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Qué beneficios obtienen las ciudades al ayudar a crecer la industria musical

Septiembre de 2015

Por Amy Terrill, Vicepresidenta de Asuntos Públicos de Music Canada, Toronto (Canadá) y Alex Jacob, portavoz de la IFPI, Londres (Reino Unido)

La música es un medio poderoso que conecta a las personas. Reduce las disparidades lingüísticas y culturales y es un vehículo como ningún otro de la identidad y la expresión. Colectivamente, el ecosistema musical genera grandes beneficios sociales, culturales y económicos. En un informe titulado The Mastering of a Music City, recientemente publicado por la IFPI, órgano representante de la industria musical mundial, y su filial Music Canada, se propone animar a las ciudades de todo el mundo a que cultiven una economía musical dinámica en su comunidad y se conviertan en verdaderas ciudades de la música.

Una economía musical vibrante alimenta la creación de empleo, el
crecimiento económico y artístico y el desarrollo turístico, y
fortalece la marca de una ciudad.
(fotografía: Nashville Convention & Visitors Corp.) 

El informe ofrece un marco completo de estrategias y prácticas óptimas para ayudar a las ciudades –administraciones locales, empresas, grupos comunitarios y sector creativo– a aprovechar el poder de la música.  Es una hoja de ruta que brinda a los municipios de cualquier tamaño la posibilidad de alcanzar sus objetivos como ciudad de la música, aportando ideas útiles acerca de cómo crear una comunidad musical más robusta y enérgica.

Asociada en otros tiempos de forma exclusiva a Nashville, Tennessee (Estados Unidos de América), la expresión “ciudad de la música” describe actualmente comunidades en las que se está produciendo, o en las que se está alentando, un desarrollo dinámico de la economía musical.  Las ciudades de la música pueden ofrecer un importante rendimiento económico y un nivel de creación de empleo que van más allá de sus largamente reconocidos beneficios culturales y sociales.

Con el fin de determinar las posibilidades que ofrece y las dificultades que acarrea la aplicación de una estrategia de ciudad de la música, el informe parte de la experiencia de 22 ciudades de todos los continentes, así como de 40 entrevistas en profundidad y dos grupos de debate.  Entre los entrevistados figuraban responsables de asociaciones musicales, empresarios del ámbito musical, como editores, promotores y artistas, empleados municipales y expertos en inversiones turísticas y desarrollo económico.

En el estudio se identifican cinco componentes esenciales de una Ciudad de la Música, a saber:

  • la presencia de artistas y músicos;
  • la existencia de una escena musical pujante;
  • la disponibilidad de espacios y locales para la música;
  • la existencia de un público receptivo y comprometido;
  • la presencia de sellos discográficos y otras empresas relacionadas con la música.

Además, las ciudades de la música cuentan también con el apoyo que se presta a la música desde los diversos niveles de la administración, lo que incluye una infraestructura general de la ciudad favorable al desarrollo del sector y la oferta de programas de educación musical eficaces.

La música promueve el valor económico

La existencia de una economía musical vibrante genera valor para las ciudades, de varias formas importantes.  Alimenta la creación de empleo, el crecimiento económico y artístico y el desarrollo turístico, y fortalece la marca de la ciudad.  Además, la presencia de una comunidad musical fuerte atrae a jóvenes trabajadores altamente capacitados de todos los sectores para quienes la calidad de vida constituye una prioridad.  Y esto, a su vez, atrae la inversión empresarial. 

Son muchos los que han cuantificado el valor de la música para las economías locales.  El informe Nashville Music Industry 2013 concluyó que la industria musical había ayudado a crear y mantener más de 56.000 empleos locales y había aportado 5.500 millones de dólares de los Estados Unidos de América a la economía local.  En Melbourne, Australia, según la información proporcionada por el censo de 2012, el sector de la música en vivo generó ese año, por sí solo, un gasto de 1.000 millones de dólares australianos y apoyó el equivalente a 116.000 empleos anuales a tiempo completo.  De forma semejante, UK Music estimó que, en 2013, la música aportó directamente 3.800 millones de libras esterlinas a la economía británica y dio empleo directo a 111.000 personas. 

El ecosistema musical genera grandes beneficios sociales, culturales y económicos.  El informe titulado The Mastering of a Music City se propone animar a las ciudades de todo el mundo a que cultiven una economía musical dinámica en su comunidad y se conviertan en verdaderas ciudades de la música.
Actuación de clausura de AIM 21, el equivalente de los premios Grammy en Malasia. (Fotografía: Recording Industry Association of Malaysia (RIM))

Estrategias fundamentales para convertirse en una ciudad de la música

En el informe se exponen siete estrategias fundamentales para convertirse en una verdadera Ciudad de la Música. 

1.  Adoptar políticas favorables a la música y los músicos

Aunque quizá sea imposible fabricar esa cosa secreta que hace que artistas y músicos se concentren en una ciudad, sí que se puede crear un entorno que permita a los músicos hacer lo que mejor saben hacer:  música.  El acceso a programas de formación y educación, tutorías y centros de negocios o incubadoras musicales, además de una vivienda accesible, puede contribuir a atraer y retener a los músicos, muchos de los cuales cuentan con unos ingresos limitados. 

Ganarse la vida como artista nunca ha sido fácil.  “Nunca ha sido tan fácil distribuir una obra creativa.  Al mismo tiempo, nunca ha sido tan difícil obtener una remuneración por ella”, observa Robert Levine, antiguo redactor jefe de Billboard.  Los servicios de desarrollo profesional para músicos no solamente ayudan a los artistas a desarrollar las capacidades que necesitan para dirigir su negocio y su carrera, sino que también convierten el municipio en que habitan en un lugar más favorable para la música.  En Bogotá (Colombia), la Cámara de Comercio está desarrollando 30 servicios diferentes para ayudar a los artistas y músicos a obtener dinero de su trabajo y crear su empresa. 

La planificación territorial es quizá el aspecto más complejo de la política municipal que afecta al desarrollo de la economía musical local.  El crecimiento urbano y la competencia en la demanda de espacio han supuesto una amenaza para muchas salas históricas, como el 12 Bar de Londres (Reino Unido), el RCA Studio A, de Nashville, el Silver Dollar Room de Toronto (Canadá) y el Palace Theatre de Melbourne.  Algunas han conseguido salvarse, otras no.

Algunas ciudades han optado por convertir determinados edificios en parte de su patrimonio a fin de protegerlos de los promotores inmobiliarios.  Otras han ido más allá.  Por ejemplo, Montreal (Canadá) ha salvado su Quartier des Spectacles de las excavadoras designándolo como área de ocio.  El kilómetro cuadrado que abarca esta zona puede presumir de contar con 30 salas de conciertos y ser sede de más de 40 festivales.  Además, se promociona activamente como el destino por excelencia para los amantes de la vida nocturna. 

Otras ciudades, como Melbourne, están empleando el principio del “agente del cambio” para resolver los problemas que surgen cuando el urbanismo residencial invade zonas en que ya existen salas de conciertos y el ruido se convierte en una molestia.  Si el “agente del cambio” es un nuevo desarrollo residencial situado cerca de una sala de conciertos previamente existente, el promotor inmobiliario será el responsable de sufragar los costos derivados de la atenuación del ruido.  Pero si el “agente del cambio” es la sala de conciertos, será esta quien tenga que hacer frente a esos costos.  Este principio funciona bien cuando un grupo de salas ya establecidas se ve amenazado por la aparición de promociones inmobiliarias de carácter residencial. 

2.  Establecer una oficina o responsable en materia de música

Moverse en el marco de las políticas y normativas públicas relativas a la música puede convertirse en un problema importante.  Algunas ciudades han creado una oficina o responsable en materia de música para que actúe como punto único de contacto entre las autoridades municipales y la comunidad musical.  Por ejemplo, la Office of Film + Music de Seattle (Estados Unidos), actúa de ventanilla única para los promotores y productores de espectáculos en directo, facilitando el contacto con los diferentes departamentos de la ciudad (por ejemplo, bomberos y policía).  Además, estas oficinas también pueden ayudar a mediar en cualquier área en que puedan surgir conflictos. 

3.  Nombrar un consejo asesor de la música

Los consejos asesores de la música constituyen un enlace inestimable entre la comunidad musical y el ayuntamiento.  Integrados por lo general por representantes de toda la comunidad musical, así como por especialistas en desarrollo turístico y económico, ofrecen asesoramiento y pueden desempeñar un importante papel a la hora de alcanzar un consenso en cuestiones legislativas y normativas.  Los consejos asesores de la música permiten probar las propuestas con los principales interesados antes de que sean aprobadas por el ayuntamiento, evitando así cualquier imprevisto negativo.  Algunos consejos, como la Memphis Music Commission (Estados Unidos), que ofrece servicios de asesoría jurídica y planes de salud de prepago para músicos, también participan en la ejecución de programas dirigidos a la comunidad musical. 

4.  Obtener el apoyo de la comunidad musical en su conjunto

Obtener el apoyo de quienes se ven más afectados por las estrategias en el ámbito de la música es esencial para el éxito de cualquier ciudad de la música, pero puede entrañar dificultades cuando supone trabajar con una multiplicidad de pequeñas y medianas empresas, donde cada una de ellas desempeña un papel distinto y con frecuencia se dedican a la música solamente a tiempo parcial. 

La colaboración estrecha de todos los interesados aumenta considerablemente las posibilidades de crear entornos reglamentarios y empresariales eficaces que permitan prosperar a la economía musical en la ciudad.  El Consejo de la Música de París, por ejemplo, está buscando vías que permitan trabajar juntos a los sectores público y privado en apoyo de artistas y salas de conciertos con el fin de garantizar que la oferta musical de la ciudad sea rica, variada y asequible. 

5.  Garantizar el acceso a espacios y locales

La música necesita tener un hogar.  De hecho, necesita muchos hogares.  Ya se trate de educación o de locales de ensayo, grabaciones o actuaciones, para que una Ciudad de la Música cumpla plenamente sus objetivos necesita contar con una diversidad de espacios y locales de calidad.  Apoyar a una comunidad en que los artistas puedan dar sus primeros pasos, desarrollar su talento e intentar llegar a lo más alto requiere un engranaje de locales, toda una gama de espacios para actuaciones en directo, desde pequeños clubes hasta grandes estadios. 

Esto no siempre significa que haya que levantar nuevos edificios.  Muchas comunidades han encontrado formas innovadoras de renovar y readaptar salas de cine, iglesias y otras edificaciones abandonadas. 

En algunas ciudades, los sectores público y privado están trabajando –conjuntamente en ocasiones y otras veces de manera independiente– para crear nuevos espacios, como centros de negocios o incubadoras de artistas y empresas musicales.  Por ejemplo, en Toronto, algunas de las principales compañías discográficas ofrecen espacio de oficinas a varios de los sellos independientes con los que trabajan.  Se trata de una forma ideal de intercambiar conocimientos prácticos. 

6.  Apoyar el desarrollo de audiencias

Para lograr resultados, toda ciudad de la música necesita contar con un público receptivo y comprometido.  Además de disponer de una buena red de transportes y realizar una promoción eficaz de las actuaciones musicales, en el desarrollo de las audiencias también desempeña un papel importante el aspecto demográfico.  Muchas ciudades de la música consideran una ventaja el hecho de contar con una gran población estudiantil. 

Los aficionados a la música de mañana están desarrollando su gusto musical hoy.  Ofrecer actuaciones para públicos de todas las edades ayuda a captar a los más jóvenes, asegurando que desarrollan un gusto por la música para toda la vida. 

7.   Crear un programa de turismo musical

El turismo musical genera miles de millones de dólares anuales para las ciudades.  Entre los activos turísticos están los festivales, los hitos históricos de carácter musical y la escena musical de actuaciones en directo a lo largo de todo el año.  Los principales festivales de música atraen grandes cantidades de turistas.  Por ejemplo, en 2014 actuaron en el Rock al Parque de Bogotá 87 grupos, con una afluencia de unas 400.000 personas, lo que convierte a este festival de música en uno de los mayores del mundo.

Algunas ciudades disponen de estrategias de turismo musical que suponen el empleo de técnicas de desarrollo de marcas basadas en la música, campañas promocionales, estrategias en las redes sociales, inversiones en infraestructuras musicales, cartelería y programación. 

Nashville, por ejemplo, sitúa la música en el corazón mismo de su marca.  Su planteamiento está rindiendo grandes beneficios.  En 2014, la ciudad recibió a más de 13 millones de visitantes, que aportaron más de 5.000 millones de dólares en ingresos y apoyaron la creación de 50.000 empleos.  El logotipo de la nota musical de la ciudad aparece en edificios, recuerdos turísticos y materiales promocionales, y su web de turismo, visitmusiccity.com, cuenta con una emisora de radio donde aparecen artistas locales y ofrece una aplicación informática que permite al público conectarse con la escena de la música en vivo.

Apoyar la economía musical de una ciudad brinda múltiples beneficios:  fomenta el crecimiento artístico y cultural, fortalece el tejido social de la comunidad, genera puestos de trabajo y potencia la actividad económica y el gasto en turismo.  Una economía musical dinámica genera un factor de modernidad y la calidad de vida que hace que las personas quieran vivir y trabajar en la ciudad, alentando la atracción y conservación de talento en todos los campos, empresas e inversiones.  Las directrices propuestas por The Mastering of a Music City animan a los municipios de todo el mundo a aprovechar el poder de su música para crear comunidades más cohesionadas, dinámicas y ricas. 

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