Los problemas de P.I. del Líbano
La Oficina de Propiedad Intelectual del Líbano, que depende del Ministerio de Economía y Comercio de ese país, ha experimentado una rápida consolidación y en los últimos años ha respondido a un gran número de problemas. Ahora bien, en la actualidad se encuentra confrontada quizás al mayor de los desafíos hasta la fecha, en la medida en que desea poner fin a los actos de falsificación y piratería en el plano nacional. A principios del verano pasado, Fadi Makki, Director General del Ministerio, hizo pública una serie de medidas enérgicas que se ha previsto tomar para luchar contra la piratería, tanto mediante un aumento de las redadas como por conducto de programas de sensibilización e incentivos a fin de promover una mayor toma de conciencia sobre la importancia de los derechos de propiedad intelectual (P.I.).
Antecedentes
El Líbano fue uno de los primeros países árabes en promulgar leyes de protección de la P.I. y es parte en varios tratados internacionales de P.I. desde el decenio de 1920. De ahí que el Líbano no haya dudado nunca en revisar su legislación e infraestructura de P.I. en la medida en que se hayan firmado nuevos acuerdos internacionales y regionales que exijan una adaptación de ese tipo por parte de muchos países. En el último decenio, el Líbano ha actualizado su normativa de P.I. y mecanismos de observancia de la Ley, iniciativa permanente que exige ingentes esfuerzos de reorganización y formación de personal.
Por ejemplo, en 1999, el Líbano promulgó una nueva ley de protección del derecho de autor, y en 2000, una ley de patentes. En la actualidad, el Gobierno está ultimando una nueva ley sobre marcas e indicaciones geográficas y ha emprendido la elaboración de normativa en materia de signos distintivos, diseños y competencia desleal. Ahora bien, para la aplicación de toda esa normativa, el Ministerio de Economía y Comercio tuvo que hacer frente a varias dificultades, todas ellas debidas a las lagunas que existen en la infraestructura institucional, a saber:
- equipo vetusto de T.I. y deficiente conexión entre oficinas;
- falta de personal especializado y de jueces en los tribunales;
- capacidad técnica limitada y escasos recursos humanos en lo que se refiere a la observancia de los derechos;
- medios limitados de promover una toma de conciencia del público acerca de las nuevas leyes promulgadas.
La asistencia recibida de la OMPI y de otras organizaciones y entidades, también del sector privado, han contribuido a superar parte de esos problemas. Hoy el Ministerio ha informatizado sus oficinas y creó este verano una base de datos sobre marcas consultable por Internet. Además, se ha impartido formación al personal para ocuparse de todo el proceso de registro de marcas, y se ha iniciado una campaña de sensibilización en las escuelas. Hoy las redadas son objeto de coordinación entre la oficina de protección de la P.I., las autoridades aduaneras y la Judicatura.
Pero un aumento de los casos de falsificación en 2004 exigió que el listón se colocara más alto
Responder al desafío
El Líbano ya era de uno los países con mayor índice de actos de falsificación y piratería del mundo. En un informe elaborado por
PricewaterhouseCoopers en 2003 se calculó que las pérdidas del Estado debidas a los productos falsificados se situaban entre 75 y 100 millones de dólares EE.UU. por año. En un informe elaborado recientemente, la Business Software Alliance (BSA) cifra en 26 millones de dólares EE.UU. en 2004, las pérdidas derivadas de actos de piratería de programas informáticos en el país, lo que representa un incremento de más del 18% en relación con el año anterior.
En el último año y medio, las autoridades libanesas han llevado a cabo cientos de redadas y confiscado productos falsificados por un valor cifrado en decenas de millones de dólares, además de aumentar las multas que se imponen en relación con esos delitos. A pesar de todas esas medidas, los actos de piratería han seguido aumentando. Según el Director General del Ministerio de Economía y Comercio, “el principal problema es que la gente no asocia la infracción de los derechos de P.I. con el robo u otro acto inmoral”. De ahí que el 1 de agosto de este año, el Ministerio emprendiera una intensa campaña en los medios de información encaminada a promover una mayor toma de conciencia y respeto en relación con los derechos de P.I. entre los consumidores, los estudiantes y las empresas. “El mejor elemento disuasivo es que los consumidores no estén dispuestos a adquirir productos falsificados”, dice el Director General.
La campaña está también centrada en la protección de la P.I. de las industrias culturales locales, en particular, en esferas en las que sobresale particularmente el país, como la música, los programas informáticos, la publicidad y el diseño textil. La finalidad es que los consumidores tomen conciencia de que también son partes interesadas y que como tales, va en beneficio suyo contribuir a promover una cultura de la P.I. en el Líbano. Para la campaña se tiene previsto utilizar videoclips carteles y folletos de información y se organizarán seminarios y talleres de formación destinados a funcionarios, consumidores y empresarios. Se ha previsto la organización de actos en Bekaa, Beirut, Saida y Trípoli.
Para respaldar ese programa educativo, el Ministerio ofrece incentivos a las empresas para que adquieran programas informáticos no pirateados. También está reforzando las medidas de observancia en lo que respecta a los programas informáticos pirateados y ha emprendido negociaciones con las empresas de venta de productos informáticos a fin de que reduzcan los costos de los programas informáticos para las pequeñas y medianas empresas. Además, ha creado una línea telefónica gratuita para el consumidor en la que se responde a preguntas y se pueden hacer reclamaciones. Como dice el Sr. Makki, “invitamos a todos los titulares de activos de propiedad intelectual a hacernos llegar toda queja que tengan. Hemos recibido listas de tiendas que venden CD pirateados y ya estamos tomando medidas al respecto”.
El Ministerio ha establecido lazos de colaboración con otros organismos gubernamentales y con el sector privado a fin de llegar a un público lo más amplio posible. Microsoft está colaborando con el Ministerio para equipar los cafés Internet con programas informáticos por un valor de 20.000 dólares EE.UU. a cambio de una tasa anual de suscripción de 295 dólares EE.UU. El Director General cree que de esa iniciativa se beneficiarán unos 1.500 cafés Internet y que se conseguirá así reducir en un 15% el índice de actos de piratería.
En el marco de ese proyecto se establecerán lazos de colaboración con cafés Internet para promover una utilización segura y educativa de Internet. Al transferir conocimientos técnicos y tecnología a propietarios y usuarios de esos cafés, la finalidad es promover una mayor toma de conciencia sobre el valor que revisten los programas informáticos objeto de licencia.
Además, las autoridades libanesas han multiplicado las redadas y aumentado las multas que se imponen respecto de los productos falsificados, a los fines de disuadir los actos de falsificación. En los primeros 10 días de agosto se confiscaron más de 3.300 objetos falsificados, que luego fueron públicamente destruidos. La conmoción que esas iniciativas ha causado en el mercado dará qué pensar a los piratas, que se arriesgan a sentencias de cárcel y multas de hasta 50.000 dólares EE.UU.
Paso a paso
Hacer que el público cambie de forma de percibir una cosa no es tarea fácil. A ese respecto, el Líbano debería sentirse alentado por la experiencia de los Emiratos Árabes Unidos, único país que figura entre las nuevas economías que, según la lista de BSA, registran el menor índice de casos de piratería de programas informáticos. La BSA atribuye ese éxito a “medidas deliberadas que se tomaron durante el decenio de los 90, con la llegada de una nueva generación de políticos al poder, para proteger la propiedad intelectual, políticos para los que una de las prioridades era atraer inversiones del extranjero”.
Los encargados de la formulación de políticas del país son conscientes de que la protección de la P.I. no significa sólo respetar los acuerdos internacionales, antes bien, es un elemento fundamental para promover el espíritu de empresa y la creatividad del Líbano, atraer inversiones del extranjero y proteger al consumidor. De ahí la determinación del Ministerio de Economía y Comercio de seguir avanzando en ese sentido.
Leyenda: Cartel de la campaña contra los actos de piratería en el Líbano: No socavemos el potencial humano: pongamos fin a la piratería
Fotos: Cedidas por el Ministerio de Turismo del Líbano
––––––––––––––
Box
Sectores que dependen de derecho de autor para sus actividades |
---|
A nivel regional se considera que el Líbano es el país que ofrece la mejor infraestructura en lo que respecta a las industrias culturales. Los principales componentes del sector cultural del Líbano son la industria de la edición, de la que forma parte la elaboración de programas informáticos, la industria cinematográfica y de grabaciones sonoras, la industria de radiodifusión y telecomunicación y la de las tecnologías de la información. A continuación se expone esa situación en pocas palabras:
Fuente: Performance of Copyright Industries in Selected Arab Countries, Publicación N.º 916(E) de la OMPI |
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.