Estimular la innovación en África: entrevista con la Presidenta de Mauricio
La Presidenta de Mauricio, Ameenah Gurib-Fakim, tiene una visión para África: aprovechar los beneficios generados por la ciencia, la tecnología y la innovación para desarrollar economías del conocimiento sostenibles. ¿Cómo? Gracias a la utilización eficaz de la propiedad intelectual.
En su discurso de inauguración de la Conferencia Ministerial Africana de 2015: la propiedad intelectual para una África emergente, que se celebró en Dakar, del 3 al 5 de noviembre de 2015, la Presidenta Gurib-Fakim afirmó que los instrumentos del sistema de propiedad intelectual deberían utilizarse para desvelar y promover el valor de activos que son exclusivos de África, como las plantas medicinales locales y los conocimientos tradicionales. La primera mujer en ejercer la presidencia de Mauricio aseguró que “los países que se vuelquen totalmente en la innovación de hoy serán los dueños de la economía mundial de mañana”.
La Presidenta Gurib-Fakim comparte con nosotros su visión de un continente africano que priorice la ciencia, la tecnología y la innovación.
¿Cuál fue la trascendencia de la Conferencia Ministerial Africana de 2015?
La Conferencia Ministerial Africana de 2015 fue una excelente plataforma para que los dirigentes africanos exploraran la pertinencia de la propiedad intelectual para una África emergente y para que transmitieran, de vuelta a casa, el mensaje de que la propiedad intelectual es importante.
África está cambiando. Está destinada a convertirse en el mercado con el segundo crecimiento más rápido en los próximos diez a doce años, con unas tasas de crecimiento anual previstas del 4,7%. En África, la globalización, la integración de los mercados mundiales y el advenimiento de las nuevas tecnologías, en particular la biotecnología y las tecnologías de la información, han aportado cambios fundamentales en las estrategias nacionales de desarrollo y en los intercambios comerciales internacionales. Estos cambios han revolucionado la manera de hacer negocios, ciencia e I+D.
Para mantener esta dinámica de crecimiento, debemos cambiar nuestra manera de ver la innovación y adoptar medidas para crear un entorno político propicio que haga posible que la gran cantidad de inventores y creadores que viven en África añadan valor a su trabajo. Para ello, se debe promover el uso efectivo de la propiedad intelectual en todo el continente.
¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrentan las economías africanas en el ámbito de la propiedad intelectual?
África tiene unos resultados decepcionantes en lo que se refiere a la creación y la protección de la propiedad intelectual. Las estadísticas mundiales sobre propiedad intelectual describen un panorama bastante sombrío. Por ejemplo, en 2013 ni un solo Estado africano figuraba en la lista de los 20 países que más solicitudes internacionales de patente presentaron en virtud del Tratado de la OMPI de Cooperación en materia de Patentes.
No se ha prestado suficiente atención a la protección de las ideas y los datos generados por los africanos y las instituciones africanas. Proteger estos valiosos recursos es un paso fundamental para crear riqueza y oportunidades para los jóvenes africanos. El quid de la cuestión ahora está en ver cómo podemos utilizar el sistema de propiedad intelectual para generar beneficios económicos, sociales y culturales duraderos para todos los africanos.
En la economía mundial basada en el conocimiento, los activos intangibles son cruciales para la productividad y la ventaja competitiva de cualquier país. La creación, la gestión y la protección del conocimiento son fundamentales para la integración económica mundial y la generación de riqueza. Un régimen de propiedad intelectual sólido proporciona incentivos a los productores o investigadores para que desarrollen nuevos productos y tecnologías. Necesitamos urgentemente un debate público con todas las partes interesadas para encontrar nuevas maneras de promover la innovación y la creatividad así como aprovechar el valor económico que reside en el continente.
¿Qué se necesita para mejorar el panorama de la propiedad intelectual en África?
Hemos avanzado un poco, pero todavía queda mucho por andar. En África, debemos aplicar políticas que creen y fortalezcan las capacidades necesarias para utilizar y sacar provecho de la propiedad intelectual. Tenemos que aumentar la sensibilización y la comprensión sobre cómo se puede utilizar la propiedad intelectual para añadir valor a nuestros recursos de innovación y creación. Debemos respaldar a las empresas incipientes y facilitar el acceso al capital que necesitan para que crezcan sus negocios. Una forma de lograrlo podría ser un fondo de apoyo a los innovadores africanos que les permita poner a prueba sus prototipos.
La innovación se produce cuando uno está construyendo, no siguiendo instrucciones. Con esto lo que quiero decir es que no se le puede ordenar a alguien que innove, pues a menudo un adelanto innovador en el campo de la investigación es más el resultado del azar que de la intención. En nuestros sistemas educativos y en nuestros sectores empresariales, debemos dar a los innovadores espacio para que ensayen cosas y encuentren nuevas maneras de superar desafíos técnicos. La creatividad que surge en este espacio conduce a nuevas ideas que, con una chispa, ponen en marcha la innovación. Esas chispas son las que impulsarán el programa de innovación del continente.
Nuestros vecinos asiáticos se han centrado en el uso estratégico del sistema de propiedad intelectual para promover el crecimiento económico. Hace 50 años, el PIB de la República de Corea equivalía al del promedio de la economía africana de hoy. Invirtiendo en tecnología, fortaleciendo capacidades y priorizando el uso estratégico de la propiedad intelectual, la República de Corea se ha convertido en todo un motor económico. No veo por qué las economías africanas no podrían hacer lo mismo. La propiedad intelectual podría actuar de catalizador para África. Centrándonos en su uso eficaz para colmar brechas en el campo de la ciencia y la tecnología y crear oportunidades para la generación de riqueza y empleo, podemos transformar las perspectivas socioeconómicas del continente.
Hoy África sigue estando a la zaga de los países industrializados. La paradoja es que el continente gasta un promedio de 2.200 millones de dólares de los EE.UU. en propiedad intelectual para sus empresas, pero los ingresos que genera mediante la propiedad intelectual ascienden solo a 266 millones. En 2013, en los países industrializados, los ingresos relacionados con la propiedad intelectual ascendieron a 297.000 millones de dólares. Tenemos que acortar esta diferencia. Las empresas, las universidades y los institutos de investigación africanos deben proteger sus derechos de propiedad intelectual. Esa es la única forma de que aprovechemos el rendimiento de nuestras inversiones en ciencia, tecnología e innovación y construyamos economías del conocimiento sostenibles.
¿Por qué las economías africanas deberían centrarse en la ciencia, la tecnología y la innovación?
Hoy en día está sobradamente documentado el papel que desempeñan la ciencia, la tecnología y la innovación como fuerzas motrices clave del crecimiento económico. Solo concentrándonos en la ciencia, la tecnología y la innovación podremos superar los múltiples desafíos que se ciernen sobre el desarrollo de África. La inversión en la ciencia, la tecnología y la innovación nos permitirá estimular la productividad agrícola, fortalecer la competitividad de las empresas africanas, crear oportunidades de generación de riqueza y aumentar la capacidad de recuperación y la sostenibilidad de nuestras economías. Esta inversión es la que permitirá a las economías africanas ponerse al nivel de los países de ingresos altos.
Para que África consiga mantener el impulso de crecimiento y sus pueblos puedan gozar de un mejor nivel de vida, debemos crear un entorno que propicie la protección y el valor de los activos intelectuales excepcionales de África, por ejemplo, protegiéndolos mediante las indicaciones geográficas. También debemos priorizar las oportunidades que presenta la revolución digital en el ámbito de la ciencia, la tecnología, la innovación y la creatividad, que ofrecen importantes oportunidades para el crecimiento económico y el progreso social gracias a una divulgación más fácil del conocimiento.
¿Es importante la cooperación internacional?
Por supuesto, es crucial trabajar en el plano nacional como internacional. En Mauricio, estamos invirtiendo en el desarrollo de nuestro propio ecosistema de propiedad intelectual para promover la innovación a escala nacional. Dicho esto, si bien es cierto que un sistema de propiedad intelectual bien diseñado puede beneficiar a la economía nacional, un sistema mal diseñado puede perjudicarla. Por ello es importante que las personas encargadas de elaborar políticas estén seguras de diseñar e implantar un sistema de propiedad intelectual que se adapte a sus circunstancias nacionales. Esto requiere de un proceso nacional de toma de decisiones en el que se incluya a todas las partes interesadas y a todos los actores económicos. La propiedad intelectual es una cuestión transversal que abarca todos los campos de la actividad económica, incluidos los sectores en los que los países en desarrollo tienen una ventaja comparativa, en particular el patrimonio cultural y los conocimientos tradicionales. Estoy convencida de que los derechos de propiedad intelectual son la clave para que los países emergentes en África exploten su potencial innovador y creativo y generen riqueza. Pero, por descontado, no podemos trabajar solos. Formamos parte de África y, a fin de cuentas, nuestro éxito dependerá de lo que aporten otros países y cómo cooperemos con ellos.
¿Por qué los encargados de adoptar decisiones deben invertir en investigación y desarrollo?
Los políticos deben cumplir sus promesas electorales, pero también son los responsables de mejorar los medios de vida de su pueblo y crear oportunidades para los jóvenes. Como continente, África es joven. Cada año se gradúan 11 millones de estudiantes de las universidades africanas. La única forma de que este talento beneficie a nuestras economías es estableciendo un entorno propicio para que la actividad empresarial prospere. El gobierno tiene una función clave a la hora de desarrollar este entorno por medio de la aplicación de políticas eficaces.
África es un continente sumamente rico que debe dejar de ser un exportador neto de sus materias primas para convertirse en un creador de productos de más alto valor. Solo así podremos ampliar nuestra capacidad de fabricación y crear valor añadido y oportunidades económicas para nuestros jóvenes.
Frente a desafíos más urgentes y acuciantes, ¿por qué hacer de la innovación una prioridad?
Los países africanos nos enfrentamos a múltiples desafíos de primera línea, en particular en el campo de la salud, pero no estamos solos. Fortalecer nuestras capacidades en el ámbito de la ciencia, la tecnología y la innovación es nuestra mejor esperanza para superar estas dificultades. Iniciativas como WIPO Re:Search –destinada a fomentar la investigación en las enfermedades tropicales desatendidas, el paludismo y la tuberculosis, de elevada prevalencia en África– nos acercan a este objetivo y son un fantástico complemento al trabajo de otras personas que tratan de reducir la pesada carga que supone la morbilidad en África. El liderazgo político en esta esfera es crucial para aportar un cambio significativo en el desempeño de la innovación en África.
¿La fuga de cerebros frena las perspectivas de desarrollo económico de África?
Fíjese en cualquier hospital de Chicago: la mayoría de los doctores son de origen africano. ¿Cuántas de estas mentes brillantes podríamos hacer volver a África? Imagine cuánto cambiarían las cosas. Pero estas personas solo regresarán si pueden volver a un entorno en el que puedan trabajar con eficacia. Son los gobiernos los que deben crear ese entorno. Los incentivos financieros no bastan. Si se ha logrado en China y en la India, no veo por qué no puede suceder en África.
¿Por qué decidió ser científica?
Antes de lanzarme en política, yo era científica. Mis profesores me contagiaron el virus de la ciencia. Me enseñaron que la ciencia es bella y tiene respuesta a muchas de las preguntas que nos planteamos. Cuando era joven, hubo quien trató de disuadirme de seguir en el campo de las ciencias, pero lo hice de todos modos. Es por ello por lo que defiendo férreamente la ciencia y que las chicas estudien ciencias.
¿Qué es lo que más le gusta de la política?
La política, si se hace bien, te permite realmente tener una repercusión en los medios de vida de la gente. A fin de cuentas, ese es el mandato de los políticos. Para mí sería un gran logro si pudiera, por ejemplo, mejorar la transparencia en el gobierno, la calidad de la educación y la formación, en particular en el campo de la ciencia, la ingeniería y la tecnología, y fortalecer el panorama de la propiedad intelectual en mi país, y en África.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las chicas con ambiciones profesionales y a los encargados de elaborar políticas que se encargan de las cuestiones de género?
Mi mensaje para las chicas es: si quieres triunfar, la calidad es lo importante y no tiene nada que ver con que seas mujer u hombre. Céntrate en la calidad, la calidad y la calidad. Esa es la fórmula para el éxito.
Mi mensaje para los encargados de elaborar políticas es: más del 50% de la población africana son mujeres. El reto está en aprovechar ese talento femenino. La solución empieza por la educación y empieza alentado a las chicas a estudiar ciencias y a trabajar en el campo de la ciencia.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.