23 de noviembre de 2023
Por Kyle Bergquist y Jeff Slee (OMPI)
La mayoría de los polos mejor clasificados, como Shenzhen-Hong Kong-Guangzhou y San José-San Francisco, se especializan en tecnologías de la información; Basilea y Singapur tienen el mayor porcentaje de colaboración extranjera.
En el Índice mundial de innovación (el Índice) de 2023 se clasifican los 100 principales polos de ciencia y tecnología del mundo, destacando su importante contribución a los sistemas nacionales de innovación.
En el Índice de este año, se reconoce Tokio-Yokohama, del Japón, como el principal polo a escala mundial, seguido de Shenzhen-Hong Kong-Guangzhou (China y Hong Kong), Seúl (República de Corea) y, a continuación, Beijing y Shanghai-Suzhou, de China.
En lo que se refiere a número de polos, China se encuentra a la cabeza con 24 polos; le siguen los Estados Unidos (21), Alemania (9) y el Japón (4).
Además de China, otras cinco economías de ingresos medianos tienen polos entre los principales 100:
Si se consideran únicamente las solicitudes PCT entre los 100 principales polos de ciencia y tecnología, los siguientes 10 sectores de tecnología del ámbito de las patentes representan el 60% de todos los sectores de la tecnología: tecnología informática (11,%), comunicación digital (11,%), maquinaria eléctrica, aparatos, energía (6,%), tecnología médica (6.5%), tecnología audiovisual (4,7%), mediciones (4,6%), productos farmacéuticos (4,3%), semiconductores (3,6%), transporte (3,4%) y biotecnología (3,3%). La herramienta que figura más abajo puede utilizarse para explorar más a fondo los sectores de la tecnología correspondientes a los distintos polos.
Tomando un grupo formado por determinados polos, podemos comparar y conocer mejor las concentraciones de tecnología. A título de ejemplo: El polo Shenzhen-Hong Kong-Guangzhou tiene una alta concentración en comunicación digital (26,1%), el polo San José-San Francisco presenta una alta concentración en tecnologías informáticas (22,3%), mientras que el polo de Múnich tiene una mayor concentración en tecnologías del transporte (12,9%).
La colaboración en investigación y desarrollo (I+D) es fundamental para aprovechar la diversidad de conocimientos especializados, impulsar la innovación, compartir recursos, mitigar riesgos y acelerar el progreso. Amplía las redes, permite controlar la calidad y facilita el acceso a instalaciones especializadas. Esencialmente, la colaboración en I+D es un catalizador vital para la eficiencia y la innovación.
Utilizando el conjunto de datos de los 100 principales polos de ciencia y tecnología podemos formarnos una idea del nivel de colaboración extranjera que prevalece dentro de estos polos. En el cuadro 1, la colaboración extranjera se mide en función del número de solicitudes de patente (o publicaciones) únicas de un polo en las que figure al menos otro inventor (o autor) fuera de la economía de ese polo. Exploramos más a fondo esas relaciones para los principales polos con la mayor proporción de colaboración extranjera, según se muestra a continuación.
Nota: “Total” representa el número de patentes o artículos científicos con al menos un inventor o autor ubicado en el polo determinado. “Extranjero” representa el número de patentes o artículos científicos con al menos un inventor o autor asociado al polo y un coinventor/coautor situado en una economía distinta de la economía del polo. La colaboración en las publicaciones suele ser mayor que en las solicitudes de patente; véanse los antecedentes para más detalles.
El polo de Basilea, que ocupa el puesto 97 entre los 100 primeros, tiene la proporción más alta de colaboración extranjera tanto en las solicitudes PCT como en las publicaciones. Hay 3 924 solicitudes PCT publicadas entre 2018 y 2022 con al menos un inventor ubicado en el polo de Basilea, y en 1 390 de ellas también hay un coinventor cuya dirección figura fuera de Suiza (una cuota de colaboración extranjera del 35,4 %). En cuanto a las publicaciones, el porcentaje de colaboración extranjera con el polo de Basilea es aún mayor, pues asciende al 69 % de todos los artículos científicos publicados entre 2017 y 2021.
El polo de Singapur es el segundo con mayor proporción de publicaciones con colaboración extranjera, con más de 46 000 artículos científicos publicados con al menos un coautor internacional. Singapur también ocupa el cuarto lugar entre los 100 principales polos en cuanto a la proporción de colaboración extranjera en sus solicitudes PCT.
La herramienta que figura más abajo puede utilizarse para explorar más a fondo la colaboración extranjera en los polos y, más concretamente, cómo se vinculan con las economías externas, tanto en lo que respecta a las patentes como a las publicaciones (para más detalles, véase la figura 5 en la sección de Antecedentes)[1].
En la clasificación de la OMPI de los 100 principales polos de ciencia y tecnología, se señalan los lugares en los que se concentra la actividad más destacada de ciencia y tecnología en el mundo. Los polos de ciencia y tecnología se establecen mediante el análisis de la actividad de presentación de solicitudes de patente y la publicación de artículos científicos, documentando las zonas geográficas de todo el mundo con mayor densidad de inventores y autores científicos. Para información más detallada sobre los polos también pueden consultarse nuestras nuevas reseñas sobre los polos, que se encuentran en nuestra página sobre clasificación de polos de ciencia y tecnología.
Para este análisis, se utilizan dos medidas de colaboración extranjera; la primera se utiliza en el cuadro 1, que se centra en la presencia de colaboración extranjera en una patente o un artículo. Si al menos uno de los coinventores (o coautores) se encuentra fuera de la economía del polo en cuestión, esa solicitud PCT (o publicación) se contabiliza como colaboración extranjera.
El segundo método, utilizado en la figura 5, va un paso más allá, pues establece las economías específicas en las que se encuentran los coinventores y coautores, y agrega esos vínculos de colaboración en función de esas economías. Un vínculo de colaboración se mide identificando, en primer lugar, las patentes y publicaciones dentro de cada polo que tienen al menos un inventor o autor fuera de ese polo determinado y, luego, contando el número de vínculos de colaboración únicos según la ubicación. La colaboración nacional se produce cuando un inventor o un investigador colabora fuera de su propio polo, pero localmente dentro de la misma economía, mientras que la colaboración extranjera se produce fuera de la economía local.
Por ejemplo: en una publicación periódica figuran 6 autores: uno que vive en el polo de París; dos en Francia, pero no en el polo de París; uno en los EE.UU.; y dos en el Reino Unido. El polo de París tendría entonces un vínculo nacional con Francia y dos vínculos extranjeros: uno con el Reino Unido y uno con los EE.UU.
El nivel de colaboración entre las publicaciones periódicas y las patentes relacionadas con la ciencia y la tecnología puede ser muy dispar. La investigación científica suele ser un esfuerzo colectivo que supone la colaboración entre investigadores, instituciones e incluso naciones para hacer avanzar el conocimiento y compartir los descubrimientos. En cambio, las solicitudes de patente suelen obedecer a intereses comerciales, ya que los inventores o las empresas tratan de proteger su propiedad intelectual para obtener un beneficio económico.