25 de abril de 2024
En consonancia con el tema del Día Mundial de la Propiedad Intelectual de este año, que se centra en el vínculo entre la propiedad intelectual (PI) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), este artículo ilustra el modo en que la salud se entrecruza con estos objetivos y la necesidad de seguir fomentando la innovación en el espacio sanitario.
La COVID-19 puso de manifiesto el modo en que la salud influye en todas las facetas de nuestras vidas. Durante la pandemia, los avances en la reducción de la pobreza sufrieron su mayor revés en décadas, la prestación de servicios educativos se vio perturbada y quedaron patentes las disparidades en cuanto al acceso a medicamentos y tratamientos. La COVID-19 también evidenció que determinadas poblaciones -entre ellas las mujeres, las comunidades indígenas y los migrantes en los países de ingresos medianos y bajos- son más vulnerables a las emergencias de salud pública.
Los ODS ofrecen una hoja de ruta para alcanzar la prosperidad y la paz. La salud mundial es esencial para lograrlo, ya que sostiene la totalidad de los ODS. Los resultados relacionados con la salud forman parte integral de la consecución de los 17 ODS, y el uso estratégico de la PI puede facilitar este logro.
El ODS n.º 3 se conoce como «el objetivo de la salud» y se centra en la "salud y bienestar". Sobre la base de este objetivo, los países aspiran a reducir la mortalidad materna, poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y niños, acabar con las epidemias de malaria, tuberculosis, sida y enfermedades tropicales desatendidas, garantizar el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva y lograr la cobertura sanitaria universal, garantizando que todas las personas puedan acceder a unos servicios sanitarios de calidad.
Desde acabar con la pobreza y el hambre hasta garantizar una educación de calidad y promover sociedades inclusivas, la salud está presente en todos los ODS. De hecho, hay muchos problemas de salud que pueden abordarse mediante el cumplimiento de los ODS:
La urgencia de estos retos se está intensificando, al igual que su impacto en la sociedad. Existe una importante necesidad de acelerar y ampliar la innovación en el sector sanitario. Los productos y servicios innovadores serán esenciales para mejorar la asequibilidad, calidad y eficacia de los sistemas sanitarios.
Por ejemplo, la brecha de género que existe en la investigación de enfermedades que afectan desproporcionadamente a las mujeres puede salvarse mediante innovaciones en el campo de las tecnologías centradas en la mujer (Femtech), un término acuñado recientemente que se refiere a herramientas de diagnóstico, servicios y productos que, con el uso de la tecnología, pretenden abordar los problemas de salud de las mujeres.[4] Las empresarias de las tecnologías centradas en la mujer están transformando actualmente la atención sanitaria de las mujeres mejorando la prestación de cuidados, lo que permite el autocuidado, mejorando los diagnósticos, abordando áreas estigmatizadas y prestando una atención culturalmente respetuosa y adaptada.[5]
Ver en Youtube el video sobre tecnologías centradas en la mujer
Cuando se trata de enfermedades infecciosas como la tuberculosis, en las que se ha desarrollado resistencia antimicrobiana a los tratamientos disponibles, existe una necesidad crítica de invertir en alternativas médicas nuevas y mejoradas que puedan ayudar a detener la propagación de la tuberculosis farmacorresistente. Según los informes, la tuberculosis, que afecta de forma desproporcionada a entornos con pocos recursos, infecta a una cuarta parte de la población mundial, y más de 10 millones de personas enferman de tuberculosis cada año. La innovación para desarrollar mejores opciones de tratamiento de la tuberculosis ha sido lenta. Sin embargo, la vacuna M72/AS01E (M72) tiene el potencial de convertirse en la primera nueva vacuna contra la tuberculosis del mundo desde hace 100 años.
En un reciente informe de la OMPI se describen las innovaciones y patentes relacionadas con los ODS y se constata que el ODS n.º 13 sobre acción por el clima y el ODS n.º 3 sobre buena salud se encuentran entre los ODS con mayor número de patentes presentadas. El número de patentes en el sector de las tecnologías centradas en la mujer ha crecido y se ha duplicado en los últimos 20 años.[6] Estos resultados ponen de relieve el papel de la PI en el avance de la salud mundial y los esfuerzos de sostenibilidad, y estas cifras constituyen buenos indicadores para evaluar la velocidad de la innovación en un sector.
Como se pone de manifiesto en el informe sobre la actividad de patentamiento de vacunas y productos terapéuticos relacionados con la COVID-19, el tiempo récord en el que se desarrollaron y aprobaron las vacunas no habría sido posible sin décadas de innovaciones científicas y su correspondiente actividad de patentamiento.[7] El informe también atribuye este hecho a un enfoque integrado de la salud, el comercio y la PI para responder a la pandemia de COVID-19.[8]
Es igualmente importante coordinar los esfuerzos y mejorar la cooperación en los foros mundiales. El compromiso trilateral de la OMPI con la OMC y la OMS es un buen ejemplo de cooperación y desarrollo de la labor de colaboración en torno a los retos transversales de la salud mundial. Por ejemplo, en noviembre de 2023, las tres organizaciones celebraron el 10º Simposio técnico conjunto centrado en la salud humana y el cambio climático. El evento subrayó la importancia de explorar las confluencias entre la salud pública, el comercio y la PI para abordar los efectos del cambio climático en la salud humana, sobre todo entre las poblaciones más marginadas del mundo.
La OMPI destaca el papel crucial de la innovación y la creatividad a la hora de abordar algunos de los desafíos más acuciantes del mundo, demostrando cómo la PI cataliza el progreso en todos los ODS, incluidos la salud, la sostenibilidad medioambiental y la igualdad de género.
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