El derecho de autor ante los tribunales: El código Da Vinci
Un principio central del derecho de autor es que protege la expresión de ideas y no las propias ideas. En este principio se basó una acción judicial muy publicitada que tuvo lugar en abril de este año en el Reino Unido (RU). La causal del juicio era el libro de Dan Brown que han tenido gran éxito editorial en todo el mundo,
El siguiente relato de la acción judicial fue escrito para la Revista de la OMPI por la Dra. Uma Suthersanen del El código Da Vinci .. El interés de los medios de comunicación por este caso fue aún mayor ante la inminente proyección de la adaptación de Hollywood del libro.Intellectual Property Law & Policy Department of Queen Mar y, Universidad de Londres. La Dra. Suthersanen es Presidenta de la Asociación Británica Literaria y Artística de Derecho de Autor y miembro del Legal Advisory Board of Creative Commons (Inglaterra y País de Gales).
Antecedentes
La demanda contra la editorial que publicó El código Da Vinci * fue presentada por Michael Baigent y Richard Leigh, autores de una obra que no es de ficción El enigma sagrado, cuya primera edición en inglés se publicó en 1982. Los Sres. Baigent y Leigh denunciaron que la publicación de El código Da Vinci infringía el derecho de autor sobre su libro.
En el centro del litigio estaba la "hipótesis" presentada en El enigma sagrado relativa a la leyenda de los primeros tiempos del cristianismo del santo grial. (El tema de la búsqueda del grial perdido - la copa o el cáliz utilizado por Jesucristo en la Última Cena - era un tema popular de los cuentos medievales de caballería y ha inspirado a muchísimos escritores, cineastas e historiadores). El fundamento de la hipótesis de los autores de El enigma sagrado es que en las referencias al grial en los primeros manuscritos del cristianismo había referencias disimuladas no ya al cáliz sino más bien a la sangre sagrada o sangre real, es decir a la línea de sangre de Jesucristo, y a la creencia de que esa línea de sangre - tras el casamiento de Jesús con María Magdalena - había continuado y se había mezclado con la dinastía Merovingia francesa.
En su libro, Michael Baigent y Richard Leigh sostienen que la Santa Iglesia Romana y sus sucesores trataron de interrumpir esta línea de sangre, pero que, para proteger el "grial", se formó una poderosa secta secreta, el Priorato de Sión. Baigent y Leigh utilizan seis conocidos hechos históricos ‘incuestionables’, o supuestamente históricos, aunque sus conclusiones son el resultado de una ‘conjetura histórica’ basada en esos hechos. Este enfoque casi histórico fue también la base de otras hipótesis publicadas como la de la fusión de la línea de sangre de Cristo con la línea de sangre merovingia.
Dan Brown es un conocido escritor de ficción, y su libro, El código Da Vinci, ha encabezado la lista de los libros más vendidos en Europa y los Estados Unidos de América durante meses. El código Da Vinci gira en torno al enigma de un asesinato. La obra comienza con la muerte - en el museo del Louvre de París - del Gran Maestro del Priorato de Sión, Jacques Saunière. Al tratar de resolver el enigma de este asesinato, los protagonistas de la historia emprenden la búsqueda del Grial, teniendo que desenmarañar una serie de enredos basados en la historia del Priorato de Sión y en el secreto detrás del enigma de la línea de sangre de Cristo.
No cabe duda de que Dan Brown se inspiró en El enigma sagrado. De hecho, hay una referencia clara y explícita a ese libro en El código Da Vinci, ya que el nombre de uno de los personajes, Sir Leigh Teabing, es, de hecho, un anagrama formado con los nombres de los dos autores.
Cuestiones jurídicas fundamentales
El tribunal no expuso ninguna idea jurídica novedosa. Por el contrario, la decisión se basó en gran parte en la aplicación de los principios de derecho establecidos a los hechos en cuestión.
Baigent y Leigh acusaron a la editorial de infringir el derecho de autor sobre la obra literaria, y alegaron que Dan Brown había plagiado la forma en la que ellos habían presentado la secuencia de conexiones de los hechos de la mezcla de líneas de sangre. Como prácticamente no había plagio del texto en sí de El enigma sagrado, la acusación se basaba en que había habido copia no literal de una parte sustancial de su obra literaria.
El principio general del derecho de autor es proteger la expresión y no las ideas. Por otra parte, El enigma sagrado es un libro "histórico", o, al menos, se basa en gran medida en hechos históricos que son ideas que no pueden ser protegidas. Así pues, Baigent y Leigh basaron su demanda en la acusación de que Brown había copiado una parte importante de la "forma" en que ellos habían expresado esas ideas, contrariamente a copiar las propias ideas.
Existe una paradoja en relación con las obras basadas en hechos históricos: esas obras pueden tener protección por derecho de autor; pero aunque se permite a los creadores inspirarse en esos hechos, no se permite que el escritor se apropie del esfuerzo del autor original.
El juicio
El tribunal sostuvo que, aunque había claras pruebas de que Dan Brown y su mujer (investigadora inicial) se habían inspirado en El enigma sagrado en mayor medida de lo que había reconocido Brown, esto no significaba que hubiera habido violación del derecho de autor, puesto que habían utilizado El enigma sagrado y otros libros como documentación general para escribir El código Da Vinci.
Importancia
La importancia que tiene esta acción judicial para el derecho de autor se relaciona con el hecho de que los abogados de Baigent y Leigh argumentaron, y perdieron, de que era posible hacer una copia no literal de una obra literaria. El argumento de la copia no literal había sido utilizado previamente con éxito en el caso de programas informáticos, de recetas o de modelos de tejido.
Y finalmente…
Ingeniosamente, el juez Peter Smith incluyó un mensaje codificado escondido creado por él en el texto oficial del fallo. Utilizando un criptograma, en el que se incluía una palabra clave basada en la secuencia de Fibonacci a la que se hace alusión en el libro El código Da Vinci, el juez hace referencia a un Almirante británico de la Primera Guerra Mundial. Más tarde, el juez explicó que el almirante es un héroe que él admira, y que el juicio había coincidido con el día en el que uno de los barcos del almirante había sido botado hacía exactamente 100 años. ¡Que no se diga que los jueces ingleses son serios y aburridos!
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Michael Baigent y Richard Leigh contra la Editorial The Random House Group Limited [2006]
EWHC 719
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