El Equipo Antigua Island Girls: uno de los equipos más duros
Por Linisa George, BGR Media and Communications Inc., Antigua
En una fría tarde de finales de enero de 2019, cuatro mujeres hicieron historia: remaron hacia la marina de Nelson's Dockyard, en English Harbour, en Antigua. Ese día, el equipo Antigua Island Girls se convirtió en el primer equipo femenino del Caribe que completó el agotador Talisker Whiskey Atlantic Challenge (desafío atlántico de Talisker Whisky) y el primer equipo compuesto íntegramente por personas negras en cruzar el Atlántico a remo. Su viaje comenzó en diciembre de 2018 en La Gomera, en las Islas Canarias, y después de remar durante 47 días, el equipo llegó a su tierra natal como campeón. Aunque se trató del tercer equipo de Antigua en competir y completar el Atlantic Challenge, el viaje y el regreso a casa del equipo Antigua Island Girls fue muy distinto de los regresos anteriores.
La formación del equipo Antigua Island Girls
Kevinia Francis, Elvira Bell, Christal Clashing y Samara Emmanuel constituyen el dinámico equipo Antigua Island Girls. A principios de 2018, las muchachas formaban parte de un grupo más numeroso de mujeres que respondieron a una convocación nacional para conformar el primer equipo femenino de remo de Antigua, quedando entendido que competirían en el desafío Talisker de 2019. Sin embargo, durante la etapa inicial de prueba, se decidió que quienes quedaran seleccionadas para el equipo competirían en la edición de 2018 (y no en la de 2019) del desafío –es decir, un año antes de lo previsto. A medida que la realidad de la situación se fue imponiendo al grupo de mujeres, muchas de ellas se retiraron. El número de participantes dispuestas a seguir adelante se redujo finalmente a cinco: Kevinia, Elvira, Christal, Samara y su suplente, de 17 años en aquel entonces, Junella King.
Samara es la primera mujer de Antigua en convertirse en capitana certificada por la Royal Yachting Association y tiene más de 12 años de experiencia en el mar. Christal es una triatleta y la primera nadadora que ha representado a Antigua y Barbuda en los Juegos Olímpicos. Elvira es instructora de natación y asesora de salud certificada. Y Kevinia, la capitana del equipo, es preparadora física y ciclista y sobresale en baloncesto, artes marciales y atletismo.
Un desafío de enormes proporciones
"Cuando nos dimos cuenta de que teníamos que competir en el ciclo de 2018, todas juntas tratamos de que se postergara nuestra participación hasta 2019. Eso no fue posible, a pesar de que lo intentamos durante un mes y medio", se ríe Christal.
Kevinia insistía en que la participación en la edición 2018 del desafío no era siquiera remotamente posible. "Al principio pensé que no, que de ningún modo. No me había comprometido del todo porque no sabía nadar y no estaba segura de poder aprender a nadar lo suficientemente bien a tiempo para competir". Pero una vez que las mujeres comenzaron a entrenarse, sus dudas se desvanecieron a medida que conocían las fortalezas y debilidades de cada una y entendían que juntas podían formar un equipo fuerte.
Así comenzaron nueve meses de intensa preparación y entrenamiento para el equipo Antigua Island Girls, asistido por miembros del equipo Antigua Atlantic Rowers que habían regresado al país en segundo lugar el 13 de enero de 2018, tras haber completado la edición 2017 del desafío atlántico. En ese período las mujeres se sumergieron en la preparación de sus mentes y cuerpos para enfrentar uno de los desafíos más difíciles del mundo.
Dedicaron mucha planificación logística a asegurar que el equipo estuviera adecuadamente entrenado para afrontar el desafío, y tuvieron que hacer malabares para conciliar los compromisos laborales y familiares: tres de los miembros del equipo son madres. Entre Kevinia que aprendía a nadar y el equipo que tenía que tomar cursos de certificación en remo y seguridad, además de un entrenamiento de entre 2 y 4 horas diarias en el gimnasio, las mujeres también realizaron salidas de práctica. La navegación a remo durante cuatro días alrededor de Antigua y la de 16 horas hacia Kitts fueron las primeras pruebas reales de la capacidad del equipo para resolver problemas y adaptarse a los contratiempos, incidentes y condiciones climáticas cambiantes. Esas sesiones de práctica fueron invalorables. El equipo aprendió a manejar de manera eficiente los controles del barco y a sobreponerse a las averías (por ejemplo, una rueda), a encontrar soluciones cuando el viento fuerte lo desviaba de su curso y a optimizar las siestas reparadoras. Este era exactamente el tipo de preparación que las mujeres necesitaban para estar en condiciones de llevar a cabo su viaje transatlántico.
Más gente ha escalado el monte Everest que la que ha cruzado el Atlántico a remo.
El Talisker Whisky Atlantic Challenge es la principal regata de remo en el océano. Es la navegación a remo más difícil del mundo y constituye una prueba única de fuerza física y mental. El desafío lleva a los remeros a navegar más de 3.000 millas hacia el oeste, desde San Sebastián de La Gomera, en las Islas Canarias, hasta la marina Nelson’s Dockyard de English Harbour, en Antigua. La regata anual comienza a principios de diciembre, con la participación de hasta 30 equipos de todo el mundo. ¡Más gente ha escalado el monte Everest que la que ha cruzado el Atlántico a remo!
Tecnología innovadora que mantiene el equipo en marcha
Uno de los factores que hizo posible enfrentar el desafío fue el innovador equipamiento de que dispusieron las integrantes del equipo. El barco del equipo Antigua Island Girls, llamado cariñosamente Jean Mary, está hecho de fibra de carbono y está equipado con piloto automático, una desalinizadora y paneles solares, además de herramientas de navegación, como un monitor GPS. Los paneles solares alimentaban la desalinizadora durante el día, filtrando el agua salada para producir agua limpia para uso de la tripulación. El Jean Mary había sido donado en 2017 al segundo equipo de remo de Antigua y el Desafío 2018 fue su cuarta travesía del Atlántico.
El equipo disponía de dos teléfonos satelitales, uno para comunicarse con los organizadores y el personal que trabajaba en la regata y el otro para comunicarse con sus familiares y amigos. Este último permitió al equipo mantener actualizados a sus seguidores y aficionados a través del contacto con su equipo de gestión. El equipo Antigua Island Girls pudo compartir muchas cosas con sus admiradores incondicionales y todos apoyaron su éxito y celebraron su seguridad mientras las muchachas remaban en el Atlántico. Las entradas diarias en Facebook permitieron a todos conectarse con el equipo y sentirse parte de su mítica experiencia. La tecnología, respaldada por los derechos de propiedad intelectual (PI), permitió al equipo compartir vídeos y fotografías, incluida la divertidísima celebración del cumpleaños de Samara.
El patrocinio lleva al equipo Antigua Island Girls hasta la línea de salida
El patrocinio de las empresas para su desafío empezó de a poco. Al principio, el equipo recibió pequeñas donaciones, tanto en efectivo como en especie, que fueron aceptadas de buen grado. Pero para competir en el Atlantic Challenge, el equipo tenía que recaudar 150.000 USD tan solo para llegar hasta la línea de salida. Gracias a una eficaz campaña de relaciones públicas y medios sociales por parte de la dirección del equipo, el interés comenzó a crecer. En junio de 2018, solo seis meses antes de su partida, el equipo consiguió su primera importante contribución de fondos gracias a un acuerdo de patrocinio con el Grupo Hadeed, por valor de 75.000 USD. Esta generosa muestra de apoyo de una de las mayores empresas de la isla despertó el interés de otras empresas, que también comenzaron a patrocinar y dar su apoyo financiero al equipo. Gracias a este apoyo, el equipo Antigua Island Girls pudo recaudar rápidamente el dinero necesario para financiar su viaje por el Atlántico.
A pesar del poco tiempo de entrenamiento, el equipo estaba bien preparado para la regata. "No tuvimos ni el tiempo de asustarnos", dice Kevinia. "Tuvimos que hacer todo dos veces más rápido. La mayoría de las personas tienen más de dos años para entrenarse. Nosotras lo hicimos en nueve meses. Tuvimos que entrenarnos y, al mismo tiempo, seguir visitando escuelas y otras organizaciones para compartir información sobre nuestra organización benéfica, Cottage of Hope, que fue una de las principales razones por las que remamos".
Todos los equipos que compiten en el Atlantic Challenge recaudan fondos para una organización benéfica de su elección. El equipo Antigua Island Girls remó para Cottage of Hope, un hogar privado que ofrece una vida normal a las niñas abandonadas de Antigua. El hogar aloja y viste a las niñas y las cuida hasta que sean lo suficientemente grandes y tengan las competencias que les permitan ser financieramente independientes. La identidad de las niñas se mantiene confidencial para permitirles vivir sus vidas sin ser juzgadas y libres de cualquier estigma.
El equipo vigila sus activos de PI
En medio de todos los preparativos, las muchachas del equipo se dieron cuenta de que era sumamente importante proteger el nombre y la imagen del equipo Antigua Island Girls mediante derechos de PI como las marcas y el derecho de autor. Eso ayudó a salvaguardar la reputación que tanto trabajo les había costado construir y aseguró el uso apropiado de su nombre e imagen. De esa manera, el equipo se aseguró de que sus derechos de PI no pudieran ser explotados por terceros sin su autorización y de que nadie pudiera sacar indebidamente provecho del éxito del equipo y de su creciente visibilidad. Como titular de esos derechos, el equipo controla cómo se representa y utiliza su marca. Desde su regreso a casa, ese aspecto se ha vuelto aún más importante a medida que el equipo sopesa nuevas oportunidades para ampliar y mantener su marca, incluyendo la creación de una línea de ropa deportiva y un libro infantil inspirador.
Los altibajos
El viaje épico del equipo Antigua Island Girls ha sido una experiencia vertiginosa con muchos altibajos. Los graves mareos de los primeros días de la regata pusieron al equipo bajo gran presión, y en un momento hasta llegaron a considerar seriamente la posibilidad de abandonar. Múltiples contratiempos, el mal tiempo y los fuertes vientos sometieron a prueba su resistencia, poniendo en peligro el objetivo que se habían fijado. Sin embargo, a pesar de los momentos de duda sobre la realización de sus inmensos objetivos, además de remos rotos, un piloto automático defectuoso, el peligro de un vuelco y una importante pérdida de peso, de 105 libras entre todas, el valor del equipo y su determinación para completar la regata las ayudó a salir adelante. Individual y colectivamente, superaron los desafíos a los que se enfrentaron.
A pesar de los momentos más difíciles, el equipo conserva un recuerdo vívido y feliz. Por ejemplo, de la primera vez que vieron un arco iris nocturno y de cuando vieron a más de 60 delfines jugueteando a la par de su barco. Pero todas están de acuerdo en que el momento más hermoso y memorable de todo el viaje fue la recepción que tuvieron cuando llegaron a Nelson’s Dockyard a finales de enero.
El viaje del equipo Antigua Island Girls es una historia asombrosa e inspiradora que ilustra lo que se puede lograr combinando una actitud positiva, un conjunto de derechos de PI y una serie de tecnologías innovadoras. El viaje récord del equipo ha suscitado la fascinación de los habitantes de Antigua y de millones de personas en todo el mundo. El equipo se ha convertido en un fenómeno mundial. Estas notables mujeres de Antigua nos han llevado con ellas en un viaje inolvidable. La contienda más dura del mundo no fue rival para el equipo más duro de Antigua.
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