Medicamentos de calidad asequibles: entrevista al Director Ejecutivo de CIPLA
Por Catherine Jewell, División de Comunicaciones, OMPI
CIPLA es una compañía farmacéutica india con presencia en todo el mundo, que defiende el principio de que los medicamentos tengan un precio asequible. Es el primer fabricante de productos antirretrovirales genéricos y, como tal, ha desempeñado un papel fundamental en la ampliación del acceso a las terapias contra el VIH y el SIDA en las últimas dos décadas. El Director Ejecutivo de la compañía, Subhanu Saxena, comenta la manera en la que CIPLA innova y utiliza la propiedad intelectual (P.I.) para ayudar a mejorar el acceso a los medicamentos en todo el mundo.
¿Cuál es el objetivo de CIPLA?
Fieles a nuestro mantra de que “nadie será rechazado”, nuestro objetivo es que todos los pacientes, en todas partes, puedan tener acceso a los medicamentos. Trabajamos con los gobiernos para que todos los que lo necesiten puedan tener acceso de forma sostenible a los medicamentos.
¿Cuál es la función de CIPLA en el ciclo de desarrollo de los medicamentos?
Nosotros nos centramos en el desarrollo de medicamentos genéricos después de la expiración de la patente. Además de los genéricos simples “clásicos”, también desarrollamos productos genéricos más complejos, invirtiendo, por ejemplo, en una combinación de productos y métodos de suministro novedosos (por ejemplo, programas de dosificación más sencillos). Tenemos una presencia muy importante en el ámbito de la salud respiratoria y, después de GlaxoSmithKline (GSK), tenemos probablemente la gama más amplia de dispositivos médicos en el mundo. CIPLA dispone de plataformas tecnológicas formidables en materia de investigación y desarrollo (I+D) para desarrollar versiones mejoradas y más eficaces de los medicamentos que ya han estado en el mercado.
Por lo tanto, ¿cuál es el papel de la innovación en el negocio de CIPLA?
La innovación es algo que nos tomamos muy en serio. Es un mito que la innovación solo tenga lugar en las grandes empresas farmacéuticas. La innovación ocupa un lugar central en todo lo que hacemos; no solo en I+D, sino también en nuestros modelos comerciales y en las alianzas que establecemos para garantizar que el acceso a los medicamentos esté al alcance de todos.
CIPLA produce medicamentos genéricos, pero también utiliza el sistema de propiedad intelectual (P.I.). ¿No se da una contradicción en sus planteamientos?
No es contradictorio en absoluto. En nuestra condición de empresa con un importante presupuesto destinado a I+D y con un extenso conjunto de innovaciones, presentamos solicitudes de patente para reconocer y sistematizar esas innovaciones y, como es de esperar, también ponemos las licencias a disposición de otras compañías en condiciones razonables. Respetamos la ciencia y apoyamos plenamente que la innovación sea reconocida e incentivada. No consideramos un perjuicio el pago de regalías a los innovadores, pero estas regalías tienen que ser razonables. Los innovadores también tienen que facilitar que se pueda disponer de sus productos a precios que se ajusten a los países en los que operan. La atención médica no puede convertirse simplemente en un negocio: es una cuestión esencialmente humanitaria y a nadie se le debería negar el acceso debido a los elevados precios.
¿Sigue usted considerando a CIPLA como una compañía farmacéutica de genéricos?
Si tenemos en cuenta el volumen de innovación que emprendemos en la actualidad, no nos vemos a nosotros mismos como una compañía de genéricos. Pero dedicamos nuestros esfuerzos al acceso a los medicamentos de alta calidad. También tenemos muchos programas en los mercados emergentes para ayudar a los médicos y a los gobiernos a desarrollar los protocolos de tratamiento correctos, lo que deriva en un uso más eficaz de estos medicamentos. Por lo tanto, también contribuimos con ciencia y educación.
¿Qué le parece el debate sobre la P.I. y el acceso a los medicamentos? ¿La P.I. facilita u obstaculiza el acceso?
Si se utiliza correctamente, la P.I. es sin duda un elemento facilitador. Independientemente de si existe o no la protección mediante patentes, la cuestión principal es si se ha abusado del monopolio. Por ejemplo, el escándalo reciente en torno a la subida del precio de la pirimetamina (Daraprim) en los Estados Unidos no tuvo que ver con un uso abusivo de la P.I. -el medicamento es antiguo y ya no está protegido por una patente- sino con un abuso del monopolio. El abuso del monopolio es el obstáculo principal para el acceso de los pacientes, esté o no esté patentado el producto. Nosotros estamos en contra de los monopolios que generan abusos. La posibilidad de acceso tiene que ser una cuestión central en las estrategias de negocio del sector farmacéutico.
¿Cree usted que las empresas propietarias están haciendo lo suficiente para anteponer la cuestión del acceso?
Creo que algunas lo están haciendo, pero al final es algo que tiene que ver con la capacidad de la empresa de entender que, más allá de los beneficios, se trata de un negocio con un objetivo humanitario y que en más del 80% del mundo no existe el acceso a una atención médica razonable. Nuestra responsabilidad colectiva consiste en conseguir que estos tratamientos estén disponibles para todas las personas que los necesitan.
¿Ustedes son licenciatarios de las terapias de Gilead contra el VIH a través del Medicines Patent Pool. ¿Qué factores influyen en su decisión de formalizar acuerdos de estas características?
En primer lugar, preguntamos si CIPLA puede aportar valor añadido y ayudar a llegar a más pacientes. A continuación, evaluamos si el socio se toma realmente en serio el impulso al acceso y, por último, comprobamos que las condiciones sean justas, razonables y proporcionales a las aspiraciones.
¿Cree usted que será posible lograr los mismos resultados en el tratamiento de la hepatitis C que se lograron con el VIH/SIDA? the same results in treating Hepatitis C as were achieved with HIV/AIDS?
Creo que es posible, pero tienen que darse determinadas circunstancias. En primer lugar, nos tenemos que centrar tanto en el precio como en la calidad. También es necesario que haya financiación para incentivar a las empresas a que inviertan en la creación de la capacidad de producción necesaria para asegurar la fiabilidad de los suministros. Esos mecanismos de financiación existen en el caso del VIH/SIDA y deben continuar si queremos afrontar el reto de doblar el número de pacientes sometidos a tratamiento. Asimismo, tenemos que adoptar medidas similares para garantizar un suministro fiable de medicamentos de alta calidad para tratar la hepatitis C.
¿Cómo le gustaría que evolucionara el entorno de la P.I.?
En países como la India, el marco de P.I. es muy claro en el sentido de que no admite las patentes poco serias, la renovación permanente de la validez de las patentes o las invenciones que no aportan nada a los pacientes. Todos tenemos que aprender a trabajar en el régimen actual de P.I. y debemos reconocer el derecho soberano de todo país a determinar el régimen de P.I. más idóneo en beneficio de sus pacientes. Incluso los países de ingresos altos recurren a medidas de emergencia cuando se producen crisis sanitarias; no es algo exclusivo de los países en desarrollo. Cuando las empresas no pueden colaborar, los gobiernos deben reservarse mecanismos como las licencias obligatorias o las licencias automáticas de importación, y recurrir a ellos, para garantizar el acceso a los medicamentos capaces de salvar vidas.
Por lo tanto, ¿usted cree que las licencias obligatorias pueden ser necesarias en ocasiones?
Lo ideal sería que nunca se debiera recurrir a las licencias obligatorias porque las empresas innovadoras asumieran la responsabilidad del acceso con seriedad y estuvieran preparadas para negociar con las empresas de genéricos para encontrar una solución. Pero esto no siempre ocurre, por lo cual los gobiernos tienen que reservarse estas medidas como un incentivo a las empresas para que propongan una solución voluntaria que asegure el acceso a los medicamentos capaces de salvar vidas.
¿Piensa usted que se ha hecho lo suficiente en lo que se refiere a las licencias voluntarias?
No hay suficientes licencias voluntarias. Me gustaría ver más. Algunas compañías, como Gilead, ViiV y Janssen, han tomado la iniciativa en este asunto. Me gustaría que más empresas lo hicieran, pero la realidad sobre las negociaciones en materia de licencias es que su éxito y velocidad dependen del entusiasmo y la solvencia de los licenciantes. En el caso de muchos productos, solo se puede garantizar el acceso si existe una licencia voluntaria, pero conceder licencias no es algo caritativo; es una manera de hacer negocios y de contribuir a un mejor acceso a los medicamentos. Las regalías incentivan la ciencia, que es fundamental para una innovación farmacéutica sostenible, pero deben ser razonables.
De hecho, en el mundo farmacéutico de hoy en día, la concesión de licencias es la regla y no la excepción. De los 50 medicamentos más vendidos en 2015, 36 se comercializaron bajo licencia de la empresa inventora.
Nuestra experiencia nos dice que todavía hay margen de mejora en lo que se refiere a los acuerdos sobre licencias voluntarias, pero si hubiera más empresas que los aplicaran a más productos, se contribuiría enormemente a garantizar una disponibilidad generalizada y rápida de los genéricos de calidad.
Todas las empresas farmacéuticas comparten la responsabilidad de llegar al 80% de los pacientes que no disponen de un acceso adecuado a los medicamentos. La responsabilidad de esas compañías es hablar entre ellas y alcanzar acuerdos que permitan prestar un servicio asequible a las personas en situación de necesidad. De lo contrario, los gobiernos tienen que intervenir. Si eso ocurre, las soluciones suelen ser mucho más restrictivas.
¿Afrontan ustedes problemas de falsificación?
Somos plenamente conscientes de este problema. Nuestros sistemas de calidad evolucionan constantemente para que podamos hacer un seguimiento de nuestros propios productos originales. Estamos preparados para trabajar con los reguladores con el objetivo de eliminar los productos falsificados. Cuando los gobiernos se centran exclusivamente en obtener a toda costa bajos precios para los medicamentos e ignoran los problemas relacionados con la calidad, corren el riesgo de dejar el campo libre a los falsificadores. Es realmente importante que los gobiernos dispongan de normas adecuadas y mecanismos de observancia para hacer frente a las falsificaciones.
¿Cuál es la visión a largo plazo de CIPLA?
Nuestra visión a largo plazo es que no se le debería negar a nadie la posibilidad de acceso a los medicamentos y que CIPLA sea capaz de ofrecer estos fármacos a nivel mundial. Hace cinco años, el 70% del negocio de CIPLA se generaba en la India, y dentro de cinco años se generará fuera de la India. A medida que expandamos progresivamente nuestro negocio en todo el planeta, CIPLA jugará un papel importante a la hora de ofrecer soluciones asequibles de atención médica para millones de pacientes. Estamos muy contentos de colaborar con los gobiernos con ese fin y para encontrar la manera de transferir nuestra tecnología y nuestros conocimientos con el objetivo de apoyar y posibilitar un mayor acceso a los medicamentos.
¿Las alianzas estratégicas son importantes para CIPLA?
Sí, lo son. Trabajamos en un mundo complejo y ninguna compañía puede contar con todos los puntos fuertes en un ámbito en concreto. Para las empresas es bueno aunar esfuerzos para mejorar la situación de los pacientes. A veces, trabajar con un socio como CIPLA puede posibilitar el acceso a los medicamentos a precios asequibles en lugares en los que no sería posible de otra manera, porque nosotros comerciamos donde otros no suelen hacerlo. En la India, por ejemplo, con 70.000 asociados en el ámbito de las ventas y la comercialización, probablemente podemos llegar a más pacientes indios que ninguna otra compañía. También tenemos una presencia sólida y creciente en África, que actualmente representa el 25% de nuestro negocio. Por lo tanto, al asociarse con nosotros, las compañías que innovan con nuevas moléculas y productos pueden aprovechar nuestros puntos fuertes para alcanzar sus objetivos de acceso. También pueden beneficiarse de nuestros conocimientos en tecnología de formulación y entrega para desarrollar mejores formulaciones de los productos. El truco consiste en aprovechar los puntos fuertes del otro, de manera que produzcamos conjuntamente medicamentos de mayor calidad, más eficaces y asequibles para un mayor número de pacientes.
¿Qué lecciones ha aprendido trabajando en el complejo mercado de la India?
En primer lugar, la necesidad de centrarse en la ciencia y la educación. No solo es importante generar la molécula y el producto; también es importante la formación médica, la manera en que los doctores utilizan y administran un fármaco.
En segundo lugar, hay que llegar a pacientes más allá de las zonas urbanas. Por lo tanto, se necesitan infraestructuras y sistemas de distribución que lleguen hasta las zonas más remotas de un país.
En tercer lugar, los productos han de ser asequibles. Es preciso conocer la economía del país y poner un precio acorde a los medicamentos que se fabrican, pero dejando que la competencia fije el precio. La competencia efectiva puede beneficiar a los pacientes. La India es la cuna de muchas empresas de genéricos y tiene los precios más bajos del mundo.
Por último, ahí fuera hay muchos más pacientes de los que pensamos. No estamos viendo más que la superficie en términos del número de pacientes que necesitan tratamiento. La andadura no ha hecho más que comenzar.
¿Cómo describiría la contribución de CIPLA a la salud mundial en la última década?
CIPLA ha contribuido a establecer un nuevo paradigma en materia de acceso a los medicamentos y, a través de nuestras terapias para el VIH por un dólar al día, hemos contribuido a que en África se pase de 8.000 pacientes que reciben terapia para el VIH, por valor de 12.000 dólares al año, a 12 millones de pacientes por el precio de un dólar al día o menos. Si podemos hacerlo con los pacientes de VIH/SIDA, lo podemos hacer también con otras enfermedades. La posibilidad de acceso para todos los pacientes en todas partes va a ser el tema de la década y CIPLA tiene un papel importante que desempeñar para alcanzar esa meta.
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