Historias del Sistema de La Haya: IceWind levanta vientos de cambio en el mercado de la energía

IceWind, una empresa con sede en Islandia, ha desarrollado pequeñas turbinas eólicas de eje vertical capaces de alimentar infraestructuras aisladas, una tecnología innovadora que se basa en un diseño único. La empresa tiene un ambicioso objetivo: sustituir los generadores diésel y abastecer las torres de telecomunicaciones, facilitando así la transición a una sociedad más ecológica.

Una innovación basada en un diseño revolucionario

“Todo es cuestión de diseño”, afirma Stephen Drake, director general de IceWind. A diferencia de las turbinas eólicas tradicionales, que deben reorientarse con frecuencia hacia el viento, las turbinas de eje vertical de IceWind son omnidireccionales y permiten aprovechar el viento desde cualquier ángulo. Estas turbinas están formadas por un armazón metálico con cilindros curvados abiertos en cuyo interior se alojan unas palas aerodinámicas. Mediante una combinación de arrastre y elevación, las palas interiores facilitan el arranque a baja velocidad y actúan como freno con vientos fuertes. En el proceso de ingeniería de IceWind se tienen muy en cuenta factores como el tamaño de los componentes, el perfil de la sección transversal de las palas exteriores y la separación entre las palas interiores y exteriores para adaptarse a las distintas velocidades del viento. En el diseño no solo se tiene en cuenta la funcionalidad, sino también la facilidad de fabricación y la logística, garantizando la posibilidad de ampliar la escala de producción y la facilidad de embalaje y expedición.

No se puede registrar el diseño de una turbina eólica tradicional, un dispositivo que se ha utilizado durante siglos en aplicaciones como los molinos de viento holandeses. Sin embargo, sí se pueden registrar aspectos del diseño como el de un objeto innovador. Nosotros dimos con el nuestro a base de repetir y repetir formas, tamaños y proporciones.

Stephen Drake

Las turbinas IceWind ofrecen una solución versátil para la generación de energía, ya sea como fuente primaria en lugares remotos sin conexión a la red o como sistema de respaldo fiable para zonas conectadas a la red. Diseñadas para resistir las difíciles condiciones invernales de Islandia, donde las temperaturas caen en picado y la velocidad del viento puede superar los 60 metros por segundo, estas turbinas se perfilan como una prometedora alternativa a los tradicionales aerogeneradores de hélice. Además, no perjudican a las poblaciones locales de aves y murciélagos y su funcionamiento es silencioso, ya que su nivel de ruido está por debajo de los 33 decibelios.

Estas turbinas eólicas encierran una gran promesa: la capacidad de funcionar sin mantenimiento y en condiciones extremas durante 20 años, lo que abre un nuevo campo para la energía eólica, no sólo en entornos empresariales y residenciales, sino también en instalaciones gubernamentales. Están selladas de manera que no pueda entrar en el generador polvo, hielo, agua ni suciedad. Además, su estructura de aluminio, acero inoxidable y materiales compuestos como fibra de vidrio y fibra de carbono garantiza la durabilidad de las palas, cuya vida útil será muy superior a la de las fabricadas con plásticos tradicionales, como el quebradizo nailon que presenta una baja resistencia a la absorción de rayos UV.

Un mercado prometedor y una formidable oportunidad de descarbonización

IceWind, que comenzó como un proyecto universitario del ingeniero islandés Sæþór Ásgeirsson hace 12 años, cuenta actualmente con tres empleados a tiempo completo y ha conseguido 3,5 millones de dólares EE. UU. de financiación hasta la fecha. Han vendido con gran éxito 20 de sus turbinas eólicas por toda Islandia y ahora están a punto de comercializarlas en el resto del mundo en 2024.

Aunque su tecnología tiene el potencial de aplicarse allí donde se necesite energía distribuida, la empresa concentra actualmente sus esfuerzos en ofrecer soluciones para torres de telecomunicaciones situadas en zonas remotas. De hecho, hay cerca de un millón de torres de telecomunicaciones en todo el mundo situadas en regiones con acceso limitado o nulo a la red eléctrica, y la mayoría depende de generadores diésel para obtener energía. Con las soluciones de IceWind, las empresas de telecomunicaciones no solo tienen la posibilidad de evitar las interrupciones del servicio durante los fallos de la red, sino también de reducir los costos operativos, ya que la logística de repostaje y el mantenimiento de los generadores distribuidos pueden resultar caros. Además, pueden desempeñar un papel decisivo en los muy necesarios esfuerzos de descarbonización.

Ante la necesidad de disponer como nunca antes de telecomunicaciones, ¿está preparada nuestra infraestructura para soportar las exigencias de un clima cambiante? Además, ¿debería contribuir al cambio climático?”

Stephen Drake

Hay un proverbio chino que dice: “Cuando soplan vientos de cambio, unos construyen muros y otros molinos de viento”. Se podría añadir “o microturbinas eólicas de eje vertical”. A medida que la energía eólica sigue ganando impulso, las perspectivas de IceWind parecen prometedoras. La participación de la energía eólica en la matriz energética mundial no ha dejado de aumentar, impulsada por los avances tecnológicos, las inversiones sostenidas y la creciente concienciación sobre la importancia de las fuentes de energía limpias. En 2022, la energía eólica representó el 7,5% de la generación mundial de electricidad, frente al 6,6% del año anterior. Esto representa un porcentaje de más del doble que en 2015, año en que se adoptó el Acuerdo de París. La meta mundial de alcanzar más del 20% de la generación de electricidad a partir de energía eólica para 2030 parece estar al alcance de la mano, en consonancia con el séptimo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que pretende garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos. Ciertamente, la energía eólica puede desempeñar un papel importante en la realización de esta meta, ya que es una de las fuentes de energía renovable más rentables y escalables.

Proteger el diseño para garantizar el crecimiento sostenido y el éxito en el sector de la energía eólica

IceWind decidió registrar el diseño de sus turbinas para proteger sus derechos de propiedad intelectual. Al hacerlo, también querían salvaguardar su tecnología innovadora y obtener la capacidad de crear una ventaja competitiva en el mercado.

Los clientes suelen asociar los diseños protegidos con la calidad y la fiabilidad. Gracias a la protección de sus dibujos y modelos, IceWind puede reforzar la imagen de marca de la empresa y aumentar la confianza que los clientes depositan en sus productos. Esto les permite explorar los mercados internacionales con confianza porque pueden firmar acuerdos de licencia o establecer alianzas sin temor a que les roben los diseños o los reproduzcan sin autorización.

Las pruebas que realizamos a lo largo de todo el proceso de diseño, desde el concepto hasta la viabilidad, son destructivas, a fin de mejorar el rendimiento de nuestras turbinas. Gracias a ello, protegeremos más diseños en un futuro próximo.

Stephen Drake