Transcripción de la entrevista con Treasuary Wine Estates acerca del Sistema de Madrid.
Treasury Wine Estates (TWE) es la mayor empresa del mundo cotizada en Bolsa que se dedica exclusivamente a la producción de vinos. Con unos ingresos anuales de alrededor de 1.800 millones, TWE tiene actividades en Australia, Nueva Zelandia, los Estados Unidos y Europa, y una plantilla de más de 4.000 empleados en todo el mundo.
Básicamente, nuestras marcas son la espina dorsal de la empresa. Contamos con más 50 marcas, entre las que se cuentan algunas de las marcas más antiguas y prestigiosas del mundo, como por ejemplo la marca australiana más famosa del mundo, Penfolds, que fue creada en 1844. Tenemos también la marca Lindemans, de la que se venden más de 7 millones de cajas de botellas por año, y que se remonta al año 1843. En lo que respecta a los Estados Unidos, tenemos allí la famosa marca Berenger, que fue creada en 1876 en el Valle de Napa.
TWE comenzó a utilizar el Sistema de Madrid en 2001, año en el que Australia se adhirió a ese tratado internacional. Desde entonces ha presentado unas 70 solicitudes de registro internacionales en virtud del sistema. Las repercusiones en la gestión de marcas han sido bastante importantes. En primer lugar, el Sistema de Madrid permite obtener registros con mayor rapidez, a menor costo y de forma más sencilla que el sistema anterior.
Por lo que se refiere a la gestión de la cartera de marcas, el Sistema de Madrid ofrece aún mayores ventajas. Por ejemplo, los cambios de titularidad de una marca se tramitan muy rápidamente a través de un formulario único. Lo mismo sucede con las renovaciones, que se pueden gestionar mediante un formulario único para una multitud de países. Los cambios de dirección o razón social de una empresa se tramitan también de forma mucho más eficaz que en el marco del sistema anterior.
El debate en torno al Sistema de Madrid suele centrarse en la cuestión del sistema de gestión de marcas de la empresa; sin embargo, las ventajas reales del sistema se hacen sentir de forma importante sobre todo en las actividades comerciales de la empresa. El nuevo sistema permite lograr, por ejemplo, una mejor sincronización y armonización de la gestión de las marcas con los planes de comercialización y la estrategia empresarial. Permite también reducir la complejidad, los riesgos operativos y la incertidumbre. En TWE utilizamos el Sistema de Madrid siempre que es posible. Actualmente el Sistema de Madrid cuenta con unos 86 países miembros. Cuando un país no es parte en el Sistema tenemos que usar el antiguo sistema. Sin embargo, cuando nos encontramos ante una situación en que se utilizan los dos sistemas, el antiguo y el nuevo, utilizamos el Sistema de Madrid, incluso si solo hay uno o dos países que pertenecen al Sistema en ese mercado.
Si bien resulta difícil cuantificar los ahorros obtenidos dado que utilizamos a la vez el antiguo y el nuevo sistema, podemos razonablemente concluir, tras diez años de experiencia con el Sistema de Madrid, que en lo que se refiere a los procedimientos anteriores al registro, se puede ahorrar alrededor del 30% respecto de lo que se pagaba en virtud del sistema anterior. En lo referente a los procedimientos posteriores al registro, los beneficios son mucho mayores: calculamos que los ahorros son de al menos el 50% de lo que pagábamos por los mismos procedimientos con el sistema anterior.
Cabe señalar que la función de la propiedad intelectual ha cambiado enormemente con el avance de la globalización, especialmente de los mercados. Antes se consideraba que la propiedad intelectual solo servía para proteger jurídicamente un activo. En la actualidad, si miramos a nuestro alrededor, constataremos que la propiedad intelectual es un factor estratégico y un mecanismo de crecimiento importante para las empresas, a través de la innovación. El Sistema de Madrid se ha adaptado a los profundos cambios que se han producido en las empresas en todo el mundo y ha concebido un instrumento que responde a su necesidad de reducir la complejidad, los plazos para la comercialización y los costos. Eso es lo que valoran las empresas.
Otra de las ventajas tangibles es que el personal ahora tiene una mejor comprensión de la función de la propiedad intelectual. Gracias a esa mayor comprensión, se obtiene valor de los activos de propiedad intelectual de forma mucho más eficaz. Sin duda alguna, el Sistema de Madrid es la vía del futuro porque se adapta a la evolución del mundo en lo que atañe a las empresas y la innovación. Nuestro único deseo es que otros países se adhieran al sistema lo antes posible y que podamos aprovechar los beneficios reales de un sistema mundial de marcas integrado.