No hay escuela en verano
¡En la OMPI, sí! El 27 de julio, los 55 jóvenes que participaban en la Escuela de Verano de la OMPI sobre Propiedad Intelectual presentaron sus trabajos finales antes de recibir sus certificados de la Academia de la OMPI y volver a sus casas. Habían llegado dos semanas antes de 40 países distintos, cada uno con sus ideas propias sobre la P.I. y sobre la relevancia de ésta para su país de origen. Aun así, la Escuela de Verano superó con creces sus expectativas. “Ha sido un intercambio de experiencias apasionante. Se lo recomiendo a todo el mundo”, dijo Silvia Saba, una estudiante procedente de Italia. Se trataba de una impresión que muchos otros participantes compartían.
Benny Spiewak, un asesor jurídico de un despacho de abogados de Brasil, lo explicó así: “Había un abogado defendiendo a los Maorís, y otro, a las grandes empresas farmacéuticas. Éramos la comunidad mundial reunida en una habitación”.
El objetivo de la Escuela de Verano de la OMPI consiste en ofrecer la oportunidad a estudiantes de postgrado y jóvenes profesionales de profundizar sus conocimientos en P.I. y de aprender a ver la P.I. como un instrumento para lograr el desarrollo económico, social, cultural y tecnológico y a apreciar el papel que desempeña la OMPI en la administración mundial de la P.I. La Escuela de Verano de este año se celebró a lo largo de dos semanas y comprendió conferencias, estudios de casos, ejercicios de simulación y debates en grupo. Las conferencias versaron sobre las relaciones entre la P.I. y otras disciplinas, en lugar de insistir en cuestiones generales de P.I. “El curso me ha ayudado a poner los diversos aspectos que rodean a la P.I. en el mismo marco y ver cómo están conectados entre sí”, señaló András Jókúti, del Ministerio de Justicia y Observancia de la Ley de Hungría.
Shami Faranisi, una estudiante de desarrollo medioambiental sostenible de Zimbabwe declaró: “La P.I. se está tomando en serio y el desarrollo se va a producir de verdad. Aún no es tarde para empezar a sensibilizar a la gente”.
Los participantes fueron seleccionados por sus méritos de entre cientos de solicitantes.Entre los escogidos, 33 eran estudiantes y 22 eran jóvenes profesionales de distintos orígenes y especializaciones, aunque había una leve predominancia de abogados. El grupo lo componían un profesor, un economista, un investigador en biología, un ingeniero de biotecnología y genética y estudiantes de economía, geografía, físicas, ciencias de la informática, ingeniería, etc. El objetivo consistía en animar el debate y el intercambio de puntos de vista. Dan Shi, un ingeniero chino con un Máster en derecho de P.I. dijo: “Las preguntas de los alumnos me enseñaron mucho. He aprendido algo sobre lo que la gente piensa realmente y su actitud con respecto a cuestiones como los conocimientos tradicionales y los derechos de autor en el entorno digital. Me he dado cuenta de que hay muchas diferencias, pero de que también tenemos cosas en común”.
Sejeong Kim, un estudiante de físicas coreano, resaltó la utilidad de los estudios de casos. Al final del curso, declaró: “Tengo una visión más amplia. Quiero contribuir a la armonización de la legislación sobre P.I. en Asia, como se ha hecho en Europa”. Sevidzem, un estudiante de doctorado en derecho internacional de Camerún, ha hecho el curso para adquirir conocimientos sobre las políticas de patentes en el campo de la industria farmacéutica y sobre la cuestión del acceso a la medicina de los países más pobres. “Obtuve respuestas acerca de esta cuestión y descubrí también otras dimensiones, como el aspecto de los conocimientos tradicionales. Voy a incorporar todo esto a mi trabajo”.
Asimismo, el curso proporcionó una valiosa ocasión de establecer contactos entre los participantes. Muchos de ellos consideraban que habían creado vínculos para toda la vida a escala internacional, que les servirán en sus futuras carreras.
Sylvie Castonguay, La Redacción, Revista de la OMPI, Communications and Public Outreach Division
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