13 de septiembre de 2024
La agricultura es uno de los principales pilares de la economía nacional del Perú. Sin embargo, actualmente este sector se enfrenta a importantes obstáculos que se han visto agravados por el cambio climático y El Niño. Los patrones erráticos en las precipitaciones han provocado la propagación de insectos, hongos y plagas autóctonos, algo que plantea graves desafíos al cultivo de cosechas clave como el café y el cacao. Estas fluctuaciones climáticas pueden comprometer la calidad del suelo y afectar negativamente al rendimiento de los cultivos, lo que repercute directamente en los medios de subsistencia de las comunidades agrícolas. WIPO GREEN ayuda a los agricultores a responder a estos desafíos facilitando su conexión con proveedores de tecnologías verdes.
Con el apoyo del Fondo Fiduciario Mundial del Japón para la Propiedad Industrial, el programa de aceleración para América Latina de WIPO GREEN en Perú, en asociación con el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI) y en colaboración con BioActiva, una empresa local de consultoría, tiene por objeto mejorar la capacidad de las empresas agrícolas peruanas para resistir los efectos del cambio climático. Esta iniciativa ha dado lugar a dos casos de éxito durante el primer año de puesta en marcha del proyecto.
Fundo Cristina es una explotación de cacao situada en la provincia de Puerto Inca, Huánuco. Fundada por David H., la finca se extiende a lo largo de 12 hectáreas, y se especializa en el cultivo de diversas variedades de cacao y en la producción de los exquisitos chocolates Pachinkao. Cuenta con aproximadamente 1 200 plantas de cacao de secano por hectárea.
David sintió cada vez más los efectos perjudiciales del cambio climático y el fenómeno de El Niño en sus cultivos de cacao. Observó que la explotación se enfrentaba a graves problemas debido a lo imprevisible de las precipitaciones, que se traducían en periodos de intensos aguaceros que causaban anegamientos y erosión del suelo, y épocas de sequía que provocaban pérdidas de humedad y agrietamiento del suelo. Este patrón meteorológico tan irregular alteró el calendario habitual de las cosechas. "Tradicionalmente, las cosechas se realizaban quincenalmente a lo largo del año. Sin embargo, en los últimos años se ha producido una desviación significativa, limitándose las cosechas a solo dos veces en septiembre", afirma David.
Conscientes de la necesidad de una solución, el equipo de BioActiva buscó las tecnologías adecuadas para ayudar a esta explotación de cacao. Su búsqueda les llevó a varios productores de hidrogel. El hidrogel es un polímero superabsorbente diseñado para aumentar la capacidad de retención de agua y el drenaje del suelo. Los hidrogeles absorben el agua cuando está disponible y la liberan lentamente durante los periodos secos. Puede ahorrar hasta un 85% de las necesidades de agua, lo que disminuye la necesidad de regar.
Las necesidades de la explotación se examinaron minuciosamente a lo largo de una serie de reuniones. Finalmente, Fundo Cristina eligió a un proveedor local, Plantagel, gracias a su oferta de servicios integrales, que incluía asistencia técnica durante el proyecto piloto, así como herramientas de documentación para registrar y medir el progreso del proyecto. Esta asociación se formalizó a mediados de septiembre de 2023, con el inicio de una prueba de dos meses en la que se aplicaría hidrogel a un área de 180 metros cuadrados con el fin de mejorar la hidratación del suelo para 20 árboles de cacao.
Mientras tanto, enclavado en las laderas orientales de los Andes peruanos, el distrito de Santa Teresa, La Convención, en Cusco, se enfrenta a otro tipo de retos. Desde su transición al cultivo de café orgánico en 2016, Nogalpata, una explotación cafetera de tres hectáreas gestionada por Sara Gamarra Palomino y Ronildo Sánchez Pérez, se enfrentó a un número creciente de plagas y enfermedades como la roya amarilla, la broca y la mosca de la fruta.
Los consultores sobre el terreno de WIPO GREEN se pusieron en contacto con Ciclos Café, una cafetería conocida por su apoyo a los cultivadores de café ecológico. El resultado fue una reunión entre Felipe Aliga, de Ciclos Café, y Sara, en la que ella explicó cómo las moscas de la fruta de las explotaciones frutícolas cercanas estaban infestando sus cultivos de café. Tras mantener conversaciones con posibles proveedores de tecnología, se identificó el GF-120 de Bayer como una posible solución. El GF‑120 es un insecticida orgánico producido por la Saccaropolyspora spinosa, una bacteria del suelo. Contiene spinosad, que es un ingrediente activo, así como un cebo proteínico para atraer a las plagas que se desea combatir. El insecticida es muy selectivo y está certificado para su uso en agricultura ecológica.
Para Sara, este producto destacaba por su rentabilidad y facilidad de aplicación con pulverizadores de mochila (que ya poseía la explotación), lo que se ajustaba a los requisitos para Nogalpata. La elección fue estratégica, ya que otras posibles soluciones requerían el uso de equipos especializados y personal técnico que superaban los recursos inmediatos de la explotación.
Al principio, Sara optó por adquirir este producto para su explotación de tres hectáreas. Cuando se hizo evidente que numerosos agricultores de la región se enfrentaban a problemas similares, Sara compartió su proceso de descubrimiento de una solución potencialmente viable a través de WIPO GREEN con la cooperativa de cultivadores de café a la que pertenece, que incluye a más de 300 miembros, cada uno de los cuales supervisa explotaciones de hasta nueve hectáreas. Esta secuencia de acciones pone de relieve el éxito de la iniciativa, no solo en concienciar sobre un problema medioambiental que afecta a una amplia franja del sector agrícola, sino también en movilizar a las partes interesadas locales para encontrar soluciones viables.
El equipo de BioActiva ha informado al Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) sobre esta posible plaga emergente. A su vez, el SENASA se ha ofrecido a facilitar el acceso a laboratorios entomológicos locales para validar la identificación de la plaga y su correspondiente informe. También se ofreció a facilitar conversaciones con el gobierno regional de Cusco, encargado de desplegar acciones preventivas de control de plagas en la localidad.
Afrontar los retos del cambio climático en la agricultura es una tarea compleja, como ilustran las experiencias de Fundo Cristina y Nogalpata. Las estrategias de adaptación empleadas por estas explotaciones, como el uso de hidrogeles e insecticidas orgánicos, reflejan la necesidad de flexibilidad e innovación ante las nuevas incertidumbres medioambientales. La transición del reto individual de Sara a una preocupación colectiva en la cooperativa también pone de relieve la necesidad de soluciones escalables que puedan adaptarse a condiciones diversas. Esta progresión hacia una actuación comunitaria pone de manifiesto el vigoroso proceso de búsqueda de respuestas a las repercusiones del cambio climático en la agricultura.
Ya se ha puesto en marcha el proyecto piloto de Fundo Cristina con tecnología de hidrogeles. El avance tangible en la retención de la humedad del suelo se medirá y comunicará en los próximos meses. Este despliegue, apoyado por WIPO GREEN y sus socios, muestra el potencial que tienen los esfuerzos de colaboración para aportar soluciones medioambientales útiles. De cara al futuro, las experiencias de Fundo Cristina y Nogalpata nos recuerdan la importancia de estar preparados para adaptar nuestras soluciones a medida que evolucionan los desafíos.