Proteger a los trabajadores: El papel de la innovación y la propiedad intelectual en la salud y la seguridad en el trabajo

25 de junio de 2024

Casi el 60% de la población mundial realiza algún tipo de trabajo. Los lugares de trabajo, donde pasamos gran parte de nuestro tiempo, configuran no solo las vidas de cada persona sino la sociedad en su conjunto. A pesar de ello, persiste una dura realidad: millones de personas sufren por culpa de unas condiciones de trabajo inseguras. Se calcula que, solo en 2019, 2,93 millones de personas murieron debido a accidentes o enfermedades relacionados con el trabajo, y más de 395 millones sufrieron lesiones no mortales. Esta carga recae de forma desproporcionada en determinados segmentos de la población, como las personas que trabajan en la economía informal, los temporeros y los trabajadores de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (mipymes). Estos efectos perjudiciales van más allá de los individuos y sus familias. Aunque la verdadera carga social y económica de las lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo sigue siendo desconocida, se calcula que representa casi el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.

Mientras persisten los esfuerzos mundiales y nacionales por resolver los problemas de seguridad que siguen existiendo en sectores tradicionalmente peligrosos como la construcción y la minería, los trabajadores se enfrentan a nuevas dificultades como la que supone el cambio climático. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), amenazas como el calor extremo, la radiación ultravioleta y la contaminación atmosférica suponen graves peligros que están relacionados con una serie de problemas de salud, desde el cáncer y las enfermedades cardiovasculares hasta las afecciones respiratorias y los trastornos mentales.

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(Imagen: eyesfoto//iStock/GettyImages)

Además, el panorama laboral ha experimentado cambios significativos con el auge del teletrabajo. En 2019, había en el mundo unos 260 millones de personas trabajando desde casa, una cifra que ha aumentado en respuesta a la pandemia de COVID-19. Ahora bien, su entorno de trabajo y sus equipos no suelen cumplir las normas adecuadas de salud y seguridad en el trabajo, lo que supone riesgos importantes no solo para el trabajador a domicilio, sino también para los demás miembros del hogar. Además, son bastante comunes los riesgos para la salud mental, como el aislamiento y los límites difusos entre el trabajo y el tiempo personal. Como el teletrabajo sigue siendo una modalidad de trabajo predominante, resulta crucial hacer frente a estas dificultades para garantizar el bienestar y la seguridad de los trabajadores en entornos de trabajo remotos.

Nunca se insistirá lo suficiente en la interdependencia entre salud y trabajo. Un entorno laboral seguro y saludable es esencial para mantener el bienestar, la productividad y la calidad de vida general de los trabajadores, al tiempo que contribuye a la prosperidad económica. En un mundo cada vez más complejo e interconectado, es imperativo que demos prioridad a las iniciativas de salud y seguridad en el trabajo, reconociéndolas como los cimientos de la mejora individual y social, así como del crecimiento económico sostenible.

Innovación y propiedad intelectual en materia de salud y seguridad en el trabajo

Los derechos de propiedad intelectual (PI) son fundamentales para impulsar la innovación en materia de salud y seguridad en el trabajo. Sirven como herramientas de apoyo a quienes innovan, investigan, desarrollan y, en última instancia, comercializan soluciones que mejoran la seguridad en el lugar de trabajo.

Al salvaguardar las ideas y las invenciones, la PI permite a los creadores asumir riesgos y ampliar los límites de la innovación. Esto crea un entorno que fomenta la experimentación y los avances en seguridad en el lugar de trabajo. Además, la protección de la PI ofrece una vía para atraer inversiones y facilitar el acceso al capital necesario para ampliar sus empresas. En última instancia, esto se traduce en beneficios sustanciales para los trabajadores, que acceden a soluciones más seguras y eficientes en el lugar de trabajo impulsadas por un ecosistema de innovación.

Pensemos en el sector de la construcción: un entorno en el que confluyen maquinaria pesada, condiciones meteorológicas impredecibles, ruido y una actividad bulliciosa que genera riesgos constantes. Las medidas de seguridad tradicionales no son suficientes. Los trabajadores que recurren a métodos manuales para comunicar un problema se encuentran a menudo en situaciones inseguras, sobre todo en zonas remotas de construcción, donde la asistencia no es fácil de conseguir. En estos casos, lo poco eficaz que resulta pedir ayuda a gritos o intentar utilizar teléfonos móviles propios pone de manifiesto la necesidad urgente de innovar en protocolos de seguridad.

Triax Technologies, una empresa con sede en los Estados Unidos, se dedica a intentar resolver estos problemas anteriormente mencionados. Su sistema Spot-r®, impulsado por la tecnología del Internet industrial de las cosas (IIoT), puede detectar caídas, localizar rápidamente a los trabajadores para ofrecer una respuesta de emergencia y permitir la comunicación directa entre ellos y el personal de la obra. Triax Technologies afirma que su plataforma IIoT reduce los tiempos de evacuación y de acceso al punto de reunión en un 70 %. Esto es algo fundamental teniendo en cuenta que en 2022 casi 1 de cada 5 muertes en el lugar de trabajo en los EE.UU. se produjo en el sector de la construcción.

El compromiso de Triax Technologies con la innovación va más allá de la funcionalidad: también es evidente en su inversión en derechos de PI. A través de marcas y patentes asociadas a Spot-r®, Triax Technologies fomenta la innovación continua para desarrollar soluciones que tienen el potencial de reducir lesiones y salvar innumerables vidas en uno de los sectores más peligrosos del mundo.

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(Imagen: moomin/iStock/Getty Images)

Potenciar el cambio: Iniciativa de la OMPI para crear lugares de trabajo más seguros

Establecido en 2007, el Comité de Desarrollo y Propiedad Intelectual (CDIP) es un órgano intergubernamental de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) encargado de elaborar un programa de trabajo para aplicar las 45 recomendaciones de la Agenda para el Desarrollo y debatir cuestiones relacionadas con la PI y el desarrollo.

Una de estas cuestiones es el papel fundamental de la innovación y la PI en el fomento de la salud y seguridad en el trabajo. En su vigesimonovena sesión, el CDIP aprobó un proyecto sobre la reducción de los accidentes laborales y las enfermedades profesionales a través de la innovación y la propiedad intelectual. Este proyecto trienal, coordinado por la División de Coordinación de la Agenda para el Desarrollo (DACD), tiene por objeto reducir los accidentes laborales y las enfermedades profesionales en el Camerún, Túnez, Gambia y la República Islámica del Irán, mediante la innovación y el uso de instrumentos de PI. Además, el proyecto pretende concienciar sobre los peligros y riesgos que entraña el uso de falsificaciones.

Para alcanzar estos objetivos, en el proyecto se describe una estrategia integral de aplicación que abarca actividades que van desde estudios exploratorios e informes sobre el panorama de las patentes hasta un conjunto de instrumentos educativos y campañas de concienciación pública. Mediante la realización de un inventario de las necesidades tecnológicas relacionadas con la PI, la búsqueda de soluciones innovadoras existentes y la divulgación de material didáctico, el proyecto pretende dotar a las partes interesadas de los conocimientos e instrumentos necesarios para aprovechar la PI con el fin de mejorar la seguridad en el lugar de trabajo en diversos sectores y regiones.

Ahora que la sociedad se enfrenta a diversos retos como consecuencia de unas condiciones de trabajo inseguras, el cambio climático y un panorama cambiante en el teletrabajo, las soluciones innovadoras que permite la PI pueden impulsar avances transformadores en la promoción de la salud y seguridad en el trabajo. Al dar prioridad a la salud y seguridad en el trabajo y fomentar una cultura de la innovación, la reducción del coste humano y económico de los accidentes y enfermedades laborales allana el camino hacia un futuro más resistente y próspero para todos.