Discurso del Director General - 2017
Asambleas de la OMPI – 2 a 11 de octubre de 2017
[Cotéjese con la versión definitiva]
Excelentísimo señor embajador Jānis Kārkliņš, presidente de la Asamblea General de la OMPI;
Excelentísimos señores ministros;
Excelentísimos señores representantes permanentes y embajadores;
Distinguidos delegados:
Tengo hoy el placer de sumarme al presidente de la Asamblea General para dar la más cordial bienvenida a todas las delegaciones a las reuniones de las Asambleas de 2017. Quiero dar las gracias a los Estados miembros, por el apoyo que brindan a la Organización y que se manifiesta tan claramente en el alto grado de participación en las presentes reuniones y en el extenso abanico de eventos culturales y profesionales paralelos previstos esta semana y cuya organización han financiado generosamente varios de ellos.
Quiero dar también las gracias al embajador Kārkliņš, por el compromiso de que ha dado prueba a lo largo del año pasado en calidad de presidente de la Asamblea General, a fin de preparar las reuniones de 2017 de las Asambleas y de garantizar que estas se lleven a buen puerto. Aprovecho también esta oportunidad para dar las gracias a los presidentes de los demás órganos rectores, comités y grupos de trabajo, por el tiempo que han consagrado y su dedicación para orientar la labor de esta Organización.
Me complace hoy informar de que el número de miembros de la Organización ha pasado a ser de 191 en este último año, a raíz de la adhesión de tres nuevos Estados, concretamente, las Islas Cook, las Islas Marshall y Timor‑Leste. Quiero dar mi más cálida bienvenida a esos nuevos Estados miembros de la OMPI.
A la par del número de miembros de la OMPI, me es muy grato constatar el aumento, en los últimos doce meses, de las adhesiones a los tratados que administra la Organización. Esta semana se conseguirá otro hito en el Sistema de Madrid con la adhesión de Indonesia, que pasará a ser la Parte Contratante nº100 del Protocolo de Madrid. Pasará así el Protocolo de Madrid a ser el quinto tratado administrado por la Organización, junto con el Convenio de la OMPI, el Convenio de París, el Convenio de Berna y el PCT, con 100 o más partes contratantes. Varios otros tratados tienen más de 90 partes contratantes, lo que nos acerca al objetivo expuesto en el plan estratégico a mediano plazo de que la OMPI tenga 12 tratados con más de 100 partes contratantes cada uno.
La situación financiera de la Organización sigue siendo sólida y en 2016, primer año del bienio en curso 2016-2017, se cosecharon resultados muy positivos. Terminamos el año 2016 con un superávit global de 32 millones de francos suizos, resultado similar al obtenido el año anterior, 2015, en el que se registró un superávit de 33 millones de francos suizos. Los resultados que se han obtenido hasta el momento en el año apuntan nuevamente a un resultado comparable en 2017.
Los buenos resultados de los últimos años nos han permitido elevar los activos netos de la Organización a 311,3 millones de francos suizos al final de 2016, en comparación con los 279,1 millones de francos suizos del final de 2015. En concreto, hemos logrado aumentar el componente de liquidez de los activos netos, con lo que la Organización avanza hacia el objetivo fijado por los Estados miembros de elevar el nivel de reservas del 22% al 25% del gasto bienal.
El proyecto de presupuesto por programas para el bienio 2018-2019 se presenta ante las presentes Asambleas para su aprobación. Prevemos un aumento de los ingresos del 10,4%, pero hemos limitado al 2,7% el aumento del gasto propuesto. En concreto, de conformidad con las peticiones reiteradas de los Estados Miembros, hemos contenido el aumento propuesto de los gastos de personal en un 0,8%, lo que consideramos un logro en el contexto del considerable aumento de la demanda de los servicios de la Organización. Por quinto bienio consecutivo, no proponemos ningún aumento de las tasas en los sistemas mundiales de PI ni la creación de ningún nuevo puesto.
La situación financiera positiva y estable de la Organización se ha visto impulsada por el continuo aumento de la demanda de propiedad intelectual. Sin embargo, también debemos reconocer el papel del atractivo y la solidez de los sistemas mundiales de PI (el PCT, el Sistema de Madrid y el Sistema de La Haya) que se han establecido a lo largo de la existencia de la Organización. Estos sistemas proporcionan los medios más adecuados para gestionar la creciente demanda de propiedad intelectual en todo el mundo, así como para obtener una protección eficaz de la propiedad intelectual en el mercado mundial. Esos sistemas constituyen el sostén financiero de la Organización, pero dependen de la participación de los Estados miembros. Esta participación aumenta constantemente, pues son ya 152 las Partes Contratantes en el PCT, en breve serán 100 en el Sistema de Madrid y hay 52 partes contratantes en el Acta más reciente del Sistema de La Haya. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer, pues aún están ausentes importantes partes del mundo. Ninguno de los sistemas ha alcanzado su pleno potencial. Insto a todos los Estados miembros a que tengan en cuenta detenidamente las ventajas de estos sistemas y la posibilidad de adherirse a ellos, si aún no lo han hecho. En una Organización en la que las contribuciones de los Estados miembros representan únicamente el 4% de sus ingresos y los sistemas mundiales de PI el 93% de los mismos, la participación en los sistemas mundiales de PI constituye una expresión positiva de su implicación y adhesión a la Organización que se acoge con suma satisfacción.
Con vistas al futuro, hay varios aspectos del panorama de la PI que quisiera mencionar y que dan una idea de las posibles orientaciones de la Organización a medio y largo plazo.
El primero de esos aspectos es la innovación, que ocupa un lugar central en la finalidad de la propiedad intelectual. La innovación se ha convertido en un elemento clave de las estrategias económicas e industriales de un amplio conjunto de países, no solo de los más avanzados desde el punto de vista tecnológico, sino también de países de ingresos medianos y de otros países que aspiran a transformar sus economías para lograr una base más sostenible de adición de valor. Su importancia fundamental se ha reconocido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), concretamente en el ODS 9. En cuanto capacidad y estrategia que atañe a todos los sectores de la economía y la sociedad —la agricultura, la industria, los sectores digital y de servicios y las industrias creativas—, la innovación brinda a la Organización la oportunidad de contribuir a todos los ODS. En consonancia con el ODS 17, que procura fomentar alianzas con el fin de impulsar la consecución de los ODS, mantenemos varias alianzas público-privadas fructíferas. Esas alianzas contribuyen a la consecución de los ODS de distintas formas, a saber: el Consorcio de Libros Accesibles contribuye a una educación de calidad; WIPO Re:Search, a la salud y el bienestar; las distintas alianzas con editores científicos, técnicos y médicos, a la innovación, la educación de calidad y otros objetivos; y WIPO GREEN, a la acción relacionada con el clima. El martes de esta semana presentaremos una nueva alianza público-privada con el sector farmacéutico, la Iniciativa relativa a la información contenida en patentes en la esfera de los medicamentos, que servirá para facilitar datos sobre la situación jurídica de las patentes de medicamentos, aplicación que contribuirá a aumentar la eficiencia en la adquisición de medicamentos y a determinar la libertad de acción.
El Índice Mundial de Innovación, que la Organización publica anualmente con el INSEAD y la Universidad Cornell y junto con varios asociados expertos, se ha consolidado como la primera referencia internacional para medir la capacidad y el desempeño en materia de innovación. El Índice ha servido además de base para cooperar con los Estados miembros que desean utilizarlo para mejorar su capacidad de innovación. Esto ha posibilitado el establecimiento de colaboraciones fructíferas con varios países en desarrollo.
La velocidad a la que se produce la innovación va en aumento, y esto genera diversos desafíos para los marcos institucionales y de gobernanza en todo el mundo. Uno de ellos es el desafío al que se enfrenta el poder judicial al resolver causas de PI que suscitan cuestiones novedosas debido a cambios tecnológicos, que quizás no hayan sido abordadas o resueltas por los órganos legislativos con anterioridad. Hemos apreciado que los Estados miembros casa vez solicitan más colaboración en lo que respecta tanto al intercambio de información entre las judicaturas como al fortalecimiento de capacidades en jurisdicciones que hayan tenido menos experiencia con cuestiones de propiedad intelectual en el pasado.
Este hecho ha abierto una nueva puerta a la Organización, que durante la mayor parte de su existencia se ha dedicado por lo general a la administración ejecutiva de la PI. Debemos adaptarnos para dar respuesta a estas demandas de los Estados miembros haciendo que la Secretaría adopte un enfoque más sistemático respecto de la administración judicial de la PI. Esto abarca la realización de actividades que podrían entrar en la categoría del fortalecimiento de capacidades, como el programa de enseñanza a distancia para jueces que está desarrollando la Academia de la OMPI; la creación de un espacio para el intercambio de mejores prácticas entre las judicaturas; y la utilización de tecnologías de la información para disponer de más información sobre los sistemas judiciales y las decisiones adoptadas en todo el mundo en el ámbito de la PI. Con respecto a esto último, hemos puesto en marcha con el Tribunal Popular Supremo de China y con varios países de América Latina una iniciativa encaminada a poner a disposición las principales decisiones, con un acceso mejorado gracias a la utilización de nuestro sistema de traducción asistida por computadora basado en la inteligencia artificial.
En los últimos años, hemos realizado enormes progresos en lo que atañe a nuestras bases de datos mundiales y plataformas de tecnologías de la información para la cooperación entre las oficinas, en distintos ámbitos como la automatización de las oficinas, las estadísticas, el intercambio digital de documentos de prioridad y el intercambio de los resultados de la búsqueda y el examen. Estamos convencidos de que todo ello ha evolucionado hasta conformar actualmente una red de conocimientos de la OMPI en la que los países y las oficinas comparten datos, la Organización pone esos datos a disposición en bases de datos o por medio de plataformas, y los productos y servicios relacionados con los conocimientos son desarrollados tanto por la propia Organización, por ejemplo, mediante nuestros informes económicos o estadísticos, o por terceros ajenos a la Organización, puesto que todos los datos se ponen a disposición en el marco de una política de libre acceso. El aprovechamiento del buen trabajo ya realizado y el desarrollo continuo de esa red de conocimientos, por ejemplo, mediante el intercambio y la puesta a disposición de información acerca de la jurisprudencia principal en el campo de la PI, crearán lo que constituirá un activo mundial de gran valor para los encargados de la adopción de políticas, las comunidades académica, científica y de la investigación, los profesionales y el público en general.
Por último, mencionaré una esfera en rápido desarrollo en la que, en mi opinión, la Organización debería empezar a participar, tal vez con tímidos pasos, a saber, la de la inteligencia de datos, la Internet de las cosas y la inteligencia artificial. Este tema tiene enormes repercusiones y múltiples dimensiones, muchas de las cuales van bastante más allá del ámbito de interés de la propiedad intelectual, y tendremos que tener mucho cuidado para no apartarnos del mandato de la Organización. Un tema de interés podría ser el uso creciente de la inteligencia artificial y la inteligencia de datos en la administración de la PI. Hemos puesto a punto varias aplicaciones -en traducción, clasificación y búsqueda por imágenes- y varias oficinas de PI también están trabajando en diferentes aplicaciones. A fin de mantener la administración de la PI a la par de los últimos avances tecnológicos, sería útil que desarrolláramos mecanismos para compartir información sobre nuestra respectiva labor, así como para aprovechar la labor de los demás y evitar la duplicación de los esfuerzos.
La otra cara de la moneda es la repercusión que tiene el sistema clásico de PI en la inteligencia de datos y la inteligencia artificial. En concreto, ¿cómo funciona el sistema de PI en este ámbito en el cumplimiento de su misión esencial de fomentar y difundir la innovación? Se plantean numerosas preguntas a ese respecto y acabamos de empezar a desarrollar nuestra base de conocimientos. Quizá sea útil un mayor intercambio de información a nivel internacional en relación con los avances y las prácticas para que todos lleguemos a comprender esas cuestiones.
Deseo agradecer nuevamente su apoyo a los Estados miembros, apoyo que garantiza la vitalidad y el éxito de la Organización. Asimismo, deseo rendir homenaje a mis colegas, el personal de la OMPI, por su labor abnegada y profesional. Contamos con muchos profesionales muy capacitados en la Organización, que han contribuido a lograr avances sobresalientes y logros excepcionales.