Fundación Solar Impulse: reconciliar la economía y la ecología
Durante decenios, las tecnologías limpias se han visto perjudicadas por la errónea concepción de que son “demasiado caras”. Además, en algunos sectores se ha impuesto la falsa idea de que no es posible mantener el crecimiento económico y el nivel de vida al mismo tiempo que se preserva la integridad del medio ambiente y se protege nuestro planeta. Sin embargo, eso es una falacia.
¿Por qué? En primer lugar, porque el daño causado a nuestro planeta, sus recursos naturales y su biodiversidad ya está teniendo graves repercusiones en las economías nacionales. En segundo lugar, porque las tecnologías limpias son una importante oportunidad económica e industrial.
La Fundación Solar Impulse se creó precisamente para demostrar que podemos reconciliar la economía y la ecología fomentando el desarrollo de las tecnologías limpias y las energías renovables.
Fundada por el explorador suizo Bertrand Piccard tras su vuelta al mundo en un avión solar, la Fundación Solar Impulse se ha fijado un nuevo y ambicioso reto para encontrar, seleccionar y promover 1000 tecnologías limpias que protejan el medio ambiente de manera rentable: el reto #1000Solutions.
Para seleccionar esas soluciones, hemos creado la etiqueta Soluciones Eficientes Solar Impulse, que se otorga a las tecnologías limpias que tienen grandes efectos positivos en el medio ambiente y se basan en un modelo económico sólido, ya sea que ahorren dinero a los consumidores finales, creen puestos de trabajo o demuestren su rentabilidad comercial. Una comunidad de más de 400 destacados expertos en ámbitos como la energía limpia, los recursos hídricos, la movilidad, el reciclaje y la construcción se encarga de evaluar minuciosamente las soluciones.
Nuestra convicción de que las tecnologías limpias pueden crear un sistema sostenible que impulse las economías al tiempo que proteja el medio ambiente no es una utopía. Hasta la fecha, hemos otorgado la etiqueta a casi 500 soluciones que demuestran que tal sistema es posible. Esas tecnologías son menos contaminantes, utilizan los recursos de manera más sostenible, generan menos residuos y favorecen una economía más circular que las tecnologías a las que sustituyen. Además, se han probado en el mundo real y han demostrado su eficacia.
Todas esas innovaciones provienen de las mentes excepcionales de los innovadores que, ante una gran amenaza como la crisis climática, han utilizado su creatividad, ingenio y espíritu pionero para desafiar el statu quo y desarrollar tecnologías respetuosas con el medio ambiente en todos los sectores.
Cabe mencionar, entre muchas otras, una tecnología de velas rígidas para reducir las emisiones de los barcos, una solución aeropónica para reducir el uso de agua y pesticidas en la agricultura, una solución innovadora para convertir la fuerza constante de las olas en energía, un barco impulsado por energía solar para recoger los residuos plásticos de los ríos o un proceso para fabricar plástico biodegradable a partir de los desechos domésticos. Detrás de cada una de esas soluciones, hay personas y equipos fantásticos y apasionados.
Para la mayoría de esos pioneros, los derechos de propiedad intelectual han desempeñado un papel fundamental en sus procesos de innovación. Las patentes, las marcas, los derechos sobre los diseños y el derecho de autor son esenciales para proteger las soluciones de los innovadores, atraer inversores, generar ingresos y estimular nuevas ideas. Por consiguiente, los derechos de PI son instrumentos fundamentales para fomentar la tecnología limpia y una innovación sostenible.
En la Fundación Solar Impulse creemos que los derechos de PI desempeñarán un papel decisivo a la hora de acelerar la aplicación de las soluciones que llevan nuestra etiqueta en los mercados de todo el mundo. Así pues, en este Día Mundial de la Propiedad Intelectual de 2020, hemos decidido unirnos al llamamiento de la OMPI para analizar “el papel que la innovación y los derechos de PI desempeñan a la hora de abrir camino hacia un futuro verde”.
La Fundación Solar Impulse y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual comparten la visión de que, “con pensamiento innovador y un uso estratégico de los derechos de PI, alcanzar la sostenibilidad está en nuestras manos”.