20 a 22 de abril de 2016
Discurso de apertura por Francis Gurry, Director General (OMPI)
video (YouTube)
Distinguidos invitados:
Es un gran placer y un privilegio para mí darles la bienvenida a esta conferencia sobre el mercado mundial de contenidos digitales.
Quiero agradecer a todos ustedes su presencia en esta sala la mañana que nos ocupa. Nos complace ver la respuesta entusiasta que ha suscitado la Conferencia. Más de 1.500 participantes de 144 países se han inscrito para tomar parte en ella. Una respuesta tan entusiasta es buen indicio de lo oportuno que resulta entablar un debate a escala internacional sobre las novedades que tienen lugar en el mercado mundial de contenidos digitales, y constituye un respaldo concluyente a la calidad de los oradores, los panelistas y los moderadores que han tenido la generosidad de venir a compartir sus experiencias y conocimientos.
En mi opinión, tenemos la suerte de estar viviendo una transformación extraordinaria de las maneras en que se expresa y se comunica nuestra cultura, y las obras creativas que la definen. La tecnología, especialmente la tecnología digital e Internet, es el fundamento de dicha transformación, pues ha facilitado el almacenamiento, la reproducción y la distribución de obras creativas. A su vez, esas características han creado la posibilidad de acceder a repertorios de obras que no tienen precedentes, la posibilidad de contar con una audiencia mundial y precios muy reducidos para acceder a las obras creativas. Todo ello ha tenido lugar en un espacio de tiempo muy breve, si lo consideramos desde una perspectiva histórica. Hace apenas 20 años, en 1995, se autorizó por primera vez la actividad comercial en Internet. En esa época, el método dominante que empleaban los consumidores para obtener acceso a las grabaciones musicales era la compra de CD. Un CD, que contenía unas 15 canciones, costaba alrededor de 30 dólares de los EE.UU. Veinte años después, los consumidores pueden tener acceso a un repertorio de millones de canciones de música de todo el mundo a un precio mensual de 10 a 15 dólares de los EE.UU. Cabe comparar ese cambio extraordinario con lo que cuesta ver un partido de fútbol. En 1995, la entrada de un partido de fútbol del Arsenal costaba 12,50 libras esterlinas. El costo de la misma entrada en la temporada actual asciende a 45,60 libras esterlinas.1
Esta profunda transformación, que está sucediendo ante los ojos y los oídos de todos nosotros, ha desarticulado en gran medida no solo la manera en que se almacenan y distribuyen las obras creativas, sino también la arquitectura empresarial que hace posible o acompaña la producción, distribución y consumo de dichas obras. Por ejemplo, todos hemos sido testigos de cómo desaparecen constantemente, o al menos son cada vez más escasos, los vendedores al por menor del mundo analógico --las tiendas de discos, las tiendas de video, las librerías—y de cómo son sustituidos por las tiendas en línea, muchas de las cuales prestan servicio de manera indistinta a una base de consumidores de carácter mundial, a diferencia de la local. Las cadenas de valor de la producción, distribución y consumo de obras digitales son radicalmente distintas de las existentes en el caso de las obras analógicas.
Las obras creativas ocupan un lugar muy especial en nuestras vidas, dotado de muchas dimensiones. Son obras que enriquecen la calidad de vida de las personas, desde el punto de vista social y cultural, pues hacen posible la comunicación de la experiencia humana. Asimismo, educan y transmiten nuestra cultura y conocimientos de una generación a otra. En el plano económico, las industrias creativas constituyen una importante fuente de empleo y, según un estudio reciente, representan unos 30 millones de puestos de trabajo en todo el mundo.2 Esas obras contribuyen al crecimiento económico, generando, según el mismo estudio, 2,25 billones de ingresos mundiales, más que el PIB de la India, la séptima economía del mundo. 3
El derecho de autor es el mecanismo central para la creación del mercado de obras creativas; constituye, por así decirlo, el vínculo dominante entre el mundo de la creatividad y la economía. Se trata del medio gracias al que tiene lugar el intercambio comercial de obras creativas. Como tal, es asimismo el principal modo de financiación de la producción de obras creativas, el mecanismo que hace posible que el creador controle la explotación comercial de sus obras; de esa manera, el creador obtiene valor económico y la posibilidad de ganarse la vida, mientras que se garantiza la sostenibilidad económica de las industrias creativas.
Sin embargo, las mismas características de la tecnología que han producido enormes beneficios para los consumidores también han planteado numerosos retos a los creadores y a sus asociados comerciales. La presente Conferencia tiene por fin examinar las dos vertientes que ofrece la repercusión de la transformación digital en el mundo creativo; por una parte, las enormes ventajas y oportunidades y, por otra, los cambios radicales e incluso las amenazas. ¿Qué repercusión han tenido las nuevas cadenas de valor en los creadores e intérpretes y ejecutantes? ¿Se han conservado en el nuevo entorno los equilibrios establecidos en el sistema de derecho de autor? ¿Cómo afronta el sistema territorial de derecho de autor la realidad del mercado mundial que ha creado la tecnología? Las preguntas son numerosas y el panorama cambia con tal rapidez que no resulta siempre fácil obtener una visión transparente de la incidencia que tienen los avances tecnológicos y las respuestas del mercado, puesto que las novedades se suceden a tal ritmo que apenas hay tiempo para asimilar los cambios.
Con todo, lo menos que se puede decir es que se trata de una evolución apasionante y fascinante, que tiene consecuencias fundamentales para la producción cultural en el siglo XXI. Vamos a comenzar a examinar esas cuestiones echando un vistazo al futuro, puesto que, como dijo Charles Kettering, ahí es donde vamos a pasar el resto de nuestras vidas. Me complace enormemente presentar a Jaron Lanier, un hombre de notables cualidades. Además de experto en informática, es artista, escritor y compositor. Muchos de ustedes lo conocerán, especialmente, gracias a su libro ¿Quién controla el futuro? Es un privilegio tener entre nosotros a Jaron, que nos va a hablar de la cadena de valor en el ámbito digital a escala mundial y la creatividad sostenible.
- Andy Kelly, “History of Arsenal Ticket Prices since 1980” ↑
- EY y CISAC, Tiempos de cultura - El primer mapa mundial de las industrias culturales y creativas, diciembre de 2015.↑
- FMI, 2015 ↑