15 de marzo de 2021
John Miller, Trade Data Monitor (TDM) y Sacha Wunsch-Vincent, Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)
En 2020, el comercio mundial tuvo que navegar con viento de proa debido principalmente a la paralización económica causada por la COVID-19. En septiembre de 2020, el Índice Mundial de Innovación de la OMPI señaló que la crisis provocada por la pandemia podía tener un impacto negativo y potencialmente grave en el comercio y la inversión vinculados a la tecnología.
Sin embargo, como muestran nuestras últimas estimaciones, en 2020 el comercio de productos de alta tecnología superó al del resto de mercancías, gracias al auge de la demanda de equipos en los sectores de las comunicaciones, la computación, el procesamiento y el almacenamiento de datos, con miras al teletrabajo y otras modalidades de trabajo a distancia. Además, esta tendencia sigue observándose a principios de 2021.
Gracias a la solidez del segundo semestre —tras una primavera complicada—, se prevé que el comercio total de alta tecnología solo disminuirá en torno al 1% en comparación con 2019, hasta los 3,36 billones de dólares de los EE.UU. (dólares EE.UU.) en 2020, según una estimación de la empresa Trade Data Monitor.
En comparación, el comercio total de mercancías cayó un 9,2%, hasta los 17,1 billones de dólares EE.UU. en 2020 (en 2019 la cifra total era de 18,9 billones de dólares EE.UU.), dada la ralentización de la economía mundial, especialmente en los sectores de la construcción y el transporte.
En esencia, la fortaleza mostrada en 2020 responde a importantes cambios en el comportamiento de los consumidores de las principales economías del mundo. En términos generales, el comercio de alta tecnología se corresponde con tendencias observadas respecto de otras mercancías, lo que se debe a que más personas trabajan desde casa. Por esa razón, el comercio de zapatos, equipajes o petróleo languideció, mientras que el de muebles, aparatos de gimnasia y juguetes experimentó un rápido repunte en 2020.
En los Estados Unidos de América, por ejemplo, se registró un aumento del 20,9% en las importaciones de tabletas y computadoras portátiles, hasta los 45.200 millones de dólares EE.UU., en los once primeros meses de 2020. Asimismo, en este país, la importación de unidades de almacenamiento basado en semiconductores de estado sólido, utilizadas para la computación en la nube, se disparó un 38,4% hasta los 12.300 millones de dólares EE.UU.
China fue el principal exportador mundial de bienes de alta tecnología en los diez primeros meses de 2020, seguida de la Unión Europea (UE) (316.100 millones de dólares EE.UU.), los Estados Unidos de América (207.400 millones de dólares EE.UU.) y la República de Corea (137.800 millones de dólares EE.UU.).
La pandemia de COVID-19, que en 2020 hizo estragos en todo el mundo, dañó las cadenas de suministro de alta tecnología durante la primavera, al forzar el cierre de fábricas, ralentizar el flujo de transporte y desincentivar la demanda de los consumidores. Parecía que el comercio mundial se enfrentaba a una amenaza existencial.
Sin embargo, según avanzaba el año, los fabricantes y responsables de distribución discurrieron el modo de mantener a flote sus empresas. Las ventas repuntaron durante el verano y el otoño a medida que se restablecía la demanda, entre otras cosas, gracias a las fuertes ventas de tecnologías para el trabajo desde casa.
En marzo, las exportaciones del principal fabricante de alta tecnología del mundo (China) cayeron hasta los 54.500 millones de dólares EE.UU., un desplome del 8,1% con respecto a marzo de 2019, cuando estas se situaban en 59.300 millones de dólares EE.UU. El envío de mercancías a los Estados Unidos desde China se hundió un 21,7% hasta los 7.500 millones de dólares EE.UU. en marzo. Este derrumbe se observó en todo tipo de productos: ese mes, la exportación de teléfonos se redujo un 7,8%, hasta los 8.400 millones de dólares EE.UU.; la de máquinas de procesamiento de datos, un 14,3%, hasta los 6.900 millones de dólares EE.UU.; y la de enrutadores, un 12,9%, hasta los 3.200 millones de dólares EE.UU.
Posteriormente, China fue el primer país en absorber el impacto de la COVID-19 y en impulsar de nuevo la exportación de alta tecnología.
En abril, las exportaciones chinas de alta tecnología habían aumentado un 10,1% interanual, hasta los 59.700 millones de dólares EE.UU. Este ímpetu se mantuvo: en noviembre, las exportaciones chinas de alta tecnología experimentaron un fuerte aumento interanual del 21,1%, hasta alcanzar los 86.100 millones de dólares EE.UU., consolidándose su liderazgo en el comercio de alta tecnología.
En 2000, los Estados Unidos eran el primer exportador mundial de tecnología, por un valor de 156.900 millones de dólares EE.UU. China se encontraba en octavo lugar, con unas exportaciones muy inferiores, por valor de 31.900 millones de dólares EE.UU. En el año 2010, China ya había alcanzado el primer puesto mundial, con exportaciones por 472.600 millones de dólares EE.UU.
En 2020, se prevé que las exportaciones comerciales de alta tecnología de China hayan alcanzado la cifra de 734.400 millones de dólares EE.UU., un 2,3% más que en 2019 (716.600 millones de dólares EE.UU.), y 20 veces el valor de sus exportaciones en 2000 (31.900 millones de dólares EE.UU.).
Las principales categorías de exportaciones de alta tecnología de China durante los primeros once meses de 2020 fueron los teléfonos (111.700 millones de dólares EE.UU.), las máquinas de tratamiento de datos (102.700 millones de dólares EE.UU.), los circuitos integrados (50.300 millones de dólares EE.UU.), los enrutadores (43.100 millones de dólares EE.UU.), y tecnologías y piezas de teléfonos (40.200 millones de dólares EE.UU.).
Los Estados Unidos son el segundo mercado de destino de las importaciones de productos de alta tecnología, solo después de China, que importa una gran cantidad de piezas para las cadenas de suministro. En 2019, los Estados Unidos importaron 505.200 millones de dólares EE.UU. en productos de alta tecnología, un aumento con respecto a los 473.500 millones de 2018.
La demanda en los Estados Unidos se vio afectada negativamente por la pandemia de coronavirus. En abril, las importaciones en ese país disminuyeron un 9,7% hasta los 36.000 millones de dólares EE.UU., con respecto a los 39.800 millones de dólares EE.UU. de abril de 2019. Sin embargo, las importaciones se recuperaron durante el resto del año: en los primeros once meses de 2020, ascendieron a 457.300 millones de dólares EE.UU., lo que supuso un incremento interanual del 0,1%.
Los datos sobre la actividad comercial desde 2020 sugieren que los consumidores de los Estados Unidos están modificando su comportamiento en relación con los mercados donde compran sus productos de alta tecnología. En los once primeros meses, las importaciones de China cayeron un 3,6% hasta 126.500 millones de dólares EE.UU., mientras que las de Viet Nam y la República de Corea aumentaron el 24,1%, hasta los 24.700 millones de dólares EE.UU., y el 9%, hasta 18.200 millones de dólares EE.UU., respectivamente.
Junto a China, y debido a diversos factores, otros países asiáticos se están consolidando como mercados clave de origen de productos tecnológicos manufacturados, una tendencia que probablemente continuará en 2021. De esta coyuntura se han aprovechado Malasia, Tailandia, Singapur y la República de Corea, pero el gran beneficiado del renacimiento asiático es Viet Nam.
En los once primeros meses de 2020, China importó 36.800 millones de dólares EE.UU. de bienes de alta tecnología procedentes de Viet Nam, un aumento del 35,4% con respecto al mismo período de 2019 y que se debe a los miles de millones de ventas de teléfonos, enrutadores, procesadores, circuitos y semiconductores.
En términos globales, los socios comerciales de Viet Nam informaron de que en los primeros nueve meses de 2020 importaron 95.700 millones de dólares EE.UU. en productos de alta tecnología, un incremento con respecto a los 70.500 millones de dólares EE.UU. de 2016.
La Organización Mundial del Comercio prevé un repunte del 7,2% en el comercio mundial en 2021. Habida cuenta del auge observado en la segunda mitad de 2020, se estima que el comercio mundial de bienes de alta tecnología como mínimo se mantendrá al mismo nivel que el del resto de bienes en 2021, si no lo supera.
Con sede en Ginebra (Suiza) y Charleston (Carolina del Sur), Trade Data Monitor (TDM) se especializa en facilitar información para las investigaciones económicas y sobre desarrollo que llevan a cabo organizaciones como la OMC, la FAO y el Índice Mundial de Innovación de la OMPI. TDM recopila datos de los gobiernos nacionales de todo el mundo y los aglutina —con frecuencia mensual en lugar de anual— en gráficos e interfaces fáciles de consultar. Gobiernos, organizaciones internacionales y empresas privadas recurren a TDM para mantenerse al tanto del comportamiento de los mercados, consultando estadísticas precisas y actualizadas sobre importaciones y exportaciones de más de 100 países. TDM revisa y ajusta sistemáticamente sus datos para garantizar su precisión, contrastándolos con la información procedente de las aduanas.