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Ajedrez, películas y relojes: el viaje de un cineasta a través de la propiedad intelectual

Diciembre de 2016

Por Catherine Jewell, División de Comunicaciones, OMPI

A sus 25 años, el noruego Magnus Carlsen es ya una leyenda del ajedrez.  En 2004, se convirtió en el Gran Maestro Internacional de ajedrez más joven del mundo a la temprana edad de 13 años y 148 días.  Carlsen es el actual campeón mundial de ajedrez.

A principios de la década de 2000, el cineasta noruego
Øyvind Von Doren Asbjørnsen (arriba) vio en acción al actual
campeón el mundo de ajedrez, Magnus Carlsen.  Reconociendo su
genialidad, rodó un documental, The Prince of Chess, que desde
entonces se ha transformado en un largometraje, Magnus, que
actualmente está en cartel en cines de toda Europa (Foto:  Jan-Erik Eriksen).

A principios de la década de 2000, Øyvind Von Doren Asbjørnsen, director de cine noruego y gran aficionado al ajedrez, vio en acción a Magnus Carlsen y, reconociendo su genialidad, emprendió el rodaje de The Prince of Chess.  Este documental embarca a los espectadores en un viaje fascinante a través de la vida del joven ajedrecista e indaga en el funcionamiento de su extraordinaria mente.  La última producción de Øyvind es el largometraje Magnus, estrenado en abril de 2016 en Nueva York en el Festival de Cine de Tribeca y actualmente en cartel en cines de toda Europa.

En una reciente entrevista celebrada con la Revista de la OMPI, en paralelo a un seminario itinerante de la OMPI que tuvo lugar en Oslo (Noruega) en octubre de 2016, Øyvind explica cómo hizo la película y por qué el derecho de autor es tan importante para los cineastas.  También comparte su opinión sobre la importancia de la propiedad intelectual (P.I.) en general, en momento en el que afronta un nuevo proyecto que combina su pasión por el cine y su amor por los relojes.

¿Cómo llegó al mundo del cine?

Siempre me ha apasionado el cine.  Me gradué en la Escuela de Cine de Londres en 1987, así que fue estupendo volver allí recientemente para la proyección de mi último trabajo, Magnus, que se ha vendido hasta ahora en 60 países.

¿Cuál fue la inspiración para rodar un documental y una película sobre el ajedrez?

Juego al ajedrez todos los días, aunque no al máximo nivel, y en 2003 oí rumores en Oslo acerca de un niño pequeño que estaba haciendo cosas increíbles, así que fui a verle jugar.  Era increíble.  Conocía a su entrenador y le pedí que me presentara al niño y a los padres de Magnus.  Tras algunas conversaciones, acordamos hacer un documental sobre Magnus.  Empezamos a rodar The Prince of Chess, un documental de 50 minutos, en 2004.  Se estrenó en 2005 y fue distribuida internacionalmente para su emisión en televisión.  Posteriormente, a principios de 2013, empecé a colaborar con un joven cineasta, Benjamin Ree, para producir el largometraje Magnus, que está ahora en cines de toda Europa.

¿Por qué decidió hacer un documental?

He rodado tanto películas de ficción como documentales.  Pero como dice Benjamin Ree, nos hallamos en el  mejor momento de la historia para hacer documentales porque hay mucho material disponible.  Estoy de acuerdo con éI.  La gente filma constantemente con los teléfonos móviles y las cámaras digitales, de manera que hay una cantidad increíble de imágenes de archivo disponibles sobre casi cualquier cosa.  A veces es necesario investigar mucho y quizá resulte un problema transferir las imágenes antiguas a formatos digitales modernos, pero los resultados hablan por sí mismos.  Combinando imágenes de archivo y material nuevo puedes contar una historia más convincente.  Este es una de los aspectos más positivos de Magnus.  Fue rodada durante una década y retrata momentos decisivos en la increíble vida de este joven genio.  Contamos su historia en presente.  En lugar de tener a gente que habla acerca de cómo fue, nosotros mostramos cómo fue.  Esta particularidad confiere a la historia una mayor inmediatez y ofrece al público la sensación de que sigue al ajedrecista a lo largo de su vida, una circunstancia increíble.

¿Por qué son tan importantes los derechos de propiedad intelectual para los cineastas?

La protección de los derechos de autor permite a los artistas que ruedan una película o componen una pieza musical obtener un porcentaje justo de los ingresos que sus obras generan en el mercado, y estos ingresos nos permiten producir nuevas obras.  Esta es la razón por la que es tan importante la protección del derecho de autor.  Si no existiera, sencillamente los creadores no podrían seguir creando.  Los artistas tienen que ser remunerados de manera justa.

¿Qué es preciso hacer para combatir la piratería?

La piratería es como una hidra.  Le cortas un cabeza y aparecen muchas otras.  La mejor manera de combatirla es aportar soluciones fáciles y sencillas que permitan a la gente disfrutar de las películas, de la música o de otras obras creativas con facilidad, legalmente y a un precio razonable.  Piratear tiene que ser más difícil que ver contenidos legalmente.  A este respecto, Netflix y otras plataformas como Vimeo constituyen un avance positivo.  No son perfectas, pero suponen un paso en la dirección correcta, un resultado mucho más positivo que todo el dinero que termina en manos de los piratas.

La película Magnus narra momentos decisivos en la vida del noruego Magnus Carlsen, que con 25 años es ya una leyenda del ajedrez (cortesía por www.trustnordisk.com).

¿Qué les diría a quienes piratean películas?

Que dejen de robar.  Aunque una película o una pieza musical no son una cosa tangible – no se pueden tocar, son archivos digitales – descargarse una copia ilegal de una película es lo mismo que entrar en una tienda y robar algo.  Es un robo y la gente tiene que entenderlo.  Fue muy frustrante para mí descubrir que mi documental The Prince of Chess, que puse a disposición del público a través de servicios de vídeo a la carta por un precio razonable, fuera descargado ilegalmente tantas veces.  Antes de retirarlo de YouTube, había sido visto 1,7 millones de veces.  Obtener un porcentaje justo de esas descargas, me hubiera ayudado a rodar más películas.

¿Cree que el cine tiene futuro?

Sí, creo que el cine sigue siendo la mejor manera de ver una película.  Cuando se apagan las luces y la historia se desarrolla en la gran pantalla, es algo fascinante e intrigante.  Por supuesto, muchos prefieren ver una película en la tranquilidad de su propio hogar.  iTunes de Apple es muy popular en estos momentos y genera algunos ingresos para los cineastas.  Hay margen para ambas cosas. 

¿Cómo financió Magnus?

El costo de la película fue de aproximadamente un millón de euros.  No hubiéramos podido hacerla sin el respaldo financiero del Fondo Noruego de Cinematografía y del Instituto Noruego de Cinematografía.  Esto nos permitió atraer a inversores privados.  No fue fácil, pero nos las arreglamos y ahora obtendrán una buena rentabilidad de su inversión. 

¿Y ahora qué?

Mi próximo proyecto es rodar una película promocional sobre una nueva línea de relojes que estoy diseñando y desarrollando.  Desde que mi abuelo me regaló mi primer reloj cuando tenía 12 años, me han fascinado los relojes y soy un coleccionista entusiasta.  Me fascinan la precisión, la complejidad y la increíble belleza de los relojes de calidad, por lo que mi experiencia como cineasta me va ayudar a perseguir el sueño de toda la vida de poner en marcha una empresa relojera.  Tras viajar a ferias de relojería en Suiza y Hong Kong y encontrar proveedores, he empezado a diseñar relojes.  Los primeros se presentaron en Kickstarter a principios de diciembre.  Las plataformas de financiación colectiva pueden ser un medio estupendo para poner en marcha un negocio y algunas empresas han tenido mucho éxito en la recaudación de fondos para productos parecidos.  Este nuevo proyecto me brinda la oportunidad de aunar mi experiencia cinematográfica y mi pasión por los relojes.  Actualmente, si quieres lanzar un producto en una plataforma como Kickstarter, se necesita sin duda una película.  Esperamos que un vídeo bien elaborado, que cuente una historia convincente, aumente el atractivo de los relojes y les dé una calidad más trascendente. 

¿Qué nos puede contar de su logotipo?

La marca está registrada en Noruega y en otros 31 países
a través del Sistema de Madrid para el Registro Internacional
de Marcas, administrado por la OMPI.

Nuestro logotipo se inspira en el signo rúnico vikingo “jera”, que significa año.  Es el símbolo rúnico del éxito y la continuidad.  Simboliza el ciclo de las estaciones, implica movimiento y cambio, y era un amuleto de la buena suerte para los vikingos.  Pensamos que sería un símbolo acertado para nuestro reloj.  Las líneas sencillas del reloj y la esfera de estilo art nouveau, que le da un toque de elegancia clásica, se inspiran en la arquitectura y la belleza natural de Aalesund, en la costa occidental de Noruega, donde crecí.  Tenemos una marca magnífica, una historia maravillosa, un buen diseño y un reloj con un mecanismo de calidad suiza.  Nuestro objetivo es que sea considerado como un auténtico tesoro que enorgullezca a sus propietarios.  Por lo tanto, en cuanto la empresa esté en marcha, nuestro plan es distribuir ediciones limitadas a tiendas minoristas de productos de gama alta, porque las cosas que no podemos conseguir con facilidad son siempre las más apetecibles.

¿Qué papel desempeña la propiedad intelectual en su empresa de relojería?

Øyvind Von Doren Asbjørnsen aprovecha ahora
su talento cinematográfico para lanzar su nueva
línea de relojes, cuyo diseño se inspira en la arquitectura
y belleza natural de Aalesund, localidad en la costa
occidental de Noruega en la que creció 
(Cortesía de Von Doren(R)).

La propiedad intelectual es muy importante.  Es evidente que como cineasta estoy familiarizado con el derecho de autor, pero la protección de las marcas y los diseños es algo bastante nuevo para mí.  Cuando puse en marcha este proyecto, uno de los primeros consejos que escuché fue el de un veterano relojero suizo que insistió en que debía registrar mi marca.  Aunque muchos otros dijeron que no debía preocuparme al respecto, seguí su valioso consejo y ahora tengo la marca registrada en Noruega y en otros 31 países que utilizan el Sistema de Madrid para el Registro Internacional de Marcas, administrado por la OMPI.  No cabe duda de que una empresa debe proteger su marca, especialmente en el sector de los artículos de lujo, donde la falsificación está muy extendida.  Registrar la propia marca es una parte importante de la construcción de una imagen de marca y de una reputación de autenticidad.  También puede ayudar a que la gente se lo piense dos veces antes de copiarla.  

¿Qué problemas ha afrontado en el proceso de crear su empresa?

He tenido que superar muchas dificultades, como dar con los productores y proveedores de piezas adecuados, viajar a numerosos países para inspeccionar la calidad de los materiales y prestar atención a una cantidad ingente de pequeños detalles.  Ha sido duro, pero muy divertido, y puedo dedicarme cada día a mi afición a tiempo completo.  Además, me encanta la tarea de diseñar.

La buena noticia es que la gente sigue estando enamorada de los relojes.  Aunque vivimos en una era digital, la gente aun quiere un buen reloj analógico con un mecanismo de calidad.  Los relojes son una pauta en el mundo de la moda y con esta marca tengo la oportunidad de crear una colección completa de relojes de calidad para hombres y mujeres.  Por supuesto que no es fácil, pero posiblemente sea más fácil que nunca crear una marca en el mundo digital actual, que cada vez está más interconectado. 

¿Cuál ha sido su experiencia a la hora de registrar su marca?

Fue muy simple.  Primero registré la marca en la Oficina de Propiedad Industrial de Noruega y ahora estoy haciendo gestiones para presentar una solicitud a fin de registrarla a nivel internacional por medio del Sistema de Madrid de la OMPI.  La tasa de base para registrar una marca a nivel internacional abarca tres clases de productos – todo lo que vaya más allá implica tasas adicionales – de manera que decidí registrar la marca para los relojes (clase 14), las gafas de sol (clase 9) y las carteras de mano (clase 18).  El Sistema de Madrid es fácil de usar y tiene unos precios razonables, algo muy importante para un aspirante a empresario como yo.  Cuando me enteré de su existencia me sentí feliz y aliviado al saber que no teníamos que hacer todo el trabajo previo relacionado con el registro de nuestra marca en cada uno de los mercados de destino, sino que sencillamente podíamos presentar una solicitud de registro internacional de marca a través del Sistema de Madrid.  El sistema también nos da la flexibilidad de ampliar la protección de nuestra marca a medida que la consolidemos y accedamos a nuevos mercados.  Poder participar en eventos como el seminario itinerante de la OMPI ha sido muy provechoso (veáse el recuadro).  He aprendido sobre los diversos servicios que la OMPI presta a las empresas, algunos de los cuales son gratuitos.  Por ejemplo, estoy impaciente por examinar más detenidamente PATENTSCOPE y la Base Mundial de Datos sobre Marcas.

Ahora que ha dado el salto, ¿qué consejo tiene para los aspirantes a cineastas y empresarios?

Que persigan sus sueños y su pasión.  Si la pasión es realmente profunda y verdadera y si se está fascinado por algo, hay que ir a por ello.  Y tener curiosidad.  No hay que tener miedo nunca a hacer preguntas tontas. 

Más información sobre los seminarios itinerantes de la OMPI

El programa de seminarios itinerantes de la OMPI ofrece a los empresarios, los inventores y los investigadores del ámbito nacional una oportunidad única de estar al tanto de las actividades de la OMPI, en particular de los sistemas y servicios que ofrece para facilitar la protección de los activos de propiedad intelectual en los mercados mundiales. 

Desde 2013, se han celebrado seminarios en más de 60 países, desde Auckland a Tesalónica pasando por Atlanta y Toulouse.  La iniciativa pasó por 18 ciudades en 2016 y está previsto que tenga lugar en más de 20 en 2017 en respuesta a la creciente demanda.  

Los seminarios se organizan en colaboración con las oficinas nacionales de propiedad intelectual y se adaptan a las necesidades y los intereses específicos de las audiencias destinatarias.

El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.