8 de julio de 2022
325 limones criollos. Ayudar a este simple fruto a desarrollar todo su potencial fue la chispa de la invención para Álvaro Leal. "¿Qué vamos a hacer con todos estos limones?" se preguntó Álvaro hace seis años, cuando su amigo le trajo un regalo que haría fluir su creatividad. Agradeciendo la generosidad de su amigo, Álvaro quiso aprovechar hasta la última parte. Pasó toda una tarde separando la cáscara de la fruta y fue recompensado con oro líquido.
El jugo fue de calidad superior duró más de lo normal. Tenía una vida útil de ocho a diez días sin ningún producto químico añadido. Todo el proceso apenas genera residuos, ya que se puede utilizar cada parte del limón. La pulpa se secaba y se daba de comer a los animales, mientras que la cáscara se endulzaba y se transformaba en té. Con este logro, Álvaro se propuso construir una máquina que pudiera automatizar todo el proceso.
Dar vida a un invento era un territorio familiar para Álvaro. A sus 70 años, su experiencia de vida lo llevó por el camino del emprendimiento. Cuando se enfrentó con el brote de la enfermedad de Chikungunya en Colombia, creó un repelente para ahuyentar a los mosquitos. Hace apenas unos años, Álvaro inventó un dispositivo para reducir el consumo de agua en los inodoros más antiguos. Si bien Álvaro nunca tuvo una educación formal en ingeniería, su impulso por mejorar el mundo que lo rodea lo llevó a innovaciones exitosas.
La máquina propietaria de Álvaro tiene dos secciones. La primera sección quita la cáscara y ablanda los limones, la segunda sección exprime el limón y separa la pulpa y las pepitas. Álvaro se benefició del apoyo del Programa de Asistencia a Inventores (IAP) de la OMPI para obtener una patente para proteger la máquina que inventó. El IAP proporciona a los inventores un abogado o agente de patentes voluntario sin costo alguno. La abogada voluntaria de Álvaro, Claudia del Pilar Montoya, lo ayudó a navegar por todo el proceso para asegurar la protección necesaria para transformar su invento en una realidad comercial.
Una vez que la OMPI puso en contacto a Álvaro con Claudia Montoya, abogada especialista en patentes en la firma “PILAR Derecho de los Negocios”, el equipo se puso a trabajar de inmediato. Primero, ella lo ayudó a asegurarse de que la invención fuera algo nuevo con el potencial de ser protegido por una patente. Una vez que esto se confirmó, Claudia se comprometió con Álvaro para elaborar una solicitud de patente que respaldaría su deseo de una cosecha de limón más sostenible. A través de su trabajo con Álvaro, Claudia comenta - “Me he dado cuenta que todo inventor tiene un sueño que cumplir a través de sus inventos, para mí apoyarlos es como ayudarlos a lograr su sueño”-.
En junio de 2020, la patente fue concedida y Álvaro estaba listo para llevar su máquina al mercado. El pasado mes de diciembre, realizó una negociación con el Ministerio de Agricultura de Colombia, para llevar su invento a diferentes localidades de Colombia, en las regiones de Tolima y Cundinamarca.
El apoyo del Programa a Asistencia a Inventores causó una gran impresión en Álvaro. - "El Programa me hizo sentir que existo, que lo que hago tiene un impacto significativo. Estoy en el lugar correcto y eso lo cambia todo. Con su apoyo, me fortalecí y me sigo fortaleciendo"-.
Con esa fortaleza, Álvaro sigue desarrollando la máquina, y centrándose en aumentar la capacidad y la habilidad para trabajar con otros tipos de frutos cítricos. Consciente de los retos a los que se enfrentan los agricultores locales, Álvaro también tiene planes para desarrollar una versión que pueda funcionar tanto con energía eléctrica como con energía solar. Como explica, muchos agricultores carecen de un suministro estable de energía. Sueña con crear algún día una solución que también les sirva a ellos.
Adicionalmente, Álvaro se siente muy agradecido con la SIC la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia, así como con su familia, quienes han sido pilares importantes que ayudaron a definir el rumbo de su invento.
La OMPI creó el Programa de Asistencia a Inventores para ayudar a inventores como Álvaro a convertir sus innovaciones en soluciones significativas. El Programa ha apoyado a más de 150 inventores y Pequeñas y medianas empresas (Pymes) en Chile, Colombia, Ecuador, Filipinas, Marruecos, Perú y Sudáfrica.
Visita el sitio web del PAI para obtener más información sobre, cómo presentar una solicitud como inventor, convertirse en voluntario o en patrocinador del programa.