Lo nuevo siempre en el punto de mira: David Bowie y la innovación financiera en el campo de la P.I.
Glam rock, trajes que difuminan la distinción entre los sexos, óperas con escenografías complejas y desmesuradas sobre alienígenas que caen a la tierra… pero también títulos respaldados por activos.
La energía desbordante de David Bowie para reinventarse de forma creativa e innovar en la música le ha dado fama mundial, siendo uno de los artistas más admirados de su generación. Sin embargo, es menos conocido por su papel pionero en el uso de la P.I.
En 1997, Bowie vendió 55 millones de dólares EE.UU. de lo que su representante denominó “bonos Bowie” (Bowie Bonds) – títulos a 10 años con un rendimiento del 7,9%, respaldados por 25 álbumes de Bowie grabados antes de 1990. Su objetivo era garantizar “un anticipo más alto que lo que arrojaría un nuevo acuerdo de distribución con la casa discográfica” y “recomprar los derechos de publicación de algunas canciones, vendidos a un antiguo mánager, además de invertir en empresas de Internet”, según el prospecto original de los “bonos Bowie”.
“Fue un uso creativo y vanguardista del sistema de derecho de autor, aunque no está a disposición de todos los creadores, porque muchos de ellos no son titulares de todos los derechos necesarios sobre sus obras, lo que dificulta la titulización de regalías futuras, o bien porque los creadores no tienen acceso al mercado por otros motivos”, según Michele Woods, Directora de la División de Derecho de Autor de la OMPI. “Por ese motivo, la OMPI lleva a cabo un arduo trabajo para ayudar a los creadores de todo el mundo a multiplicar sus ganancias de distintas maneras”.
Los “bonos Bowie”
Los bonos Bowie fueron los primeros de una serie de instrumentos financieros respaldados por las ganancias de los creadores, y el ejemplo fue seguido por James Brown y Marvin Gaye entre otros. Los bonos permitían a los artistas monetizar su obra de forma inmediata, proporcionándoles liquidez anticipada para inversiones con las cuales diversificar sus carteras o realizar otras importantes adquisiciones. Esa titulización aún se mantiene en el sector creativo. Un ejemplo reciente, mencionado en Variety en 2014, es la titulización que hizo Miramax, por 250 millones de dólares EE.UU., de su biblioteca fílmica de 700 títulos, para respaldar sus emprendimientos en televisión y cine.
Convenio de Berna, Tratado de Beijing
Los tratados de la OMPI, entre otros, el Convenio de Berna, ofrecen el marco necesario para que los creadores puedan monetizar sus creaciones, y los Estados miembros de la OMPI procuran establecer condiciones beneficiosas para los creadores . El 24 de junio de 2012, los Estados miembros de la OMPI adoptaron el Tratado de Beijing sobre Interpretaciones y Ejecuciones Audiovisuales, que concede a los artistas intérpretes o ejecutantes cuatro tipos de derechos patrimoniales sobre sus interpretaciones y ejecuciones audiovisuales, por ejemplo, las películas: los derechos de reproducción, distribución, alquiler o de puesta a disposición de sus interpretaciones y ejecuciones. El Tratado también concede a los artistas intérpretes o ejecutantes derechos morales, entre otros destinados a beneficiar a los creadores. El Tratado abarcará las interpretaciones y ejecuciones contenidas en obras audiovisuales como películas y programas de televisión.
Entrará en vigor una vez que 30 Partes que reúnan las condiciones correspondientes hayan depositado sus instrumentos de ratificación o adhesión; de momento, a comienzos de 2016, aún faltan 20.
El propio Bowie anticipó que Internet modificaría las formas de distribución de las obras de los artistas, incluso a raíz de las descargas ilícitas. Finalmente, las agencias de calificación bajaron la calificación de los “bonos Bowie”, a medida que las descargas por torrents se fueron popularizando a comienzos de la década de 2000, afectando las ganancias de los creadores.
Contenidos: transmisión continua de secuencias
Hoy en día, con el aumento de los servicios de transmisión continua de secuencias (streaming), como Netflix, Amazon Prime, Spotify y Apple Music, los creadores disponen con facilidad cada vez mayor de un nuevo vector de distribución.
La OMPI ayuda a respaldar a los artistas durante esta transición tecnológica. De hecho, en abril de este año, el Día Mundial de la P.I. girará en torno a las oportunidades y los desafíos a los que da lugar el nuevo mercado digital mundial de contenidos, con la celebración en Ginebra, pocos días antes, de una conferencia de alto nivel que tendrá lugar en la OMPI.
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