispositivo de lectura o el envío local por correo postal de un artículo físico.
Valor y potencial del servicio
Puesto que el servicio de libros del ABC se encarga de la solicitud de permisos, las entidades autorizadas participantes pueden empezar el intercambio mientras esperan la ratificación del Tratado. En septiembre de 2016, el catálogo compartido del servicio de libros contaba con más de 319.000 obras en audio digital, braille y texto en 76 idiomas de 19 productores de 16 países. Las entidades autorizadas comunicaron que, desde septiembre de 2013, más de 102.000 beneficiarios habían recibido obras adquiridas a través del ABC.
Este período de prueba ha sido fundamental para nosotros en el CNIB para determinar lo que se debe hacer a nivel práctico. Nos ha dado tiempo para realizar mejoras antes de que el impacto del Tratado de Marrakech traiga consigo un influjo de material a mayor escala. A continuación figuran algunos ejemplos de los beneficios que hemos observado.
- Desarrollo de colecciones. Al evitar duplicar los esfuerzos de producción de los demás, hemos adquirido 1.500 libros más de los que podríamos haber obtenido de otro modo. Además, hemos gestionado satisfactoriamente más de 100 solicitudes de usuarios y hemos completado series y colecciones de importantes autores.
- Ahorro de costos. Nos habría costado más de 2 millones de dólares canadienses producir los libros que hemos añadido. Es gratificante ver que otras entidades autorizadas reciben algo a cambio, y es un motivo de orgullo saber que nuestras obras escritas por autores canadienses son muy demandadas.
- Proceso simplificado. Hemos firmado un solo acuerdo para acceder al contenido de múltiples asociados, hemos establecido flujos de trabajo técnico y de gestión una sola vez y hemos podido automatizar las tareas rutinarias.
- Servicios de confianza. La utilización del servicio de libros del ABC ha asegurado a los titulares de derechos que la OMPI, una organización en la que confían, gestiona la infraestructura técnica y la autorización de permisos.
- Aportación de la comunidad. Participamos en un grupo de usuarios con otras entidades autorizadas para compartir experiencias y proponer mejoras a elementos como la accesibilidad, la facilidad de uso y la presentación de informes. Nos interesa ver más avances en la recolección de metadatos y en su calidad, así como en la autenticación de los usuarios.
Puesto que los países siguen ratificando el Tratado de Marrakech, esperamos que el número de obras disponibles en el servicio, así como su uso, crezca de manera exponencial. En particular, aguardamos con interés encontrar libros en idiomas que reflejen la diversidad del Canadá, donde una de cada cinco personas ha nacido en otro país; permitir que las personas con dificultad para acceder al texto impreso en el Canadá puedan servirse del catálogo y pedir material; y coordinar proactivamente la producción para reducir aún más la duplicación.
12 principales idiomas no oficiales hablados en los hogares del Canadá
Idioma | Número de hablantes |
---|---|
Chino y sus variantes | 789.190 |
Punjabi | 317.075 |
Español | 252.015 |
Árabe | 181.790 |
Tagalo | 161.080 |
Italiano | 139.480 |
Alemán | 126.375 |
Persa (farsi) | 118.830 |
Urdú | 113.785 |
Ruso | 109.735 |
Vietnamita | 104.960 |
Coreano |
104.905 |
Fuente: Statistics Canada: Population of Census, 2011.
Idiomas hablados en los hogares canadienses por más de 100.000 personas aparte del inglés y el francés.
Cómo utilizar el servicio de libros del ABC
A. Firmar un acuerdo ABC con la OMPI
Para unirse al servicio, su organización debe ser una entidad autorizada –lo que implica que las personas a cuyo servicio está cumplen los requisitos y garantiza que las copias de las obras solo se distribuyen a los beneficiarios– y debe firmar un acuerdo con la OMPI, que es el organismo que gestiona el ABC. Mediante ese acuerdo, usted se compromete a proporcionar:
- información para el catálogo sobre las obras que acuerda compartir;
- archivos en formatos alternativos a petición de una entidad autorizada o de un titular de derechos; y
- las estadísticas de utilización para cada obra que recibe y distribuye.
B. Añadir su información al catálogo compartido
En primer lugar, identifique qué obras va a compartir. Se puede tratar de obras que hayan sido producidas en virtud de una excepción al derecho de autor en el ámbito nacional o para las que el titular de derechos haya concedido su autorización previa. Todos los libros deben ser digitales.
El servicio de libros del ABC importará su información al catálogo compartido. La mayoría de las entidades autorizadas utilizan la norma técnica MARC de catalogación para bibliotecas (MARC, siglas de Machine Readable Code), pero el servicio es compatible con metadatos más simples –título, formato e ISBN en una hoja de cálculo– para permitir que las entidades autorizadas que no dispongan de sistemas de biblioteca puedan participar.
C. Intercambiar libros accesibles
Si otra entidad autorizada solicita una obra que usted ha producido, el sistema le permite cargar ese archivo. Hemos automatizado ese proceso.
Puede buscar libros en el catálogo por formato, idioma, fecha y otros datos. Por defecto, aparecen todas las obras del catálogo. Puede aplicar un filtro para que solo aparezcan las que están disponibles en su país. Si nadie ha solicitado una obra todavía, puede encargarla. El sistema le notifica si se ha concedido o rechazado la autorización y le avisa cuando el archivo está listo para ser descargado.
Puede descargar tanto el archivo como la información del catálogo. Cuando añada la información a su propio catálogo, debe incluir el identificador único que le proporciona el servicio de modo que pueda presentar informes sobre la utilización de las obras recibidas del servicio de libros del ABC. También hemos automatizado el proceso de añadir archivos a nuestro depósito.
El CNIB figura entre los primeros participantes del servicio de libros del ABC. Gracias a un solo acuerdo concluido con la OMPI, tenemos acceso a las colecciones de algunos de los mayores productores de formatos alternativos del mundo. A través del CELA, nuestro prestador de servicios de biblioteca pública, el servicio nos ha permitido ofrecer un número mucho mayor de libros, más rápido de lo que habría sido posible de otro modo y prácticamente sin costos adicionales para los canadienses con dificultades para acceder al texto impreso. Además, al aportar nuestras obras en formatos alternativos a otros participantes del servicio de libros del ABC, nos sentimos orgullosos de contribuir a poner fin al hambre de libros de las personas con dificultades para acceder al texto impreso en todo el mundo.
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