El Ballet Nacional de Georgia Sukhishvili
Por Catherine Jewell, División de Comunicaciones de la OMPI
Durante décadas, el público de todo el planeta se ha visto cautivado por el atleticismo elegante, la energía, la destreza y la originalidad del Ballet Nacional de Georgia "Sukhishvili". Desde su creación oficial en 1945, la compañía ha actuado en 98 países, ha realizado más de 300 giras y más de 20.000 actuaciones, ha entretenido a una cifra estimada de 60 millones de personas y ha puesto la danza georgiana en el mapa mundial. El Ballet Nacional de Georgia "Sukhishvili" es una compañía única con una historia única, que sirve de recordatorio de que la creatividad no se produce en el vacío, sino que es un proceso dinámico que evoluciona a la par que la sociedad y el espíritu de los tiempos.
Nace un estilo único de danza
Situado en la encrucijada de Asia occidental y Europa oriental, Georgia cuenta con una tradición popular antigua, rica y variada. La historia del Ballet Nacional de Georgia "Sukhishvili" se inició en el decenio de 1920, cuando Ilia Sukhishvili padre y Nino Ramishvili se conocieron en el Teatro de ópera y ballet de Tiflis. Los dos bailarines compartían el sueño de crear un grupo de danza que combinase las diversas tradiciones de danza folclórica que existían en diferentes regiones del país. Sin embargo, su interés no era puramente etnográfico. Tomaron la esencia de estas danzas, y depuraron y mejoraron su coreografía añadiendo su propio sello artístico. Mediante la fusión de elementos de la danza clásica, moderna y folclórica crearon un estilo de danza distintivo único que sigue inspirando a nuevas generaciones de bailarines y cautivando y emocionando al público de todo el planeta.
La coreografía, emocionante y variada, combina los movimientos perfectamente sincronizados del grupo con la impresionante destreza técnica de cada uno de los bailarines. Captura la vitalidad y el audaz atleticismo de bailarines enfrentados que vuelan ágilmente por el aire chocando espadas, así como el delicado romanticismo de parejas de enamorados que flotan con gracilidad por el escenario.
Durante los últimos 70 años y poco más, "la coreografía ha evolucionado rápidamente y se ha vuelto más compleja. Tomamos movimientos folclóricos, pero les infundimos nuestro espíritu y les damos nuestra propia personalidad "Sukhishvili"", explica Ilia Sukhishvili hijo, coreógrafo jefe y director artístico, quien junto con su hermana, Nino Sukhishvili, dirige actualmente la compañía.
La danza: un arte vivo
"Es muy importante que la danza evolucione. Como cualquier arte, necesita desarrollarse; de otro modo, se convierte en un objeto de museo. Hay que incorporar elementos modernos y combinarlos con movimientos clásicos tradicionales para mantener el espectáculo fascinante e interesante para el público", dijo.
Un vestuario cautivador
Del mismo modo que la coreografía se inspira en la riqueza de las tradiciones populares del país, también lo hacen los coloridos trajes de la compañía. "Nuestro vestuario refleja las tradiciones de diferentes regiones del país. Igual que creamos la coreografía, la tradición folclórica es mi inspiración, pero, dependiendo del baile, adaptamos las formas y los colores para que sean más teatrales. Normalmente veo el baile y luego creo el traje con colores inspirados en la naturaleza y el estilo de la región", explica la Sra. Sukhishvili, quien además de ser directora general y productora de la compañía también es la diseñadora de vestuario.
Proteger la marca Sukhishvili
"Hay muchas compañías de danza en Georgia, pero la coreografía y el estilo de Sukhishvili es distintivo, tiene una firma o marca única. En todas las artes, el autor debe ser reconocido. Es nuestra propiedad intelectual, y es importante que la protejamos", dijo Ilia Sukhishvili. La marca Sukhishvili se registró en Georgia en 2005.
Si bien la compañía está dispuesta a hacer la vista gorda a los niños y adolescentes que emulan su estilo de baile, no le gusta que otras compañías de danza exploten comercialmente su trabajo sin su autorización. "Cuando veo a los niños bailar mis coreografías, sinceramente me siento orgulloso, porque veo que está ayudando a mantener viva la cultura popular de Georgia. La danza está en el ADN de los georgianos, que sigue siendo muy popular entre los adolescentes, incluso en los clubes nocturnos, por lo que cuando se utilizan nuestros movimientos de esta forma, no tenemos ningún problema. Es muy importante que un país mantenga sus bailes folclóricos y si podemos contribuir a ello, está bien. Es bueno para el país y nos da un sentido de patriotismo. Pero cuando una compañía utiliza nuestro trabajo sin permiso y lo explota comercialmente es otra historia", explica Ilia Sukhishvili. "Esas personas son como vulgares ladrones que roban nuestras ideas", añadió su hermana. "No hay ninguna lógica en la copia", señala Ilia Sukhishvili, "la danza está viva, respira, y cada actuación es única y auténtica. La danza no es una mercancía hecha en una fábrica".
El pragmatismo frente a la ideología
En el decenio de 1940, bajo un régimen comunista, el patrimonio folclórico del trabajo de la compañía era su mejor baza. En una época en que el arte popular era la única forma aceptable de expresión artística, ya que cualquier expresión artística individual se consideraba burguesa y decadente, los Sukhishvili hacían hincapié en los aspectos folclóricos de su trabajo, y se negaban a reclamar cualquier derecho de autor. De este modo, se permitió que existiera la Compañía de Danza Folclórica del Estado Georgia, como se denominaba entonces. "Esa fue una de las mistificaciones más valientes y elegantes del mundo de las artes en Georgia en el siglo XX", dijo Nino Sukhishvili.
Sin embargo, se está viendo que este mismo patrimonio folclórico está suponiendo un problema para la compañía. "Cuando se trata de cultura popular, la gente piensa que el estilo folclórico es de todos", explica la Sra. Sukhishvili. "Tenemos que explicar que, si bien nuestros bailes son de estilo folclórico, nuestros abuelos, nuestros padres y ahora nosotros los hemos perfeccionado y hemos creado una nueva coreografía. Las danzas populares que realizamos no se parecen nada a las que existían antes, pero a otras compañías de danza de Georgia les gusta nuestro trabajo y lo copian, alegando que es popular y que es de todos. Esto es realmente un problema", dijo.
Revitalizar las tradiciones de danza folclórica
El Ballet Nacional de Georgia "Sukhishvili" también es único en el sentido de que es de titularidad estatal pero lo dirige la familia Sukhishvili. "Tres generaciones de nuestra familia han dedicado su vida a la compañía y a la creación de nuestras coreografías distintivas basadas en el folclore", señaló Nino Sukhishvili. "Hemos dado nueva vida a la danza folclórica, ayudado a mantener nuestras tradiciones folclóricas y hemos conseguido una gran aceptación de la danza folclórica georgiana popular en Georgia y en todo el mundo". La metodología desarrollada por Ilia Sukhishvili hijo y Nino Ramishvili ha inspirado a nuevas generaciones de bailarines de todo Georgia y de otros lugares, y se han creado compañías de baile georgiano en países como Francia, Grecia, Israel, Turquía, Rusia y los Estados Unidos de América. En 1970, la compañía se registró oficialmente como conjunto docente, y en 1998 creó una escuela de danza privada con una demanda anual de unos 800 bailarines aspirantes de diferentes edades. "La cultura de la danza de Georgia corre por nuestras venas. Es muy exigente desde el punto de vista físico y no está bien pagada, pero aún así goza de gran popularidad", dijo la Sra. Sukhishvili.
"La danza es un lenguaje, y la danza georgiana es una historia acerca de mi país", dijo. "Cuando ves la danza georgiana se puede sentir el espíritu de Georgia, su historia, las costumbres, las tradiciones; es muy positivo. Es una tarjeta de visita de mi país".
En consonancia con la búsqueda de la renovación constante de la compañía, los Sukhishvili están creando actualmente un estilo completamente nuevo, un ballet de danza moderna denominado Ramishvili. Este nuevo programa estará dedicado a su abuela Nino Ramishvili.
El primer conjunto estaba formado por 8 niñas y 12 niños. Actualmente, la compañía cuenta con más de 100 artistas y músicos calificados y goza de reconocimiento mundial. El Ballet Nacional de Georgia "Sukhishvili" es la prueba viviente de que, como señalaba la periodista del New York Times, Ann Kisselfogg, "el arte culto tiene un lugar cuando se trata de las tradiciones nacionales”.
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