Por si hiciera falta probar que la innovación no conoce límites, he aquí una lista de patentes “fuera de lo común”.
Paschal Plant patentó el “Traje de baño de corcho” en 1882. Supuestamente, el calce de la prenda permitía “una total libertad de movimiento del cuerpo y los miembros”; su diseño comprendía un hilado resistente y pequeñas piezas de corcho. El corcho permitiría al usuario flotar en el agua, luciendo a la vez un modelo de actualidad. ¡Dónde se consigue?
John Otto Lose patentó el “Vehículo de rueda única” en 1885, un tipo de monociclo cuyo conductor se sienta en el interior de la rueda, que gira a su alrededor. Detalle importante: el paraguas, sumamente funcional, asegura que el pasajero (y su pipa) se mantengan perfectamente secos.
En 1896, James C. Boyle patentó el “Dispositivo para saludar”, una invención para ayudar a los usuarios a practicar los buenos modales. El pequeño aparato dentro del sombrero lo levantaría y lo haría rotar automáticamente cada vez que el usuario deseara destocarse o saludar a alguien. El corte rapado es opcional… suponemos.
Otto A. Hensel patentó la “Bañera mecedora u oscilante” en 1900. La innovación fue ideada para que el agua del baño vaya salpicando al sujeto. ¡Quién necesita un parque acuático si puede tener esto en su casa?
¡Ojo! Andrew Jackson Jr. patentó el “Protector ocular para gallinas” en 1903. Con esa invención se pretendía proteger los ojos de las gallinas de los “intentos de picoteo” de otras gallinas. Hoy en día se pueden comprar “lentes para gallinas”, algo más modernos.
Para esos días en que someterse a la ley de gravedad aburre, Karl Lange patentó una “Bicicleta doble para rizar el rizo”, en 1905. Si el ciclista se acerca al rizo pedaleando cabeza abajo, podrá completar cabeza arriba la parte inversa del rizo, y será la envidia de todos sus amigos.