Ciencia y visión de futuro - Profesora Zohra Ben Lakhdar
En este Año Internacional de la Física que llega a su fin, la tercera de una serie de entrevistas a científicos destacados de todo el mundo se ha dedicado a Zohra Ben Lakhdar, profesora de física en la Universidad de Túnez y miembro fundador de las Sociedades Tunecinas de Física y de Astronomía. La Profesora Ben Lakhdar trabaja con métodos espectroscópicos nuevos para estudiar la influencia de los contaminantes, tales como el metano y los metales, en la calidad del aire, el agua y las plantas. Sus estudios tienen aplicaciones potenciales en diversos campos que van de la astrofísica a la agricultura, pasando por la medicina, los productos farmacéuticos y la industria química.
Datos biográficos |
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Fecha de nacimiento: 1943, en Túnez Educación: Licenciatura en Ciencias Físicas por la Universidad de Túnez; Doctorado en Espectroscopía Atómica por la Universidad de París VI. Profesión: Desde 1978, profesora de física en la Universidad de Túnez; Directora del Laboratorio de Investigación en Espectroscopía Atómica y Molecular y sus aplicaciones; Presidenta de la Sociedad Óptica de Túnez. Títulos: En 1994, fue elegida miembro de la Academia Islámica de Ciencias; está entre los miembros más antiguos del Centro Internacional Abdus Salam de Física Teórica (ICTP); ha recibido un premio del Ministerio de Cultura por el desarrollo de actividades de investigación en Túnez; galardonada con el premio L’Oréal UNESCO “La mujer y la ciencia” 2004. |
Profesora Ben Lakhdar, ¿podría usted empezar por explicar su campo, la espectroscopía, a los no iniciados de entre nosotros?
La espectroscopía consiste en analizar los cuerpos según el espectro de luz que emite o absorbe la materia. ¿Qué significa esto? Piense usted en los planetas, las estrellas, las galaxias que no están a nuestro alcance. ¿Cómo es posible que el hombre pueda recibir información sobre éstos y fotografiarlos? Es gracias a la luz. La luz es el mensajero del universo. La luz nos informa acerca del estado de la materia en todo el universo e incluso acerca de su pasado.
La luz es una serie de ondas que atraviesan el espacio. De modo que los “mensajes” se presentan como ondas. Cada átomo tiene una manera propia de enviar su mensaje. Éste es su “espectro”, su propia serie de ondas. De modo que la espectropía es el lenguaje común de los átomos. El que sabe cómo leer estas ondas, entiende el lenguaje de los átomos y las moléculas.
Usted se crió en una época y en una cultura en las que eran pocas las mujeres científicas. ¿Qué efecto ha tenido eso en usted?
Cuando yo era joven, se solía decir que la ciencia era difícil para los hombres e imposible para las mujeres. Se suponía que sólo los hombres podían ser buenos en matemáticas y el único objetivo para una mujer era casarse y tener una familia. Lo que yo he querido es mostrar que no hay ninguna diferencia entre la capacidad del hombre y la de la mujer, y demostrar al mundo que yo podía trabajar en el ámbito de la ciencia.
Cursé la escuela primaria en la década de 1950, en ciudades (Mahdi y Jemmal) donde el diploma más alto que podían obtener las mujeres era el certificado de estudios primarios y ninguna de mis compañeras lo obtuvo. En esa época, las niñas iban a la escuela durante tres, cuatro o quizás cinco años y luego se casaban a la edad de 15. Ninguna niña pensaba en ir a la escuela secundaria porque ello significaba desplazarse a otra ciudad. Para mí, la ciudad más cercana era Sousse, a 25 kilómetros de distancia, y era toda una expedición cuando no había autobuses ni automóviles.
Por suerte para mí, mi familia siempre me apoyó, considerando que lo que yo había elegido era un acto de voluntad y por lo tanto, algo bueno. Me sentía muy cerca de mi madre, quien siempre fue muy abierta de espíritu. Intenté explicarle a ella lo que era la ciencia. En cada etapa de mi carrera, ella decía “Yayia el Elm” (“¡Bendita sea la ciencia!”).
¿Quién le inspiró durante sus estudios?
En 1967, después de obtener mi primer diploma en la Universidad de Túnez, me gané una beca de las que el Gobierno tunecino otorgaba en cooperación con el Gobierno francés, para estudiar espectroscopía atómica en París. Allí, yo estaba en otro mundo, el mundo de los átomos, las estrellas, las células y los científicos. Cada martes asistía a las conferencias sobre mecánica cuántica que daba Claude Cohen Tannoudgi. Era un gran profesor que te guiaba paso por paso por el mundo del átomo. La física atómica parecía tan clara como el cristal cuando se le escuchaba. Abdus Salam era otro laureado con el Premio Nobel que yo admiraba mucho. Éste creó el Centro Internacional para la Física Teórica en Trieste (Italia), donde los físicos investigadores de países en desarrollo pueden estudiar junto con otros científicos en un ambiente estimulante y utilizando los recursos de una buena biblioteca. He sacado mucho provecho del Centro.
¿Cómo se decidió regresar a Túnez?
A mi marido –que también es físico– y a mi nos hicieron ofertas de trabajo en Francia y estuvimos tentados de proseguir nuestras carreras allí. Pero decidimos regresar a nuestro país pese al hecho de que carecía de un entorno científico. Fue bastante duro, pero nuestra decisión no nos pesa. Uno de mis objetivos es contribuir a colmar las necesidades nacionales de Túnez, en particular la necesidad de contar con gente bien preparada en nuestras universidades y con mejores instalaciones para la investigación. Tenemos que estar donde hacemos más falta.
¿Qué sueños tiene de lo que pueda lograr la ciencia en el futuro?
Estoy agradecida por lo que la ciencia ya ha aportado a la vida del ser humano. A mi madre la operaron a corazón abierto y le salvaron la vida. En la ciencia no hay límites y todos los científicos son iguales: no los separa ni el color, ni el sexo, ni la religión, ni el dinero.
En el futuro, nada debería ser imposible. Mi deseo es construir en Túnez un centro de óptica y fonótica para los científicos investigadores de África, igual al centro que existe en Trieste. Pero también tengo otros sueños más insensatos: por ejemplo, utilizar la ciencia para controlar el clima, crear lluvia, fertilizar los desiertos y sacar agua potable del mar en forma poco costosa.
Por último, ¿qué consejos daría a los aspirantes a físicos, particularmente a las mujeres jóvenes, de los países en desarrollo?
Que sean conscientes de la importancia de la cultura, tengan amplitud de espíritu como científicos y como personas. Que busquen la independencia y que comprendan lo importante que es ser un ciudadano responsable. Que tengan buen corazón y confíen en el porvenir.
Agradecimiento: agradecemos a L’Oréal-UNESCO, “La Mujer y la Ciencia” por el uso del material de entrevista que hemos utilizado.
Túnez: alentar a los científicos para que utilicen la P.I. |
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Está en aumento el número de solicitudes de patente presentadas en Túnez. El Gobierno de Túnez se felicita de esta tendencia ya que es prueba del impacto de las medidas nacionales adoptadas con objeto de alentar la investigación y la innovación, y difundir una mayor concienciación acerca del sistema de la P.I. en las instituciones de investigación. En el programa presidencial de Túnez (2004 2009) se destaca la necesidad de fortalecer la investigación y la innovación para hacer frente a futuros desafíos; asimismo se subraya la importancia de contar con incentivos sólidos para estimular y proteger las invenciones. El Gobierno ha previsto que las inversiones en investigación y desarrollo alcancen el 1,25% del PIB en 2009. La campaña “Hacia una cultura de patentes” lanzada por el Ministerio de Investigación Científica, Tecnología y Desarrollo de Competencias (MRSTDC) en 2004 tiene por objeto mostrar a los científicos la manera de proteger los resultados de sus investigaciones. El Ministerio ofrece asimismo a los científicos asistencia práctica y financiera para permitirles presentar solicitudes de patente tanto a nivel nacional como internacional. Otro programa nuevo de formación iniciado por el Ministerio tendrá por objeto crear un centro de expertos en la redacción de solicitudes de patente y de contratos de transferencia de tecnología. Entre tanto, la Oficina Tunecina de Propiedad Industrial (INNORPI) ha creado una base de datos de patentes en línea para fomentar la explotación activa de la información sobre patentes. La participación de Túnez en la Iniciativa Universitaria de la OMPI ha tenido como resultado la apertura de un centro de documentación en el Parque Científico y Tecnológico Borj Cédria. Presentación de solicitudes
Algunos éxitos recientes: el Instituto Tunecino para las Regiones Áridas ha patentado un difusor para la irrigación subterránea de árboles, hortalizas y otras plantas. El Centro de Biotecnología de Sfax ha patentado un medio para aislar un microorganismo específico que pueda ser utilizado en un bioinsecticida. Desde que Túnez se adhirió al Tratado de Cooperación en materia de Patentes, en 2001, ambos institutos han presentado solicitudes internacionales por conducto del PCT.
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