Propiedad intelectual y desarrollo: la historia de la ASEAN
Por el embajador P. García, representante permanente de Filipinas* ante la Oficina de las Naciones Unidas y demás organizaciones con sede en Ginebra.
*Filipinas preside actualmente la ASEAN.
Un grupo de cinco países con un anhelo común de paz: así fue como nació la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental, o ASEAN, hace 50 años, el 8 de agosto de 1967 en Bangkok, Tailandia. Este hito histórico en las relaciones regionales oficializó una comunidad poco formal de países, compuesta inicialmente por Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia, que hasta entonces habían estado estudiando diversas opciones de consolidación regional.
Desde el principio, los Estados miembros de la ASEAN han sido dispares en cuanto a idioma y cultura. No obstante, se han fortalecido gracias a historias diferentes pero compartidas y un deseo común de mejorar las vidas de sus pueblos. En 1967, el mundo se dejaba llevar por la promesa que representaban unas Naciones Unidas relativamente jóvenes forjadas a raíz de la tragedia de la II Guerra Mundial. Al tiempo que se manifestaban los conflictos de un mundo bipolar, proyectando una sombra de incertidumbre en todo el planeta, la ASEAN comenzó a labrar un camino de colaboración para asegurar su futuro. En aquellos momentos, el PIB total de la ASEAN era de solo 23.700 millones de USD, las instituciones políticas aún se estaban consolidando y las infraestructuras estaban poco desarrolladas. El nacimiento de la ASEAN fue sin duda un momento determinante, nacido del valor y la clarividencia de los dirigentes de la región.
Las membresías de Brunei Darussalam en 1984, Viet Nam en 1995, la República Democrática Popular Lao y Myanmar en 1997, y Camboya en 1999, completaron la organización y consolidaron sus instituciones. La integración económica, anclada en un intenso diálogo y cooperación en los ámbitos político, de seguridad y sociocultural, siguió galvanizando las relaciones en el seno de la ASEAN y entre sus Estados miembros y otras economías importantes en la región.
Esta integración se reforzó con la creación de la Comunidad Económica de la ASEAN en 2015. Para entonces, la Comunidad había crecido hasta una población de 629 millones de personas con un PIB combinado de unos 2,4 billones de USD, convirtiéndola en la sexta mayor economía del mundo y la tercera en Asia. En 2015, el comercio de la ASEAN también ascendió a 2,3 billones de USD, el tercer mayor porcentaje en el mundo después de China, Estados Unidos y Alemania. Entre tanto, la inversión extranjera directa sumó 121.000 millones de USD, un 7% de los flujos mundiales.
Este crecimiento notable no fue fruto de la casualidad. Fue más bien el resultado de la implementación sistemática de medidas globales de apoyo a la integración económica, como por ejemplo los procedimientos armonizados en materia de aduanas, inmigración y comercio. También fue gracias a una estrategia que reconocía claramente los diversos niveles de desarrollo de los países miembros y que persiguió de manera activa crear oportunidades para que los miembros menos desarrollados recortaran distancias. En un momento en el que el mundo coquetea cada vez más con el proteccionismo, la ASEAN sigue alumbrando el camino en materia de integración, inclusión y apertura económica.
Propiedad intelectual para el desarrollo
La ASEAN ha determinado que la propiedad intelectual (PI) es un elemento fundamental del plan económico comunitario de la ASEAN 2025, que expone las medidas concretas a adoptar por parte de los países miembros para transformar la ASEAN en una región altamente innovadora y competitiva.
La ASEAN reconoce que la PI ofrece a los Estados miembros un punto de partida óptimo para estimular la innovación como parte de un paquete integral de incentivos económicos nacionales y regionales. Países como Filipinas, Malasia, Singapur y Viet Nam han instaurado premios que prestigian a sus mejores innovadores y sus prácticas innovadoras. Al proteger las ideas y las obras originales, la legislación y la reglamentación de PI permiten que empresas, emprendedores, inventores, artistas y creadores prosperen en un entorno equitativo que incremente el acceso del público al competitivo mercado de bienes y servicios. Además, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) otorgó el premio “Líder mundial” a Su Majestad el Rey Bhumibol Adulyadej el 14 de enero de 2009 en reconocimiento a su compromiso con el uso de la propiedad intelectual para contribuir al desarrollo de Tailandia: más de 4.000 proyectos de la corona, que recurren a la PI, han beneficiado no solo a Tailandia sino también a otros países.
El desarrollo de una estrategia de PI equilibrada y fundamentada –una estrategia que formule políticas y programas de apoyo a las prioridades nacionales de desarrollo– es un paso significativo de cara a asegurar que la PI sirve a todo el mundo. En este sentido, países como Filipinas, Indonesia, Myanmar, la República Democrática Popular Lao, y Viet Nam tienen proyectos de colaboración en curso con la OMPI para reforzar sus respectivas estrategias de PI. Este es un proceso a largo plazo que requiere el respaldo activo de todas las partes interesadas, incluidos el sector privado, el gobierno y los propios generadores de ideas originales. Desde la tecnología que transforma los deshechos del mango en productos comercialmente viables hasta el nuevo impulso que los motivos de la ASEAN han adquirido como diseños en todo el mundo, la PI proporciona los incentivos necesarios para asegurar un caudal constante de obras creativas originales que en última instancia contribuyen al bienestar social y al bien común.
Los países de la ASEAN utilizan la PI para proteger su patrimonio nacional. En Camboya, Indonesia, Tailandia y Viet Nam, esto significa la creación de una serie de indicaciones geográficas. Tailandia, por ejemplo, aprovecha la protección por PI para vinos, licores, arroz y seda, no solo para salvaguardar la calidad de esos productos, sino también para reforzar su identidad nacional en el mercado mundial. Además de la certificación y las marcas colectivas, Viet Nam está protegiendo indicaciones geográficas para controlar la calidad y fomentar la visibilidad de sus productos, y en última instancia para mejorar la vida de sus agricultores y sacar partido de su potencial exportador agrícola. Asimismo, las indicaciones geográficas camboyanas, como la pimienta Kampot y el azúcar de palma, están obteniendo reconocimiento mundial. En Filipinas, las autoridades nacionales están utilizando la PI para apoyar los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales mediante una norma que obliga a la creación de un registro de sistemas y prácticas de los conocimientos indígenas, y que exige la divulgación de los conocimientos tradicionales empleados en las solicitudes de patente. Con sus diversas culturas étnicas, costumbres, sistemas de valores y recursos genéticos, Indonesia está fortaleciendo su panorama jurídico en materia de conocimientos tradicionales y expresiones culturales tradicionales, y está en la vanguardia del debate internacional sobre este asunto.
Los países de la ASEAN están desarrollando la PI como una plataforma para el fortalecimiento institucional. La creación de centros de apoyo a la tecnología y la innovación (CATI) en determinados países está ayudando a recorrer el camino desde la concepción del producto hasta su comercialización. Establecer centros para la interacción de los inversores, el mundo académico y el sector privado es crucial para fomentar vínculos sólidos entre la investigación y el desarrollo y el mercado. Con este fin, Brunei Darussalam ha puesto en marcha una serie de potentes campañas de sensibilización pública para instruir al público en general en materia de PI y fomentar una mayor utilización de los sistemas y servicios de PI. Singapur, en su condición de Administración encargada de la búsqueda internacional y como Administración encargada del examen preliminar internacional en el marco del Tratado de Cooperación en materia de Patentes de la OMPI, también está elevando el listón en cuanto a la calidad de las patentes y de las solicitudes de patentes en toda la región. Entre tanto, Filipinas facilita la solución de controversias mediante sus servicios de solución extrajudicial de controversias y ha conseguido un índice elevado de soluciones acordadas. Recientemente, la Oficina de Propiedad Intelectual de Filipinas intervino con éxito en una solicitud de licencia obligatoria especial en materia de salud pública, en un caso que se cerró con una solución satisfactoria tanto para el Gobierno como para la empresa farmacéutica implicada.
Apoyo institucional
El variado panorama político, económico y sociocultural de la ASEAN conlleva la necesidad de una colaboración estrecha, decidida y significativa para sacar el máximo partido al potencial de la región y reducir las diferencias existentes en los países y entre los países. Es aquí donde el Grupo de Trabajo de la ASEAN sobre Cooperación en materia de Propiedad Intelectual desempeña una función clave. Integrado por los directores de las oficinas de PI de los Estados miembros de la ASEAN, el Grupo de Trabajo se reúne periódicamente para evaluar y mejorar los marcos regulatorios de PI con el fin de estimular un crecimiento basado en la innovación y contribuir a que la región ascienda en la escala tecnológica.
El compromiso institucional a nivel mundial es crucial para reforzar la red de programas nacionales y la estrategia de PI de la región. En el caso de la ASEAN y la OMPI, las relaciones formales comenzaron en 1993 con la creación de un mecanismo de consulta periódica. Posteriormente, la OMPI apoyó la elaboración del plan estratégico en materia de propiedad intelectual de la ASEAN para 2016-2025. El plan establece cuatro objetivos generales: reforzar oficinas y construir infraestructuras; construir plataformas regionales; ampliar ecosistemas; y mejorar los mecanismos regionales para fomentar la creación y comercialización de activos, especialmente para las indicaciones geográficas y los conocimientos tradicionales.
El plan estratégico está desempeñando una función importante para impulsar la innovación y la competitividad de la región. En líneas generales, en la última década, en los Estados miembros de la ASEAN se han observado resultados al alza en el Índice Mundial de Innovación. Singapur, en particular, es considerado el séptimo país más innovador del mundo, mientras que en Viet Nam se observa uno de los mayores avances de un país en el Índice en los últimos años.
Con su optimismo económico y unas perspectivas alentadas por una población compuesta en más de un 50% por menores de 30 años, la ASEAN ofrece un entorno fértil donde generar, estimular y hacer accesibles ideas para el bien de la población. Sus acogedoras fronteras contribuyen a la germinación de ideas aptas para una audiencia internacional. Solo en 2016, 108,8 millones de turistas visitaron la región, de los cuales el 42,4 per ciento eran de países de la ASEAN, lo que indica un intercambio sólido entre los pueblos.
Una historia que cambia
Durante los últimos 50 años, la ASEAN se ha transformado sistemáticamente a sí misma, pasando de ser un páramo económico a convertirse en un actor principal con influencia en la política y la economía mundial. Esta es la historia de la ASEAN. La 50ª reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la ASEAN, que Filipinas acogió el 5 de agosto de 2017 en su calidad de actual presidente de la ASEAN, mantuvo este propósito y reafirmó la tradición de la región de compromiso constructivo y búsqueda del consenso. No obstante, la historia sigue cambiando. Aun cuando el dinamismo económico de la región engendra grandes oportunidades, las diferencias en materia de desarrollo persisten dentro de los Estados miembros y entre ellos. Hay que hacer frente a las recientes tendencias económicas y nuevos desafíos que se plantean en todo el mundo. Es necesario mantener un apoyo institucional y político eficaz y coherente para encauzar un crecimiento amplio y sinérgico en materia de propiedad intelectual e innovación y en los sectores relacionados.
En el contexto de la ASEAN, el negocio de la PI va más allá de la protección. Se trata de asegurar que todo el mundo disfruta de los beneficios de la innovación y la competición, desde las mayores megaciudades hasta las aldeas más pequeñas. Se trata de estimular la innovación, de proteger el patrimonio nacional, de construir instituciones y de proteger y preservar los conocimientos y tradiciones de los pueblos indígenas. Se trata de mejorar la calidad de vida.
Se trata, en última instancia, de la gente.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.