Índice Mundial de Innovación 2014: El factor humano en la innovación
Por Catherine Jewell, División de Comunicaciones de la OMPI y Sacha Wunsch-Vincent, División de Economía y Estadística de la OMPI
Mientras que la economía mundial recupera el paso y extiende su ámbito de influencia, los encargados de la formulación de políticas están centrándose en buscar fuentes de crecimiento futuro y empleo. Pero a pesar del creciente optimismo respecto de las perspectivas económicas mundiales, los gobiernos siguen enfrentándose a un dilema básico: contener los estímulos fiscales y la inversión pública al tiempo que satisfacen la necesidad imperiosa de establecer políticas de inversión y de crecimiento orientadas al futuro para mantener el crecimiento y el empleo.
En este contexto, la innovación y la iniciativa empresarial cobran mayor importancia si cabe. Ahora bien, ¿qué hay que hacer para estimular estos factores fundamentales del crecimiento económico? ¿Cómo pueden los encargados de la formulación de políticas mantenerse al corriente de las tendencias mundiales en el terreno de la innovación, evaluar los progresos y determinar las prioridades? El Índice Mundial de Innovación, ahora en su séptima edición, ofrece a los encargados de tomar decisiones un instrumento práctico de trabajo. Proporciona un rico conjunto de indicadores que permite analizar comparativamente las capacidades y el rendimiento de 143 países en materia de innovación. Dado el interés creciente de las empresas y los gobiernos por descubrir y potenciar a las personas y equipos creativos con miras a afianzar el crecimiento futuro, este año el Índice se ha centrado en examinar el papel determinante que desempeña el factor humano en la innovación.
El Índice Mundial de Innovación 2014 se presentó en Sydney el 18 de julio de 2014, en el marco de la reunión de la Coalición empresarial Business 20 (B-20), un foro a través del cual el sector privado elabora recomendaciones de política para la cumbre anual de los dirigentes del Grupo de los 20 (G-20), que este año se celebrará en Australia en el mes de noviembre.
"En este influyente informe pueden verse los progresos mundiales que hemos realizado en materia de políticas y sistemas de innovación en el mundo. Es importante saber cómo nos va en el frente de la innovación, porque la innovación es un factor decisivo del crecimiento económico y el bienestar social en este siglo XXI", afirmó el Ministro de Industria de Australia, Sr. Ian Macfarlane, durante la presentación del Índice Mundial de Innovación. "Su protagonismo es cada vez mayor en la esfera comercial y económica que constituye el centro de gran parte de los debates del B-20 y el G-20", agregó. "Informes como el Índice Mundial de Innovación proporcionan orientación sobre cómo podemos potenciar nuestros resultados innovadores, al aportar un conocimiento más profundo de los múltiples factores que promueven la innovación".
El Índice Mundial de Innovación es "un mapa completo de la capacidad de innovar de los países y, por tanto, de competir en el contexto mundial", dijo el Director General de la OMPI, Francis Gurry. Señaló que cada año se invierten alrededor de 1,6 billones de dólares EE.UU. en la creación de conocimientos, y añadió que "la innovación es el resultado deseado de esa inversión y es la llave de la competitividad en las industrias que hacen un uso intensivo del conocimiento y la tecnología".
"En la economía mundial, la competencia se basa cada vez más en la innovación", dijo, subrayando el papel fundamental que desempeña la innovación en la mejora de la productividad, el desarrollo de nuevos productos, las nuevas oportunidades de mercado, la creación de empleo y como fuente de ventajas competitivas. Al margen de la economía, la innovación es también el medio por el que se consiguen mejoras en la calidad de vida y se da respuesta a los grandes retos a que se enfrenta la sociedad", observó, destacando temas como la seguridad alimentaria, la salud pública y el cambio climático. "Si seguimos haciendo las cosas del mismo modo que las hacemos ahora, no conseguiremos nada con relación a ninguno de esos retos", agregó.
Clasificación
Por cuarto año consecutivo, Suiza encabeza la clasificación del Índice Mundial de Innovación, seguida del Reino Unido y Suecia. Por primera vez, Luxemburgo entra entre los 10 primeros clasificados, alcanzando el noveno puesto. Entre los 20 primeros clasificados "existe un grado de estabilidad muy elevado", señaló Bruno Lanvin, Director Ejecutivo del INSEAD y coautor del informe.
Los 25 primeros países han obtenido una puntuación sistemáticamente alta en la mayoría de los 81 indicadores del Índice, disponen de ecosistemas de innovación bien comunicados y demuestran gran capacidad en áreas como la infraestructura para la innovación (incluidas las tecnologías de la información y la comunicación), el desarrollo empresarial (incluidos los vínculos en el ámbito de la innovación, los trabajadores del conocimiento y la absorción de conocimientos) y los resultados de la innovación (por ejemplo, bienes y servicios creativos y creatividad en línea).
Persiste la brecha de innovación
No obstante, el Índice Mundial de Innovación 2014 confirma la presencia continua de diferencias mundiales en innovación entre los distintos grupos de ingresos y dentro de los propios grupos. "Vemos disparidades que no se reducen tan rápidamente como esperábamos", observó el Sr. Lanvin.
Los 25 primeros países son economías de ingresos altos, si bien hay países de ingresos medianos altos, como China (en el puesto 29) y Malasia (en el puesto 33), que muestran signos de irrumpir en el nivel superior en los próximos años.
En lo tocante a la calidad de la innovación, el informe muestra que los países de ingresos medianos que han obtenido los mejores resultados están salvando las distancias que los separan de las economías de ingresos altos. "China supera con creces la puntuación media de los países de ingresos altos en el conjunto de indicadores de calidad", señaló Soumitra Dutta, coautor del informe adscrito a la Universidad Cornell. "Para reducir todavía más las diferencias, los países de ingresos medianos deben seguir invirtiendo en el fortalecimiento de sus ecosistemas de innovación y vigilar de cerca la calidad de sus indicadores de innovación", dijo.
Motivos para el optimismo
Si bien el informe indica que muchos países en desarrollo siguen rezagados en cuanto a los resultados de la innovación, existen motivos para mantener el optimismo. Los países de África subsahariana muestran la mejora general más importante en las clasificaciones del Índice Mundial de Innovación 2014. De los 33 países subsaharianos que aparecen en el Índice de este año, 17 han ascendido en la clasificación, siendo Côte d'Ivoire quien presenta la mayor mejora. De hecho, esta región cuenta con el mayor número de "innovadores emergentes", es decir, economías que puntúan al menos un 10% por encima de sus iguales en términos de producto interno bruto. El Sr. Lanvin señaló que esto muestra "que algo está pasando incluso en las zonas más pobres del mundo con respecto a la innovación”. “Los gobiernos están tomando nota, se están haciendo esfuerzos y se están dando más oportunidades a las personas para traducir la innovación en resultados", dijo.
Los resultados del Informe "indican tendencias importantes de cara al futuro", señaló el Sr. Dutta; "muestran qué países están aprendiendo más rápido y qué países probablemente experimentarán un gran crecimiento económico en el futuro y aportarán otras ideas innovadoras interesantes".
Sin embargo, los países BRICS han obtenido unos resultados desiguales. Cuatro de ellos han mejorado sus posiciones: el Brasil avanza tres posiciones para situarse en el puesto 61, la Federación de Rusia avanza 13 posiciones para situarse en el puesto 49, China avanza 6 posiciones para situarse en el puesto 29 y Sudáfrica avanza cinco posiciones para colocarse en el puesto 53. Los progresos de China y la Federación de Rusia en la clasificación se encuentran entre los más notables de todos los países. De hecho, la situación de China es ahora comparable a la de muchos países de ingresos altos. La India, sin embargo, ha retrocedido 10 puestos este año, hasta la posición 76.
Un valioso instrumento de análisis comparativo
El Índice Mundial de Innovación permite analizar el comportamiento innovador en función de diferentes grupos de ingresos y diferentes regiones. De este modo, pueden ponerse de relieve importantes ventajas competitivas relativas y ayudar a los responsables de tomar decisiones a extraer lecciones prácticas importantes para mejorar el rendimiento. Como subrayó el Sr. Dutta, ofrece a los directivos de empresa información valiosa sobre dónde invertir recursos de I+D y poner en marcha plantas de fabricación. Asimismo, proporciona a los encargados de la formulación de políticas ejemplos útiles de las prácticas óptimas, que pueden aprovecharse e integrarse en los contextos políticos nacionales para aumentar la competitividad de los países.
Publicado conjuntamente por la Universidad Cornell, el INSEAD y la OMPI, en colaboración con la Confederación de la Industria India, du y Huawei, el eje central del Índice Mundial de Innovación es una clasificación de las capacidades de innovación de los países del mundo. Reconociendo el papel fundamental que desempeña la innovación en todas las economías para impulsar el crecimiento económico, el Índice va más allá de las medidas tradicionales de innovación e incluye un total de 81 indicadores. Constituye un valioso instrumento de análisis comparativo para la evaluación continua de los puntos fuertes y débiles en materia de innovación. Las clasificaciones del Índice Mundial de Innovación se calculan como el promedio de los recursos para la innovación, que comprenden las actividades nacionales en el ámbito de la innovación (instituciones, capital humano e investigación, infraestructura, desarrollo de los mercados y desarrollo empresarial) y los resultados de la innovación (producción de conocimientos y tecnología y producción creativa), que reflejan los frutos reales de la innovación.
El factor humano en la innovación
El Índice Mundial de Innovación 2014 estudia el papel protagonista que desempeña el capital humano en la creación, aplicación y difusión de la innovación, y ayuda a entender por qué los mayores innovadores siguen obteniendo el mejor rendimiento, en tanto que algunas de las grandes economías emergentes muestran resultados desiguales en la innovación. Los países que han hecho esfuerzos visibles para mantener o mejorar la calidad de sus recursos humanos mediante la educación y el aprendizaje permanente son la República de Corea, Finlandia y el Reino Unido (entre los países de ingresos altos) y China, la Argentina y Hungría (entre los países de ingresos medianos).
El informe contiene una serie de capítulos que se centran en la importancia de mejorar las capacidades como medio fundamental para impulsar la innovación, aumentar la productividad, estimular el crecimiento económico y mejorar el bienestar social y la igualdad. Se analiza cómo el acervo de capital humano de un país impulsa el crecimiento económico y afecta a su capacidad de innovar o de ponerse a la altura de las economías más avanzadas y eficientes en el terreno de la innovación. Asimismo, ofrece un análisis detallado de la profunda incidencia del factor humano, que va más allá del aspecto de la oferta de la innovación, ya que influye en gran medida en la forma de recibir, aceptar y difundir la innovación. También se estudia cómo la globalización ha facilitado la movilidad de las personas a través de fronteras geográficas y culturales.
Hoy en día, los países, al igual que las empresas, tienen que competir por el talento. En estudios realizados recientemente se muestra que alrededor del 75% de los inventores migrantes de países de ingresos bajos y medianos reside en los Estados Unidos, y que China y la India destacan como los dos países principales de ingresos medianos de origen, seguidos de Rusia, Turquía, el Irán, Rumania y México. En este contexto, los países están dispuestos a invertir la fuga de cerebros y retener y atraer el talento necesario para impulsar la innovación, a veces simplemente alentando la participación de su diáspora cualificada. Aunque sólo un pequeño número de países, como Marruecos, ha conseguido dinamizar con resultados la migración de retorno, contar con el apoyo de las políticas gubernamentales y una economía liberalizada puede ser un medio de atraer flujos de entrada de talento.
El Índice Mundial de Innovación: un modelo en evolución
El Índice Mundial de Innovación ha crecido a lo largo de los años hasta convertirse en un medio único de seguir las capacidades y los resultados en materia de innovación en todo el mundo. El modelo del Índice se revisa cada año para mejorar la forma en que se mide la innovación; por esta razón, las puntuaciones y las clasificaciones no son directamente comparables de un año a otro. Con todo, el Índice Mundial de Innovación se centra en mejorar la forma de medir y comprender la innovación y en ofrecer a los responsables de tomar decisiones los medios para definir políticas y prácticas eficaces que promuevan la innovación.
Al tiempo que los países de ingresos altos continúan dominando la clasificación, el Índice Mundial de Innovación 2014 muestra que siguen existiendo diferencias en el ámbito de la innovación tanto entre los distintos grupos de ingresos y regiones como dentro de ellos. Su persistencia tiene su origen en las dificultades para avanzar en todos los indicadores incluidos en el modelo del Índice. Además de mostrar interesantes tendencias regionales, por ejemplo, el desigual rendimiento entre los países BRICS e importantes mejoras en África subsahariana, el Informe subraya la importancia decisiva para las economías de ingresos bajos de seguir explorando formas de crear entornos de políticas en que puedan brotar nuevas fuentes de crecimiento basado en la innovación.
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