Entrevista con usuarios del Sistema de La Haya
Los principales usuarios del Sistema de La Haya son los fabricantes de automóviles europeos y encabezan la lista las empresas alemanas DaimlerChrysler, Adam Opel, Porsche y Volkswagen. La Revista de la OMPI ha hablado con un representante de DaimlerChrysler, empresa que utiliza el sistema desde hace tiempo, y con Jean–Paul Oyono, un diseñador de automóviles deportivos que acaba de utilizar el sistema por primer vez. A continuación figuran sus declaraciones, en las que nos comentan las respectivas experiencias que han tenido con el Sistema de La Haya.
DaimlerChrysler
¿En qué medida ha aumentado el uso que hace DaimlerChrysler del Sistema de La Haya?
La primera solicitud se presentó el 2 de febrero de 1959. Hace 10 años la empresa presentó 34 solicitudes de registro en las que figuraban 36 diseños industriales. El año pasado, DaimlerChrysler presentó 46 solicitudes que contenían 223 diseños industriales.
¿Puede ofrecer algunos ejemplos de diseños de DaimlerChrysler registrados en virtud del Sistema de La Haya?
Los diseños que se han registrado más recientemente son los de los nuevos modelos A–Class, ML–Class y CLS–Class. El diseño industrial más famoso de DaimlerChrysler es el del modelo SL con las puertas en forma de alas de gaviota, registrado en 1959.
¿Cuáles son a su juicio las principales ventajas del Sistema de La Haya?
El hecho de que mediante una solicitud se obtiene una amplia cobertura en varios países. Se trata de un sistema económico en el que no es necesaria la intervención de agentes. La entrada en vigor del Acta de Ginebra ampliará el número de países en los que se reciba la protección, resultando más ventajosa, aunque DaimlerChrysler no sentirá sus efectos hasta que Alemania firme el Acta.
DaimlerChrysler utiliza el sistema nacional alemán, el sistema de la Comunidad Europea y el Sistema de La Haya. ¿Cuáles son las ventajas de cada sistema?
La decisión de solicitar el registro de un diseño en un sistema determinado se realiza según las circunstancias del caso, en función del producto y del mercado en cuestión. Por ejemplo, se tiene en cuenta en qué países es necesaria la protección, la cláusula relativa a las piezas de recambio de la EU*, y los distintos plazos de gracia y de aplazamiento.
Las ventajas que ofrece el sistema nacional alemán son las de poder presentar las solicitudes en nuestro propio idioma, la posibilidad de presentar solicitudes múltiples [al igual que los sistemas de La Haya y de la Comunidad Europea], la cercanía de la Oficina Alemana de Patentes y Marcas, lo que significa que la fecha de solicitud es la misma que la fecha en que se envía por correo, la apertura del buzón las 24 horas del día, la posibilidad de aplazamiento durante 30 meses, el plazo de gracia de 12 meses y la protección íntegra de las piezas de recambio.
El sistema europeo ofrece la ventaja de poder presentar una solicitud para obtener la misma protección en todos los Estados miembros de la Unión Europea una vez realizado un único examen. Además, es posible presentar las solicitudes en alemán, y existe un plazo uniforme de aplazamiento de 30 meses como máximo, así como un plazo de gracia de 12 meses.
El Sistema de La Haya ofrece la cobertura más amplia en cuanto a los países en que se ofrece la protección, tanto en Europa como en el resto del mundo. El sistema funciona con arreglo al principio según el cual las solicitudes tienen efecto en cada país. Las desventajas de este sistema son la falta de reglamentación uniforme aplicable a los plazos de gracia, aplazamiento, duración, tasas, etcétera.
¿Qué mejoras desearía que se produjeran en el Sistema de La Haya?
De momento, DaimlerChrysler no tiene ningún problema gracias a la ayuda de la OMPI. Sin embargo, se trata de un sistema de administración complicado en el que existen numerosas excepciones y es difícil calcular las tasas. La situación se mejoraría disponiendo de una calculadora de tasas, pero lo mejor sin duda sería disponer de un sistema unificado de tasas por países y de una única tasa de publicación, en lugar de las tasas que deben abonarse por ejemplar y por página. Por otra parte, el formulario de solicitud es algo complicado de entender y sería conveniente organizar más seminarios y ofrecer notas explicativas en más idiomas (por ejemplo, en español y alemán).
*En la definición de piezas de recambio de la UE figuran elementos tales como las piezas de automóviles, parachoques, capós, luces, etcétera. Estas piezas no quedan excluidas del registro pero tienen una protección limitada.
__________________
Jean-Paul Oyono, diseñador independiente de automóviles
El franco–camerunense Jean-Paul Oyono es un diseñador de automóviles deportivos radicado en Suiza. Como carece de patrocinio empresarial, tiene que reducir al mínimo los costos jurídicos y administrativos necesarios para proteger sus derechos de P.I.; por este motivo, él mismo se personó en la OMPI para obtener información sobre el Sistema de La Haya y registrar sus diseños.
Uno de los diseños del Sr. Oyono
¿Cómo llegó a ser diseñador de automóviles?
Siempre había deseado ser diseñador de automóviles. El Centro de Arte [Escuela de Diseño] goza de la reputación de ser un destacado innovador en los estudios de arte y diseño, especialmente en la industria automovilística. Tras finalizar mis estudios en el campus europeo de Vevey (Suiza), trabajé para BMV e, indirectamente, para el Grupo Fiat. Actualmente estoy poniendo en marcha mi primer proyecto independiente.
¿Puede contarnos algo más del proyecto?
He diseñado un automóvil deportivo de motor trasero. El diseñador tiene un alto grado de participación en el producto final, desde el concepto hasta la realización. En concreto, debe comprender todo el proceso, que va desde la ingeniería hasta la comercialización del producto. Yo ya he terminado el diseño del automóvil, pero antes de poner en marcha el proyecto, para lo cual se necesitan varios expertos – en ingeniería y electrónica, etc.– es necesario darle publicidad. El problema es que no puedo divulgarlo, por temor a que alguien se lo apropie. Registrando el diseño en virtud del Sistema de La Haya tengo la libertad necesaria para poder divulgarlo. Las cláusulas de confidencialidad son insuficientes.
¿Cómo tuvo noticias de los servicios de la OMPI?
En un proyecto anterior tuve problemas al trabajar como consultor para una empresa de diseño italiana que reivindicó como suyo un diseño que yo había realizado. En la escuela de diseño no se nos prepara para afrontar esa clase de situación. Actualmente pongo más empeño en proteger mis ideas y deseo que se reconozca mi autoría cuando se explotan comercialmente mis obras. Había oído hablar vagamente de la OMPI, aunque no sabía bien para qué servía; después de haber sufrido el robo de mis ideas, un amigo me comentó que los diseños industriales pueden protegerse.
¿Fue difícil para usted entender la manera en que se registran los diseños?
He leído algunas informaciones sobre el Sistema de La Haya, por lo que conozco las bases del sistema, que es más bien de tipo legalista y técnico. Igualmente, he hablado con la persona responsable de los registros de la OMPI, de quien he aprendido algunas cosas que nunca se me hubieran ocurrido, como la necesidad de proteger también los modelos a escala reducida del automóvil.
¿Qué ventajas y desventajas encuentra en el Sistema de La Haya en calidad de usuario individual?
La ventaja principal es el reconocimiento internacional: presentando una solicitud internacional por medio de la OMPI se fomenta su credibilidad, lo cual tendrá importancia en el proceso de negociación. De este modo los creadores pueden estar más tranquilos. La principal desventaja que tienen los usuarios independientes como yo es [la necesidad de financiación] para cubrir los costos. Ya sé que el procedimiento utilizado en dicho sistema es más económico que el de presentar solicitudes por separado en varios países, pero a mi entender el registro debería resultar más barato para los particulares que para las empresas o se deberían establecer diferentes maneras de aplazar los pagos.
Para más información, póngase en contacto con el Sr. Oyono.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.