El Programa de Asistencia a Inventores celebra la concesión de 50 patentes

18 de marzo de 2024

Con el apoyo de los voluntarios del Programa de Asistencia a Inventores se han concedido 50 patentes a innovadores, que ahora pueden disfrutar de los beneficios de estos valiosos activos.

La innovación está en todas partes. Desde las bulliciosas calles de Lima hasta las zonas salvajes de Sudáfrica, la gente corriente crea constantemente soluciones ingeniosas a los problemas a los que se enfrentan ellos y sus comunidades. Sin embargo, en la mayor parte de los casos la promesa de un crecimiento impulsado por la innovación sigue sin hacerse realidad. Con demasiada frecuencia, los inventores carecen del tiempo o de los recursos necesarios para embarcarse en el proceso de obtención de patentes o para contratar a un abogado de patentes que les pueda guiar. Sin la protección adecuada, no pueden capitalizar sus prometedoras ideas.

El Programa de Asistencia a Inventores (PAI) de la OMPI se fundó con la convicción de que todos los inventores, sin importar su situación socioeconómica, merecen la oportunidad de que sus ideas se evalúen y protejan en función de sus méritos. Para que esto sea una realidad, el PAI pone en contacto a particulares y pequeñas empresas con recursos limitados con voluntarios especialistas en patentes. Los voluntarios tienen la oportunidad de contribuir positivamente a su comunidad local, y los inventores se benefician de los servicios de especialistas en redacción y tramitación de solicitudes de patente, todo ello de forma gratuita.

Todo innovador merece la oportunidad de que su idea llegue al mercado. Por ello, el primer paso es conseguir la protección de la PI, y esa es la fuerza motriz del PAI. Al ofrecer asistencia a los innovadores locales, el programa tiene el potencial de conformar el ecosistema de innovación de un país y contribuir a su crecimiento económico.

Marco M. Alemán, subdirector general de la OMPI

Cincuenta invenciones prometedoras

Lanzado como proyecto piloto en Colombia en 2015, el PAI abarca ahora nueve países: Chile, Colombia, Ecuador, Filipinas, Kenia, Marruecos, Perú, Singapur y Sudáfrica. En los últimos nueve años, el PAI ha ayudado a más de 200 beneficiarios, entre los que figuran 47 pequeñas empresas, a proteger sus invenciones tanto a nivel local como internacional.

Estas invenciones van desde la solución de problemas relacionados con el cambio climático y el medio ambiente, como un método para maximizar la eficiencia de las turbinas eólicas (Virendra Ramlakan, Sudáfrica), tolvas generadoras de energía (Erick Ndlovu, Sudáfrica), un método de aireación de fangos activos mediante el uso de IA (Camilo Jesús Huneeus Guzmán y Marcos César Amor Pérez Leiva, Chile) una aplicación que elimina el alto consumo de agua (Miguel Gilberto Montoya Gallo, Ecuador) o una máquina que convierte los residuos alimentarios en pienso para animales (Gonzalo Jiménez Vásquez, Colombia), hasta los que cambian la vida, como el invento que ayuda a los discapacitados visuales a distinguir las monedas (César Martínez Gónzalez, Colombia), una prótesis de miembro inferior controlada por el cerebro (Abdelilah Ajouihad, Marruecos) o una guía nerviosa artificial para el tratamiento de lesiones nerviosas periféricas (Lizah B. Dorao, Filipinas) y contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.

La quincuagésima patente se le concedió a Jairo Martínez Escobar, inventor colombiano que ha patentado un sistema para captar la energía del cuerpo humano en movimiento. Su solicitud quedó protegida como resultado de un proyecto especial destinado a hacer crecer la comunidad de redactores de solicitudes de patente en Colombia.

Creada para responder a la creciente demanda de solicitudes de patente en Colombia, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, se asoció con la OMPI para crear el taller de redacción de solicitudes de patente del PAI. En el taller, abogados especialistas en patentes asesoran a un grupo de voluntarios y les ayudan a aprender a redactar solicitudes de patente. Cada voluntario trabaja en una institución académica o de investigación y utilizará sus conocimientos recién adquiridos para dar apoyo a sus organizaciones. Los voluntarios y mentores utilizan los casos del PAI para apoyar a los beneficiarios del programa mientras aprenden.

La invención de Jairo fue posible gracias a este taller, con el apoyo del voluntario de la PAI Andrés Casas Santofimio, los redactores voluntarios Catalina Sánchez y Efrén Vásquez, y Carolina Vargas, experta del taller, procedente del estudio de abogados de PI Cavelier Abogados. Carolina Vargas y Néstor Bejarano, de Lloreda Camacho & Co continúan siendo mentores de nuevos casos del PAI, con lo que están formando a la próxima generación de redactores.

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Maribel Zamata Quispe

Maribel Zamata Quispe (Perú): "No habría podido arreglármelas sola"

Los beneficiarios del PAI proceden de todos los ámbitos de la vida. Una historia típica es la de la educadora peruana Maribel Zamata Quispe, cuya invención -un compostador que reduce los malos olores- obtuvo una patente en 2022. Gracias al PAI, esta limeña de toda la vida ha pasado de ser alguien que "ni siquiera sabía lo que era una patente" a una usuaria ambiciosa y confiada de los sistemas nacionales e internacionales de PI.

La pasión por la jardinería abonó el interés de Maribel por el compostaje.

Cada vez que veo a alguien tirar residuos orgánicos a la calle, pienso: esto tiene valor. Es como tirar el dinero.

Maribel Zamata Quispe
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Maribel Zamata Quispe

Con la ayuda de sus hijos adolescentes, José y César, Maribel decidió capturar ese valor diseñando un compostador de fácil manejo para zonas urbanas. Con el tiempo, la familia perfeccionó su invento para reducir los malos olores, minimizar el consumo de agua y evitar atraer insectos y plagas, todos ellos problemas comunes asociados al compostaje en zonas urbanizadas.

Ante la dificultad de proteger su invento, Maribel presentó una solicitud al PAI y le asignaron un voluntario de ClarkeModet Perú, un estudio de abogados especializado en PI.

La comunicación con el voluntario fue siempre excelente. Me aconsejaron sobre las decisiones que debía tomar y siempre estuvieron al tanto de todo el proceso, que yo no habría podido gestionar sola.

Maribel Zamata Quispe

Animada por el éxito de su primera patente concedida, en la que figuraban sus dos hijos como coinventores, Maribel ha presentado otras dos solicitudes de patente en el Perú. También ha utilizado el Tratado de Cooperación en materia de Patentes de la OMPI (PCT), que permite a los inventores solicitar protección para su invención en un gran número de países simultáneamente, mediante la presentación de una única solicitud internacional de patente, y ha presentado tres solicitudes PCT con la asistencia del estudio de abogados KUO IP. La esperanza de Maribel es que su invención se utilice más ampliamente en las ciudades y tal vez incluso se adapte a las necesidades agrícolas.

Socios en la innovación

Otros beneficiarios se hacen eco de los elogios de Maribel al PAI. "Estoy muy agradecido al PAI", dice Ettienne Goutier, inventor sudafricano de un sistema automático de inflado de neumáticos para coches todoterreno.

Si no llega a ser por el PAI, mis esperanzas de obtener una patente habrían tenido una muerte súbita.

Ettienne Goutier

Para Álvaro Leal, a cuya máquina para despulpar limones se le concedió una patente en Colombia en 2020, "el programa me hizo sentir que existo, que lo que hago tiene un impacto significativo."

La empresaria marroquí Kenza Ababou, que diseñó un sistema de descuentos a prueba de fraude para minoristas, cree que, "sin el programa, nunca habría presentado, ni siquiera redactado, mi solicitud de patente, así que espero que el PAI siga ayudando a inventores como yo".

También los voluntarios están encantados de compartir sus elogios sobre el innovador programa.

Para mí es importante ser voluntario del PAI porque me permite hacer una contribución tangible a la sociedad. El programa también me da la oportunidad de desarrollar mis habilidades, aprender cosas nuevas y cultivar valores como la solidaridad, la empatía y el altruismo.

Profesor Omar Tanane, de la Universidad Hassan II de Casablanca (Marruecos)

Cinthia Kuo Carreño, directora de KUO PI (Perú), nunca olvidará las lágrimas y palabras de agradecimiento de José Francisco Luna Saldaña, hombre de más de 80 años, cuando recibió la noticia de que había obtenido su patente en el marco del PAI: "me recordó que no hay edad para inventar y que, en algunos casos, una patente es más que un título, puede llegar a formar parte del proyecto de vida de una persona".

Claudia Montoya, directora general de Pilar, especialistas colombianos en PI, está de acuerdo: "me he dado cuenta de que cada inventor tiene un sueño que cumplir con su invento, así que para mí apoyarles es como ayudarles a alcanzar su sueño".

Como inventor que soy, comprendo las necesidades de otros inventores en materia de propiedad intelectual. Todos los inventores merecen reconocimiento por sus contribuciones tecnológicas, sin importar su situación financiera. Estoy aquí para abogar por la colaboración, e instar a que trabajemos juntos con el fin de garantizar que ninguna mente innovadora quede sin reconocimiento.

Dr. Armando Reosura, director de la oficina de gestión de la PI de la Carlos Hilado Memorial State University (Filipinas)

Los voluntarios del PAI creen también que contribuyen al desarrollo socioeconómico de sus países.

Para James Davies, socio de Adams & Adams (Sudáfrica), "fue gratificante poder ayudar a la empresa local de forma gratuita porque, además de fomentar la innovación local, esta invención en concreto tiene grandes beneficios medioambientales y socioeconómicos."

"Para mí es importante participar en el programa para contribuir al desarrollo del Ecuador, y apoyar la igualdad de acceso a las oportunidades para todos", afirma María Cecilia Romoleroux, socia de CorralRosales (Ecuador).

El presidente del comité directivo del PAI, David Kappos, es consciente de la importancia del trabajo y la dedicación de los voluntarios del programa.

Mi más sincero agradecimiento a los numerosos abogados que se han ofrecido voluntarios para ayudar a los inventores que lo merecen, en el marco de este programa. Esos abogados aportan su tiempo y su experiencia, que son la base del éxito del PAI. También reciben mucho a cambio: formación en nuevas tecnologías y habilidades, mejores redes de contactos en sus países de origen y en el extranjero, y oportunidades de ampliar su clientela.

David Kappos, presidente del comité directivo del PAI

Testimonios como estos constituyen signos alentadores de que el PAI va por buen camino para alcanzar su objetivo de aumentar el uso de los sistemas de patentes nacionales e internacionales. En última instancia, el PAI aspira a liberar el potencial mundial de innovación positiva.

Por naturaleza, somos todos inventores. Incluso si no nos damos cuenta. No hay mayor satisfacción que ver cómo tus ideas se transforman en algo tangible mediante una patente.

Maribel Zamata Quispe

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