19 de enero de 2024
La Escuela de Propiedad Intelectual (EPI) del Centro Nacional de Registros (CNR) de El Salvador lideró varios proyectos clave en 2023 con el objetivo de maximizar la incidencia en educación, formación y capacitación en materia de propiedad intelectual (PI). La EPI es una institución de formación en propiedad intelectual (IPTI) de la Academia de la OMPI, que se fundó en 2015 y que ha llevado a cabo, desde su creación, 154 actividades de formación para 7 916 personas. Las actuales iniciativas de incidencia de la EPI están especialmente orientadas a jóvenes, empresarias y el mundo académico.
En abril de 2023, con motivo del Día Mundial de la PI, cuyo tema era "Las mujeres y la PI", la EPI puso en marcha un proyecto, con apoyo de la Academia de la OMPI, para capacitar a emprendedoras y creadoras de El Salvador. Se seleccionaron 20 emprendedoras de regiones de todo el país y se las emparejó con 18 estudiantes universitarios de empresariales, marketing y diseño gráfico para que desarrollaran un plan de negocio completo, además de una identidad de marca y un logotipo con los que registrar su marca de cara a un concurso final. Como compensación por su participación en este proyecto, los estudiantes se beneficiaron de créditos académicos para graduarse.
Como parte del proyecto, las 20 empresarias han presentado con éxito las solicitudes para registrar sus marcas en el CNR. Las empresarias con las tres mejores propuestas recibieron asesoramiento individualizado para poner en práctica sus planes de negocio por parte de consultores de la OMPI.
Karla Noemy Portillo de Avelar fue galardonada por el plan de negocio y la imagen de marca de "Para el Alma", una empresa que puso en marcha en 2021 y que se especializa en té y mezclas para hacer infusiones. Karla crea las mezclas personalmente, utilizando distintos ingredientes de alta calidad, especias y hierbas que se inspiran en los olores de su infancia. Vende sus mezclas a través de las redes y de sus círculos sociales. Karla siempre ha sentido pasión por la cultura del té y el café y en el pasado tomó clases de sumiller, mezcladora y barista. Su afición a hacer tés y mezclas para infusiones era una forma de distraerse de los factores estresantes de la vida y quiso compartir los efectos calmantes de los tés con los demás.
La pandemia le dio la oportunidad de explorar la posibilidad de rentabilizar su afición vendiendo sus mezclas a familiares y amigos cercanos. Como abogada que se dedica a la administración pública, tenía conocimientos generales sobre PI, pero a través del concurso aprendió más sobre el proceso de registro de una marca. Está especialmente satisfecha y agradecida por la fase de tutoría del concurso, porque está deseando aprender más sobre cómo posicionar su negocio en el mercado y sobre las cuestiones jurídicas que debe tener en cuenta como propietaria de un negocio.
La PI me ayudará a obtener ingresos y me permitirá ampliar el negocio con mi marca. Mi objetivo es aprender más sobre temas empresariales relacionados con la PI y hacer crecer mi negocio, cuyos productos están a la venta en varias tiendas. También tengo la intención de abrir una tienda física.
Karla Noemy Portillo de Avelar, fundadora de Para el Alma
Mirna Estela Martínez de García también fue premiada por el plan de negocios y la imagen de marca de su empresa, "M & G Arte y Más", especializada en artesanía, cuadros y jabones hechos a mano. Mirna padece artritis reumatoide desde los 10 años y va en silla de ruedas desde entonces. Siempre le gustó pintar, pero dejó de hacerlo por los dolores de la artritis.
Durante el primer confinamiento de la pandemia de COVID-19 decidió volver a pintar, con el fin de generar ingresos para su familia vendiendo sus obras y artesanías. Lanzó oficialmente su negocio en 2020 y está registrada como empresaria con una discapacidad física. Se enteró del concurso gracias al Consejo Nacional para la Inclusión de las Personas con Discapacidad (CONAIPD) de El Salvador, que con frecuencia le recomienda cursos de formación para ayudarle a formalizar y proteger su negocio. Mirna es una pintora paisajista que vende sus creaciones a sus amigos, a fundaciones y al público a través de las redes sociales. No sabía mucho sobre PI antes de participar en el concurso, pero mediante de la creación de una marca y un plan de negocios aprendió sobre la importancia de la PI para impulsar su negocio, además de a quién acudir para preguntar y orientarse sobre PI en su calidad de propietaria de una pequeña empresa. Mirna espera impartir talleres de arte a otras mujeres y personas mayores con discapacidades físicas y quiere vender su obra en el mercado internacional.
La PI me ayuda a desarrollar mi marca y mi reputación entre los clientes y a generar unos ingresos sostenibles. Me siento más segura y respaldada como empresaria creativa sabiendo que mi PI está protegida.
Mirna Estela Martínez de García, fundadora de M & G Arte y Mas
Mónica Meliza Linares Godoy, Madelin Raquel Alas Girón, Claudia Michelle Alfaro Guzmán y Katherine Esperanza Martínez Lemus son unas buenas amigas y compañeras de clase de tercer curso de la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) de El Salvador que se unieron para poner en marcha un negocio de venta de productos cosméticos a base de fruta del dragón llamado "GAMA Pitahaya". Se enteraron del concurso en la escuela y se animaron a lanzar una empresa juntas para participar y beneficiarse de la fase de tutoría. Descubrieron por casualidad las propiedades tintóreas de la fruta del dragón rosa y decidieron crear barras y brillos de labios naturales a partir de pigmentos frutales. "GAMA Pitahaya" se lanzó al público durante la última semana de octubre de 2023, en la feria Día de Campo de la ENA. Antes de participar en el concurso, solo conocían la PI por una clase de innovación que cursaron en la universidad. Sin embargo, a través del concurso, conocieron la importancia que tiene la PI para los empresarios en particular.
Ahora que tenemos los conocimientos necesarios para proteger nuestro trabajo, nos sentimos más seguras a la hora de lanzar y hacer crecer un negocio sabiendo que nuestros esfuerzos están protegidos y se valoran. Gracias a la PI, podemos generar ingresos y garantizar la ventaja competitiva de nuestro negocio. Por eso recomendamos a otros empresarios que registren su PI y se beneficien de ella.
Mónica Meliza Linares Godoy, cofundadora de GAMA Pitahaya
La EPI, con el apoyo de la Academia de la OMPI, también trabajó con universidades de todo El Salvador en el proyecto "La PI como herramienta para integrar al sector académico en el mercado". Mediante este proyecto, la Academia de la OMPI ha ayudado a la EPI a crear políticas modelo de PI que permita gestionar de una forma estructurada el trabajo innovador y creativo que generan las instituciones de educación superior. Del 21 al 25 de agosto de 2023 se llevó a cabo un programa de trabajo presencial para personal universitario de El Salvador con el fin de orientarles sobre los próximos pasos operativos para establecer políticas de PI que promuevan la investigación científica y el desarrollo tecnológico entre sus investigadores. También se está llevando a cabo un programa de capacitación con algunas universidades seleccionadas, a fin de adaptar las políticas modelo a sus ámbitos académicos. Asimismo, los estudiantes universitarios de las asesorías jurídicas recibieron formación sobre los aspectos básicos de la PI y los elementos fundamentales de los contratos relacionados con los derechos de PI. Durante las asesorías jurídicas, se hizo hincapié en los elementos que deben tenerse en cuenta a la hora de asesorar a los empresarios.
Además, de septiembre a noviembre de 2023 se celebró un concurso con el lema "Generando ideas disruptivas" para estudiantes universitarios locales, que desarrollaron invenciones comercializables como parte del proyecto. Los inventos presentados al concurso resuelven problemas técnicos concretos en los sectores energético, informático, de la construcción, salud, medio ambiente, agricultura e ingeniería. Los tres ganadores recibieron premios en metálico de entre 500 y 2 000 dólares de EE.UU., financiados por el CNR, además de créditos para prácticas profesionales y la tutoría de consultores de la OMPI sobre los siguientes pasos a dar en la puesta en práctica de sus estrategias de PI y planes empresariales. Todos los participantes en el concurso se beneficiaron de un taller virtual sobre la presentación de ideas empresariales y el papel de la PI en los negocios. Los participantes recibieron también orientación de especialistas de la OMPI sobre cómo mejorar sus innovaciones.
Cinco grupos llegaron a la final por sus ideas innovadoras, que se seleccionaron por sus repercusiones positivas en el país. Funcionarios del CNR ayudaron a los finalistas a presentar las solicitudes de registro de sus innovaciones, de modo que los universitarios pudieran beneficiarse de la protección de la PI.
Los ganadores del concurso "Generando Ideas Disruptivas" fueron Juan Carlos Menjívar Molina (24), Nelson Fernando Méndez Cisneros (23) y Oscar Armando Jorge Deodanes (28). El grupo está formado por estudiantes de licenciatura y doctorado en físicas de la Universidad de El Salvador. Los estudiantes se conocieron por primera vez en el laboratorio del Dr. Carlos Rudamas, donde se unieron al grupo de investigación que trabaja en nanoestructuras para aplicaciones respetuosas con el medio ambiente. Inventaron una nanoestructura basada en el carbono que funciona como semiconductor no tóxico, ya que los semiconductores tradicionales utilizan metales pesados. A Juan Carlos, Nelson y Óscar se les ocurrió la idea de recubrir las luces LED con una nanoestructura polimérica, de forma que las luces fueran más eficientes desde el punto de vista energético y sostenibles cuando se tiraran a la basura, ya que no contendrían materiales tóxicos. Su objetivo era contribuir al crecimiento de los productos tecnológicos procedentes de El Salvador, con lo que acabarían creando puestos de trabajo e impulsando la economía salvadoreña.
Otro grupo del laboratorio del Dr. Rudamas llegó a la final del concurso "Generando Ideas Disruptivas" por la invención de un detector de contaminantes atmosféricos que utiliza la luz solar para evaluar la calidad del aire. Jorge Cuadra (28), Alejandro Portillo (27), Marvin Ramos (22) y Miguel Alvarenga (23) son estudiantes de físicas de la Universidad de El Salvador que se juntaron en el laboratorio para trabajar en un detector de contaminantes atmosféricos económico y fácil de usar, que pueda ayudar a su país a que investigue más sobre contaminación atmosférica, lo que contribuirá con el tiempo a mejorar la calidad del aire de las principales ciudades de El Salvador y, potencialmente, a ayudar a países vecinos que se enfrentan a retos similares.
Andrea Celeste Mira Barraza (19) y Katherine Judith Rivas Cornejo (21) son compañeras y amigas íntimas que estudian arquitectura de interiores en la Universidad José Matías Delgado. Crearon la "Mesa Arco Iris", una mesa pivotante multifuncional que gira, con dos tipos de superficies, pizarra blanca y pizarra de tiza. Se inspiraron en las formas y colores que utilizan los niños menores de seis años al dibujar, tras observar cómo jugaban sus primos pequeños. Andrea y Katherine conocieron la PI gracias al concurso, y tras ser seleccionadas como finalistas durante la ceremonia de entrega de premios el 21 de noviembre de 2023, el CNR les ayudó con el proceso de solicitud de registro como diseño industrial de su mesa multifuncional. Abrigan la esperanza de convertirse algún día en diseñadoras de muebles especializadas en mobiliario infantil. De esta experiencia aprendieron lo importante que es la protección de la PI si desean comercializar sus diseños de manera rentable.
Ariel Andrés Benítez Hernández, Diego Alfonso Torres Mayorga y Pablo Enrique Vides Zavala son unos estudiantes universitarios de 19 años de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas que se hicieron muy amigos en el instituto. Un día, Ariel soñó que estaba en una gasolinera llenando el depósito de su coche con plástico en lugar de combustible, así que propuso la idea a sus amigos Diego y Pablo, pensando que quizá podrían combinar sus conocimientos de empresariales, ingeniería industrial e ingeniería informática para hacer realidad este sueño. Por suerte, el hermano mayor de Ariel les habló ese mismo día del concurso "Generando ideas disruptivas", así que les pareció una coincidencia perfecta y decidieron inscribirse. El concurso les empujó a desarrollar la idea a la vez que aprendían por primera vez sobre propiedad intelectual. Gracias al diseño y los cálculos de Diego, crearon un proceso para descomponer el plástico en gasolina mediante el calentamiento gradual de un depósito de hierro con una bobina. A principios de diciembre de 2023, el CNR les ayudó a presentar la solicitud de registro de su innovación como modelo de utilidad, que redactó Pablo. Con la protección de PI esperan conseguir inversores y así poder comprar los materiales necesarios para fabricar un prototipo. Ariel, Diego y Pablo creen que su innovación puede proporcionar energía barata, dando una segunda vida a los residuos plásticos.
Con el fin de animar a los jóvenes a que aprendan sobre la PI de forma entretenida, la EPI, en coordinación con la Academia de la OMPI, puso en marcha el proyecto "Jugando con la PI", en el que se retó a estudiantes universitarios de informática y diseño gráfico a desarrollar un videojuego divertido que enseñe PI a los niños. A lo largo del proceso, los equipos recibieron orientación sobre desarrollo de juegos, gamificación y educación en materia de PI para niños, así como sobre los derechos de PI en la industria de los videojuegos, lo que les hizo descubrir su inmenso potencial como carrera prometedora.
En el marco del proyecto, de abril a junio de 2023 se celebró un concurso para mejorar sus prototipos, en colaboración con el centro de apoyo a la tecnología y la innovación (CATI) del CNR.
El 30 de junio de 2023, William Edmundo Montano Molina, de 17 años, de la Universidad Don Bosco, ganó el concurso y recibió un premio en metálico de 3 500 dólares de los EE.UU., financiado por el CNR, por su creativo videojuego "Este robot es mío".
Como estudiante de informática e ingeniería y ávido jugador, William siempre tuvo interés en desarrollar sus propios videojuegos. Antes había intentado crear un juego sobre gatos, inspirado en sus dos gatos, Jolyne y Thorfinn, pero cuando recibió un correo electrónico de su universidad anunciando el concurso de la EPI se animó a aceptar el reto. Aprendió por sí mismo a desarrollar el videojuego utilizando videos de YouTube y otros recursos gratuitos en línea. Sus estudios universitarios también fueron de gran ayuda, ya que complementaban sus conocimientos de programación. Su parte favorita del proceso fue el desarrollo de la historia, ya que disfrutó dando salida a su creatividad.
Los jugadores de "Este robot es mío" crean su propio robot desde cero y lo personalizan, y al final del juego obtienen un certificado que acredita la propiedad de su creación con un comentario final sobre PI. El mensaje sobre la PI es sutil pero se transmite de forma muy entretenida para los jugadores. Tras completar su reto personal de desarrollar un videojuego, William está ahora motivado para crear videojuegos más grandes y complejos con argumentos creativos inspirados en su juego favorito de todos los tiempos, Red Dead Redemption 2, que ya ha completado más de tres veces por lo bueno que es el argumento.
Primero aprendí sobre PI por mi cuenta a través de recursos en línea, pero aprendí aún más mientras creaba este juego para el concurso de la EPI. Ahora sé cómo puede ayudarme la PI a proteger y rentabilizar los videojuegos que creo.
William Edmundo Montano Molina, beneficiario de la EPI
La EPI tiene previsto utilizar el juego de William como herramienta para promover la PI entre los niños en centros educativos por todo El Salvador. Tras ganar el concurso de videojuegos de la EPI, la Escuela Nacional de Agricultura de El Salvador se puso en contacto con William para que les ayudara a crear un videojuego sobre huertos escolares.
La EPI se dedica a trabajar en programas especializados de capacitación para mujeres y jóvenes, y en nuevas áreas de PI para el sector académico, como la innovación y las tecnologías verdes. Algunos de los interesantes proyectos de la EPI que veremos pronto se centran en sectores nacionales clave como el turismo de surf y las industrias creativas, entre otros.
Las IPTI son la solución sostenible, rentable y ampliable de la Academia de la OMPI a las necesidades locales de formación y desarrollo de competencias en materia de PI. Desde el inicio del programa de IPTI en 2010, se han creado 18 IPTI y 14 están en marcha. A través de las IPTI, la Academia de la OMPI presta apoyo a los Estados miembros en la creación de sus propios centros de formación y continúa apoyando a las IPTI en el desarrollo, diseño y ejecución de proyectos, programas y servicios de formación que atiendan necesidades comunes, además de proporcionar espacios para que colaboren y establezcan redes de contactos.