Por Deidre Kevin, consultora de medios
Las industrias cinematográfica y audiovisual desempeñan una función importante en la promoción y preservación del patrimonio cultural. Estas industrias también proporcionan empleo, promueven la innovación y contribuyen a las economías nacionales. Las industrias audiovisuales de numerosos países en desarrollo tienen un enorme potencial para apoyar el desarrollo económico nacional, pero ¿qué medidas deben adoptarse para aprovechar todo su potencial económico?
En un estudio reciente encargado por la OMPI –The WIPO Feasibility Study on Enhancing the Collection of Economic Data on the Audiovisual Sector in a Number of African Countries (Estudio de viabilidad relativo a la mejora de la compilación de datos económicos correspondientes al sector audiovisual en determinados países de África)– se destaca la importancia de compilar datos sobre el mercado audiovisual para lograr resultados tangibles en la elaboración de políticas eficaces, en particular para la adquisición, gestión y utilización de los derechos de propiedad intelectual (PI), con el fin de fortalecer el sector audiovisual en cinco países africanos.
El estudio se llevó a cabo en Burkina Faso, Côte d'Ivoire, Kenya, Marruecos y Senegal, en el contexto de un proyecto de la OMPI destinado a fortalecer los sectores audiovisuales de esos países. En él se analizan las tendencias actuales, los obstáculos, los desafíos y las oportunidades potenciales en esos mercados audiovisuales; se ponen de relieve las ventajas que presenta esquematizar con eficacia los datos del mercado audiovisual; y se determinan las medidas necesarias para favorecer la eficacia en la compilación de datos.
Con un sector audiovisual dinámico, los profesionales creativos pueden obtener beneficios económicos de su trabajo y ello depende de que conozcan y tengan acceso a un sistema de PI eficaz. También requiere un conocimiento detallado de los mercados audiovisuales. Sin embargo, se sabe poco sobre el tamaño o la naturaleza de los mercados audiovisuales nacionales de muchos países en desarrollo. Esto, unido a la naturaleza informal del sector y al escaso conocimiento de la PI, hace que la identificación y la gestión eficaz de los activos de PI para aprovechar el potencial económico del sector sea un gran desafío.
La recopilación de datos es vital para el desarrollo de políticas, estrategias e instrumentos reguladores eficaces que propicien un sector audiovisual dinámico. Los encargados de la formulación de políticas deben poder comprender cómo funcionan los mercados del cine, la televisión y el vídeo a la carta, quiénes son los principales actores, y cuáles son las últimas tendencias de consumo y hábitos de visión.
El estudio de la OMPI pone de relieve una laguna fundamental en los datos relativos a los sectores audiovisuales de los países estudiados. Se desconoce incluso la información elemental acerca del número de películas producidas anualmente. En algunos casos, simplemente no existe un sistema para registrar o licenciar las filmaciones producidas, y en otros, tales sistemas no están siendo plenamente utilizados por los productores.
Rara vez se dispone de estadísticas sobre el número de empresas y profesionales que participan en la industria o sobre los ingresos obtenidos de la distribución de contenidos. Cuando existen, las entidades gubernamentales que financian y apoyan la producción audiovisual, como el Centre Cinématographique Marocain (CCM) de Marruecos, ayudan a llenar el vacío de información.
Varios países carecen también de datos sobre las formas de consumo de las obras audiovisuales. Estos datos comprenden el número de espectadores, las cifras de audiencia de cine y televisión y la evolución de los gustos y tendencias de la programación. Con ello, productores y radiodifusores pueden obtener información valiosa a la hora de configurar el contenido de los programas.
Las encuestas de consumidores en Kenya sobre las preferencias de programación han mostrado que los espectadores están muy interesados en contenidos e historias locales. Esta es una buena noticia para la industria, ya que esta información ha fomentado la aplicación de cuotas de televisión para contenido local y también está ayudando a convencer a los organismos de radiodifusión de los beneficios económicos que podrían obtenerse con el apoyo a la producción local. Se han realizado estudios similares en el Senegal, pero son costosos y requieren recursos considerables. A largo plazo, una colaboración conjunta entre la industria y el gobierno para establecer sistemas de medición de audiencia ayudaría a los países a comprender mejor y aprovechar el potencial de sus mercados audiovisuales locales.
Exigir a las empresas del sector audiovisual que se comprometan formalmente a comunicar determinados datos de mercado puede fortalecer el sector de varias maneras. En primer lugar y lo que es más importante, da una mayor legitimidad a los profesionales del sector audiovisual y a sus relaciones comerciales. También incrementa el atractivo del sector para los inversores y el reconocimiento de la contribución de las industrias audiovisuales a la economía nacional.
Si se cuenta con los adecuados órganos de regulación y organismos de financiación encargados de recopilar datos, esos datos contribuirán también a la correcta aplicación de las políticas, en particular en materia de derechos de autor y de gestión eficaz de los derechos de los creadores. También facilitan el proceso de evaluación y análisis del impacto de las políticas, del uso de la financiación y de la conformidad con las obligaciones reglamentarias.
La digitalización de la radiodifusión, en particular el paso a la televisión digital terrestre (TDT), ofrece importantes oportunidades para impulsar el desarrollo del sector audiovisual en los países africanos.
La radiodifusión digital terrestre permite un uso más eficiente de las frecuencias, lo que hace posible emitir muchos más canales. Se espera que esto alimente la demanda del tipo de contenido que los espectadores quieren ver, subrayando una vez más la necesidad de datos sobre las formas de consumo de contenido por los espectadores. Ninguno de los países del estudio ha completado aún la transición a la TDT, pero todos están observando un crecimiento exponencial en sus canales de televisión. Esta rápida evolución subraya aún más la necesidad del análisis de datos.
La TDT también crea oportunidades para la compilación de datos. Por ejemplo, el uso cada vez mayor de descodificadores para ofrecer contenido de televisión puede utilizarse para supervisar y evaluar las tasas de audiencia y las preferencias, al menos para una muestra representativa de la población. Por otra parte, proporciona a las autoridades responsables de la concesión de licencias de televisión la oportunidad de exigir a los organismos de radiodifusión televisiva que respeten las cuotas de contenidos de producción local, satisfaciendo así a los telespectadores locales y reforzando la producción local de contenidos.
También existen oportunidades para que los políticos y los reguladores refuercen la capacidad de negociación de los creadores y productores audiovisuales en relación con los organismos de radiodifusión. En la actualidad, los organismos de radiodifusión compran a menudo obras a precios reducidos e incluso pueden exigir a los productores que paguen por el tiempo de emisión –o que se encarguen de la publicidad– y que compartan con ellos cualquier ingreso publicitario. Ha llegado el momento de recalibrar las negociaciones comerciales entre estas partes y de acordar unas condiciones comerciales justas y decentes.
La presencia de varios poderosos operadores panafricanos –Canal Plus, DStv y Starsat– en los mercados de medios de comunicación africanos subraya aún más la importancia de la compilación de datos. Estas empresas se dedican a menudo a la distribución de televisión por satélite y a la producción audiovisual. Conocer cómo funcionan y cuáles son sus vínculos con otros agentes audiovisuales es esencial para comprender su poder de mercado y su dinámica.
Es interesante notar que estos grupos internacionales a menudo combinan la información de mercado sobre suscriptores, ganancias y desempeño para fortalecer aún más su propia posición de mercado. Su poder de mercado es tal que es importante entender la escala de sus operaciones y trabajar con ellos para apoyar y distribuir el contenido producido localmente.
La transición hacia la TDT influirá enormemente en los mercados audiovisuales y pondrá en evidencia la necesidad de contar con documentación económica. Más allá de su papel crucial en el apoyo al desarrollo económico del sector, también existe la oportunidad de crear sistemas profesionales de compilación de datos y servicios jurídicos innovadores para contrarrestar la escala y el impacto de la piratería en el sector.
La piratería es quizás el reto más complejo al que se enfrenta el sector audiovisual en los países estudiados. En la era digital, la piratería ha pasado del mercado negro de DVD a compartir películas en dispositivos USB y a través de redes sociales y servicios de difusión en línea. Está afectando a todas las plataformas de distribución, ralentizando el desarrollo de las industrias audiovisuales nacionales y amenazando la subsistencia de los creadores. ¿Cómo pueden los países responder eficazmente a este insidioso problema?
Una forma de hacerlo consiste en reforzar los marcos jurídicos de la PI y dotarlos de mayor eficacia para hacer frente a esas infracciones. Otra consiste en trabajar para ofrecer una amplia oferta de servicios legales de vídeo a la carta. Esto ha demostrado ser una manera eficaz de animar a la gente a favorecer las opciones de visualización legal en Europa y los Estados Unidos de América. Sin embargo, la eficacia de la lucha contra la piratería requiere el esfuerzo concertado y la cooperación de todas las partes interesadas.
Para responder a las necesidades de datos del sector audiovisual en los países africanos será necesario centrarse más en la formación de las empresas del sector. De este modo, los creadores y productores comprenderán mejor la importancia de registrar sus obras y compartir datos operativos (sobre empleados, obras audiovisuales, presupuestos, etc.) con las organizaciones pertinentes. Gracias a la utilización de los datos operativos, las empresas audiovisuales mejorarán su capacidad para encontrar socios para la producción y venta de sus obras. Cuantas más empresas participen en estos procesos, más datos estarán disponibles. Esto conducirá, a su vez, a mejores políticas y a un mayor rendimiento económico.
Asimismo, es preciso seguir trabajando para fomentar el conocimiento y la sensibilización sobre los derechos de autor en el sector. Solo entonces los productores y directores podrán ejercer más eficazmente sus derechos de PI y monetizar sus obras creativas.
Hay muchos ejemplos de buenas prácticas para impulsar el sector audiovisual en cada uno de los cinco países que abarca el estudio. Por ejemplo, la compilación de datos sobre la producción cinematográfica y audiovisual en Marruecos, la creación de una organización privada de gestión colectiva en el Senegal, las desgravaciones fiscales en Côte d'Ivoire para fomentar el registro de empresas, la introducción de cuotas de producción local y la mejora de la clasificación de las empresas audiovisuales en Kenya. Estas iniciativas, basadas en la aplicación de políticas y reglamentos que las respaldan, mejoran el rendimiento del sector y la recopilación de datos, pero son insuficientes por sí solas para que el sector audiovisual prospere.
Por otra parte, también es importante hacer hincapié en la formación a los organismos de gestión colectiva y a las oficinas nacionales de derecho de autor sobre la importancia de la compilación de datos sobre el mercado audiovisual. Entender el sector audiovisual, sus modelos de negocio, el papel de las empresas de radiodifusión y distribución y de los agentes de los nuevos medios de comunicación en el mundo en línea es fundamental para el éxito de la aplicación de los marcos de derechos de autor, la planificación estratégica a largo plazo y la viabilidad futura de los sectores audiovisuales. Los datos sobre niveles potenciales de audiencia y visualización son fundamentales para aumentar el poder de negociación de la industria; asimismo, los datos sobre el rendimiento de las obras audiovisuales son fundamentales para evaluar el valor de las remuneraciones percibidas por los creadores en concepto de PI.
Establecer un marco eficaz en materia de derechos de autor en el sector audiovisual es un paso importante hacia la compilación de datos sobre el mercado audiovisual. En este marco se exigiría a los organismos de radiodifusión que informaran sobre su programación, tanto sobre el contenido original y realizado por encargo como sobre los aspectos financieros relacionados con el gasto por hora y el gasto por género. Esos datos ayudan a comprender mejor la economía del sector. Del mismo modo, se exigiría a los agentes del mercado de la distribución cinematográfica y a las salas de cine que informaran sobre las entradas y los ingresos de taquilla. Ahora bien, a la hora de aplicar esos marcos, es importante explicar claramente a todas las partes interesadas los beneficios empresariales, financieros y económicos que pueden derivarse de contar con una sólida compilación de datos.
Numerosas instituciones participan en la financiación, regulación y gestión de la producción y distribución de obras audiovisuales. Al colaborar y poner en común sus recursos e información, estas entidades pueden identificar mejor las brechas en la compilación de datos y las soluciones para mejorar la transparencia de los datos. Dada la presencia de operadores panafricanos, resulta igualmente coherente fomentar la cooperación transnacional en estos asuntos. Esta colaboración regional ha contribuido a aumentar la transparencia y el desempeño de los mercados audiovisuales en Europa y América del Sur.
Trazar un esquema de los mercados audiovisuales –los agentes, las audiencias, los ingresos y las tendencias– es un requisito previo para crear el conocimiento y la comprensión necesarios para elaborar políticas y estrategias coherentes y eficaces para el sector audiovisual. Esa documentación económica contribuirá en gran medida a que esos sectores aprovechen todo su potencial económico y a enriquecer el tejido cultural de cada sociedad y el patrimonio cultural mundial en su conjunto.
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