Antecedentes
Cada vez que los niños se suben al carrusel a jugar, la bomba extrae agua del subsuelo hasta un tanque situado a poca distancia. El agua almacenada se destina al consumo doméstico. (Foto: Cortesía de PlayPumps International)
Termina otro día de escuela en Acornhoek, una comunidad rural del semiárido este de Sudáfrica. Los niños gritan y se ríen mientras dan vueltas haciendo girar un colorido carrusel. Las mujeres vuelven a casa llevando cubos de agua. Los chicos corren detrás de un balón de fútbol.
Esta escena encierra más de lo que uno ve a simple vista. A cuarenta metros de profundidad, cada giro del carrusel propulsa una bomba. A 16 vueltas por minuto, se bombea agua sin esfuerzo hasta un tanque de 2.500 litros, que abastece a toda la comunidad con sólo abrir el grifo.
Cubriendo el tanque hay cuatro vallas publicitarias con mensajes sobre educación, salud pública y prevención contra el VIH/SIDA, así como anuncios publicitarios, que generan ingresos suficientes para financiar el mantenimiento de este sistema durante diez años.
Invención
La idea se le ocurrió primero a un ingeniero y perforador de pozos, Ronnie Stuiver. Cuando recorría el país perforando pozos, los niños, fascinados, se agolpaban a su alrededor; la mayoría tenía una energía desbordante y muy pocas posibilidades de desfogarse jugando. Ideó un carrusel sujeto a una bomba sencilla, que funcionó. Cada vez que los niños dan vueltas en el carrusel, la bomba conectada a él extrae agua del subsuelo. El prototipo de este atípico dispositivo se expuso durante una feria agrícola celebrada en 1989.
Sin embargo, fue necesaria la visión emprendedora del ejecutivo publicitario Trevor Field para transformar esta ingeniosa invención en una solución innovadora y sostenible para uno de los problemas más acuciantes de la región. Dio la casualidad de que el Sr. Field visitó la feria donde se exponía la bomba del Sr. Stuiver. Nada más verla, recordó una experiencia vivida días antes, mientras pescaba: un grupo de mujeres procedentes de una aldea, de pie junto a una bomba de agua propulsada por energía eólica, esperaba a que soplara el viento para extraer el agua. Se le ocurrió que aquella bomba tan original podría servir para desarrollar un sistema autosostenible de abastecimiento de agua y así mitigar la crisis del agua que amenaza a África y otras regiones del mundo. Publicista de profesión como era, se le ocurrió la idea de cubrir el tanque para el agua bombeada con vallas publicitarias. De este modo, la publicidad serviría para sufragar los gastos de mantenimiento, mientras que los niños, al subirse al carrusel, pondrían la bomba en funcionamiento. Sin duda, una combinación única.
Licencias, patentes y marcas
Con una hora de juego, se extraen unos 1.400 litros de agua. Las vallas publicitarias contienen mensajes sobre salud pública y generan ingresos publicitarios que permiten financiar el mantenimiento (Foto: Cortesía de PlayPumps International)
El Sr. Field se puso en contacto con el Sr. Stuiver para negociar la aplicación comercial de la invención. Con otros dos colegas empresarios, el Sr. Field adquirió del inventor la licencia del concepto. A continuación, desarrollaron y patentaron el sistema de bombeo de agua PlayPump™. La palabra PlayPump está registrada en un gran número de países, incluida la Unión Europea (Nº 008689961). También se ha presentado una solicitud de registro de la marca PlayPump (Número de serie: 77844326) ante la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos de América (USPTO).
Comercialización y alianzas
Para comercializar PlayPump, el Sr. Field y sus colegas crearon una empresa llamada Roundabout Outdoors. La empresa fabrica, instala y se ocupa del mantenimiento de los sistemas de bombeo PlayPump en la región del África subsahariana. Durante años, el proyecto siguió siendo modesto, hasta que en 1999 el Presidente Nelson Mandela inauguró una escuela con un carrusel PlayPump y se subió a él. Las fotografías de la prensa cautivaron la imaginación de donantes e inversores.
En 2000, Roundabout Outdoor ganó el premio de la Feria del Desarrollo del Banco Mundial, lo que le reportó mayor visibilidad y nuevos fondos.
Uno de los principales hitos para la empresa se produjo cuando la Case Foundation, una organización sin fines de lucro dedicada a la promoción de inversiones, de titularidad privada y con sede en los Estados Unidos de América, se interesó por PlayPump. En el marco de la iniciativa de la Case Foundation, se creó e inscribió PlayPumps International (PPI–US) como organización sin fines de lucro en los Estados Unidos de América. El Sr. Field está plenamente implicado en PPI–US. Así surgió la colaboración entre PlayPumps International y grandes patrocinadores privados y gubernamentales. Se han presentado varias solicitudes ante la USPTO para registrar el nombre de la organización. A diferencia de Roundabout Outdoors, que opera como cualquier otra empresa comercial, PPI–US es una organización benéfica que se dedica a la captación de fondos y cuya misión es donar sistemas de bombeo PlayPump a comunidades y escuelas en el continente africano.
La nueva organización recibió una buena acogida a nivel internacional. En 2006, la Primera Dama de los Estados Unidos de América, Laura Bush, y el ex Presidente Bill Clinton promocionaron públicamente el sistema PlayPump.
A finales de 2009, la directiva de PPI–US consideró que había cumplido su cometido y que ya no era necesario que su organización siguiera dedicándose a la captación de fondos. En diciembre de 2009 suscribió un acuerdo con la organización no gubernamental (ONG) estadounidense Water for People. En virtud de dicho acuerdo, PPI–US designaba a Water for People como socio colaborador responsable de la instalación de los sistemas PlayPump, y donó a esta ONG su inventario de equipos nuevos.
Los niños de Boikarabelo se lavan en el agua que ellos mismos han bombeado mientras jugaban. El acceso al agua potable mejora la higiene y el saneamiento y, por lo tanto, reduce las enfermedades (Foto: Frimmel Smith)
En el año 2008 se habían instalado 1.000 sistemas PlayPump en comunidades desfavorecidas de Sudáfrica, Mozambique y Swazilandia que han cambiado la vida de más de un millón de personas.
La periodista Kristina Gubic describe el cambio que experimentó el pueblo de Boikarabelo con la llegada del sistema PlayPump: “A dos horas en coche de Johannesburgo, Boikarabelo alberga a 700 personas que viven en casuchas de chapa. Antes, los habitantes de este lugar tenían que caminar entre rocas y pastos hasta el límite de una granja para sacar agua de un manantial subterráneo. El mero hecho de llevar el agua indispensable para cocinar y lavar era una tarea agotadora. Hoy en día, cada familia tiene un huerto y hay ropa colgada por todas partes. La escuela está construyendo invernaderos para que las comidas escolares dejen de depender de donativos esporádicos como antes. Con coles, espinacas y frijoles para completar la dieta a base de maíz, la alimentación de los niños ha mejorado notablemente”.
El impacto económico y social llega aún más lejos. El agua potable previene las enfermedades que impiden que los niños vayan al colegio y los padres puedan trabajar. Liberadas de la dura tarea de transportar agua, las chicas tienen tiempo para ir a la escuela; y las mujeres más mayores de Boikarabelo han abierto un pequeño negocio de artesanía. Al otro lado de la calle, otro vecino ha empezado a criar pollos, que vende al supermercado local. Gracias al agua potable, puede lavar las jaulas, sus pollos están más sanos y puede pedir un buen precio por ellos.
Colmar la brecha de la innovación
La ausencia de innovación en muchos países en desarrollo con una limitada actividad investigadora obedece a su incapacidad para aplicar los conocimientos que generan. La historia de PlayPump demuestra que una iniciativa a pequeña escala puede llevar la tecnología hasta las comunidades y así transformar la vida de millones de personas.