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Start-Up Chile

Septiembre de 2014

Por Maximiliano Santa Cruz S., Director Nacional del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, Eduardo Bitrán C., Vicepresidente Ejecutivo e Inti Núñez U., Gerente de Emprendimiento de CORFO (Chile)

En una apuesta por transformar Chile en un centro de innovación en América Latina, el Gobierno del país puso en marcha en 2010 el programa Start-Up Chile. Esta iniciativa ambiciosa, que es la primera de una política de carácter mundial en materia de innovación, ha conseguido atraer una atención notable en todo el mundo. La finalidad inicial del programa, cuyo alcance ha sido ampliado, era atraer el talento de jóvenes emprendedores de todo el mundo hacia Chile para catalizar la creación de empresas emergentes nacidas en el país y con gran potencial de crecimiento; todo ello a fin de fortalecer las perspectivas de crecimiento económico del país a largo plazo.

Este novedoso programa acelerador de empresas ejecutado bajo la dirección de CORFO, la agencia de desarrollo de Chile, se encuentra ya en su cuarto año de ejecución y está siendo sometido a una reestructuración con el objetivo de incrementar su incidencia en la economía nacional y fortalecer la cultura de emprendimiento y el ecosistema de innovación del país.

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(Fotografía: iStockphoto © Hans Laubel)

En la fase piloto se ofreció a los candidatos seleccionados 40.000 dólares EE.UU. en capital semilla, un visado de trabajo y oficinas para poner en marcha sus empresas. Los únicos requisitos que debían satisfacer consistían en trabajar durante 6 meses en Chile a fin de crear las empresas (no se estableció como requisito que las empresas emergentes tuvieran que iniciar sus actividades en Chile) y participar en los esfuerzos de divulgación en materia de emprendimiento e innovación dirigidos a los estudiantes y las empresas locales. La respuesta fue impresionante. Los procesos de selección de los candidatos más adecuados se celebraron tres veces al año y se recibieron más de 5.000 solicitudes de las que cada año se seleccionaron más de 240 proyectos.

Para acceder al programa, los candidatos podían presentar tanto ideas que se encontraran en la etapa temprana como proyectos con menos de dos años de antigüedad: no obstante, un criterio fundamental de selección era que los modelos de negocio propuestos fueran escalables.

El programa, que en un primer momento estaba dirigido solo a candidatos extranjeros, se ha ampliado con el fin de impulsar la creación de empresas emergentes chilenas, y hoy en día también pueden acceder al mismo los emprendedores chilenos. En la última ronda de candidaturas, el 35% de los candidatos eran chilenos, y el 30% de ellos fueron aceptados. Se ha modificado asimismo el enfoque del programa, que ha pasado de poner el énfasis en la creación de empresas multimillonarias de fuerte crecimiento a centrarse en el objetivo más amplio de fomentar en todo el país una cultura del emprendimiento que favorezca la innovación. En solo cuatro años, Start-Up Chile se ha convertido en una de las incubadoras públicas de empresas más respetadas de América Latina.

Primeros logros

Además de atraer talento emprendedor de primer nivel hacia Chile, el programa ha conseguido crear un proceso creíble, transparente y eficaz para conectar a las empresas emergentes del país con ecosistemas de escala mundial en lo relativo a emprendimiento e innovación.

Chile ha obtenido asimismo reconocimiento internacional como país que quiere desarrollar un enfoque de políticas orientadas hacia el futuro en materia de emprendimiento e innovación. El programa ha servido para poner a Chile en el mapa como un lugar favorable para los negocios y ha inspirado la ejecución de programas similares en muchos otros países.

Una encuesta realizada en 2013 entre los beneficiarios del programa entre 2010 y 2012 desveló que alrededor del 83% de los emprendedores chilenos habían iniciado sus actividades en Chile. Solo el 10% de los beneficiarios chilenos habían puesto en marcha sus empresas en el extranjero. Sin embargo, la mayoría de los proyectos a cargo de extranjeros (el 59% del total) estaban desarrollando sus actividades fuera de Chile (solo el 24% de los beneficiarios extranjeros habían puesto en marcha sus empresas en Chile), lo que indica que para la mayoría de los beneficiarios extranjeros el programa representaba una manera de obtener capital semilla sin tener que ceder acciones a terceros. Asimismo, indica que estos proyectos encontraron redes, mercados y oportunidades más accesibles fuera de Chile para obtener una segunda ronda de financiación en acciones.

Región de origen del
emprendedor
Iniciaron sus
actividades en Chile
Iniciaron sus
actividades
fuera de Chile
No
responde
Total Porcentaje de empresas que
inician sus actividades
en Chile
Chile 71 9 6 86 83%
Otros países 78 190 53 321 24%
América del Sur 20 38 8 66 30%
América del Norte 28 66 26 120 23%
Europa 18 48 12 78 23%
Otras (Oceanía, Asia, África) 10 34 4 48 21%
Sin información 2 4 3 9 22%
Total 149 199 59 407 37%

Financiación en acciones, empleo y ventas

La ejecución del proyecto dejó al descubierto las debilidades del sector de capital riesgo de Chile. Los proyectos iniciados en Chile solo consiguieron atraer 26 millones de dólares EE.UU. en financiación en acciones, mientras que los que lo hicieron en el extranjero obtuvieron 72 millones de dólares EE.UU.; más del doble. No obstante, si se atiende a la suma media del capital obtenido por cada empresa, la encuesta muestra que fueron más las empresas emergentes radicadas en Chile que obtuvieron capital que las que realizaron sus actividades fuera del país. De las 149 empresas radicadas en Chile, 96 obtuvieron de media 270.000 dólares EE.UU. cada una; por su parte, de las 199 que se trasladaron fuera de Chile, solo 86 obtuvieron financiación adicional (840.000 dólares EE.UU. cada una como media).

Muchas de las empresas emergentes que obtuvieron capital fuera de Chile tuvieron acceso a capital riesgo en la etapa temprana, mientras que las de dentro del país recurrieron a financiación del Estado o de otro tipo. Solo en casos excepcionales algunas empresas emergentes radicadas en Chile pudieron obtener capital riesgo.

En lo que respecta a la creación de empleo, un número importante de empresas emergentes radicadas en Chile contrataron de media seis trabajadores. Sin embargo, muchas de las empresas emergentes que trasladaron sus actividades fuera del país mantuvieron asimismo personal (2,9 trabajadores de media) en Chile para la realización de actividades de programación y apoyo, aprovechándose de los diferenciales de costos salariales.

De las 149 empresas emergentes radicadas en Chile, 96 (el 65%) obtuvieron de media unas ventas anuales de 119.000 dólares EE.UU., aunque solo el 49% tenía clientes fuera de Chile. El ritmo de desarrollo empresarial en función del sitio en que se establecen las empresas emergentes dará lugar a análisis interesantes en el futuro.

Despunte de las TIC

Aunque Start-Up Chile no favorecía a ningún sector empresarial en particular, más del 80% de los proyectos estaban relacionados con las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). No obstante, esto podría deberse a que el proceso de presentación de solicitudes se haya llevado a cabo por Internet, a los recursos disponibles en el marco del programa o a la forma en que se promocionó el mismo.

Se cuestiona la sostenibilidad del programa

A pesar de los logros destacados que se han conseguido, desde algunos sectores se ha cuestionado la sostenibilidad a largo plazo del programa. Si se compara con otras iniciativas parecidas emprendidas con anterioridad, podría parecer que los beneficios para la economía del país del programa Start-Up no sean muchos. Por ejemplo, solo el 37% de los participantes entre 2010 y 2012 iniciaron actividades en Chile en comparación con el Programa Capital Semilla de CORFO (que destina hasta 120.000 dólares EE.UU. en capital semilla a empresas seleccionadas), en el que alrededor del 94% de las empresas financiadas iniciaron sus actividades en Chile (según una encuesta que abarca el período comprendido entre los años 2008 y 2012).

Los datos, aunque incompletos, indican asimismo que el índice de supervivencia de las empresas creadas al amparo del Programa Capital Semilla es más del doble que el de las creadas en el marco del programa Start-Up Chile. Sin embargo, si se tienen en cuenta las diferencias entre los programas (y la mayor cuantía del subsidio y los costos de administración del Programa Capital Semilla), no queda del todo claro que la incidencia de este último (en lo que se refiere a creación de empleo, inversión y creación de empresas) sea mucho mayor que la de Start-Up Chile.

Curiosamente, en el Programa Capital Semilla solo el 16% de los beneficiarios del subsidio pertenecían al sector de las TIC, en comparación con alrededor del 54% en el caso del programa Start-Up Chile. En el ámbito de la economía digital, los criterios tradicionales de medición no captan plenamente la incidencia positiva de Start-Up Chile, y en particular su capacidad para fomentar las relaciones a nivel mundial en los ámbitos de la innovación y el emprendimiento. Los participantes en el programa Start-Up Chile se unen de forma eficaz a una red mundial de emprendedores que miran hacia el futuro y se benefician del acceso fácil y rápido a recursos valiosos, incluidos asesores e inversores, lo que da lugar a oportunidades importantes para que florezca el talento emprendedor e innovador.

Catalizar la innovación en Chile

La incorporación de emprendedores de primer nivel bien conectados sirve asimismo como catalizador de la innovación y el emprendimiento dentro del país. El establecimiento de relaciones entre los emprendedores extranjeros y los nacionales, aun durante períodos cortos, fortalece las prácticas y las aptitudes empresariales y mejora la percepción acerca del desarrollo y la comercialización de productos.

Efecto en las aptitudes de emprendimiento de los participantes chilenos en el proyecto Start-Up Chile

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Referencia: Leatherbee y Eesley, 2014. Boulevard of Broken Behaviors: Socio-Psychological Mechanisms of Entrepreneurship Policies.

No obstante, un cambio reciente de gobierno ha hecho que se replantee el lugar que ocupa el programa en la agenda de crecimiento económico del país. Ahora que el programa está consolidado y ha adquirido reconocimiento internacional, ¿qué se puede hacer a fin de mejorarlo para que apuntale los objetivos nacionales de desarrollo??

Start-Up Chile versión II

La intención al reestructurar el programa es convertir la inversión, el prestigio y la calidad del talento cultivado al amparo del programa Start-Up Chile en crecimiento económico nacional tangible, estimulando índices más rápidos de creación y expansión de empresas a fin de impulsar las ventas, los ingresos y la creación de empleo en Chile. Se prestará atención especial a mejorar el acceso a la financiación empresarial y fortalecer la sensibilización del público en relación con la propiedad intelectual (P.I.), de manera que las empresas emergentes tengan más facilidades para ampliar sus actividades en el país.

Antes, muchas empresas emergentes dirigidas por extranjeros retornaban a sus países de origen una vez transcurrido el período obligatorio de seis meses de permanencia en Chile. Con los nuevos acuerdos, habrá más rigor en la estructuración de la financiación, que estará orientada a alentar a las empresas emergentes a mantener sus actividades en el país. Además del capital semilla de 40.000 dólares EE.UU., que a partir de ahora se abonará en dos plazos con el objetivo de garantizar el compromiso de los participantes, los proyectos que demuestren tener alto potencial de crecimiento podrán solicitar asimismo un subsidio no reembolsable de 120.000 dólares EE.UU. A partir de entonces, los proyectos de innovación y tecnología que obtengan financiación en Chile podrán optar a hasta un 50% de su financiación en acciones con cargo a un fondo especial de inversión temprana que se establecerá a finales de 2014.

Restructuración del programa Start-Up Chile (2014)

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Otra prioridad será introducir a los participantes en redes sectoriales más sofisticadas y complejas a fin de que puedan adquirir experiencia de primera mano sobre cómo abordar los desafíos a los que se enfrentan las empresas.

Nuevo enfoque hacia la P.I.

CORFO y la INAPI están trabajando de forma conjunta a fin de velar por que los candidatos y beneficiarios del programa Start-Up Chile estén familiarizados con el potencial que tiene la P.I. para generar valor empresarial. Se organizarán programas de capacitación que abarcan todos los aspectos del sistema de P.I., desde las marcas, las patentes y los modelos de utilidad hasta los secretos comerciales y el derecho de autor.

Asimismo, habrá talleres prácticos, por ejemplo sobre las ventajas de utilizar las bases de datos públicas como PATENTSCOPE de la OMPI para mejorar el desarrollo y la calidad de los productos, redacción de solicitudes de patente y negociación de licencias sobre P.I. y varias herramientas de evaluación (como las disponibles en la plataforma INAPI-Proyecta, con el fin de respaldar la gestión eficaz de la P.I. La finalidad es asegurarse de que todos los participantes sepan cómo utilizar el sistema de P.I. para proteger su valiosa P.I. y puedan elaborar una estrategia comercial eficaz que les permita generar, proteger y transferir su P.I. tanto dentro como fuera de Chile.

Se prestará atención también a otros ámbitos, como la creación de oportunidades para que los emprendedores chilenos establezcan empresas conjuntas con sus homólogos de otros países de América Latina y de otras regiones; el reconocimiento de las dificultades mundiales que existen para atraer el talento hacia las distintas regiones del país a fin de fomentar los vínculos entre las empresas emergentes y el sector privado; y alentar la repatriación del talento chileno que haya recibido capacitación en el extranjero.

Con estas medidas esperamos que dentro de tres años haya en Chile al menos tres centros de innovación en funcionamiento. Aunque serán de ámbito mundial, permitirán abordar los problemas nacionales, proporcionarán empleo de calidad y seguirán catalizando una cultura de la innovación. Desde su concepción, el programa Start-Up Chile ha transformado los entornos empresarial y de la innovación nacionales mediante la introducción de ideas nuevas y originales y permitiendo a los emprendedores nacionales obtener acceso a las redes empresariales y de innovación de escala mundial. Aunque desde algunos círculos empresariales se ha cuestionado su futuro, Start-Up Chile es un programa pujante que se ha situado en el centro de la estrategia de innovación del país. Por consiguiente, va a seguir forjando la evolución futura del emprendimiento y la innovación en Chile y mejorando las perspectivas económicas de un país que sigue dependiendo en exceso de sus recursos nacionales.

El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.