¿Cómo se elabora la normativa internacional de P.I.? Entrevista con Francis Gurry
En tanto que foro internacional en materia de propiedad intelectual (P.I.), la OMPI desempeña una función fundamental para dar forma a las normativas y sistemas de P.I. de modo que se aprovechen los beneficios de la innovación y la creatividad. Pero cada vez resulta más difícil alcanzar el consenso entre 187 países. Al comienzo de su segundo mandato al frente de la Organización, el Director General de la OMPI, Francis Gurry, nos explica de qué forma la P.I. se está convirtiendo en una “cuestión geopolítica clave en el siglo XXI” y las consecuencias que observa en la elaboración de normativa internacional de P.I.
¿Cómo cree que va a evolucionar el panorama de la P.I.?
La P.I. se ha ido desplazando desde la periferia hacia el centro del sistema económico. Muchos países, entre ellos las cuatro principales economías a nivel mundial, los Estados Unidos de América, China, el Japón y Alemania, han reconocido de forma explícita la función primordial que desempeña la P.I. en su futuro económico. Esto significa que la competencia se va a centrar cada vez más en la innovación y la P.I., lo que complicará la situación en el ámbito de la P.I.
En este contexto resulta fundamental que la Secretaría de la OMPI siga siendo absolutamente neutral al abordar unas negociaciones cuya dificultad promete ir en aumento.
¿Por qué cree que cada vez resulta más difícil alcanzar acuerdos internacionales respecto de tantos asuntos?
En mi opinión, el problema radica en los cambios profundos derivados del desplazamiento geopolítico que se ha producido en los últimos 20 años en el centro de gravedad de la economía mundial. Esta situación está alterando los intereses y las posturas de los actores en las negociaciones internacionales y haciendo que a los Estados miembros les resulte más complicado ponerse de acuerdo en relación con las medidas normativas que se proponen.
Hemos de aceptar esta realidad e intentar reconocer las oportunidades en las que los intereses están lo suficientemente armonizados como para permitir un acuerdo, tal como consiguieron hacer los Estados miembros en las negociaciones que dieron lugar a la adopción de los Tratados de Beijing y Marrakech. Espero que se puedan obtener buenos resultados también en lo que respecta al resto de puntos que tenemos en el orden del día. No obstante, yo diría que la naturaleza del contexto operativo actual favorece los objetivos específicos y cuantificables por encima de los generales y políticos.
¿Cuáles son sus prioridades dentro del programa actual de la OMPI en materia de derecho de autor?
En primer lugar, animar a los Estados miembros a que ratifiquen pronto el Tratado de Beijing sobre Interpretaciones y Ejecuciones Audiovisuales y el Tratado de Marrakech para Facilitar el Acceso a las Obras Publicadas a las Personas Ciegas, con Discapacidad Visual o con otras Dificultades para Acceder al Texto Impreso, que se adoptaron en 2012 y 2013 respectivamente.
TLos tratados que administra la OMPI pertenecen a categorías distintas. En algunos de ellos se establecen principios relativos a las legislaciones nacionales, como por ejemplo el Tratado de Beijing, en el que se establecen las condiciones mínimas de protección para los artistas intérpretes y ejecutantes. En otros, la finalidad es facilitar la acción. El Tratado de Marrakech para las personas con discapacidad visual facilitará el intercambio internacional de obras en formato accesible, ayudando a garantizar que las personas con dificultades para acceder al texto impreso puedan conseguir los libros que necesiten. El Consorcio de Libros Accesibles que pusimos en marcha en junio de 2014 (véase Promover las ediciones en formatos accesibles) ayudará a poner en práctica ese Tratado.
En segundo lugar, hacer avanzar las negociaciones sobre los derechos de radiodifusión. La OMPI debe demostrar que es capaz de hacer frente a las repercusiones que tienen en la P.I. todos los niveles de la tecnología, incluso los más desarrollados. Los debates recientes mantenidos en el Comité Permanente de Derecho de Autor y Derechos Conexos (SCCR) de la OMPI nos han brindado una mejor apreciación de los aspectos técnicos relacionados con la radiodifusión actual y la necesidad de llevar a cabo una reforma. Pero esto no se ha traducido aún en un consenso respecto de cuándo se ha de avanzar hacia el nuevo tratado propuesto.
Es importante que los Estados miembros alcancen un consenso al respecto, más aun cuando los organismos de radiodifusión generan un gran valor económico. No hace mucho, el Comité Olímpico Internacional informó de que había alcanzado un acuerdo con NBC Universal para la venta de los derechos de radiodifusión de los Juegos Olímpicos entre 2021 y 2032 en todas las plataformas en los Estados Unidos de América por 7.750 millones de dólares EE.UU. Eso solo por la venta de los derechos sobre un acontecimiento importante en un país. ¡Imagínese las cantidades que se manejan por la radiodifusión de todos los acontecimientos en todos los países!
¿Qué aspectos relacionados con el derecho de autor se van a abordar próximamente en la OMPI?
Aún no hay consenso entre los Estados miembros con respecto al camino que se debe seguir en lo que atañe a las cuestiones nuevas en el orden del día del SCCR. Algunos piensan que la OMPI debería enlentecer la actividad en este ámbito hasta que los tratados nuevos vayan ganando aceptación y otros consideran que hay asuntos específicos que se podrían abordar.
En el nivel más amplio, creo que lo más importante es la necesidad de ajustar los sistemas jurídicos territoriales de P.I. para que se adecúen a la realidad del mercado mundial de los contenidos digitales. Pero no estamos ante una cuestión fundamentalmente legislativa o normativa, sino que se trata de un tema complejo que precisa un diálogo mundial entre los gobiernos y los distintos actores del mercado digital.
¿Qué más puede decirnos sobre su llamamiento a un diálogo internacional acerca del derecho de autor en el “mercado mundial de contenidos digitales”?
El mercado mundial de contenidos digitales ya existe para los servicios ilegales. El desafío al que nos enfrentamos es conseguir que sea igual de fácil conseguir los contenidos de forma legal que ilegal. Esto es muy difícil porque ningún actor o grupo de actores, ya sean privados o públicos, puede asumir esa labor. La empresa es ingente y abarca todas las formas de expresión cultural y entretenimiento que existen a nivel mundial.
Lo único que podemos hacer es ir acercándonos poco a poco al objetivo de crear un mercado mundial de contenidos digitales legal y sin fisuras, mediante el reconocimiento de aspectos específicos y factibles que se puedan ir resolviendo por el camino.
Es sumamente importante que establezcamos un diálogo en torno a estos aspectos para garantizar que el derecho de autor pueda seguir desempeñando en la era digital su función primordial de financiar la producción cultural. La OMPI está dispuesta a facilitar el diálogo mundial sobre estas cuestiones importantes.
¿En qué situación se encuentran actualmente las negociaciones de tratados sobre P.I. como el proyecto de tratado sobre el Derecho de los diseños?
Los estudios realizados por el Comité Permanente sobre el Derecho de Marcas, Diseños Industriales e Indicaciones Geográficas (SCT) muestran una diversidad enorme en las normas de procedimiento para la protección de los diseños en los distintos países. Para que la protección de los diseños sea eficaz es necesario que sea accesible, y para ello han de emplearse procedimientos sencillos y relativamente uniformes.
El proyecto de tratado sobre el Derecho de los diseños nos debería ayudar a conseguir este objetivo. Otra de sus finalidades es introducir a nivel internacional un período de gracia relativo a la novedad (en circunstancias determinadas) para la divulgación de un diseño. Esto beneficiará en especial a los diseñadores pequeños e independientes que, en muchos casos, no son conscientes de que la divulgación de un diseño puede impedir su protección posterior mediante registro.
Los diseños son una parte cada vez más importante de la innovación como forma de diferenciar un producto y fomentar su competitividad. Pensemos, por ejemplo, en las controversias entre Apple y Samsung, en las que la función de los diseños es tan importante como la de las patentes.
¿Qué puede contarnos en relación con las negociaciones sobre recursos genéticos, conocimientos tradicionales y folclore?
Las negociaciones que se están manteniendo en el Comité Intergubernamental sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Folclore (CIG) tienen una importancia fundamental para la OMPI, ya que son la expresión de las aspiraciones de los países en desarrollo de velar, en particular, por que el sistema de P.I. se ocupe de todos los sistemas de conocimientos y reconozca la contribución que los sistemas de conocimientos tradicionales (CC.TT.) han hecho, y siguen haciendo, a la humanidad. De hecho, a todos los países les interesa que el sistema internacional de P.I. sea inclusivo y cuente con la mayor aceptación posible. Un resultado equilibrado y satisfactorio de las negociaciones del CIG contribuirá a ello.
El desafío consiste en reconocer los ámbitos concretos en los que la P.I. puede proteger de manera clara y segura el valor específico que añaden estos sistemas de conocimientos. Se trata de una labor extremadamente compleja, ya que los sistemas de CC.TT. son muy diversos y abarcan tanto la tradición oral como la escrita. En general es preferible ocuparse de elementos concretos en lugar de proposiciones amplias y generales que podrían generar incertidumbre. Por ejemplo, si se decidiera que se han de proteger los nombres sagrados, podría ser útil proponer la creación de un registro, lo que permitiría a los países aceptar o rechazar los efectos de la protección, en lugar de limitarse a afirmar que se deberían proteger los nombres sagrados.
¿A qué se debe que la reforma del sistema de Lisboa para la protección de las denominaciones de origen haya ido escalando posiciones dentro de la agenda internacional en materia de P.I.?
La globalización ha abierto nuevos mercados y ha creado oportunidades para comercializar los productos agrícolas. Las indicaciones geográficas y las denominaciones de origen permiten a los productores distinguir la calidad de sus productos haciendo referencia a su origen geográfico. En un mundo que se caracteriza por el aumento de los niveles de normalización, la singularidad ha adquirido más valor, ya que, cada vez más, los consumidores buscan productos de calidad y auténticos.
Aunque hace ya más de 50 años que existe, el sistema de Lisboa cuenta con solo 28 países miembros. Las negociaciones en curso tienen como finalidad hacer que el sistema sea más flexible y se adapte mejor a los distintos sistemas jurídicos nacionales y regionales para la protección de las indicaciones geográficas, así como permitir la participación en él de las organizaciones intergubernamentales competentes. El gran desafío al que se enfrentan los Estados miembros es encontrar un equilibrio adecuado entre el alcance de la protección, de una parte, y la amplitud de la participación, de otra. Este equilibrio suele estar presente en los tratados sobre P.I.: por lo general, a mayor protección, menor participación.
¿Cómo cree que van a evolucionar los demás sistemas mundiales de protección de la OMPI?
El Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT), el Sistema de Madrid para el Registro Internacional de Marcas y el Sistema de La Haya para el Registro Internacional de Dibujos y Modelos Industriales siguen experimentando un crecimiento notable. Estos sistemas ofrecen opciones eficaces en función de los costos a fin de garantizar la protección internacional de la P.I. y son una parte indispensable del ecosistema mundial de la innovación. De hecho, en 2013 su utilización creció por encima de las tasas nacionales y mundiales de crecimiento económico.
En 2013, el PCT creció un 5,1% y, por primera vez en su historia, se presentaron más de 200.000 solicitudes internacionales de patente en un solo año. Del mismo modo, se registró un récord en el número de solicitudes internacionales presentadas con arreglo al Sistema de Madrid, que creció un 6,5%. Creo que en los próximos cinco a diez años, a medida que la globalización de los mercados refuerce la importancia del desarrollo de marcas, el volumen de solicitudes presentadas por medio del Sistema de Madrid se duplicará.
A pesar de que el crecimiento registrado en 2013 ha sido del 15% y de la reciente adhesión de la República de Corea, el sistema de La Haya sigue siendo mucho más pequeño, pero atesora un potencial tremendo de crecimiento. Su ampliación, con las incorporaciones de China, el Japón y los Estados Unidos de América previstas para los próximos meses, supone que su ámbito geográfico abarcará pronto una extensión responsable de alrededor del 95% de los registros de dibujos y modelos que se realizan en todo el mundo. Esto conllevará una transformación profunda del sistema. La OMPI tendrá que equilibrar los intereses de estos nuevos miembros, muchos de los cuales realizan exámenes de novedad de los dibujos y modelos, con la demanda de los usuarios de contar con un sistema que siga siendo eficaz y fácil de usar.
¿Qué otras oportunidades y desafíos vislumbra para la OMPI en los próximos años?
Sin restarle importancia a los tratados, hay oportunidades valiosas de colaboración internacional que no precisan la elaboración de normativas. Se puede conseguir mucho mediante la ejecución de proyectos prácticos que ayuden a las oficinas de P.I. a gestionar la demanda creciente de títulos de P.I. Tenemos el ejemplo del Servicio de Acceso Digital (DAS), que ofrece a las oficinas de P.I. una forma rápida, segura y económica para el intercambio de documentos de prioridad y otros documentos similares; o la plataforma de acceso centralizado a la búsqueda y el examen (CASE), que facilita el intercambio de información de búsqueda y examen entre las oficinas de P.I. Estos son elementos importantes de infraestructura técnica compartida que mejoran la calidad y la eficacia de las operaciones mundiales de P.I.
Las asociaciones entre el sector público y el privado, como por ejemplo la base de datos WIPO Re: Search y el Consorcio de Libros Accesibles proporcionan asimismo oportunidades de cooperación internacional práctica y fructífera.
Durante los dos últimos decenios ha habido una tendencia hacia una mayor participación del sector empresarial en las políticas públicas. Es necesario adueñarse de las ventajas de ese aumento de la participación sin alterar el carácter de la OMPI como organización intergubernamental. Esto supone escuchar al sector empresarial, pero no negociar con él. Supone asimismo buscar oportunidades a fin de movilizar los cuantiosos recursos de que dispone el sector empresarial para apoyar la aplicación de las políticas decididas por los Estados miembros.
En un nivel más abstracto, nuestro desafío es velar por que la OMPI siga siendo un foro pertinente y de confianza en materia de P.I. Para las organizaciones intergubernamentales como la nuestra, que han de desempeñar su labor en un mundo que funciona en niveles múltiples y a velocidades múltiples, cada vez resulta más difícil mantener la pertinencia y seguir el ritmo de los cambios. Pero, aunque no siempre resulta fácil alcanzar el consenso dentro del marco multilateral, creo firmemente que el multilateralismo proporciona los valores únicos e indispensables de la legitimidad y la universalidad, que son tan importantes a fin de obtener buenas soluciones para los desafíos mundiales.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.