En un mundo en constante búsqueda de novedades, a simple vista, los archivos ─la información recopilada acerca de las actividades cotidianas de gobiernos, empresas, organizaciones y particulares─ pueden parecer algo bastante anticuado y poco atractivo. Sin embargo, muchos de esos documentos poseen un valor perdurable para quienes los crearon y para la sociedad. La información que contienen abre una ventana al pasado y ofrece perspectivas que contribuyen a forjar el futuro.
Los archivos tienen un valor perdurable para la sociedad y ofrecen perspectivas que ayudan a forjar el futuro (foto: Simon Reddy / Alamy Stock Photo).
Los archivos de una organización pueden contener correspondencia, informes, documentos financieros y jurídicos, grabaciones de discursos públicos, material publicitario; los archivos de particulares pueden albergar cartas, diarios, álbumes fotográficos o de recortes, o películas caseras, por ejemplo.
La Declaración Universal sobre los Archivos, adoptada por la UNESCO en noviembre de 2011, expresa claramente la función de interés público que desempeñan los archivos:
“Los archivos conservan un patrimonio único e irremplazable que se transmite de generación en generación... Los documentos son fuentes fiables de información que garantizan la seguridad y la transparencia de las actuaciones administrativas. Juegan un papel esencial en el desarrollo de la sociedad contribuyendo a la constitución y salvaguardia de la memoria individual y colectiva. El libre acceso a los archivos enriquece nuestro conocimiento de la sociedad, promueve la democracia, protege los derechos de los ciudadanos y mejora la calidad de vida.”
Los archivos también pueden referirse a una organización cuyo cometido sea preservar el patrimonio documental de una determinada institución. Por ejemplo, las Naciones Unidas, los Emiratos Árabes Unidos, el Gobierno de Malawi, la ciudad de Montreal, la Universidad de Cambridge y The Coca-Cola Company gestionan archivos con el fin de preservar todos los materiales que comprende el ámbito de sus respectivos mandatos de adquisición.
Los archiveros y otros profesionales
Los archiveros son los profesionales que evalúan, recopilan, organizan, preservan y brindan acceso a los materiales custodiados en los archivos. En ocasiones, su profesión se confunde con otras conexas, como las de bibliotecario y conservador de museo. Si bien las tres profesiones recopilan, preservan y ponen a disposición materiales a los fines de la investigación, por lo general difieren considerablemente en los materiales con los que trabajan. Los materiales que albergan las colecciones de archivos son únicos y, a menudo, irremplazables, mientras que, por lo general, las bibliotecas pueden reemplazar libros muy desgastados o perdidos y otro material publicado que forma parte de sus colecciones. Los conservadores de museos recopilan, estudian e interpretan sobre todo objetos tridimensionales, en tanto que los archiveros trabajan principalmente con soportes como papel, películas, y archivos de sonido y digitales.
¿Por qué necesitan los archivos excepciones al derecho de autor?
La legislación de derecho de autor tiene por fin lograr un equilibrio entre los intereses de los creadores y los del público en general, para que los creadores reciban una recompensa justa por sus obras y el público pueda acceder a ellas. De esa forma, la legislación de derecho de autor favorece futuras creaciones al tiempo que apoya la expansión y la divulgación del conocimiento y la cultura.
Los archivos desempeñan una función esencial a la hora de servir el interés público, preservando sus fondos y poniéndolos a disposición del público. No obstante, están sujetos a la misma legislación de derecho de autor que los editores comerciales y la industria del espectáculo, aunque muchos de los materiales que albergan los archivos no hayan sido creados con fines comerciales ni para su difusión pública y, por lo tanto, permanezcan inéditos en su mayor parte.
El carácter inédito de la mayoría de los materiales de los archivos comporta varias consecuencias. Los titulares de los derechos no suelen estar interesados en obtener un beneficio económico de su propiedad intelectual; de hecho, muchos de ellos ni siquiera son conscientes de que son titulares de derechos de autor. Los archivos contienen también gran cantidad de obras huérfanas, es decir, aquellas cuyos titulares de derechos de autor no han sido identificados o están en paradero desconocido. En general, la situación mencionada se debe a que los titulares de derechos de autor sobre esos materiales no han mostrado especial interés en resultar fácilmente localizables cuando sea necesario otorgar permiso de uso ni en obtener un beneficio económico por sus creaciones. Además, en el caso de los materiales contenidos en los archivos, no existen modelos eficaces de concesión de licencias. Por lo tanto, para poder prestar servicio a sus usuarios, en particular en una sociedad global, los archivos dependen de las excepciones y limitaciones a la legislación de derecho de autor reconocidas internacionalmente.
¿Qué excepciones al derecho de autor precisan los archivos?
Los archivos requieren limitaciones a la legislación de derecho de autor en las siguientes esferas:
Preservación : Una de las principales funciones de un archivo consiste en preservar los materiales que custodia. A menudo, para poder preservar los materiales es necesario hacer copias. Por ejemplo, cuando los originales son demasiado frágiles para su uso, los archivos crean copias de referencia que los investigadores deben utilizar para proteger los originales. Dada la velocidad con que evoluciona la tecnología, la necesidad de contar con materiales digitales es, si cabe, más urgente. Para garantizar el acceso al material digital, la práctica general en los archivos es copiar las obras a partir de formatos protegidos a formatos acordes con las normas abiertas, o copiar archivos a nuevas versiones de software . Por lo tanto, los archivos requieren una excepción al derecho de autor para poder seguir sirviendo el interés público mientras operan dentro de los límites de la legislación de derecho de autor.
Reproducción con fines de investigación : La otra función principal de un archivo es permitir el acceso a los materiales que alberga para su estudio e investigación. Dado que el material que contienen los archivos es único e irremplazable, se prefiere poner a disposición de los usuarios copias en lugar de prestar los originales. Internet brinda a los archivos estimulantes oportunidades de poner a disposición de un mayor número de investigadores sus materiales, digitalizándolos y facilitando su acceso en línea. Los archivos, por su propia naturaleza, requieren una excepción legítima que evite que las actividades descritas supongan una infracción.
Utilización transfronteriza : La naturaleza territorial del derecho de autor es incompatible con el panorama mundial de hoy en día. Habitualmente, los investigadores necesitan consultar archivos en otros países (como consecuencia de la migración, el comercio, etc.) para sus investigaciones del ámbito académico o a título particular o para reivindicar derechos relacionados con la nacionalidad, la identidad y la propiedad. Por ejemplo, cuando el Gobierno de Francia hizo públicos el año pasado los archivos de su servicio de contraespionaje en Indochina en la década de 1950, muchos investigadores procedentes no solo de Francia, sino de Asia, manifestaron su interés en acceder a esos archivos. De manera similar, el archivo de fotografía creado por la Escuela de Patrimonio Africano de Benin, que contiene archivos gráficos procedentes de 26 países africanos, solo resulta accesible para los usuarios si se realizan copias del material custodiado o si los usuarios se desplazan personalmente hasta el archivo.
Algunas naciones cuentan con excepciones y limitaciones al derecho de autor que permiten que los archivos cumplan con su función de servir el interés público sin miedo a infringir derechos. No obstante, las excepciones y limitaciones a la legislación de derecho de autor suelen variar de un país a otro y, a menudo, no prevén la exportación de materiales contenidos en los archivos. Incluso en los supuestos en que es posible la exportación, los archivos que tratan de compartir sus materiales con clientes de otros países siguen afrontando varios problemas. Por ejemplo, cuando se envían copias a un Estado que posee una legislación de derecho de autor diferente o cuando la copia no cumple los requisitos nacionales, ¿cómo puede actuar el archivero o el usuario con arreglo a Derecho? En ese caso, los archivos no podrán prestar servicios transfronterizos o las copias se pondrán a disposición sin hacer caso de la legislación vigente. La solución no tiene por qué ser compleja. Bastaría con que todos los Estados involucrados reconocieran la legitimidad de una copia de un archivo llevada a cabo legalmente en otro Estado.
Obras huérfanas : La mayor parte de los materiales de los archivos son documentos acumulados de gobiernos, empresas, organizaciones de beneficencia, familias y particulares. Por ejemplo, los documentos de un ministro de Gobierno pueden contener miles de cartas y correos electrónicos de ciudadanos, burócratas y otros funcionarios. En el supuesto de que un archivo desee digitalizar esos documentos y ponerlos a disposición en Internet, se verá envuelto en un proceso trabajoso y costoso para identificar y encontrar a miles de titulares de derechos, algunos de los cuales son desconocidos o no pueden ser localizados. Los archivos requieren una excepción que posibilite que las obras huérfanas estén a disposición de forma legal sin que ello suponga una búsqueda costosa y, en muchos casos, vana.
Limitación de responsabilidad : El temor a contraer responsabilidad legal ha dado pie a que los archiveros sean extremadamente cautelosos a la hora de seleccionar los materiales que ponen a disposición en Internet. Solo seleccionan contenidos cuyos derechos de autor les pertenecen o hayan expirado. Por lo tanto, solo publican en Internet una ínfima parte de su amplio repertorio, y puede que no sirvan de la forma más idónea el interés de los usuarios. Como consecuencia, el servicio de información al que tiene derecho el público es muy reducido. Ese es otro de los motivos por los que los archivos necesitan excepciones justificadas que limiten la responsabilidad por sus actos legítimos. Esta limitación de la responsabilidad reforzaría la gama de oferta en Internet y permitiría que los archiveros prestaran un mejor servicio a la sociedad.
Medidas tecnológicas de protección : Los Tratados Internet de la OMPI (el Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor y el Tratado de la OMPI sobre Interpretación o Ejecución y Fonogramas) requieren que los signatarios modifiquen su legislación para que prohíba la elusión de medidas tecnológicas de protección. Las limitaciones y excepciones establecidas por la ley no deberían quedar sin efecto por la aplicación de las medidas tecnológicas de protección. Debería permitirse a los archivos adquirir y aplicar herramientas para la eliminación de esas medidas, con el fin de cumplir su misión de interés público. Por ejemplo, los archivos suelen adquirir materiales cuando ya no son necesarios para fines comerciales. Las contraseñas, claves de codificación y similares pueden haberse perdido u olvidado, por lo que los archivos pueden verse obligados a neutralizar las medidas tecnológicas de protección para examinar los materiales y comprobar si desean adquirirlos o acceder a ellos a fin de preservarlos, describirlos y ponerlos a disposición de los usuarios. Una disposición imperativa en la que se estipule una excepción general a la prohibición de neutralización aseguraría la legitimidad de los actos no infractores llevados a cabo por los archivos. De no ser así, se vería menoscabado el equilibrio fundamental del derecho de autor.
Los archivos desempeñan una función esencial a la hora de servir el interés público, preservando sus materiales y poniéndolos a disposición del público. No obstante, están sujetos a la misma legislación de derecho de autor que los editores comerciales y la industria del entretenimiento, aunque muchos de los materiales que contienen los archivos no hayan sido creados con fines comerciales ni para su difusión pública. Para prestar servicio a sus usuarios, los archivos dependen de las excepciones y limitaciones a la legislación de derecho de autor reconocidas internacionalmente (foto: David Bagnall / Alamy Stock Photo).
Invalidación contractual de las excepciones : Las excepciones y limitaciones que son fundamentales para la labor de los archivos pueden ser invalidadas por acuerdos contractuales. Por ejemplo, algunos archivos utilizan proveedores del sector privado que proporcionan espacio de almacenamiento en la nube para su material digital. Si el proveedor está ubicado en otra jurisdicción quizá no esté obligado a cumplir la legislación sobre derecho de autor de la jurisdicción de los depositarios. Las estipulaciones contractuales anulatorias frustran por completo la finalidad de las excepciones y hacen que el equilibrio del derecho de autor se incline totalmente en favor de los titulares de derechos, lo que dificulta aún más que los archivos puedan cumplir su misión de servicio público.
Los archivos solicitan la adopción de un tratado internacional
Los titulares de derechos de autor pueden considerar que la lista de excepciones y limitaciones que piden los archivos son un cheque en blanco. Sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad. En primer lugar, los principios profesionales en los que se sustenta la labor de archivo exigen la adopción de medidas razonables para proteger los intereses de los titulares de derechos sobre las obras de sus colecciones. En segundo lugar, las excepciones señaladas estarían sujetas a condiciones lógicas como, por ejemplo, que la actividad no tenga fines comerciales y no incida en ningún mercado legítimo establecido para las obras en cuestión. Para poder hacer su trabajo, los archiveros necesitan esas excepciones.
Las limitaciones y excepciones para bibliotecas y archivos han constituido un punto específico del orden del día del Comité Permanente de Derecho de Autor y Derechos Conexos de la OMPI desde noviembre de 2011.
Mientras muchos Estados miembros apoyan firmemente la adopción de un tratado internacional vinculante, otros sostienen que basta con un intercambio de prácticas nacionales. Las excepciones son fundamentales para mantener la estructura equilibrada de la legislación de derecho de autor, y la aplicación sistemática de excepciones es necesaria para contar de manera efectiva con servicios de archivos que cumplan con los objetivos sociales de la legislación de derecho de autor en un mundo globalizado. Los archiveros y sus aliados continuarán defendiendo la adopción de un tratado que exija a sus signatarios el establecimiento de excepciones y limitaciones mínimas que permitan a los archivos, las bibliotecas y los museos prestar servicio a sus usuarios, entre otras cosas mediante el acceso transfronterizo a sus materiales en un mundo globalizado.