Antecedentes
Pliva es una empresa farmacéutica de Croacia con sede en Zagreb. A finales del decenio de 1970, un equipo de investigadores de Pliva descubrió un antibiótico denominado azitromicina. Desde los primeros ensayos, la azitromicina demostró ser muy eficaz y capaz de permanecer más tiempo en el tejido orgánico de los animales que otros antibióticos similares.
La elaboración de un medicamento valioso con gran potencial terapéutico y comercial fue el colofón de muchos años de investigación. Sin embargo, en ese momento, la empresa era pequeña en comparación con los laboratorios farmacéuticos mundiales de primera línea y carecía del capital necesario para comercializar el producto a escala internacional y aprovechar al máximo los beneficios de una investigación coronada por el éxito.
La azitromicina es el antibiótico más vendido del mundo.
Patentes y licencias
En 1981, Pliva presentó la solicitud de patente para la azitromicina en la ex Yugoslavia y, posteriormente, en todo el mundo, incluido los Estados Unidos, cuando el medicamento aún se encontraba en etapa de experimentación antes de su aprobación definitiva por las autoridades sanitarias competentes.
Patentar el antibiótico demostró ser la clave de su éxito comercial: al efectuar una búsqueda en la base de datos de la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos, científicos de la multinacional farmacéutica Pfizer Inc. encontraron la patente de Pliva y se dieron cuenta del enorme potencial del antibiótico. Pfizer, uno de los fabricantes de medicamentos más grande de los Estados Unidos, que cuenta con representantes comerciales en todo el mundo, podía ofrecer a Pliva un cauce ideal para comercializar el antibiótico.
En 1986, las conversaciones entre las dos empresas farmacéuticas culminaron en la concertación de un acuerdo de licencia, gracias al cual ambas empresas, y el público en general, pudieron beneficiarse de la comercialización de este antibiótico impactante. En virtud del acuerdo, Pfizer adquirió el derecho de vender la azitromicina en todo el mundo. No obstante, Pliva conservó el derecho de vender el producto en Europa central y oriental, y percibe regalías sobre las ventas de Pfizer.
Marcas
En 1988, Pliva lanzó la azitromicina en Europa central y oriental con su propia marca registrada a escala internacional Sumamed®. Tras ser consciente de los beneficios de registrar la marca Sumamed a nivel internacional, Pliva ha continuado solicitando el registro de más de 20 marcas para otros productos con arreglo al para otros productos con arreglo al sistema de Madrid.
Resultados empresariales
Zithromax -el nombre bajo el que Pfizer comercializa la azitromicina- fue uno de los antibióticos más vendidos en los Estados Unidos y en todo el mundo, y las ventas totales alcanzaron su nivel máximo de 2.000 millones de dólares EE.UU. en 2005, antes de comenzar a declinar tras perder la protección de la patente en 2006, y la competencia de los genéricos que trajo como consecuencia. Sin embargo, la marca zithromax, fuerte y reconocida, ha contribuido a contener las pérdidas en la cuota de mercado.
Para Pliva, una empresa farmacéutica de pequeñas proporciones en comparación con Pfizer, el acuerdo de licencia supuso un enorme incremento de los ingresos anuales y le permitió financiar su expansión en Europa y los Estados Unidos.
Pliva ha pasado a ser la empresa farmacéutica más grande de Croacia y una de las primeras en ventas en Europa central y oriental. En 2006, Pliva dejó de ser una empresa privada para convertirse en la sección de genéricos para Europa de Barr Pharmaceuticals Inc., estableciendo así una importante empresa farmacéutica especializada internacional. A finales de 2008, Pliva pasó a formar parte de Teva Pharmaceutical Industries Ltd.
La protección mediante patentes: una forma de acceder a la concesión de licencias y a la comercialización internacional
Este caso muestra claramente cómo empresas farmacéuticas relativamente pequeñas pueden obtener beneficios de una firme protección mediante patente combinada con una política empresarial bien concebida. Para las empresas que invierten fondos considerables en investigación y desarrollo, el sistema de propiedad intelectual es un instrumento importante para comercializar los resultados de su investigación puesto que les permite el acceso a mercados lejanos que, de otro modo, parecerían inalcanzables.