El plan de crecimiento del Reino Unido prevé la desgravación fiscal para la innovación y la propiedad intelectual
Por Ian Williams, Presidente de Campbell Dallas LLP, Escocia
Ian Williams cuenta con más de 25 años
de experiencia en el sector energético.
Ha trabajado con empresas del sector de
las energías renovables y asesorado a
empresas de servicios petroleros en sus
operaciones internacionales y en el Reino
Unido. Es Presidente de Dallas Campbell
LLP, una de las principales contadurías
públicas independientes de Escocia con
experiencia transcultural en la industria
petrolera y una importante presencia en
el sector de las energías renovables.
(foto: Campbell Dallas LLP)
Al anunciar su presupuesto para 2012, el Gobierno del Reino Unido declaró que introduciría un nuevo tipo impositivo en el impuesto de sociedades para las empresas que obtuviesen beneficios de un producto que ellas mismas hubiesen desarrollado y patentado. Este régimen fiscal preferencial, conocido como Patent Box (caja de patentes), entrará en vigor el 1 de abril de 2013. ¿Cuáles son los beneficios de este nuevo régimen fiscal, y qué podría suponer para la economía del Reino Unido?
Tradicionalmente, el sistema tributario del Reino Unido no ha sido muy propenso a favorecer la investigación y el desarrollo (I+D), ya que ofrecía desgravaciones fiscales para los gastos de capital, en lugar de incentivar a las empresas para que desarrollasen nuevas tecnologías y procesos. Esto llevó a muchas empresas a registrar su propiedad intelectual (P.I.) fuera del Reino Unido con el fin de obtener gravámenes más favorables sobre sus ingresos. Así, por ejemplo, Irlanda ofrece una desgravación fiscal de hasta un 25% por los ingresos derivados de la I+D y por gastos de capital, y el tipo del impuesto de sociedades por los ingresos comerciales derivados de la I+D es del 12,5%.
En 2010, el Gobierno británico anunció un plan para invertir más de 200 millones de libras esterlinas con el fin de crear una red de centros tecnológicos y de innovación y poner freno a este éxodo. En el Reino Unido vive menos del uno% de la población mundial, pero su comunidad científica produce el 8% de los artículos científicos publicados en el mundo, su cuota de citación es del 12% (sólo superado por los Estados Unidos de América) y cuenta con más de 80 premios Nobel por sus logros científicos. La introducción de estos cambios fiscales supone una audaz iniciativa del Gobierno para motivar a las empresas del Reino Unido a utilizar el talento que existe en el país y proseguir la labor que ya venía realizándose.
El Reino Unido se encuentra en una posición privilegiada para mantener y utilizar su reputación como líder del mercado en I+D. Ya dispone de la infraestructura necesaria, y estos nuevos incentivos del Gobierno deberían ayudar a convencer a las empresas para quedarse en el Reino Unido. Aberdeen, por ejemplo, con su próspera industria del gas y del petróleo puede beneficiarse enormemente de la caja de patentes. Las empresas que tienen que salvar las múltiples dificultades que entraña la producción en las aguas profundas del Mar del Norte están constantemente desarrollando nuevas tecnologías.
El Reino Unido es el primer país industrializado del G-8 en cuanto a productividad investigadora, con 45 artículos de investigación publicados por cada mil millones de libras esterlinas de producto interno bruto (PIB), frente a 25 en los Estados Unidos de América y 15 en el Japón. Asimismo, cuatro de las diez universidades más importantes del mundo están radicadas en este país.
Los incentivos fiscales del gobierno permitirán una mayor colaboración y la creación de un número creciente de empresas mixtas entre empresas y universidades, e impulsarán la base de conocimientos del Reino Unido unos cuantos peldaños más allá en la escala de la innovación.
Además de un aumento tangible en la actividad de I+D, se abre la posibilidad de obtener financiación adicional. En un momento en que los bancos se resisten cada vez más a conceder créditos para cubrir las necesidades de financiación, hay una mayor necesidad de inversión a partir de fuentes de capital privado. La caja de patentes permite a los inversores saber que, además de beneficiarse de una deducción fiscal por su inversión inicial, habrá un flujo de caja para compensar ésta una vez que el producto o el proceso pueda comercializarse.
(foto: iStockphoto / @ Yuriy Kirsanov)
A partir de abril próximo, las empresas del Reino Unido podrán, en un año, obtener efectivamente una desgravación fiscal del 225%, o 2,25 libras esterlinas por cada libra invertida en patentes. Esta es una gran noticia para las empresas de ámbito mundial, ya que podrán combinar la internacionalización de sus actividades con sus estrategias de propiedad intelectual. Por consiguiente, los beneficios de este nuevo régimen tributario pueden extenderse mucho más allá del Reino Unido.
Actualmente, el tipo principal del impuesto de sociedades en el Reino Unido es del 24%. La caja de patentes permitirá a las empresas solicitar un tipo del 10% para todos los beneficios atribuibles a las patentes que cumplan los requisitos, ya se trate de pagos independientes, como regalías, o vayan incorporados en el precio de venta de los productos. Para las empresas que venden productos patentados o conceden licencias de sus patentes, el cálculo se realiza a partir de los beneficios totales derivados de la venta del producto o proceso patentado, o de la concesión de la licencia del producto o proceso.
La caja de patentes forma parte del plan de crecimiento del Gobierno. El objetivo del régimen es ofrecer un incentivo complementario para que las empresas conserven y comercialicen las patentes que poseen y desarrollen nuevos productos innovadores patentados. Está concebido para alentar a las empresas a ubicar en el país los puestos de trabajo de alto valor relacionados con el desarrollo, la fabricación y la explotación de los productos patentados en el Reino Unido, y consolidar la posición del país como líder mundial en tecnologías patentadas. Promete seguir mejorando la competitividad del sistema tributario del Reino Unido para las empresas de alta tecnología que obtienen beneficios de las patentes.
El régimen puede aplicarse a cualquier patente, siempre y cuando tenga posibilidades de generar beneficios y la empresa tenga los derechos exclusivos de concesión de licencias. El nuevo incentivo de la caja de patentes está abierto a cualquier empresa del Reino Unido que innove y venda productos derivados de actividades llevadas a cabo en el Reino Unido, y que disponga de patentes inicialmente comercializadas a partir del 29 de noviembre de 2010. No obstante, las empresas tendrán que cumplir ciertas condiciones antes de poder beneficiarse de los nuevos incentivos.
La patente debe haber sido otorgada por la Oficina de Propiedad Intelectual del Reino Unido en virtud de la Ley de Patentes de 1977 o estar reconocida por la Oficina Europea de Patentes, y debe tener un potencial de generación de beneficios considerable. Por ejemplo, un componente que forme parte de otro producto, como el mango de una taladradora, no podrá adscribirse al régimen, ya que no va a aumentar los beneficios del producto, incluso si es el primero de ese tipo que se hace.
El régimen también establece que la invención patentada debe desarrollarse en el Reino Unido. En el caso de que una empresa radicada fuera del Reino Unido inicie el desarrollo de un producto patentado antes de llevarlo al Reino Unido para su finalización, la empresa deberá proceder a una inscripción en el Reino Unido. Además, con el fin de poder beneficiarse del tipo impositivo del 10% en el impuesto de sociedades, la empresa debe participar activamente en el desarrollo y la explotación del producto — ser simplemente titular de la patente no es suficiente—.
Este nuevo régimen contribuirá a hacer del sistema tributario del Reino Unido uno de los más competitivos del mundo. Esta es una buena noticia para las empresas que ya desarrollan su actividad en el Reino Unido y una interesante oportunidad de negocio para las que inicien su actividad.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.