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La magia del cine – un paso adelante

Septiembre de 2011

La cinematografía siempre ha sido una actividad compleja, innovadora y creativa. Desde sus inicios a finales del siglo XIX, la industria del cine se ha transformado, adaptado y crecido al compás de las posibilidades tecnológicas. Hoy en día, esta multimillonaria industria mundial y quienes trabajan en ella se enfrentan a nuevos retos a medida que avanza la transición al universo digital. Las tecnologías digitales están derrocando las formas establecidas de producción de contenidos creativos y de su presentación al público de todo el mundo. Si bien esto supone que disponemos de más opciones por lo que se refiere a cuándo, dónde y cómo vemos estas obras de creación, también plantea riesgos y oportunidades para quienes se dedican a la magia del cine. En julio de este año, la OMPI invitó a la estrella del cine español Javier Bardem, al productor y director de cine indio Bobby Bedi, a la productora cinematográfica e icono del cine egipcio Esaad Younis y al productor de cine británico Iain Smith, a exponer sus puntos de vista sobre los desafíos a los que se enfrenta lo que el filósofo alemán Hegel definió como "el séptimo arte".

La creación cinematográfica

La producción cinematográfica es una actividad colectiva en la que intervienen muchas personas con talento, creativas y brillantes: guionistas, directores y actores, camarógrafos, diseñadores, coreógrafos, montadores, maquilladores, estilistas e ilustradores, y toda una larga lista de profesionales. Es una empresa cara y arriesgada. El éxito económico depende de "combinar las ideas con el talento, obtener los derechos de propiedad intelectual pertinentes y utilizarlos para atraer la financiación de los distribuidores de cine comercial"1 y, naturalmente, captar la imaginación del público.


El productor de cine británico Iain Smith, la productora cinematográfica e icono del cine egipcio Esaad Younis, el productor y director de cine indio Bobby Bedi, y la estrella del
cine español Javier Bardem.  (Fotos: OMPI/Emmanuel Berrod)

La perspectiva de un productor

"Las películas son magia en la vida de las personas", según el productor británico de cine Iain Smith, "pero todo cuesta dinero ... se necesita tiempo, es arriesgado y costoso". La propiedad intelectual constituye "los cimientos jurídicos de todo lo que hacemos en la industria del cine”. Explica que "cualquier sistema que reúna a inversores y creadores ha de explotar de algún modo la propiedad intelectual", y añade que "sin un sistema que invierta en "riesgo e innovación", "escala y calidad", "el cine sencillamente desaparecería".

"El público demanda claramente magia", señala, "y la magia en el cine sin duda tiene un precio ... Tiene que haber un compromiso entre el dinero y el arte ... entre la inversión y la creación para dar al consumidor lo que quiere".

El reto es crear "propiedad intelectual de cara al futuro que nos abre la tecnología digital ... mediante la que se pueda compensar adecuadamente el riesgo, el talento y la innovación, al tiempo que permita a los consumidores disfrutar de toda una diversidad de opciones".

"Tenemos que cambiar el sistema que tenemos en este momento, conservando sus mejores cualidades, y dirigirlo hacia algo que nos permita explotar la tecnología digital de la forma más completa posible", precisa. Esto es particularmente importante para las "economías emergentes, para el crecimiento de sus propias industrias creativas, y para que encuentren su propia voz en el universo digital", concluye.

La perspectiva de un actor

La estrella española del cine, Javier Bardem, expone los argumentos en favor del fortalecimiento de los derechos de los actores, cuyas habilidades y creatividad singulares dan vida a los personajes del cine. Los actores son un elemento fundamental de cualquier película, "no se puede hacer una obra audiovisual o de ficción sin ... todo un elenco de actores, ... sin cuya contribución el proyecto colectivo no vería la luz", afirma. Hablando en nombre del 90% de los actores que luchan por ganarse la vida, señala que "detrás de cada actor hay una persona, un trabajador, un creador y una familia con las mismas preocupaciones, problemas, inquietudes y necesidades que cualquier otro ciudadano". Debajo de todo el glamour, aclara, hay una gran cantidad de trabajo, esfuerzo, sacrificio y riesgo.

A pesar de su "decisiva" contribución a la producción de las obras, los actores son el único grupo de creadores para el que todavía no se ha establecido un tratado internacional dirigido específicamente a proteger los derechos de sus interpretaciones o ejecuciones audiovisuales. Bardem apela a las autoridades para que fortalezcan los derechos de los actores y aseguren su participación en el éxito comercial de una película, ya sea en las salas de exhibición o en el entorno en línea. La mayoría de los actores del mundo "ganan muy poco con lo que hacen, por lo que ... es importante pensar en las miles de familias que realmente necesitan ese dinero para pagar sus facturas". Una industria que "no proteja adecuadamente a sus trabajadores ", afirma," está condenada al fracaso”.

Negociaciones internacionales en el marco de la OMPI
Los Estados miembros de la OMPI se encuentran actualmente negociando un acuerdo internacional sobre la protección de las interpretaciones y ejecuciones audiovisuales de los artistas intérpretes y ejecutantes, en el marco del Comité Permanente de la OMPI de Derecho de Autor y Derechos Conexos (SCCR).

Entrar en la órbita digital: Las oportunidades

La tecnología digital es la responsable de un "cambio cataclísmico" en la industria cinematográfica, observa Iain Smith. "El universo digital nos permite jugar con los nuevos instrumentos narrativos, como las imágenes generadas por computadora y la tecnología 3D; también nos aporta la proyección digital, la distribución digital, la tecnología de la nube, la conversión de formatos y los cines digitales – todo ello muy bueno". Señala que "por primera vez nos da a los profesionales y a los consumidores la posibilidad de expresarnos utilizando imágenes de un modo nunca visto".

"Lo que estamos viendo es una energía intercultural muchísimo más dinámica", explica el Sr. Smith. "Lo que nos preocupa ... es que debemos asegurarnos de que en cada uno de los diferentes aspectos – industrial, jurídico, político – todo se pueda hacer con vistas a maximizar los beneficios de la tecnología digital, no sólo de cara al consumidor, sino también para el creador, de manera que no estemos sólo tratando con un tipo de actividad de nivel inferior ..., sino también del extremo superior”. " La tecnología digital ", en su opinión, "es más positiva que negativa".

El productor y director de cine indio Bobby Bedi es aún más optimista respecto del futuro digital. "Creo que la tecnología digital va a ser lo mejor para nuestra industria", afirma. "Creo que vamos a ser capaces de sobrevivir, desarrollarnos y crecer, tanto artística como comercialmente, gracias a esta tecnología".

Apunta los enormes beneficios para el medio ambiente que ofrece la tecnología digital, al facilitar la producción y las operaciones. Al permitir la transmisión vía satélite de las películas directamente a las salas, y el alquiler y la venta de películas por cable e Internet, se pueden reducir los costos de producción, transporte y almacenamiento de CD y DVD. Estas tecnologías también apoyan "la creación del arte en sí mismo", dice, al permitir "transportar al público al reino de la fantasía, desafiando el tiempo y el espacio".

Los inconvenientes

Si bien la tecnología digital ofrece posibilidades sin precedentes en cuanto a creatividad y acceso, su inconveniente es la proliferación de la piratería y el robo de contenido.

El quid de la cuestión, explica el Director General de la OMPI, Francis Gurry, "es que la diferencia entre el costo de la producción y el costo de la reproducción es enorme. Si pensamos qué es lo que entraña hacer una película, y que con la tecnología digital, "todo eso puede reproducirse con una fidelidad perfecta ... y con un costo marginal nulo”, resulta dramático.

En 2010, "el sueño de Hollywood se convirtió en la pesadilla de Hollywood", explica el Sr. Smith, cuando éxitos de taquilla como Avatar fueron víctima de 16,5 millones de descargas ilegales. Se estima que este robo supuso a la industria cinematográfica estadounidense 25 mil millones de dólares en ingresos no percibidos. "El negocio no puede continuar sobre esa base", dice. La piratería es "una enorme amenaza" ante la que "debe actuarse". "Se produce porque puede hacerse, pero sólo porque pueda hacerse no quiere decir que haya que hacerlo".

En el Reino Unido, la piratería de películas está redundando en una menor producción de películas autóctonas; en Hollywood, los estudios están replegándose "hacia un número menor películas, más seguras, con más presupuesto, de “poste central”,2 hacia las franquicias, las segundas y sucesivas entregas, los productos derivados para televisión y las nuevas versiones"; y, en general, la asistencia a las salas está disminuyendo, llegándose a alcanzar en 2010 la cifra más baja de los últimos 16 años.

"La única manera en que los actores, los técnicos o trabajadores, los productores, los directores y todos nosotros podemos cobrar", observa Bobby Bedi, "es a través del dinero que la gente paga por una entrada, un CD, un DVD o una descarga". Aunque la tecnología digital "nos facilita las cosas y nos hace mucho más creativos, también permite fácilmente el robo de nuestra propiedad con una calidad muy alta y de manera muy sencilla", continúa. "Ahora bien, si disminuyen nuestros ingresos, es evidente que los actores sufrirán, al igual que los productores y los directores, todo el mundo sufrirá. Finalmente, sufrirá la creatividad".

La sensibilización, sostiene, es una parte importante de la solución. "Tenemos que difundir en la red información explícita e implícita sobre ética, legislación, sanciones, etc. Los principales agentes deben participar en esta labor ... para decirle a la gente que sí, que existe el bien y el mal, incluso con relación al robo de la propiedad intelectual”. Aunque se está avanzando en el ámbito de la legislación, "no tiene mucho sentido disponer de una ley si no se obliga a su cumplimiento", observa. El universo digital, señala, "carece de fronteras, por lo que los piratas solo cambian de base", se trasladan a lugares donde las leyes son más indulgentes.

"Educar, legislar y hacer cumplir" es su mantra para afrontar los retos de la industria cinematográfica en materia de propiedad intelectual. "No hay que ser Einstein para entenderlo", dice, "pero me temo que será más fácil alcanzar la velocidad de la luz que conseguir esto, aunque tenemos que intentarlo".

La necesidad de cambiar las percepciones

Esaad Younis, directora general de una de las empresas de producción y de distribución de cine más grandes de Egipto, Al Arabia Cinema, e icono del cine egipcio, advierte de que la piratería está amenazando el patrimonio cultural del mundo. Younis hace hincapié en la necesidad de educar a los jóvenes sobre los riesgos de la piratería. "Tenemos que encontrar otra manera de llegar a los jóvenes", señala, para hacerles entender que las películas cuestan dinero y que lo que están haciendo es ilegal. Tenemos que poner a la juventud de nuestro lado para "usar su talento y mejorar la industria." Younis afirma que los gobiernos tienen la responsabilidad de concienciar sobre el daño que causa la piratería. "Cada país debe informar a los ciudadanos de que perjudican su historia ... Si piratean películas, están matando a la industria y a su cultura".

Las consecuencias de la piratería están claras para Javier Bardem, quien dice que, "si un actor o un gran director hacen una película y no pueden hacer ninguna otra más debido a que sus películas se han descargado de forma gratuita, entonces no podremos contar con ese director de nuevo. Es así de simple", y añade que "una vez más, no se trata de este director, de ese actor o de aquel productor; se trata de los cientos y cientos ... de personas que están detrás de esas películas", que sin una retribución justa se quedarán sin empleo.

"Con lo que no estoy de acuerdo", dice, "es con la mentalidad de la gente que piensa que la piratería está bien", y con la actitud de que sólo porque alguien no tenga el dinero para una entrada de cine, está justificado descargar la película de forma gratuita. "Lo que más me molesta es esa forma de pensar." Lejos de tratarse de una cuestión de “justicia”, "se trata de un robo", dice.

El futuro

La transición al universo digital supone un punto de inflexión importante en la larga y rica historia de la cinematografía. Aunque las tecnologías digitales presentan riesgos, "los beneficios a largo plazo de una economía activa y creativa son enormes, especialmente para los países en desarrollo", observa Smith. El reto es pasar a un paradigma diferente y a una nueva relación con el contenido, sin perder las mejores cualidades del sistema actual. Al ir adaptando poco a poco el modelo de negocio de la industria cinematográfica a unos precios reducidos, al estreno simultáneo en diferentes medios, a la conversión de formatos y a la tecnología de la nube, dice Smith, "lo que podría lograrse sería fantástico para todos nosotros". Al fin y al cabo, dice, "la creatividad en todas sus formas es nuestro mayor activo como seres humanos. Es mucho, mucho más poderoso que nuestra capacidad para destruir ... y es la creatividad lo que nos unirá a medida que nos adentremos en este nuevo siglo". 

 

Por Cathy Jewell

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Rights, Camera, Action! IP Rights and the Film-Making Process, Creative Industries – Booklet No. 2, OMPI. PDF, Rights, Camera, Action! IP Rights and the Film-Making Process</a>.<br />
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2  Una película importante o de gran éxito de taquilla de la que los estudios de cine esperan obtener un beneficio muy rápidamente y compensar los estrenos con menos éxito. La expresión proviene de la imagen de una gran carpa de circo sostenida por grandes postes, que atrae a grandes multitudes.

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