Renacimiento del sector del cacao en Trinidad y Tabago
Por Catherine Jewell, División de Comunicaciones de la OMPI
Producir chocolate en el Caribe parece un sueño, pero la otrora poderosa industria del cacao de Trinidad y Tabago se enfrenta a muchos desafíos. La producción anual se ha desplomado de 30.000 toneladas de granos hace un siglo a solo 500 toneladas en los últimos decenios.
Hoy en día, está emergiendo una nueva generación de empresarios cacaoteros con la ambición de recuperar el lugar que ocupaba el Estado de las dos islas en la primera mesa de la confitería mundial. Pues bien, la propiedad intelectual (PI) es parte fundamental de su estrategia.
Un ejemplo destacado es Ashley Parasram (izquierda), fundador y director ejecutivo de Trinidad & Tobago Fine Cocoa Company (TTFCC). Su ambición va mucho más allá de dirigir una empresa que tenga éxito comercial: sus ojos están puestos firmemente en el desarrollo de un ecosistema cacaotero nacional basado en normas de producción de calidad que sea rentable y sostenible. El Sr. Parasram, oriundo de Trinidad y con una formación en desarrollo sostenible, tiene el arrojo y la experiencia para revitalizar el sector cacaotero del país.
“Empecé a investigar el sector del cacao en Trinidad y Tabago y realmente quedé atrapado por él. Me intrigó esta fantástica materia prima que ya los mayas mezclaban con pimienta para obtener una bebida picante y amarga. Tiene una gran variedad de sabores y se puede utilizar de muchas maneras diferentes. ¿Cómo es posible que esta maravillosa materia prima se estuviera cayendo de los árboles porque nadie la recolectaba? Estaba convencido de que debía haber alguna forma de incentivar a la gente para que hiciera algo con ella. Realmente todo surge de ese reto”, dice.
Una diversidad genética excepcional
Trinidad y Tabago produce algunos de los granos de cacao de mejor calidad del mundo. “El cacao trinitario es una de las variedades de cacao más sabrosas que se pueden obtener”, explica el Sr. Parasram. El trinitario es un híbrido de las variedades criollo y forastero que se cultivaba en el siglo XVII por su resistencia a enfermedades y plagas. Estas tres variedades se utilizan para producir chocolate. El criollo y el trinitario suelen ser considerados granos de gran calidad, “finos” o “sabrosos”, y el forastero se considera de menor calidad, un grano “ordinario” o “basto” para la producción en masa. La diversidad genética de la variedad trinitario en Trinidad y Tobago no tiene parangón. “Tenemos más de 100 cepas de trinitario en Trinidad y Tabago. La diversidad genética de la planta en las islas es única en su género”, observa.
Tres años de un estudio minucioso permitieron esclarecer los numerosos problemas a los que se enfrentaba el sector cacaotero del país, en particular un mercado mundial complejo y altamente competitivo. Pero el Sr. Parasram no se dejó amedrentar: “No existían razones convincentes por las que el sector no pudiera funcionar. Había soluciones a todos los problemas que surgían”, afirma. Sin embargo, en su estudio quedó claro lo que, tras 450 años de historia como productor de cacao, faltaba en el país: una planta de procesamiento.
Primera planta procesadora de cacao de Trinidad y Tabago
Consciente de esta laguna en el paisaje cacaotero del país y del importante potencial de los cultivadores para agregar valor a esa materia prima de alta calidad, en septiembre de 2015 el Sr. Parasram fundó TTFCC y la primera fábrica del país para el procesamiento del cacao en grano. Empezó con muy buen pie: “Empezamos desde cero en enero de 2015 y en octubre del mismo año ya teníamos a la venta en Londres, en Artisan du Chocolat, nuestro surtido de chocolate en latas que recuerdan a los tambores metálicos del país; en diciembre, el primer ministro de Trinidad y Tabago visitó esa misma tienda”.
Ansiosa por demostrar el enorme potencial del cacao de Trinidad y Tabago, la compañía TTFCC sigue buscando nuevas oportunidades de comercialización con chefs famosos como Gordon Ramsay, cadenas hoteleras como Hilton Hotels & Resorts y grandes almacenes de lujo como Harrods en Londres. La empresa tiene previsto lanzar este otoño en dichos almacenes de Londres su primer surtido de chocolate de marca compartida procedente de una sola finca. “Pasar de la nada a formar parte del surtido de productos de Harrods es una muestra del potencial existente y anima a la gente a echar un vistazo, pero está claro que en el fondo hay que mantener un modelo económico y detectar las oportunidades que ofrece el mercado. Aún estamos trabajando en eso”.
Un enfoque colaborativo
TTFCC se constituyó en asociación público-privada, consciente de la importancia de asegurar la participación de los socios gubernamentales. El hecho de establecer y mantener una asociación con el gobierno da al proyecto la continuidad que tanto necesita y ayuda a garantizar la obtención de resultados clave. “La firma de un acuerdo con el Ministerio de Agricultura (utilizamos sus tierras y compartimos nuestras instalaciones de procesamiento con los productores locales) contribuye a que las cosas no se detengan por cualquier cambio de gobierno”, explica el Sr. Parasram.
La empresa también está aprovechando el interés del gobierno por diversificar la economía nacional. “Actualmente, con la caída de los ingresos del petróleo y el gas, el gobierno se ha comprometido a diversificar la economía y ser más eficiente, por lo que se toma nuestro trabajo muy en serio”, señala.
TTFCC produce una gama de productos bajo su propia marca: puntas de cacao, masa de cacao y cobertura (chocolate para la restauración) y tabletas de chocolate para la venta al por menor, pero también colabora con otras fincas para que desarrollen su propia gama de productos y su marca. La fábrica puede procesar 100 toneladas métricas de cacao al año a pleno rendimiento. “No somos una empresa privada que solo produce su propia línea. Damos a los agricultores la oportunidad de traer sus granos e irse con el chocolate. Nuestras actividades tienen por fin agregar valor a la materia prima, mejorar la calidad y crear conciencia de marca”, afirma.
Un mercado con grandes retos
Sin embargo, al igual que el chocolate, el viaje de TTFCC está resultando agridulce. A pesar del enorme potencial del sector, la diferencia entre el precio del cacao en grano africano, “basto” y de menor calidad, que se vende en torno a los 1.500 dólares por tonelada, y el cacao “fino” y de mayor calidad procedente de Trinidad y Tabago, que se vende en torno a los 5.000 dólares por tonelada, dificulta en gran medida la capacidad competitiva de los productores del país. “Muchas de las grandes empresas compran cacao de alta calidad y lo mezclan con cacao más barato para obtener un perfil de sabor específico”, explica el Sr. Parasram. “Eso significa que a alguien que establezca un proceso de valor agregado en Trinidad y Tabago le cuesta cuatro veces más vender chocolate”.
Este reto se ve agravado por el complejo mercado mundial del cacao, en el que participan grandes empresas de confitería que tienen un férreo dominio del comercio, por un lado, y una multitud de pequeños chocolateros que corren el riesgo de inundar el mercado, por otro. “Hemos creado una planta de procesamiento para que los agricultores tengan acceso al mercado mundial, que es mucho más complejo de lo que preveíamos. Es un verdadero desafío”.
En un escenario global tan ferozmente competitivo, TTFCC no tiene más remedio que centrarse en el mercado de lujo. “No podemos competir con los productores en masa, por lo que tenemos que apuntar a mercados especializados de gama alta”, dice el Sr. Parasram.
Con todo, un premio aún mayor es el agroturismo: colaborar con las fincas de cacao para ofrecer a los amantes del chocolate una experiencia única. “La gente siempre busca vivir experiencias especiales y aquí hay una oportunidad real de despertar el interés por esta increíble materia prima”, afirma. “De hecho, no solo vendemos chocolate, sino que también vendemos Trinidad y Tabago y las experiencias y conocimientos de los productores”.
En última instancia, el objetivo es convertir a Trinidad y Tabago en el primer destino mundial del chocolate. “Dentro de veinte años, queremos que la gente asocie el chocolate con Trinidad y Tabago de la misma forma que asocian el whisky con Escocia y el champán con Francia”. La belleza del agroturismo, señala, es que resulta rentable en muchos aspectos. “No se trata solo de los ingresos procedentes de la materia prima, sino también de los beneficios derivados del dinero que se gastan los turistas. Este es un elemento clave para lograr la sostenibilidad financiera del sector a largo plazo”.
Forjar la sostenibilidad
Más allá de su principal actividad comercial, TTFCC ayuda a impulsar mejoras en la producción de cacao a nivel nacional. En octubre de 2016, se unió al Ministerio de Agricultura, la Cocoa Development Company of Trinidad & Tobago, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Centro de Investigación sobre el Cacao de la Universidad de las Indias Occidentales para emprender el proyecto Mejora de la Comercialización y Producción del Cacao Artesanal de Trinidad y Tabago (IMPACTT). Este programa, de tres años de duración, tiene por objeto promover el empleo y los medios de subsistencia rurales ayudando a los productores de cacao a mejorar el rendimiento y la calidad del grano y a que tengan acceso a los mercados nacionales e internacionales de valor añadido. “Esencialmente, el proyecto IMPACTT se centra en el desarrollo de normas para la gestión de la calidad desde el campo hasta la mesa”, explica el Sr. Parasram. “También se centra en el desarrollo de sistemas de certificación y trazabilidad, junto con una serie de herramientas de marketing para ayudar a los productores a obtener el mejor precio por sus granos en los mercados internacionales y generar las divisas necesarias para contrarrestar el impacto de la caída de los precios del petróleo”.
La sostenibilidad es el objetivo primordial del proyecto. “Es nuestro deseo hacer que el cacao sea atractivo para los agricultores, mejorar sus medios de vida y, en particular, atraer a más mujeres tanto al cultivo del cacao como a la elaboración de cacao con valor añadido. Por eso son tan importantes la educación, la formación y el desarrollo de capacidades”, afirma. Una planta de cacao tarda cinco años en madurar y dar fruto, por lo que, en el marco del programa IMPACTT, también se alienta a los productores a diversificar sus cultivos. “Hay que tener cultivos que se vendan fácilmente. Los productores no pueden depender de un solo cultivo que requiere mucho procesamiento”, explica.
También existen oportunidades en el desarrollo de sabores para el chocolate, como los de canela, miel, mango, haba tonka o vainilla. “Hay muchísimos sabores increíbles que podríamos cultivar aquí, pero no tenemos la capacidad de convertirlos en la forma adecuada, así que acabamos trayéndolos de Francia. Pero con un poco de inversión hay un gran potencial”.
¿Qué papel desempeña la propiedad intelectual?
A corto plazo, el objetivo primordial es encontrar modelos operativos prácticos que generen resultados concretos que puedan ser protegidos por los derechos de PI. “Tenemos que definir y desarrollar modelos prácticos y productos realistas y, a continuación, diseñar sistemas en los que la PI apoye y proteja esos productos. De esa manera, evitamos regular donde realmente no es necesario”. Sin embargo, parte de ese proceso implica crear conciencia de marca entre los productores de cacao. Estos ya disponen de una base adecuada para desarrollar sus marcas: “Todos los productos que TTFCC y nuestros socios fabricamos cuentan con el grano trinitario, son de alta calidad y se puede rastrear su procedencia a una sola finca. Se trata de atributos exclusivos en torno a los cuales podemos crear nuestras marcas”.
El uso de los derechos de PI para apoyar el desarrollo de marcas de cacao o chocolate de renombre a escala mundial también puede mejorar el perfil competitivo general de Trinidad y Tabago en los mercados internacionales.
A fin de garantizar que los productores cuenten con un entorno normativo favorable en el que puedan proteger y aumentar el valor de sus marcas, TTFCC colabora con la Oficina Nacional de Propiedad Intelectual, la OMPI y otras entidades en una serie de cuestiones, como la trazabilidad y la procedencia. “Todavía nos queda mucho por hacer para definir los criterios según los cuales la gente pueda afirmar que un producto contiene la variedad trinitario y es de Trinidad y Tabago. En el mundo del chocolate existen muchas afirmaciones engañosas sobre la procedencia. Cuando se crea una marca especializada que es conocida por su calidad, origen y sabor, aparece mucha gente diciendo que utiliza cacao trinitario de Trinidad y Tabago. Por lo tanto, las cuestiones relativas a la trazabilidad, la imagen de marca y la propiedad intelectual van a adquirir cada vez más importancia. Es muy importante que lo hagamos bien”.
En el futuro, TTFCC tiene previsto colaborar con las 80 fincas de cacao en el marco del proyecto IMPACTT para establecer normas de producción comunes y una marca colectiva o certificada que garantice la procedencia y la calidad. La utilización de los derechos de PI de esta manera es una respuesta estratégica útil a los problemas relacionados con la mezcla y el origen del cacao. Además, ayuda a reforzar el valor vinculado al origen del cacao trinitario y a aumentar los ingresos de los productores.
La revitalización del maltrecho sector cacaotero de Trinidad y Tabago y la salvaguarda de los conocimientos acumulados por los cultivadores a lo largo de generaciones presentan grandes retos. El proceso requiere el respaldo de los inversores y la participación continuada del gobierno, el mundo académico, los productores y los consumidores. Pero el éxito depende también de un reconocimiento amplio del papel que puede desempeñar el sistema de propiedad intelectual a la hora de salvaguardar la calidad e integridad de los productos de cacao del país, que son de alta calidad.
Solo el tiempo dirá si TTFCC y sus socios logran hacer de Trinidad y Tabago el primer destino mundial para los amantes del chocolate.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.