Día Mundial de la Propiedad Intelectual 2020: Innovar para un futuro verde
Las marcas: un instrumento para promover la sostenibilidad
Hoy en día los consumidores son cada vez más conscientes de las cuestiones que afectan al medio ambiente y muchos desean comprar y consumir productos que sean respetuosos con el medio ambiente. Las marcas desempeñan un papel importante a la hora de permitir que los consumidores sepan lo que están comprando o tengan la garantía de que el producto que compran cumple determinadas normas. En este sentido, cada vez es más común ver logotipos que indican que un producto está certificado por una organización en concreto, como, por ejemplo, la Fairtrade Foundation.
Por ello, la mayoría de los sistemas jurídicos del mundo prevén tipos específicos de marcas, conocidas como marcas colectivas, de certificación o de garantía.
Las marcas desempeñan un papel importante a la hora de permitir que los consumidores sepan lo que están comprando o tengan la garantía de que el producto que compran cumple determinadas normas.
En muchos países existen marcas de certificación que se utilizan para certificar las características específicas de un producto o servicio determinado. Todo aquel que solicita el registro de una marca de certificación debe presentar un reglamento de uso que abarque las características de los productos o servicios para los que se utiliza, las condiciones que rigen ese uso, las medidas de prueba (es decir, las medidas destinadas a garantizar que los productos o servicios se ajustan a la marca de certificación) y la supervisión (también para garantizar el cumplimiento). Es importante señalar que el titular de una marca de certificación no proporciona los bienes y servicios, sino que regula las empresas que lo hacen.
Las marcas colectivas ofrecen también otro medio para indicar que determinados productos o servicios cumplen ciertas normas, y están contempladas en el artículo 7 del Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial (1883). Las marcas colectivas son propiedad de una organización o asociación y pueden ser utilizadas por cualquier comerciante que sea miembro de esa asociación. Algunas jurisdicciones exigen que los solicitantes presenten el reglamento de uso de la marca colectiva ante las autoridades encargadas del registro de marcas como parte de la solicitud. Al igual que otras marcas, las marcas colectivas pueden ser palabras o logotipos. También están sujetas al requisito habitual de uso efectivo de la marca.
Un ejemplo de marca colectiva que se utiliza como instrumento para promover los objetivos de desarrollo sostenible es la marca conocida como “Mitigación de la Pobreza en Sichuan”, que fue solicitada por la Asociación para la Mitigación de la Pobreza de la provincia de Sichuan (China). Hasta agosto de 2019, se había utilizado en 3.323 productos suministrados por 1.535 productores de regiones pobres que tenían certificación.
En su primer año de uso, las ventas totales de los productos que ostentaban la marca alcanzaron los 5.100 millones de renminbi (720 millones de dólares EE. UU.).
Ejemplos en la esfera medioambiental
La forma en que el Forest Stewardship Council (Consejo de Administración Forestal, FSC) utiliza las marcas de certificación ofrece un ejemplo interesante de la manera en que pueden utilizarse las marcas para apoyar la conciencia medioambiental y los objetivos de sostenibilidad. El FSC fue creado en 1994, a raíz de la Cumbre para la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992, y se estableció en la Ciudad de México. Su objetivo es mejorar las prácticas forestales en todo el mundo y su primer producto certificado fue una espátula de madera hecha a partir de madera de abedul procedente de bosques sostenibles, certificada por el FSC, que se vendió en el Reino Unido. Hay, empero, muchos más productos de madera o a base de madera que llevan su etiqueta. También pueden ostentarla diversos productos no madereros como el látex natural, el corcho y el bambú. La misión del FSC establece: “El FSC promoverá una gestión ambientalmente adecuada, socialmente beneficiosa y económicamente viable de los bosques del mundo.”. El FSC celebra una Asamblea General cada tres años.
A fin de cumplir su misión, el FSC ha establecido 10 principios y 57 criterios que se aplican a los bosques que cuentan con la certificación forestal FSC y a los productos que provienen de ellos. Consta de tres etiquetas (FSC 100%, FSC Reciclado y FSC Mixto), las cuales utilizan las cinco marcas registradas que exhiben el logo FSC junto con una marca de verificación que se prolonga en la silueta de un árbol sobre fondo verde. Las etiquetas están disponibles en más de 60 idiomas.
Los logotipos del FSC pueden ser utilizados por los titulares de certificados, los proveedores minoristas, los usuarios finales y las instituciones educativas y otras instituciones públicas. Los requisitos relativos al uso de la marca registrada se establecen en documentos detallados a disposición de estos grupos.
Los miembros del FSC pagan una cuota anual, que varía según el tipo de miembro y en función de si se encuentra en el hemisferio norte o sur. Las cuotas varían desde 38 dólares EE. UU. para un miembro individual en el hemisferio sur hasta 1.000 dólares EE. UU. para las grandes organizaciones con fines de lucro (con más de 10.000 empleados o un volumen de negocios del orden de 2.000 millones de dólares EE. UU.) en el hemisferio norte.
Un ejemplo de las ventajas que puede ofrecer la certificación FSC es la Iniciativa para la Conservación y el Desarrollo del Mpingo (MCDI) de Tanzanía, que se puso en marcha en 2004 para proteger al árbol mpingo de la tala ilegal. En 2009, la MCDI recibió la primera certificación colectiva FSC para los bosques de gestión comunitaria en África y, en la actualidad, más de 150.000 hectáreas de bosques cuentan con la certificación FSC. La madera del mpingo es una madera dura utilizada para fabricar clarinetes y oboes. Gracias a la certificación, los bosques del mpingo se están gestionando de forma sostenible y se están plantando nuevos árboles, y los aldeanos aseguran que su nivel de vida ha mejorado.
Rara vez el FSC suspende o anula los certificados expedidos a los miembros. Esto le sucedió al productor de carbón de Ucrania Polyprom Group en 2019. Una investigación concluyó que “la empresa había estado vendiendo sistemáticamente bajo la etiqueta FSC productos derivados del carbón vegetal que contenían materias no certificadas”. Como consecuencia de ello, se impidió a Polyprom y a sus empresas asociadas la adquisición de una licencia de marca válida, lo que constituye un requisito previo para obtener un certificado FSC válido. Al anunciar la anulación de la licencia, el FSC señaló que “el sistema adopta estrictas medidas contra las empresas que comercian con productos no conformes o usan falsas afirmaciones del FSC”.
Otra marca registrada que se utiliza para promocionar los productos ambientales es, por ejemplo, el Marine Stewardship Council (Consejo de Administración Marina, MSC), con sede en Londres (Reino Unido). Esta institución se ocupa de gestionar un programa de ecoetiquetado y certificación pesquera destinado a mejorar la salud de los océanos del mundo e influir sobre las decisiones de las personas cuando compran alimentos de origen marino, y también trabaja con otros interlocutores para encauzar el mercado de productos de la pesca hacia una vía sostenible.
El MSC tiene una etiqueta azul con un pez que se aplica a los mariscos o a los peces salvajes de las pesquerías certificadas de acuerdo con sus normas. Las pesquerías certificadas se someten a evaluaciones independientes y los productos certificados se separan de los que no lo están tanto en el momento del envío como en el mercado o restaurante de destino para que los consumidores tengan conocimiento de que están comprando un producto certificado. Las normas se revisan periódicamente sobre la base de las últimas informaciones científicas.Organizaciones como restaurantes, pescaderías y asociaciones benéficas pueden solicitar una licencia para utilizar la etiqueta MSC previa obtención de un número de identificación de la cadena de custodia MSC. Se aplica una cuota anual basada en el valor de los alimentos marinos certificados por el MSC comprados y/o vendidos, que oscila entre 160 y 1.600 libras esterlinas. También se deben pagar regalías por el uso de la etiqueta ecológica del MSC en los productos destinados al consumo, fijadas a partir del 0,5% del valor neto al por mayor.
La protección de la propiedad intelectual también es muy importante para salvaguardar el té Darjeeling, que viene elaborándose desde principios del siglo XIX y se disfruta en todo el mundo. Hoy en día, 17.500 hectáreas de tierra producen alrededor de 10 millones de kilogramos de té al año. Como todos los tés de la India, el té Darjeeling es administrado por la Junta del Té, en virtud de la Ley del Té de 1953. La Junta del Té creó un logotipo único, que actualmente está registrado como marca al amparo del Sistema de Madrid para el registro internacional de marcas. El nombre y el logotipo Darjeeling también están registrados como marcas de certificación en la India, el Reino Unido, los Estados Unidos de América y otra serie de territorios, y fueron las primeras indicaciones geográficas que se registraron en el país. El logo también está registrado como una obra artística en la Oficina de Derecho de Autor. En 2011, el té Darjeeling fue reconocido en calidad de indicación geográfica protegida en Europa, lo que significa que goza de protección contra la utilización indebida, la imitación o la evocación.
La Junta del Té ha establecido un programa de certificación. Con arreglo a este último, el té Darjeeling es un té que se cultiva, crece o se produce en las 87 plantaciones de té de la zona geográfica definida, que se transforma y elabora en una fábrica de esa zona y que ha sido aprobado por expertos catadores. El programa ofrece servicios de control de calidad, apoya a los agricultores locales y garantiza el cumplimiento de las normas de producción.
Por último, la organización neoyorquina Rainforest Alliance (miembro fundador del FSC) tiene un sello de certificación en forma de rana verde que indica que una determinada explotación agrícola, un bosque o una empresa turística cumple ciertas normas ambientales, sociales y económicas.
Actualmente, Rainforest Alliance está desarrollando un nuevo programa de certificación agrícola, como resultado de su fusión con UTZ en 2018. Se trata de un programa que certifica el café, el té, el cacao y las avellanas, y dará lugar a una actualización del sello de la rana verde.
Rainforest Alliance cuenta con programas de sostenibilidad o productores certificados en más de 60 países y los productos certificados están disponibles en más de 130 países. Algunas de las empresas que han colaborado con la alianza desde su inicio en 1987 son Justin's, S&D Coffee, Inc., GSK, P&G, Teatulia, Seattle Chocolates, Miss Jones, L'Oréal y Tiffany & Co.
Una de las regiones en las que Rainforest Alliance desempeña su labor es el departamento de San Martín, en el norte de Perú. Esta región, junto con las zonas vecinas de la Amazonia, tiene tierras muy fértiles, pero también está expuesta a la deforestación ilegal y a los incendios forestales. Rainforest Alliance trabaja con los agricultores locales y las comunidades indígenas de diversas maneras. Por ejemplo, contribuye a tejer relaciones con los compradores, imparte capacitación para incrementar las cosechas y apoyar la diversificación, facilita un mayor acceso a la financiación y elabora una guía de agricultura climáticamente inteligente, en la que se emplean datos que abarcan un período de 13 años para ayudar a evaluar las condiciones climáticas locales y formular las respuestas.
Hoy en día, más de 3.000 agricultores de café y más de 4.000 agricultores de cacao tienen la certificación de Rainforest Alliance o UTZ. Los organismos trabajan con ocho comunidades indígenas para producir y llevar al mercado de manera sostenible productos como el cacao, los frijoles, los plátanos, la yuca y el maní. Tras los incendios forestales de la selva amazónica en 2019, Rainforest Alliance recaudó más de 1 millón de dólares EE. UU. para impartir capacitación en materia de prevención de incendios y gestión comercial y promover la economía local.
¿Lo sabía usted?
El Forest Stewardship Council cuenta con cuatro registros internacionales en el marco del Sistema de Madrid para el Registro Internacional de Marcas: dos en relación con la marca FSC y dos en relación con el logo FSC.
El Marine Stewardship Council cuenta con registros internacionales en el marco del Sistema de Madrid en relación con su nombre y su logotipo, registrados en 2009 y 2006, respectivamente.
La Junta del Té cuenta con un registro internacional de marca en relación con el logo de Darjeeling para el “té” perteneciente a la “clase 30”. El registro se efectuó en 1988.
Rainforest Alliance tiene numerosas marcas comerciales y de certificación que han sido registradas en jurisdicciones como los Estados Unidos y la Unión Europea.