De neumáticos a tejas: el recorrido de una inventora de la Argentina
Un equipo de inventores está reciclando neumáticos viejos y desechos plásticos para crear tejas ecológicas.
A los seis años, María Paz Sánchez Amono ya había descubierto su instinto de inventora. Pasaba muchas horas con su abuelo, Orlando Amono, quien construyó con sus propias manos su casa y su negocio: una zapatería en la que la joven María echaba una mano y creaba sus propios juguetes con cajas.
Con el tiempo, en la Universidad Católica de Córdoba, sus juguetes pasaron a ser maquetas, mientras su abuelo, ya fallecido, asumía el rol de aprendiz. “Estoy segura de que sigue cuidando de mí y guiándome en este camino”, dice la Sra. Sánchez Amono.
Actualmente, a sus 36 años, Sánchez Amono trabaja para crear nuevos materiales de construcción, más duraderos y que produzcan menos residuos.
Forma parte de un equipo que cuenta con el apoyo del Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE) –ubicado en Córdoba (Argentina)– y del Centro de Investigación, Desarrollo y Transferencia de Materiales y Calidad (CINTEMAC), el cual ha desarrollado un nuevo tipo de teja con potencial para sustituir a las tejas cerámicas tradicionales que se utilizan en los edificios de todo el mundo.
Cada año se desechan en la Argentina 150.000 toneladas de neumáticos gastados y 750.000 toneladas de plástico usado, lo que genera problemas medioambientales y de tratamiento de residuos.
Los neumáticos son muy resistentes y no son biodegradables, lo cual dificulta su tratamiento y reciclaje. Sin embargo, la Sra. Sánchez Amono afirma que son esas mismas cualidades las que convierten las tejas de su equipo en un producto tan especial.
Las tejas recicladas son más ligeras que las cerámicas y, gracias a las cualidades elásticas del caucho, tienen menos probabilidades de romperse durante el transporte y la instalación. Además, se ha descubierto que tienen menor conductividad térmica que las tejas cerámicas, lo que contribuye a reducir el consumo de energía gracias a la regulación del calor, explica la Sra. Sánchez.
El equipo del CEVE y CINTEMAC ha registrado su patente de teja fabricada con material reciclado ante el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial de la Argentina (INPI).
El equipo, interesado en la transferencia de tecnología, tiene previsto compartir el proceso de fabricación de las tejas con organizaciones no gubernamentales, municipios y programas de vivienda asequible.
La Sra. Sánchez Amono afirma que el sistema de propiedad intelectual promueve este tipo de intercambio, ya que ofrece claridad en cuanto a la titularidad. “La patente nos permite proteger la propiedad intelectual y evita que otras personas puedan reivindicar la invención como suya. Si hicieran eso, no podríamos compartirla con otras instituciones”.
Por último, la Sra. Sánchez Amono ve su actividad inventiva no como un fin en sí mismo, sino como parte de su afán por reducir la contaminación y promover el reciclaje, especialmente entre la infancia. “Resulta muy gratificante ver como los niños y niñas comienzan a concienciarse del cuidado del medio ambiente y aprenden a reciclar”, afirma.