Un empresario tanzano crea un filtro de agua innovador
Por Catherine Jewell, División de Comunicaciones de la OMPI
Tanzanía es uno de los países más pobres del mundo, y al igual que muchos países de África, se enfrenta a una grave escasez de agua. A pesar de que limita con tres de los Grandes Lagos de África, muchas personas, especialmente las que viven en zonas rurales remotas, carecen de acceso al agua potable. Con demasiada frecuencia, las dos fuentes de agua superficial y subterránea están contaminadas con metales pesados tóxicos, bacterias, virus y otros contaminantes de la minería, vertidos industriales y sistemas de alcantarillado deficientes.
Pero hay esperanza. Un ingeniero químico local, el Dr. Askwar Hilonga, ha creado un sistema de filtrado de agua de bajo costo que se adapta al entorno y que promete transformar la vida de muchos africanos.
El Dr. Hilonga, que da clases en la Nelson Mandela African Institution of Science and Technology, recientemente ganó el primer Premio África de Innovación en Ingeniería otorgado por la Real Academia de Ingeniería del Reino Unido. El premio, que asciende a 25.000 libras esterlinas (79 millones de chelines tanzanos), tiene por finalidad alentar a los ingenieros con talento de África subsahariana a encontrar soluciones a los problemas locales y convertirlas en una actividad empresarial.
El Dr. Hilonga explica la importancia de su invención y expone sus aspiraciones de cara al futuro.
¿Qué le impulsó a crear su sistema de filtrado de agua?
La enorme necesidad que había en mi comunidad. Crecí en un pueblo muy remoto de Tanzanía y vi con mis propios ojos el sufrimiento causado por las enfermedades transmitidas por el agua. Habiendo obtenido el doctorado y publicado extensamente sobre los nanomateriales, me pregunté qué sentido tenía todo aquello. En ese momento, decidí aplicar mi conocimiento de los nanomateriales para resolver este problema de mi comunidad. Así es como inventé el Nanofilter®.
¿A quién está destinado?
Cualquiera puede utilizar el filtro, pero estoy centrándome en las zonas rurales en particular, debido a su necesidad acuciante. En Tanzanía, nueve de cada diez niños mueren actualmente a causa de enfermedades transmitidas por el agua. Esto supone un enorme problema para el país en su conjunto, pero la mayor necesidad se encuentra en las zonas rurales.
¿Cómo funciona?
Los filtros lentos de arena se han utilizado para la depuración del agua desde hace más de cien años. Si bien son eficaces para la eliminación de bacterias y algunos microorganismos del agua, que es para lo que los uso, no pueden eliminar los metales pesados, como el cobre, el flúor u otros contaminantes químicos. Mi sistema de filtrado patentado combina un filtro lento de arena con una combinación de nanomateriales hechos de silicato de sodio y plata para eliminar los metales pesados tóxicos. El agua pasa primero a través de la arena y luego a través de los nanomateriales. Mientras que otros filtros de agua del mercado ofrecen una solución "única", el Nanofilter® puede calibrarse para detectar y eliminar los contaminantes específicos de una región geográfica en particular.
Cada región tiene sus propios problemas cuando se trata del agua. En algunas zonas, el exceso de flúor, que tiene un efecto devastador en los dientes y los huesos, es un problema. En otras, por ejemplo donde existen explotaciones mineras, la calidad del agua se ve comprometida por metales pesados como el cobre y el mercurio. El Nanofilter® utiliza nanomateriales para eliminar los contaminantes que no pueden eliminarse con la arena. El agua que sale del Nanofilter® es agua limpia y potable.
¿Cuánto cuesta un filtro?
Un filtro cuesta 130 dólares de los Estados Unidos (alrededor de 284.000 chelines tanzanos). Si bien los vendemos directamente a los hogares, hay muchos que no pueden permitirse comprarlo, por lo que también estamos trabajando con empresarios locales para construir estaciones de agua. En la actualidad alquilamos filtros a 23 empresarios que filtran el agua y la venden en sus comunidades a un precio muy asequible. Después de haber filtrado 800 litros de agua, los nanomateriales generalmente necesitan ser reemplazados, aunque esto varía en función de la calidad del agua local. Para un hogar, esto significa que los nanomateriales deben cambiarse cada tres meses más o menos a un costo en torno a cinco dólares de los Estados Unidos. Es muy barato. Además del propio filtro, nuestra empresa, Gongali Model Company, una empresa derivada en la que actualmente trabajan cinco personas, incluido yo mismo, fabrica y vende estos nanomateriales. Pero no solo vendemos productos, sino que ofrecemos un servicio práctico que incluye la elaboración de perfiles de calidad del agua y análisis de aguas.
Si somos capaces de resolver nuestros problemas en África, crearemos oportunidades de empleo y riqueza.
¿Cuánto tiempo llevó la creación del Nanofilter®?
Empecé a trabajar en el filtro en 2010. He tardado unos cinco años en desarrollarlo. El desarrollo y perfeccionamiento de los nanomateriales fue la parte más difícil. Creé mi primer prototipo justo a tiempo para presentarme al Premio África de Innovación en Ingeniería. En esa competición fui uno de los 12 participantes preseleccionados que recibieron seis meses de tutoría y formación empresarial. Ahí es donde aprendí a elaborar un plan de negocio para comercializar mi innovación. Gracias al apoyo de la Real Academia de Ingeniería, el Nanofilter® está ahora en el mercado. Solamente en Tanzanía, el 70% de los nueve millones de hogares que existen no utiliza ningún tipo de tecnología de filtrado de agua, pero la gente está muy interesada en estos filtros. Todo el país está muy entusiasmado con esta innovación.
¿Por qué es importante proteger su innovación?
A lo largo de los seis meses que duró el curso de formación empresarial aprendí la importancia de proteger una tecnología innovadora. Si no se protege, cualquiera puede copiarla y utilizar tu nombre, crear un producto de baja calidad, y socavar tus intereses comerciales. Así que, como parte de mi estrategia de propiedad intelectual, decidí registrar Nanofilter como marca. Esto me permite proteger y mantener la calidad de nuestra marca. Cuando emprendí esta aventura, mi mercado era Arusha; ahora hay un interés en toda África subsahariana y en otros lugares. Países como Etiopía y Uganda tienen los mismos problemas con respecto a la calidad del agua. La toxicidad del flúor es un problema en todo el Valle del Rift. En este contexto, es muy importante contar con una estrategia de propiedad intelectual eficaz.
Las ganancias del Premio África me ayudarán a ampliar la actividad y aumentar nuestra capacidad de producción, pero necesitaremos atraer a nuevos inversores si queremos atender la gran demanda de filtros que existe. Varios inversores se han puesto en contacto conmigo, pero tengo que estar seguro de sus intenciones. Antes de empezar a pensar en obtener beneficios, mi primera prioridad es resolver el problema. La gente necesita este filtro, por lo que debe ser asequible. Así que, idealmente, estoy buscando inversores que compartan los mismos objetivos y que puedan ayudar a subvencionar el precio de los filtros o reducir los costos de distribución. Ese es nuestro objetivo.
¿Qué significa para usted haber ganado el Premio África?
Significa mucho. En primer lugar, ha motivado a los africanos, porque ven que alguien valora nuestra innovación. Significa que vale la pena invertir tu energía en la innovación y sí, que a alguien le importa.
¿Qué viene después?
Mi objetivo ahora es hacer del Nanofilter® un negocio sostenible y ampliar nuestras operaciones para llegar a más y más gente. Hay un gran interés en el Nanofilter®, por lo que el reto ahora es crear una base de clientes y asegurarnos de que están satisfechos con nuestro producto y el servicio que ofrecemos. Pero, como he dicho antes, mi primer objetivo es llegar al mayor número de personas posible y salvar vidas, y reducir el número de niños que mueren a causa de enfermedades transmitidas por el agua. Esto es lo que me mueve.
¿Qué mensaje transmitiría a los jóvenes innovadores de África?
Que no busquen trabajo en el extranjero. Si somos capaces de resolver nuestros problemas en África, crearemos oportunidades de empleo y riqueza. Lo que hagamos dejará huella y comenzaremos a forjar una reputación como país y como continente que puede dar solución a sus problemas fundamentales. Muchos jóvenes africanos sueñan con ir a Europa o América, pero tenemos un gran potencial aquí en casa. Mi experiencia demuestra que si vas a casa y sirves a tu pueblo, un día tu comunidad y el mundo podrán apreciar tus esfuerzos.
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