Akoma Cooperative Multi-Purpose Society, Ghana
Akoma Cooperative Multi-Purpose Society (AKOMA) es una organización no gubernamental (ONG) de agricultoras, fundada en 2006 en el pueblo de Pusu-Namogo, en la región nororiental de Ghana. Integrada únicamente por mujeres, AKOMA ha creado empleo duradero para centenares de habitantes del poblado que anteriormente carecían de trabajo, principalmente gracias a la producción y venta de manteca de karité, un producto derivado del vitellaria paradoxa, el árbol africano de la mantequilla.
Mediante la mejora de las aptitudes agrícolas de sus miembros, la inversión en nuevas instalaciones y procedimientos agrícolas y el fomento del acceso de las agricultoras al mercado internacional, la ONG ha logrado una notable transformación de las vidas de los habitantes de esta aldea remota.
Gracias en parte a las muchas actividades de AKOMA, los habitantes de Pusu-Namogo han diversificado y mejorado su agricultura, han aumentado sus ingresos y han desarrollado proyectos basados en el trabajo en comunidad. Con todo ello han visto aumentar su nivel de vida y de salud, preservando al mismo tiempo su entorno.
Conocimientos tradicionales
El árbol de la mantequilla es un árbol autóctono de África que crece en las regiones occidental, central y oriental del continente, sin olvidar Ghana. Durante generaciones, han sido muchas las personas de estas regiones que han elaborado alimentos, medicamentos y cosméticos basándose en este árbol y en sus propiedades para la salud.
En esta parte del mundo, los frutos del árbol de la mantequilla se recogen y se muelen para producir aceite para cocinar. Por otra parte, en Ghana, la crema amarilla (la manteca de karité) que puede obtenerse a partir del proceso de trituración se aplica al vientre de las mujeres embarazadas a fin de aliviar los dolores asociados al parto o se utiliza también en los recién nacidos como hidratante.
Además, en Ghana, los agricultores dedicados al cultivo del árbol de la mantequilla llevan cosechando (entre mayo y octubre) y procesando las nueces de karité desde hace siglos, e intercambiándolas como ofrendas ceremoniales o vendiéndolas como mercancía (a veces con el nombre de oro de las mujeres) en los mercados locales.
No obstante, nunca han llegado a obtener grandes ingresos, porque a menudo trabajan en un relativo aislamiento y con escaso acceso directo al mercado nacional e internacional. AKOMA se creó a fin de unir a las agricultoras del árbol de la mantequilla de Pusu-Namogo, crear nuevas oportunidades de comercialización de sus productos e impulsar la tradición del cultivo del árbol de la mantequilla.
Investigación y desarrollo
AKOMA –que significa “corazón”– fue fundada por Angus Klufio, un empresario de origen ghanés que nació y creció en el Reino Unido. El Sr. Klufio, fundador además de Akoma International UK Limited (AIL), para la producción y comercialización de cosméticos localizada en Derby (Reino Unido), creó la ONG de agricultores en principio para establecer un suministro ininterrumpido de manteca de karité a su empresa de cosméticos.
Licenciado en Tecnologías de la Información y Gestión de Cadenas de Suministro, con vínculos familiares en Ghana y amplia experiencia laboral en un gran supermercado del Reino Unido, el empresario estaba bien situado para poner en contacto a los agricultores marginados del país de África Occidental con clientes europeos. En cumplimiento de un viejo anhelo, el Sr. Klufio dejó de trabajar en el sector de los grandes supermercados y se sirvió de su experiencia para organizar a los agricultores dedicados al cultivo del árbol de la mantequilla de Pusu-Namogo.
Así, antes de constituir AIL y AKOMA, el Sr. Klufio creó, en 2004, un sitio web, Akoma Trade.com, mediante el cual los agricultores de Ghana podían entrar en contacto con las empresas internacionales. El mismo año, el fundador de AKOMA constituyó la empresa exportadora, con sede en Ghana, Trade Akoma Ghana Limited (TAG), que, posteriormente, pasó a ser una filial de AIL. El empresario se apoyó asimismo en la experiencia, la infraestructura y las redes empresariales creadas a partir de estas iniciativas para establecer AKOMA.
Para crear la ONG de agricultores, el Sr. Klufio puso en marcha un amplio proceso de I+D que incluía un detallado análisis de las tendencias del mercado. Basándose en parte en tales estudios, pudo elaborar un plan comercial viable para adquirir en Ghana los ingredientes necesarios para la elaboración de los cosméticos en el Reino Unido.
Tras establecer negocios en ambos países, en 2006 el empresario consultó a una iglesia de Ghana para determinar qué comunidad podría procurarle manteca de karité para su exportación. Asentándose en Pusu-Namogo, zona con una alta tasa de desempleo y de analfabetismo, pero con una sólida tradición en el cultivo del árbol de la mantequilla, el Sr. Klufio utilizó AIL, TAG y AKOMA para organizar a las mujeres del pueblo.
Mediante estas tres entidades, el empresario pudo formar a las agricultoras en distintos procedimientos de cultivo básicos, enseñándoles, por ejemplo, métodos seguros de recolecta, almacenamiento y procesamiento de los frutos de karité. Las agricultoras de la nuez de karité de Pusu-Namogo recibieron además formación en prácticas de contabilidad y métodos de gestión básicos, entre otros, sistemas de coordinación de calendarios laborales.
Por otra parte, en este proceso se contó con el apoyo fundamental de ProKarité, organización de garantía de calidad en la industria de la manteca de karité asentada en Bamako (Malí). Con la acreditación de ProKarité sobre su producción de manteca de karité, AIL y TAG comenzaron a facilitar al mercado de cosméticos del Reino Unido las materias primas necesarias, por conducto de AKOMA.
En 2007, las empresas de exportación y cosméticos del Sr. Klufio mejoraron la capacidad productiva de la ONG, al adquirir nuevos terrenos en el pueblo con el fin de desarrollar una nueva planta de I+D de procesamiento del producto. La planta de procesamiento de manteca de karité (que incluye dos almacenes con capacidad para 12.000 sacos de nueces) quedó terminada en 2008 tras la inversión, por parte del empresario, de 80.000 dólares EE.UU., la cual ha permitido incrementar la productividad y aligerar, al mismo tiempo, la carga física que soportaban las agricultoras en el procesado de la nuez.
Las mejoras de I+D han permitido la mecanización de distintas partes del proceso de producción (por ejemplo, un gran cubo de nueces de karité con cáscara puede procesarse en tres o cuatro minutos aproximadamente, lo que, según el procedimiento tradicional, habría durado cuatro horas).
Desde 2012, el proceso de elaboración de la manteca de karité en la planta de AKOMA se basa en las siguientes etapas: cosecha del fruto de karité mediante un procedimiento parcialmente mecanizado; descascarillado y limpieza; selección y secado; trituración y tostado; refrigeración y molienda; amasado y humedecimiento (para separar la grasa del aceite), y, por último, cocción y filtración de la grasa y el aceite obtenidos. Posteriormente, el aceite se remueve, se enfría y se solidifica en manteca de karité, y posteriormente ésta se empaqueta y se prepara para exportarla.
El mismo año, AKOMA creó un moderno sistema de gestión de la cadena de suministro (que va desde la cosecha, el procesamiento y la exportación de la manteca de karité) gracias al cual se producen 45 toneladas de manteca de karité al año.
Desarrollo de marcas y comercialización
Para impulsar la entrada de AKOMA en el mercado internacional de la manteca de karité, el Sr. Klufio se apoyó en la capacidad de AIL y TAG y elaboró una sólida estrategia de desarrollo de marca y comercialización. Con ese fin, el empresario se centró en elaborar una diversa gama de productos de calidad con una fuerte identidad ética en relación con la ONG y sus empresas filiales.
Como dijo el Sr. Klufio, “en [AIL y TAG] optamos por hacer negocios de forma que salgan beneficiados todos los participantes en las distintas fases del proceso, desde la obtención ética de las materias primas hasta la oferta de [productos naturales] para el cuidado de la piel que sean de la máxima calidad y valor. Es decir que nos esforzamos por incidir positivamente en las economías en auge de los países en desarrollo, en particular en Ghana”.
A fin de elaborar materias primas de calidad para el sector de los cosméticos, AKOMA ha colaborado con distintas organizaciones internacionales de garantía de calidad, como Fairtrade Labeling Organization International (FLO), una organización internacional dedicada al establecimiento de normas de certificación en el ámbito de los productores de los países en desarrollo.
Tras una evaluación de la calidad a cargo de la FLO en 2009, la manteca de karité de AKOMA obtuvo la certificación del organismo en materia de prácticas de comercio justo (en que se tienen en cuenta la transparencia, una rendición de cuentas responsable y el establecimiento de un precio justo por los productos).
Además de la aplicación de normas de calidad, el certificado de la FLO establece una prima de comercio justo, la cual no solo garantiza que los agricultores reciban la suma correspondiente al precio establecido por sus productos (lo que les aporta estabilidad de ingresos), sino que incluye también una asignación monetaria aparte, la prima social, por el desarrollo de programas comunitarios (como la creación de escuelas). Las granjas de la ONG han obtenido asimismo la certificación de la Soil Association (SA), una organización con sede en Bristol (Reino Unido) que fomenta los procesos sostenibles de elaboración de alimentos, de cultivo y de utilización de la tierra.
Además de las medidas adoptadas por AKOMA para mejorar la calidad de la recolección silvestre de sus cultivos, AIL ha conferido seguridad a sus productos mediante la colaboración en la “Campaña a favor de los cosméticos seguros” (CSC), coalición de grupos de consumidores de salud pública en defensa de los productos seguros en este sector.
Mediante la firma en 2010 del “Pacto para la producción mundial de productos de salud y belleza más seguros” propuesto por la CSC (promesa de las empresas del sector de no utilizar productos químicos tóxicos, como el plomo, en sus productos), los fabricantes de cosméticos contrajeron el compromiso público de asegurar la seguridad de los productos cosméticos.
Gracias a que en sus procesos de producción las marcas de certificación de calidad otorgadas por la FLO y la SA ocupan un lugar central, y gracias también a que estas marcas figuran claramente visibles en sus productos (además del respaldo público de la CSC), AKOMA y AIL han podido diferenciar las materias primas y los ingredientes de los productos que utilizan de los que utilizan otras empresas.
Al mismo tiempo, AIL ha colocado los productos cosméticos originarios de la ONG en el mercado específico de productos certificados y obtenidos según principios éticos, garantizando a los consumidores la seguridad de los mismos. AIL no solo ha colocado estratégicamente la manteca de karité de AKOMA, sino que además la ha comercializado como un producto saludable.
De hecho, debido a sus propiedades naturales (como la vitamina A y E), la empresa de cosméticos del Reino Unido ha promocionado el ingrediente como remedio para numerosas afecciones, como la sequedad de la piel, cortes, quemaduras y dermatitis (un tipo de reacción alérgica de la piel).
Otras afecciones que se curan con manteca de karité son los eccemas (trastorno cutáneo que produce descamación y erupciones) y la psoriasis (afección cutánea que produce enrojecimiento e irritación).
Además de comercializarla como producto saludable, AIL ha utilizado la manteca de karité de AKOMA como materia prima para la fabricación de productos de diversas marcas cosméticas. La filial de la ONG ha elaborado varios productos certificados por la FLO, como la manteca pura de karité (para pieles secas y para curar heridas o aliviar quemaduras), el jabón negro orgánico de Ghana (para el baño), el jabón de lujo hecho a mano y las máscaras hidratantes de AKOMA.
Por otra parte, AIL ha impulsado su actividad comercial mediante la diversificación de su cartera de productos a fin de incluir cuatro líneas de productos para el cuidado de la piel (desde 2012) a base de aceite de coco, sales de baño, grano y polvo de cacao.
AKOMA y su filial manufacturera también han comercializado la manteca de karité mediante acuerdos para suministrar sus productos a distintas empresas de cosméticos del Reino Unido, como Bulldog Natural Grooming (Bulldog), un fabricante de cosméticos que distribuye productos para hombre desde su sede, al oeste de Londres.
Por ejemplo, los productos hidratantes y los geles de afeitar Eco-System de Bulldog llevan ingredientes de manteca de karité de comercio justo suministrados por las agricultoras de la ONG.
Mediante un plan estratégico de mejora de la calidad, colocación del producto en el mercado especializado, elaboración del producto y colaboración con fabricantes internacionales de cosméticos, las materias primas de calidad de la ONG han logrado hacerse un hueco en el mercado internacional.
Marcas
Gracias a la utilización de productos de calidad obtenidos según principios éticos, así como a la creación de marcas atractivas que han consolidado su prestigio, la ONG y sus socios comerciales han podido aprovechar las ventajas que ofrece la colaboración con empresas de cosméticos como Bulldog. A su vez, la imagen corporativa de dichas empresas ha mejorado al quedar asociadas con el renombre que se ha forjado AKOMA y su manteca de karité.
Por su parte, Bulldog se ha centrado en la utilización del sistema de P.I. para consolidar su buena posición y la identidad empresarial. Bulldog que es un socio clave de AKOMA, obtuvo el registro de marca, en 2006 y 2007) en el Reino Unido (tanto en lo que respecta al mercado del fabricante de cosméticos como al mercado más lucrativo de la ONG), ante la Oficina de Propiedad Intelectual de dicho país (UKIPO).
Además, la marca fue registrada como marca denominativa y marca figurativa (en 2008) en la Unión Europea (UE), otro de los mercados clave de AKOMA y Bulldog, ante la Oficina de Armonización del Mercado Interior. A partir de unos activos sustentados en la P.I., Bulldog se ha esforzado por diferenciar sus productos de los de sus competidores sin dejar de consolidar su prestigio (y, por extensión, el de sus suministradores ghaneses) entre los consumidores.
Por otra parte, gracias a los materiales de promoción de Bulldog (en los que se hace referencia expresa a AKOMA, en el sitio web de la empresa) Bulldog y las agricultoras de la ONG han visto aumentar el valor de sus marcas.
Medio ambiente y salud pública
Aunque Pusu-Namogo cuenta con un rico patrimonio histórico agrario (como el cultivo del árbol de la mantequilla, tarea a la que se dedica un 70% de la comunidad, según los datos de AKOMA recogidos en 2012), el pueblo también ha sufrido problemas medioambientales y socioeconómicos (enfermedades y pobreza).
Los habitantes del pueblo han tenido que combatir numerosas enfermedades, como la malaria, el kwashiorkor (enfermedad infantil causada por una deficiencia aguda de nutrientes, como pueda ser la falta de proteínas en la dieta infantil) y el beriberi (afección del sistema nervioso causada por falta de vitaminas en la dieta). Tal situación se ha visto agravada por los altos índices de analfabetismo y de desempleo de Pusu-Namogo.
Para afrontar tales retos, AKOMA y sus empresas filiales y socios han fortalecido la capacidad de Pusu-Namogo mediante la aplicación de políticas estrictas en materia de medio ambiente, educación y salud pública. Gracias a su colaboración con la FLO, la CSC, SA y ProKarité, la ONG ha asegurado que sus agricultores apliquen prácticas agrícolas ecológicas, entre otras, la disminución del uso de pesticidas químicos dañinos.
Con estas medidas ecológicas no solo se obtienen productos saludables; también se reducen los riesgos para el medio ambiente, como la contaminación de las aguas subterráneas y del suelo, y para la salud humana y animal.
Por otra parte, las agricultoras de AKOMA han aprendido a cosechar las nueces de karité de un modo respetuoso con el medio ambiente. En palabras del Sr. Klufio, “las trabajadoras cosechan, recogen y preparan las materias primas sin perturbar el ecosistema local”. Además, la colaboración de AKOMA con la FLO ha permitido a la ONG invertir en el fortalecimiento de las capacidades de los recursos humanos de la aldea.
En el marco de las normas de certificación del organismo en cuestión, AKOMA ha recibido primas más elevadas por su manteca de karité; en 2012, por ejemplo, obtuvo una garantía de precio correspondiente a la prima de certificación de comercio justo de 185 euros por tonelada de manteca de karité.
En el marco de la prima social, tales ingresos suplementarios se invirtieron en distintas iniciativas comunitarias, como el plan de cinco años de duración de introducción de mejoras en la escuela de enseñanza primaria de Pusu-Namogo (por ejemplo, la distribución de uniformes escolares a los estudiantes, la creación de una biblioteca, la adquisición de material escolar y la construcción de instalaciones recreativas).
Mediante la prima del comercio justo se han financiado además otros programas comunitarios, como programas de formación para las mujeres de la cooperativa, seminarios sobre salud pública y políticas de seguros para ellas y sus familias, además de iniciativas de difusión de información general (por ejemplo, explicaciones de los departamentos gubernamentales sobre los servicios que ofrecen a las comunidades).
Mediante dichas iniciativas no solo se han reducido los índices de pobreza, degradación medioambiental y de enfermedades en Pusu-Namogo, sino que también se ha conseguido que sus habitantes entren en el mercado internacional ofreciendo productos de calidad y con valor añadido.
En el proceso, las agricultoras de la nuez de karité de Pusu-Namogo han mejorado su capacidad diversificando sus fuentes de ingresos. Así, en 2012, las agricultoras de AKOMA se dedicaron a la fabricación de manteca de cacao, a la extracción de aceite del árbol baobab y a recibir formación para convertirse en artesanas (por ejemplo, en sastres).
Como dijo el fundador de la ONG, “[la ONG] no dependerá únicamente de la manteca de karité. En tanto que sociedad polivalente, el objetivo es investigar otros productos y diversificarse en otros oficios, lo que incluye el aprendizaje de nuevas técnicas.” Por otra parte, en Ghana ya se han comercializado con éxito algunos productos obtenidos a partir de dicho procedimiento de diversificación.
Resultados empresariales
Desde su constitución, AKOMA ha logrado transformar considerablemente las vidas y los medios de subsistencia de sus miembros. Gracias a su colaboración con la FLO y otras organizaciones, la ONG pudo vender su manteca de karité a 2.640 euros la tonelada, esto es, a un precio mayor que el que impone normalmente el sector.
Según la organización de agricultores, el haber obtenido unos ingresos superiores a la media significa que las agricultoras de Pusu-Namago ganaron cuatro veces más de lo que ganaban antes de la fundación de AKOMA. Además, la ONG ha logrado asegurar que sus agricultores sean capaces de satisfacer la creciente demanda de sus materias primas en el mercado internacional.
Desde 2012, AKOMA abastece de manteca de karité a numerosos fabricantes de cosméticos en diversos países y regiones, como el Commonwealth de Australia, la UE y el Japón. En ese mismo año, la organización amplió a 300 el número de mujeres agricultoras que la integran, desde las 45 con que contaba cuando se fundó.
Más que un simple tratamiento para la piel
Partiendo de su amplia experiencia en el sector y un viejo anhelo, el fundador de AKOMA localizó una comunidad de agricultoras capaces con una larga tradición agrícola, pero para la que el acceso al mercado internacional no resultaba fácil. Mediante la organización del trabajo en cooperativa y el desarrollo de sus capacidades, el Sr. Klufio emprendió un proceso que iba a cambiar las vidas de sus miembros, para mejorarlas..
Basándose en la consolidación del prestigio adquirido como productor de materias primas de calidad, la ONG pudo formalizar acuerdos de comercialización y disfrutar las ventajas que ofrece la colaboración con socios que disponen de activos de P.I. seguros.
Las mujeres agricultoras de la nuez de karité del pueblo de Ghana han demostrado cómo una remota comunidad puede salir de la marginalización económica y social y lograr una vida mejor con mejores perspectivas de futuro para sí mismas y sus familias.