5 de diciembre de 2023
Con el fin de mejorar la disponibilidad del tratamiento contra el VIH para los pacientes que residen en Colombia, el gobierno colombiano se mueve para poder usar compuestos basados en dolutegravir sin el permiso del propietario de la patente.
Muchas empresas farmacéuticas originarias amplían su producción y aplican prácticas de concesión de licencias para que sus productos estén disponibles en todo el mundo. Sin embargo, las dificultades de acceso pueden llevar a diversos agentes a intentar incrementar la disponibilidad y asequibilidad de los medicamentos en los países de ingresos medianos y bajos. Esto puede incluir la negociación con el originador para facilitar la entrada en el mercado de productos genéricos, incluso a través de sistemas de licencias mancomunadas. Otras herramientas son la aplicación por parte de los gobiernos de las flexibilidades previstas en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), como las licencias obligatorias, y las autorizaciones gubernamentales de uso del producto médico sin el consentimiento del titular de la patente, lo que permite la producción de una versión genérica antes de que expire la patente original del medicamento. En la Conferencia Ministerial de Doha de la OMC de 2001, se reafirmó el derecho de los Estados miembros a hacer uso de todas las flexibilidades contempladas en el acuerdo ADPIC para proteger la salud pública, así como la libertad para determinar los motivos por los que se conceden dichas licencias.
Durante la última década, en la sanidad mundial ha prevalecido un sentimiento de optimismo respecto a los tratamientos. En lo que respecta al VIH, un avance prometedor fue la llegada del dolutegravir (DTG), que, en combinación con otros compuestos, constituye el tratamiento preferido para las personas seropositivas. Este medicamento proporciona una mayor supresión vírica, menos efectos secundarios, menor riesgo de interrupción del tratamiento y menor riesgo de desarrollar resistencia a los medicamentos contra el VIH en comparación con otras alternativas más antiguas, como los regímenes basados en efavirenz (EFV).
Los compuestos basados en dolutegravir están protegidos por patentes con una amplia cobertura geográfica hasta, al menos, 2030, y la concesión de licencias para su producción genérica no incluye a varios países de renta media muy populosos[1]. Los compuestos basados en DTG siguen estando fuera del alcance de muchos pacientes en todo el mundo que no pueden permitirse el medicamento[2], y persisten las disparidades regionales en cuanto a la asequibilidad[3]. Con una gran diferencia entre el precio del medicamento de marca y el genérico[4], siguen existiendo dificultades en lo referido a fijación de precios y disponibilidad.
La acuciante situación de la salud pública en Colombia, evidenciada por un aumento de casi el 30 % de los casos de VIH el año pasado, subraya la urgencia de encontrar soluciones eficaces. De esta urgencia se hicieron eco, entre otros, los llamamientos de numerosos activistas de la salud mundial, como por ejemplo, una carta de julio de 2023 al ministro de Salud colombiano en este sentido.
En este contexto, el 4 de octubre de 2023, el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia dio otro paso hacia la expedición de una licencia obligatoria para facilitar el acceso a versiones genéricas de dolutegravir más económicas. En una resolución anterior relacionada, que se adoptó en junio de 2023, el Ministerio señaló que el impacto de esta medida podría suponer una reducción significativa de más del 80 % del precio del DTG. La búsqueda por parte de Colombia de una licencia obligatoria para el DTG arroja luz sobre las complejidades de los sistemas de concesión de licencias de PI y la fijación de precios de los medicamentos a escala mundial.