Por Catherine Jewell, División de Comunicaciones, OMPI
Cuando se piensa en las fuentes de agua, la niebla no es lo primero que a uno le viene a la mente, aunque hay una nueva y revolucionaria tecnología del agua, que se llama CloudFisher® y brinda la posibilidad de contar con una fuente de agua pura que es asequible y sostenible. Dicha innovación fue concebida expresamente para favorecer a las comunidades que padecen grave escasez de agua y están situadas en las regiones montañosas y costeras áridas donde abunda la niebla.
La tecnología fue creada por la Fundación Alemana del Agua (WasserStiftung®) y se encarga de su comercialización e instalación la empresa Aqualonis, de la ciudad de Múnich, a cuyo frente está el ingeniero industrial Peter Trautwein, quien, además, dirige el sector de extracción del agua de niebla de la Fundación. El novedoso diseño CloudFisher representa un salto de la tecnología de aprovechamiento de la niebla para extraer agua y es idea del señor Trautwein, quien contó con la aportación de los investigadores de la Universidad Politécnica de Múnich.
En 2013, tras reconocer los defectos de las tecnologías conocidas de recolección de agua de la niebla, particularmente, el problema de que no podían resistir los vientos fuertes, la Fundación Alemana del Agua comenzó a trabajar con el Sr. Trautwein y un equipo de investigadores para dar con un sistema de aprovechamiento de la niebla que fuese más eficaz y sostenible.
El Sr. Trautwein explica que cuando vio por primera vez las instalaciones de recolección de agua de niebla de Eritrea, se sintió defraudado por la mala construcción. Agrega que la idea fracasa, en todo el mundo, no por el principio, sino debido a su construcción. El día en el que hizo la visita tomó la determinación de concebir un sistema que fuera eficaz y no necesitase mantenimiento, pues observó que cuando ese equipo se avería, es habitual que quienes lo usan carezcan de los medios o de los conocimientos técnicos para mantenerlo.
A lo largo de un período de dos años entre 2013 y 2016, el equipo puso a prueba la tecnología de recolección de agua de niebla en las laderas del monte Boutmezguida (Marruecos) para mejorar el diseño y la estructura de los colectores de agua de niebla y demostrar que es la vía idónea para obtener agua pura. En la fase experimental se ensayaron 10 clases de tejido de malla.
El equipo observó que la malla trenzada y los tejidos fabricados de acero inoxidable recogen menos agua que el tejido espaciador tridimensional, que es el que usa Aqualonis desde entonces. El tejido espaciador tridimensional posee una superficie más extensa y así, a diferencia de los demás materiales, recoge mayor cantidad de las gotas de agua más pequeñas, y la distancia entre los monofilamentos es muy importante, ya que no debe ser ni muy pequeña ni muy grande. Según aclara el Sr. Trautwein, “los monofilamentos que se utilizan en el CloudFisher se concibieron expresamente para ser destinados a usos relacionados con la protección de los alimentos y con la radiación ultravioleta fuerte”. Dichos materiales son muy resilientes y presentan escasas señales visibles de desgaste incluso pasados tres años de uso permanente.
El monte Boutmezguida resultó ser el lugar ideal para llevar a cabo el ensayo. Se yergue en las montañas del Anti Atlas, no lejos de la ciudad costera de Sidi Ifni, y es una de las regiones más secas de Marruecos, pues la mayor parte del año está envuelta en la niebla y las nubes que proceden del Océano Atlántico. Las aldeas de la región viven hace muchos años con la amenaza de la sequía y, además de una grave escasez de agua, padecen la presión sobre los recursos hídricos por causa de la magra precipitación anual y del agotamiento de las fuentes de agua subterránea. Sin embargo, gracias a la Tecnología CloudFisher ahora pueden aprovechar las cuantiosas reservas de agua que, literalmente hablando, penden de la niebla y las nubes que envuelven el monte Boutmezguida.
El CloudFisher consta de una red o pantalla hecha de malla delgada que va sujeta a un bastidor de acero. La red se une firmemente al bastidor con varios cables tensores de goma que, además, la comunican con el depósito de recogida que está dispuesto en su base. Los cables tensores “ejercen tensión en los cuatro lados de la geomalla (la malla de la red)”, señala el Sr. Trautwein. “Aunque la disposición normal recomienda que se estabilicen los puntos de sujeción en los bordes de la red porque allí es donde se concentra el impacto del viento, resulta más lógico distribuir la energía del viento en toda la superficie,” explica.
Las redes o pantallas se disponen de manera que el soplo del viento haga pasar la niebla a través de ellas para conseguir que se recoja la mayor cantidad de agua posible. El vapor de agua que se encuentra suspendido en el aire queda atrapado en la delgada malla de la red y tras condensarse se transforma en gotas, que descienden por la malla hasta el depósito de recogida que se encuentra en la base.
La tecnología se instala con toda facilidad, bastando para ello apenas dos herramientas comunes, y necesita poco mantenimiento. “Las únicas piezas del CloudFisher que se pueden desgarrar en una tormenta son los cables tensores de goma, que son baratos y fáciles de cambiar,” explica el Sr. Trautwein.
La facilidad con que se arma la pantalla y sus escasas necesidades de mantenimiento revisten especial importancia para las regiones de escasos recursos donde se cuenta con limitados fondos y piezas de repuesto, cuando los hay. Según afirma el Sr. Trautwein, “es importante utilizar piezas que resulten comprensibles para quienes se encargan de armar la pantalla cualquiera sea el país, pues así se evita perder mucho tiempo explicando cómo trabaja el sistema y, además, se facilita notablemente el mantenimiento. Hay que asegurarse de que las explicaciones se entiendan de inmediato, lo cual es el punto de partida fundamental.”
La empresa produce dos modelos de CloudFisher: el CloudFisher Pro, que consta de cuatro pantallas que miden 13,50 metros cuadrados con una superficie total de 55 metros cuadrados, y el CloudFisher Mini, que tiene tres redes que miden 5,50 metros cuadrados y representan en conjunto una superficie de 16,50 metros cuadrados.
El CloudFisher presenta varias características que lo distinguen notablemente de los demás sistemas de recolección de agua de niebla. Es el único de dichos sistemas que, a la fecha, puede resistir vientos de hasta 120 kilómetros por hora; su delgada malla tridimensional de acero inoxidable hace posible recoger más vapor de agua del aire que los demás modelos; y su fuerte red de plástico, ayuda a evitar el desgarramiento y también impide que la malla se abombe por la fuerza del viento y que las gotas caigan fuera del depósito de recogida dispuesto en su base. Los cables tensores de goma utilizados para sujetar la red y el depósito de recogida al bastidor de acero hacen las veces de amortiguador cuando sopla viento fuerte y, al mismo tiempo, gracias a ellos se consigue que el depósito de recogida acompase el movimiento que hace la red por efecto del viento. Las muestras del agua recogida con el CloudFisher en Eritrea, Marruecos y la República Unida de Tanzanía cumplen con las normas de la Organización Mundial de la Salud, pero varían según la región.
¿Cuánta agua de niebla se puede recoger? Según Aqualonis, con la tecnología CloudFisher es posible recoger de 10 a 22 litros de agua por metro cuadrado de pantalla, según la región y la época del año, aunque también se señala que una vez produjo casi 66 litros de agua en las laderas del monte Boutmezguida.
En enero de 2017 la fase experimental del proyecto dio paso a la plena puesta en servicio, pues se habían instalado 15 depósitos de recogida CloudFisher en colaboración con la Fundación Dar Si Hmad, una institución caritativa marroquí de auxilio a las mujeres, y con empresas constructoras nacionales. En 2018 se instalarán 15 depósitos de recogida más, con lo cual se tendrá el primer parque mundial de recolección de agua de niebla, dotado de 1.682 metros cuadrados de malla utilizada con tal fin. Eso quiere decir, como explica el Sr. Trauwein, que en un día de niebla el parque producirá unos 37.000 litros de agua para las aldeas del lugar.
La Fundación del Agua confió a Aqualonis la misión de ejecutar el proyecto. Hasta la fecha, todas las viviendas de las 14 aldeas del lugar y una escuela están conectadas a los depósitos de recogida del CloudFisher mediante una red de distribución de agua, que se recoge en cinco depósitos de almacenamiento situados en el monte, desde donde es conducida a los hogares de las aldeas. Gracias a los depósitos de agua se asegura el abastecimiento del líquido a lo largo de todo el año, incluso durante la mayor parte de la estación seca.
Las ventajas de la tecnología ya se dejan sentir, ¡y de qué manera!, en los hogares de las aldeas vecinas. Las mujeres y las niñas, a las que corresponde por tradición ir a buscar el agua, ya no tienen que caminar largas horas para conseguir el agua que la familia necesita a diario. Ahora llega directamente al propio hogar agua fresca, pura y potable, y así, además de otras actividades, pueden dedicar más tiempo a aprender a leer y escribir. Por otra parte, gracias al suministro permanente de agua, las aldeas ahora pueden cultivar más frutas y verduras, se robustece la salud por la mejora de la dieta y se presentan oportunidades de comerciar y ganar dinero.
Cuando se culmine el proyecto unos 1.150 aldeanos gozarán de acceso a unos 18 litros de agua diarios frente a los apenas 8 litros con que cuentan ahora. Sin embargo, en interés de la sostenibilidad las aldeas deben abonar una suma módica que cubre los costos de explotación y de mantenimiento. La Fundación Dar Si Hmad señala que las comunidades participan en el proyecto y que se acepta una idea que al principio les pareció poco ortodoxa; la Fundación trabaja con el equipo y hace de enlace con las comunidades en las que se ejecuta el proyecto.
Ahora que el parque de aprovechamiento de la niebla del monte Boutmezguida se halla bien encaminado, Aqualonis emprende un nuevo proyecto junto con una institución alemana sin ánimo de lucro, p(ed)d world, en Qameyu (República Unida de Tanzanía) para mejorar la infraestructura de aprovechamiento de la niebla de la escuela secundaria de la aldea. Hace muchos años que la escuela recoge el agua de niebla, pero los recolectores utilizados se averían y sufren otros daños por causa del viento. Gracias a la instalación de la tecnología CloudFisher, que es más fuerte y eficaz y da mejor resultado, los 300 alumnos de la escuela contarán con un suministro de agua pura más abundante y podrán asimismo cultivar el huerto del establecimiento. “Los alumnos se beneficiarán del hecho de que la tecnología CloudFisher produce mucha más agua que las redes antiguas y su mantenimiento es mínimo,” señala el Sr. Trautwein. No es posible construir pozos de agua porque Qameyu se yergue en una zona de meseta.
“La tecnología CloudFisher fue mejorada y puesta a punto gracias a los tres años pasados en Marruecos, donde se trabajó a altura de 1.225 metros por sobre el nivel del mar, y la labor que se realiza en Tanzania es una gran oportunidad de ensayarla en condiciones muy diferentes. En efecto, Qameyu queda muy cerca del Ecuador y está a una altura de 2.500 metros,” explica el Sr. Trautwein. “El proyecto de Qameyu es provechoso para todos porque, por un lado, se pone en práctica la innovación y la transferencia de tecnología y, por el otro, la población del lugar tiene a su alcance más agua pura y potable.”
CloudFisher® es una marca registrada a nombre de la Fundación Alemana del Agua y la propia tecnología está protegida por modelos de utilidad y por patentes. Según explica el Sr. Trautwein, “se protege el sistema para impedir que otros lo copien y para tener la libertad de explotar la actividad sin miedo de infringir los derechos de terceros porque la tecnología también se puede utilizar con fines comerciales, por ejemplo, en las fábricas de cerveza”. Se usó el Tratado de Cooperación en materia de Patentes para proteger esa tecnología (WO/2016/062877) porque es una manera muy económica y sencilla de solicitar la protección por patente en muchos países distintos.” El Sr. Trautwein cedió los derechos a la Fundación Alemana del Agua, que es estrictamente una institución sin ánimo de lucro. Aqualonis distribuye y vende los productos CloudFisher con licencia de la Fundación. Gracias a ese acuerdo los beneficios de la ejecución de los proyectos se pueden utilizar para respaldar los proyectos sociales de la Fundación del Agua, lo cual es importante porque en el futuro será precisa una fuente de ingresos para asegurar el suministro de agua.
La tecnología CloudFisher hace posible suministrar agua pura y potable a las comunidades que padecen grave escasez de agua de las regiones montañosas y costeras áridas en las que la niebla es un fenómeno habitual. La magra precipitación anual y el agotamiento de los recursos hídricos subterráneos ejercen una enorme presión en las comunidades y causan numerosos problemas, como la degradación del suelo, el éxodo rural, la escasa alfabetización y las deficiencias en lo que respecta a la nutrición y la salud. La tecnología CloudFisher brinda a dichas comunidades una solución sencilla, fácil de mantener y sostenible. Pese a las notables mejoras que se han hecho a la tecnología, el Sr. Trautwein sigue empeñado en buscar el modo de seguir perfeccionándola y de lograr que sea instalada en el mayor número de lugares posible “con el fin de brindar a más gente, sobre todo, a las mujeres y las niñas, más tiempo para estudiar.”
No cabe duda de que el CloudFisher es un negocio en el que cada gota cuenta y ofrece la posibilidad de mejorar el bienestar de cientos de miles de gentes de todo el mundo que viven en regiones de escasos recursos y padecen la amenaza de la sequía.
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