Asambleas de la OMPI – 22 a 30 de septiembre de 2014
Excelentísima Señora Embajadora Päivi Kairamo, Presidenta de la Asamblea General de la OMPI,
Excelentísimos Señores Ministros,
Excelentísimos Señores Representantes Permanentes y Embajadores,
Distinguidos Delegados:
Es para mí un gran placer hacer mías las palabras de la Presidenta de la Asamblea General de la OMPI, a quien quisiera también dar las gracias por sus dotes de dirección, para darles la bienvenida a la primera serie de reuniones de las Asambleas de la OMPI que tiene lugar en la nueva sala de conferencias. La terminación de esta sala es el colofón de un programa de obras de construcción realizado en los últimos seis años, que ha dado lugar a un flamante edificio administrativo, ocupado por el personal de la OMPI durante los últimos tres años, así como a una flamante sala de conferencias con instalaciones y salas de reunión mejor interconectadas en beneficio de los Estados miembros.
En muchos aspectos, esta nueva sala de conferencias ha sido un proyecto ambicioso. Esta noche celebraremos su inauguración oficial, lo que nos brindará la oportunidad de dar las gracias a las numerosas personas que han participado en la ejecución del proyecto. Pero ante todo quisiera rendir homenaje a mis dos colegas que han dirigido el equipo y se han esforzado arduamente en la ejecución del proyecto, es decir el Sr. Ambi Sundaram, Subdirector General del Sector de Administración y Gestión, y la Sra. Isabelle Boutillon, Directora de la División de Infraestructura de Locales. Ambos han realizado una extraordinaria labor para llevar a buen puerto un complejo proyecto, para cuya realización se respetó en gran medida el presupuesto acordado.
El año pasado la situación financiera de la Organización se mantuvo estable y vigorosa. Hemos concluido el bienio 2012-2013 con un superávit global de 34,6 millones de francos suizos con relación a unos ingresos de 680 millones de francos suizos, lo que representa un 5,1% más que los ingresos presupuestados para el bienio, en gran medida como resultado de las tasas de crecimiento de nuestros sistemas mundiales de P.I., en particular el Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT), que rebasó las previsiones presupuestarias. Los gastos correspondientes al bienio ascendieron a 612 millones de francos suizos, es decir un 5,6% menos que los gastos presupuestados, como consecuencia del fomento de la eficacia en función de los costos, los incrementos de la productividad, sobre todo gracias a los sistemas de T.I. y las nuevas herramientas de gestión, y la utilización sensata de la externalización en ciertos ámbitos. Las reservas se hallan en una situación saludable, pues el valor de los activos netos asciende a 208,8 millones de francos suizos, cifra que se encuentra por encima del nivel fijado como objetivo por los Estados miembros.
Si bien aún nos encontramos en una etapa temprana del nuevo bienio 2014 2015, de la experiencia adquirida durante los primeros ocho meses se desprende que estamos bien situados como para atender las expectativas presupuestarias. Si todo sigue igual, lo que no es forzosamente la suposición más adecuada en una economía mundial que permanece caracterizada por la incertidumbre, una recuperación vacilante y una escasa visibilidad, cabría esperar que rebasemos modestamente las expectativas presupuestarias.
La sólida situación financiera de la Organización es el resultado de nuestros sistemas mundiales de P.I., el Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT), el Sistema de Madrid para el Registro Internacional de Marcas y el Sistema de La Haya para el Registro Internacional de Dibujos y Modelos. En el curso de los últimos diez años ha aumentado mucho el número de miembros y la utilización de estos sistemas.
El número de miembros del PCT aumentó en un 19%, para pasar de 124 Estados miembros en 2004 a 148 Estados miembros en 2013. Durante ese mismo período, las solicitudes internacionales de patentes presentadas en el marco del PCT aumentaron un 67%, para pasar de 122.631 a 205.300 solicitudes internacionales. El año pasado, 2013, fue el primero en el cual se presentaron en un único año más de 200.000 solicitudes PCT.
El número de miembros del Sistema de Madrid aumentó un 37% para pasar de 67 Partes Contratantes en 2004 a 92 Partes Contratantes en 2013. En el curso de este mismo período el número de solicitudes internacionales presentadas en el marco del Sistema de Madrid aumentó un 59%, para pasar de 29.476 a 46,829 solicitudes.
El Sistema de La Haya ha seguido a grandes rasgos las mismas pautas pero a una escala muy inferior. Durante los últimos diez años el número de miembros del Acta de Ginebra del Arreglo de La Haya aumentó en un 147%, para pasar de 22 a 47 Partes Contratantes. Análogamente, en el curso de este mismo período las solicitudes internacionales de protección de los dibujos y modelos industriales se incrementaron en un 116%, para pasar de 1.382 a 2.990 solicitudes.
Estas cifras son impresionantes. A mi juicio, demuestran que esos sistemas son un ejemplo fidedigno de una cooperación internacional satisfactoria. Dichos sistemas constituyen además la base de los ingresos de la Organización, pues representan el 95% de los mismos. Hay, pues, buenas razones para afirmar que los sistemas mundiales de P.I. de la OMPI deberían ser una de las prioridades esenciales de la Organización en los seis años venideros. Habida cuenta de ello, nos esforzaremos por supervisar la continua ampliación geográfica de dichos sistemas, de modo que su alcance sea verdaderamente mundial, así como el continuo perfeccionamiento de sus entornos de funcionamiento electrónico, que mejoran la eficiencia y la productividad, además de prestar un servicio de mayor calidad. Seguirá siendo importante que estos sistemas permanezcan rentables y, por consiguiente, accesibles. Me es grato recordar que en el curso de los últimos seis años, período en el cual la carga de trabajo se intensificó apreciablemente debido al mayor número de solicitudes, no se aumentaron las tasas de ninguno de esos sistemas.
La parte del programa de la Organización que plantea mayores dificultades es la agenda normativa. En los últimos dos años los Estados miembros han adoptado dos nuevos tratados, el Tratado de Beijing sobre interpretaciones y ejecuciones audiovisuales y el Tratado de Marrakech para facilitar el acceso a las obras publicadas a las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso. Ya han comenzado las adhesiones a estos nuevos tratados y quisiera instar a todos los Estados miembros a transformar la ardua labor consagrada a la adopción satisfactoria de esos tratados en adhesiones que permitan que éstos entren en vigor, lo que a su vez convertirá el valor potencial de los tratados en ganancias concretas para los actores y las personas con discapacidad visual, así como para el marco multilateral que gobierna a la propiedad intelectual.
Durante los últimos doce meses los nuevos proyectos normativos han avanzado más lentamente, aunque se han obtenido importantes progresos en lo que respecta a la comprensión de los problemas y las posiciones respectivas de los Estados miembros. Permítanme aprovechar la presente serie de reuniones de la Asamblea para instarlos a establecer calendarios de trabajo concretos que orienten a la Organización a concluir con éxito los proyectos maduros que vienen siendo objeto de debate desde hace ya algunos años. Me refiero en particular a los proyectos relacionados con el propuesto tratado sobre el derecho de los diseños, cuyo texto ya ha sido básicamente objeto de acuerdo; la radiodifusión, para cuya conclusión satisfactoria necesitamos una hoja de ruta; y los conocimientos tradicionales, las expresiones culturales tradicionales y la propiedad intelectual en relación con los recursos genéticos, en cuyo contexto los expertos han sentado las bases para entablar negociaciones que, es de esperar, conducirán a unos resultados viables y satisfactorios.
De cara al futuro, creo que todos somos conscientes de que la agenda normativa seguirá siendo una esfera que planteará retos en los años venideros. Los Estados miembros están debatiendo la manera de procurar los medios necesarios para mejorar la eficiencia de las numerosas, por no decir demasiadas, reuniones que patrocina la Organización en este ámbito. Confío en que ustedes establezcan un marco operativo más eficaz para las reuniones, que permita a los miembros centrarse en las esferas en las que exista el acuerdo para tratar de lograr resultados viables. En mi opinión, la amplia mayoría sostiene la idea de que los comités que se ocupan de cuestiones normativas deberían centrarse únicamente en proyectos normativos, mientras que será más útil encauzar los debates preliminares y formativos sobre las nuevas y numerosas cuestiones interesantes que plantean el avance de la tecnología, la globalización y la revolución de los medios de producción, distribución y consumo de obras creativas por medio de conferencias específicas en las que los resultados no estén determinados de antemano, antes de establecer una percepción común y un amplio consenso sobre la necesidad de abordar un tema específico por medio de medidas normativas.
Espero que las reformas del marco operativo de los comités y las reuniones fortalezcan la voluntad política de avanzar hacia la cooperación multilateral, en lugar de debilitarla. Resulta evidente para todos que estamos experimentando los efectos de un mundo de varias velocidades y estratos en el que la cooperación internacional se pone en práctica de muchas formas y en muchas instancias. Confío en que en este nuevo mundo no quede olvidado el aspecto multilateral. A lo largo de su larga existencia, la OMPI ha construido un marco convincente de más de 20 tratados para la cooperación internacional en la propiedad intelectual al servicio de la innovación y las obras creativas. Espero que la aportación prudente y cautelosa de nuevas soluciones que acentúen el valor real en el complicado terreno que constituye actualmente la cooperación internacional forme parte de la voluntad política y de las prioridades que establezcan los Estados miembros para los años venideros.
Desearía señalar a su atención algunas de las nuevas plataformas de cooperación que ha puesto en marcha la Organización a lo largo de los últimos años y que, en cierta medida, resultan menos visibles que la cooperación lograda por medio de proyectos normativos. Me refiero concretamente a:
- nuestras bases de datos mundiales de P.I., PatentScope y la Base Mundial de Datos sobre Marcas;
- las plataformas que facilitan la cooperación en la prestación de servicios de las Oficinas de P.I., como WIPO CASE (Acceso Centralizado a la Búsqueda y el Examen), DAS (Servicio de Acceso Digital) y nuestros sistemas de clasificación;
- las plataformas de cooperación pública privada, como WIPO Re Search, el Consorcio de Libros Accesibles, el Acceso a la Investigación para el Desarrollo y la Innovación (ARDI) y el Programa de acceso a la información especializada sobre patentes (ASPI); y
- los sistemas para la modernización de las oficinas de P.I. y los organismos de gestión del derecho de autor, como el IPAS (Sistema de Automatización de la Propiedad Industrial) y WIPOCOS (Sistema de Información de la OMPI de Derecho de Autor).
Soy consciente de que este mundo constituye una serie desconcertante de siglas que resulta difícil de digerir. Sin embargo, desearía subrayar varios aspectos de estas plataformas.
En primer lugar, hemos avanzado enormemente en esta esfera durante los seis últimos años. Anteriormente no existía la mayoría de esas plataformas de cooperación.
En segundo lugar, todas las plataformas son de carácter voluntario y se han constituido a la carta, de forma que los Estados miembros deciden cuándo y cómo desean participar en ellas. Las plataformas se basan en la participación de los Estados miembros y hemos sido testigos de una contribución importante y positiva de los Estados miembros en las diversas plataformas.
En tercer lugar, las plataformas constituyen vehículos muy eficaces para lograr varios objetivos de política compartidos, especialmente la mejora de la eficiencia y la efectividad del funcionamiento del sistema de P.I. en favor de los innovadores y los creadores; una inteligencia económica y empresarial más certera tanto para las oficinas de P.I. a la hora de tomar decisiones sobre la concesión de derechos de propiedad como para las empresas y el público a la hora de adoptar decisiones acerca del sistema de P.I., así como su análisis y funcionamiento; el fomento en la práctica de posiciones políticas acordadas (por ejemplo, el Consorcio de Libros Accesibles tiene por fin prestar asistencia de manera práctica en la aplicación del Tratado de Marrakech); y un desarrollo eficaz de capacidades que ofrezca ventajas reales a los países en desarrollo y a los países menos adelantados.
Me he extendido en este ámbito técnico, a riesgo de que no sepan de lo que estoy hablando, puesto que en mi opinión a veces somos demasiado pesimistas acerca de los logros de la cooperación internacional. Solemos concentrarnos en ese pesimismo en la difícil esfera de las actividades normativas y con demasiada frecuencia pasamos por alto que las plataformas pueden, en determinados contextos, ser tan eficaces como los tratados al fomentar la cooperación internacional. Además, desearía subrayar que todas esas plataformas constituyen ejemplos muy adecuados de la manera de alcanzar el objetivo de la Agenda para el Desarrollo de incorporar el desarrollo en toda la labor de la Organización. Todo este programa, la mayoría del cual está concebido específicamente para los países en desarrollo, se ha construido fuera de nuestro Sector de Desarrollo oficial, principalmente en el Sector de la Infraestructura Mundial, pero también en el Sector de Cuestiones Mundiales y en el Sector de Cultura e Industrias Creativas. Esto pone de manifiesto en qué medida hemos podido integrar el desarrollo en la labor de la Organización.
Además de nuestras numerosas plataformas, seguirá teniendo prioridad esencial nuestro programa general de asistencia técnica y fortalecimiento de capacidades. Tenemos por fin colaborar estrechamente con los Estados miembros para tratar de lograr resultados que tengan en cuenta las aspiraciones y circunstancias económicas específicas de los países en desarrollo y los países menos adelantados. Concretamente, desearía señalar a su atención la labor importante de fortalecimiento de capacidades realizada por la Academia de la OMPI. Más de 40.000 personas se matriculan anualmente en nuestros cursos de enseñanza a distancia, el 49% de la cuales procedentes de países en desarrollo y el 40% de países con economías en transición. Los cursos y los servicios de tutoría están disponibles en siete idiomas.
A fin de afrontar los numerosos retos que se plantean a la Organización, tenemos que contar con un personal de primera clase. Desearía aprovechar esta oportunidad para agradecer al personal de la OMPI sus servicios profesionales y abnegados. La cifra total de miembros del personal ha permanecido estática durante los seis últimos años, a pesar de los aumentos considerables del volumen de trabajo. Este aumento en la productividad no es consecuencia únicamente de la mejora de los sistemas y prácticas de gestión y de T.I., sino también de la ardua labor del personal.
Tengo el agrado de presentar a las presentes Asambleas mis propuestas para el nuevo Equipo Directivo Superior. Emprendimos un amplio proceso para llegar a las propuestas, que comprendía el examen de las solicitudes de 360 personas para los puestos disponibles. Desearía agradecer a todos los Estados miembros su participación en el proceso, que ha sido muy constructiva. Espero con interés colaborar estrechamente con el nuevo Equipo Directivo Superior, que en mi opinión es un equipo sobresaliente.
Desearía dar las gracias a los miembros salientes del Equipo Directivo Superior por la labor realizada durante los cinco últimos años. Durante ese período se han producido muchos resultados satisfactorios y los miembros del Equipo Directivo Superior han desempeñado una función indispensable a la hora de lograr esos resultados.
Estamos viviendo en un período en el que la innovación ha pasado a ser un elemento esencial de la capacidad de la economía y de la sociedad para afrontar nuevos retos. Igualmente, estamos experimentando la revolución más profunda que ha tenido lugar en los últimos 600 años, desde la introducción de la imprenta, en lo que atañe a la producción, distribución y consumo de obras creativas y culturales. La propiedad intelectual forma parte esencial de estos acontecimientos. Confío en que, en los seis años venideros, la Organización sea capaz de desempeñar un papel importante en el fomento de políticas, plataformas y una cooperación que responda a la magnitud de los desafíos que surgen del lugar fundamental que ocupan la innovación y el entorno digital.