Efectos del Tratado de Marrakech para las personas ciegas
Por Dan Pescod, Vicepresidente de la campaña Derecho a leer de la Unión Mundial de Ciegos (UMC)
Como Vicepresidente de la campaña Derecho a leer de la Unión Mundial de Ciegos, durante los últimos ocho años he participado en las reuniones del Comité Permanente de la OMPI de Derecho de Autor y Derechos Conexos (SCCR). Durante los últimos cinco años, he coordinado el día a día de la campaña de la UMC en defensa de lo que ahora se conoce como el Tratado de Marrakech, en colaboración con nuestros Presidentes, Chris Friend y Maryanne Diamond. Más que un trabajo, nuestra campaña en favor de este tratado se ha convertido en una forma de vida.
Sé que hablo en nombre de todos mis colegas cuando digo que la Conferencia Diplomática de Marrakech, y sobre todo sus resultados, es un acontecimiento trascendental, histórico, emotivo y difícil de creer. La etiqueta que tanto se ha utilizado de "milagro de Marrakech" es realmente acertada.
Logro de cambios en la práctica
La UMC piensa que tenemos el tratado que queríamos, uno que realmente propiciará cambios en la vida de millones de personas ciegas o con dificultades para acceder al texto impreso.
Muchos dijeron que el tratado nunca se materializaría. Algunos opinaban que no valía la pena, que por sí mismo no pondría fin a la escasez de libros. En efecto, puedo confirmar que no pondrá fin a la escasez de libros. El tratado, pese a ser un logro grande e importante, tan sólo es una parte del gran rompecabezas de la plena accesibilidad. Pero no podemos dejar de lado una pieza del rompecabezas con la excusa de que no basta para conseguir el rompecabezas completo. Sin esa pieza fundamental — el tratado— el rompecabezas nunca podría completarse.
Durante estos últimos cinco años, la UMC ha escuchado diversos temores de los titulares de derechos sobre las posibles consecuencias que tendrá el tratado para ellos. Al fin y al cabo, no deja de ser el primer tratado de propiedad intelectual (P.I.) cuyo objetivo explícito es mejorar el acceso de los usuarios, en lugar de proteger los intereses de los titulares de derechos. La UMC nunca se ha tomado estas preocupaciones a la ligera. Sin embargo, no nos cabe duda de que, realmente, el tratado no perjudicará esos intereses. Estamos seguros de que si las editoriales publican libros accesibles en formatos convencionales asequibles, las personas ciegas y con discapacidad para acceder al texto impreso los comprarán o pedirán prestados en las bibliotecas tradicionales, tal como hacen otros usuarios. Con este objetivo, la UMC tiene intención de seguir trabajando con las editoriales en la consecución de un mundo en el cual as ediciones accesibles sean la norma.
El Tratado abrirá un universo de posibilidades a organizaciones como Royal National Institute of Blind People (RNIB) del Reino Unido, en relación con el acceso a los libros y su intercambio, a través de las fronteras internacionales, entre quienes más los necesitan. Incluso en países en los que las personas con discapacidad para acceder al texto impreso están relativamente bien surtidas, como el Reino Unido, las personas con discapacidad visual podrán recibir muchos más títulos en formatos accesibles gracias a las disposiciones del tratado. Actualmente, por ejemplo, Bookshare.org, de los Estados Unidos de América, sólo puede enviar a los suscriptores ciegos del Reino Unido unos 75.000 títulos de los 200.000 de que dispone. En virtud del tratado, podrá enviar las 125.000 referencias restantes tan sólo pulsando un botón.
Transformar vidas
Además, en los países en desarrollo, donde vive la gran mayoría de la población mundial de personas con discapacidad visual, el tratado permitirá transformar la vida de muchos. En Marrakech, por ejemplo, conocí a una mujer ciega marroquí muy capaz, que hablaba varios idiomas, y había tenido que renunciar a sus estudios de doctorado debido a la falta de libros universitarios accesibles. La ratificación generalizada del Tratado ampliaría radicalmente la probabilidad de que ella consiga los libros que necesita para sus estudios, en formatos accesibles, a partir de las colecciones existentes. El tratado brinda a esta joven, y a muchos como ella, la esperanza de evolucionar, estudiar, hacer una carrera y aprovechar cabalmente sus considerables capacidades.
http://ocms.wipo.int/system/workplace/editors/xmlcontent/editor_buttons.jsp?action=show&resourcelist=&resource=%2Fwipo_magazine%2Fes%2F2013%2F04%2Farticle_0002.html&elementlanguage=es#¿Y ahora qué?
- La campaña de la UMC Derecho a leer continúa. Debemos velar no sólo por la ratificación de 20 países, número necesario para que el tratado entre en vigor, sino de todos los países, de modo que las fronteras dejen de ser un obstáculo para los libros en formato accesible.
- Debemos explicar a los ciegos y las personas con dificultades para acceder al texto impreso, así como a las organizaciones que los representan, cuáles son las repercusiones del tratado para ellos.
- Debemos potenciar las capacidades de las organizaciones de ciegos y demás organismos que se encuentran al servicio de los ciegos de todo el mundo para asegurarnos de que pueden aprovechar las posibilidades que ofrece este tratado para compartir libros.
- Debemos seguir trabajando con DAISY, EDItEUR y otras organizaciones que ayudan a hacer accesibles los libros digitales.
- Y, lo que es no menos importante, debemos colaborar con las editoriales y otros titulares de derechos para que puedan publicar desde un principio en formatos accesibles.
- Nos quedan por delante unos cuantos años más de trabajo intenso para lograr que las personas ciegas y con discapacidad para acceder al texto impreso puedan ejercer su pleno derecho a la lectura. Con todo, Marrakech ha supuesto un verdadero salto adelante, al eliminar las barreras de acceso inherentes al derecho de autor. En Marrakech, la comunidad internacional también ha enviado el decidido mensaje de que ahora es el momento de tomar medidas claras para acabar real y verdaderamente con la escasez de libros. Es maravilloso sentirse parte de ello.
- Acaso el tratado no haya puesto término a la escasez de libros, pero, para citar libremente a Sir Winston Churchill, ha señalado el "principio del fin". La UMC confía en seguir trabajando con las personas con discapacidad y sus organizaciones, con la OMPI, con los titulares de derechos, y con cualquier otro que pueda contribuir a llevar a buen puerto esta tarea.
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