Transferir la tecnología del laboratorio al mercado
¿Qué significa “del laboratorio al mercado”?
La transición del laboratorio al mercado (L2M) es el proceso a través del cual las nuevas tecnologías se transfieren del laboratorio al mercado.
Para generar procesos eficaces de transferencia de tecnología, diversos factores tienen que estar presentes en el mercado, entre ellos un número suficiente de empresas capaces de invertir dinero, tiempo y esfuerzos para transformar los derechos de PI en productos comercializables; un mercado que esté dispuesto a comprar el producto una vez está completamente elaborado y listo para la venta, y capacidad de absorción para asimilar nuevos conocimientos y explotarlos con fines comerciales. Al mismo tiempo, las universidades y las instituciones de investigación también enfrentan diversos desafíos relacionados con el mercado a la hora de establecer con éxito acuerdos de transferencia de tecnología.
Existen diversos motivos por los que las instituciones académicas son particularmente sensibles a los desafíos que plantea el entorno del mercado. En primer lugar, las universidades e instituciones de investigación son organizaciones sin fines de lucro, aun si generan ingresos mediante actividades de consultoría, prestación de servicios o transferencia de tecnologías.
En la mayoría de los casos, las oficinas universitarias de transferencia de tecnología (OTT) no tienen fines económicos, sino que buscan beneficiar a los usuarios con los resultados de la investigación y, de ser posible, percibir ingresos como retorno por sus inversiones en investigación.
Como “observadores” y no “actores” del mercado, la perspectiva de las instituciones académicas sobre el potencial valor de una solución técnica para un mercado específico difiere de la visión de los actores del mercado, como los inversores de capital de riesgo, los socios del sector privado o los intermediarios tecnológicos.
Asimismo, debido a la falta de mercados reales para los derechos de PI en la mayoría de las economías emergentes y a la escasa transparencia de la información en torno a los mecanismos y los instrumentos que deben aplicarse al determinar el valor y posteriormente el precio de los derechos de PI transferidos, a menudo las instituciones académicas están en una situación de desventaja frente a los socios del sector privado en lo referido a la información y su poder de negociación. Debido a que su misión principal se vincula con los impactos y no con los ingresos, las universidades desarrollan sus capacidades internas principalmente para evaluar tecnologías sobre la base de criterios propios, y externalizan los servicios de valoración de la PI, que van más allá del cálculo del costo del desarrollo de tecnologías.